Hola! Acabo de encontrar la página y de verdad me ha encantado todo lo que he leído. Asi que decidí compartir mis relatos con ustedes y leer opiniones.

Lo siguiente es de un día cualquiera, y palabras provocadas por una chica especial y claramente prohibida.

MUJER DE DIOS.

Que vida la que me toco vivir.
Amo. Amo con locura y pasión,
con deseo y ternura, con fervor y dolor.
Amo yo al ser más maravilloso, a la mujer más bella,
más hermosa, a la más divina.
Amo a la única mujer que jamás podría ser mía.
Mujer consagrada a Dios.
Mujer elegida por Dios
amo yo a La Mujer de Dios.
A la que aclamo, a la que amo no por su dueño,
si no por lo que ella es.
Criatura simple y compleja, pura, noble
de alma blanca, tanto que dudar al cielo mismo hace.
Amole yo a lo lejos, con un amor sincero y pasional.
Sin posibilidad de compararme con su dueño,
oso al decir que si puedo en una cosa: y es en el amor que le tengo.
¡Cuánto la quiero! ¡Cuánto la amo!
¡Cuánto me duele hasta la locura el no tenerla a mi lado!
A la distancia la observo:
Mi mirada obscena profana su inmaculado cuerpo.
Mi aliento de fuego quiere quemar sus adentros.
Mis palabras sucias añoran sus besos.
Mis manos moustrosas quieren destrozar su lecho.
Mi deseo desenfrenado la posee en sueños.
La quiero en mi pecho, entre mis brazos.
¡Cuánto la amo! ¡Cuánto la deseo!
El amor ayúdame, a menguar el deseo
a calmar la sed infinita que por ella siento.
Pero el deseo más grande que hacia ella tengo,
Es que ella se enteré de mis sentimientos.
Fácil me, sería quebrar cualquier otro equilibrio
si de mujer se tratase. Pero ante ella me hinco.
Por eso ruego, rezó. No a Dios si no a aquella.
Rezole a ella para que algún día me mire,
para que algún día me escuché.
Rezo a ella, a sus ojos claros,
a su piel color nieve, a cada rizo de su hermosa cabellera.
Rezo por que sea tan feliz como yo no puedo hacerla.
Ruego al tiempo que pase… que se detenga.
Ruego a ella que nunca cambie.
Pido al viento, llevadle un cálido beso de mi parte.
Pido a mi líbido ser fuerte para aguantar el camino
hacia una eternidad sin ella.
Pido a mí y a mis ojos no llorar lágrimas innecesarias,
hemos de guardar fuerza para las próximas batallas.
Pido a mi espíritu ser combativo y no caer ante el enemigo.
Mujer negada algún día…en alguna vida
¡Serás mía!
Como cuando el viento esboza ondas en los prados,
¡Así de mía serás!
Mía tanto como el verde al campo,
como el cordero a su rebaño,
como el perfume a una flor,
como la arena al mar
y las nubes al cielo.
Amote tanto yo, que mi amor bastara para ambos.
Mujer de Dios, mía casi eres
solo falta tu cuerpo y mente.