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Categoría: Confesiones

Morbo y fantasía al aire libre

No hace mucho comencé a estudiar un máster, la idea de volver a la universidad me tenía alteradísimo, sentirse universitario otra vez me traía muy buenos recuerdos.

El primer día de clase, llegué un poco tarde, así que me tuve que sentar al fondo. Como era la presentación no estaba muy atento, así que me dediqué a observar a las 35 personas que había en el aula. En realidad, aunque tenía novia, como cualquier otro chico quería ver cuantas compañeras estaban buenas.

Había aproximadamente 20 chicas y 15 chicos, a simple vista y por lo que pude ver desde atrás, 3 de ellas eran muy guapas y otras dos tenían su punto. Todavía hacía calor aquellos días, por lo que la ropa dejaba deducir bastante como eran los cuerpos de cada una.

Después de la presentación, la profesora nos mandó ponernos en grupos de 6 personas para hacer un trabajo que tendríamos que entregar una semana después. Por suerte, una de las tres chicas estaba sentada en la fila de delante mío y me tocó en el mismo grupo.

Juntamos las mesas y empezamos a organizarnos. Lo primero fue darnos nuestros nombres y hacer un grupo de whatsapp, luego comenzamos a hablar.

La chica era aún más guapa de cerca, además tenía eso que se puede llamar “gracia”, era muy expresiva, risueña y simpática, tenía los ojos verdes y el pelo clarito, no era muy morena. Lucía, que así se llama, no era muy alta, era delgadita, llevaba pantalones vaqueros muy ajustaditos, rotos en una rodilla y una blusa suelta bastante discreta. Ese día poco más hablamos, pero quedamos todos al día siguiente por la tarde para empezar a trabajar.

A la mañana siguiente me desperté de buen humor, así que, usé una disculpa un poco tonta y ya que tenía el teléfono escribí por privado a Lucía:

– Hola Lucía! Perdona, pero soy un desastre, me puedes decir a qué hora habíamos quedado para lo del trabajo?

– Hola Marcos! Quedamos a las 17:00, aunque yo ya estoy por la universidad, que voy a comer aquí.

– Que aplicada! Muchas gracias Lucía!

– De nada!

Subí media hora antes a la universidad y allí estaba ella, sentada sola en las mesas donde habíamos quedado. Estaba muy guapa, hacía calor, por lo que llevaba un vestido suelto de flores, con algo de escote, parecía que no tenía mucho pecho.

– Hola guapita!

– Hola Marcos!!! Menos mal que viene alguien, estaba aburridísima! Estoy sin coche y me trajo mi chico antes de comer cuando se iba a trabajar.

Me senté a su lado, se giró hacia mí y empezamos a charlar. Ella no era de Coruña, pero se vino a estudiar aquí, ahora vivía con su novio, que trabajaba hasta la madrugada en un pub. Igual que mi novia, que trabaja en un turno de noche de una empresa. Poco a poco fuimos cogiendo algo de confianza y nos gastamos alguna broma.

Fue pasando la semana, en clase nos empezamos a sentar juntos, nos reíamos un montón y por las noches aprovechando nuestra soledad nos escribíamos whatsapps por cualquier disculpa.

Así, el jueves por la noche, estuvimos hablando de cuando estudiábamos nuestras carreras, de las fiestas universitarias, de locuras de esas noches y acabamos en el tema sexual…

– Echas de menos aquellas noches Marquitos?

– Unas más que otras Luci… jajaja

– Tenías que ser terrible…

– La verdad es que lo he pasado muy bien y he hecho muchas locuras, no como tú, que seguro que eras unca chica formalita…

– JAJAJA, si yo te contara…

– Cuenta, cuenta, dime algo escandaloso!

– Tú primero!

– Vale, pero luego te toca! En una fiesta de informática, hice cosas muy pervertidas…

– Pero dime los detalles Marquitos!!

– Pues… en los baños le hice un dedo a mi chica de entonces, mientras su compañera piso me masturbaba!

– Q???

– Sí, empezamos con las bromas de que se dieran un beso entre ellas y terminamos así, jajaja, y tú? Alguna locura?

– Pues yo nunca le he sido infiel a mis novios, pero una vez follé con un chico mientras otra pareja follaba en la misma habitación.

– Ala! Dos pollas en una noche!

– Jajaja! No, no, ese día solo me metí una! Me está poniendo mala esta conversación y no está mi novio…

– Luci… qué me estás proponiendo…?

– Oye! Flipado! Ya te gustaría!

– Jajaja! Me encantaría, te lo digo claramente!

– Marquitos… me voy a dormir, que te desvías…

– Tienes miedo de caer en la tentación Luci?

– Si, si… yo creo que eres de los de mucho hablar y luego en realidad ni te atreverías a tocarme

– Ya verás, ya…

– Buenas noches flipado

– Buenas noches guapa

Al día siguiente, al llegar a clase no pudimos evitar sonreírnos, además ella me empezó a llamar flipado de vez en cuando. Ese día, aunque era viernes, quedamos a las 20:00 en la biblioteca del campus para terminar el trabajo que presentábamos el lunes.

A las 22:00 cerraba la biblioteca y nos despedimos todos en la puerta. Luci dijo que se iba a ir andando, que le apetecía caminar de noche, aunque desde el campus de Elviña a su casa había mucha distancia:

– Luci, te llevo yo en coche, no te preocupes

– Que va! Si quiero caminar

– Pues paseamos un poco por aquí antes de irnos si quieres

– Por el campus??

– Claro, por qué no?

Y empezamos a caminar… no había nadie y ya era de noche, así que pronto empezamos con las bromas:

– Marquitos, seguro que no me quieres violar? No sé si fiarme

– Ya, ya, tú lo que quieres es follar y decir que sigues siendo fiel!

– Que no eres mi tipo Marcos!!!

Al llegar a la altura de la facultad de sociología, en una zona ajardinada, con árboles, ella se subió a un muro y caminaba por encima de él, hizo amago de trastabillarse, así que me acerqué rápido y le cogí la mano:

– Gracias Marcos!

– De nada Luci… oye! desde aquí podría verte las braguitas! (ella iba en vestido cortito)

– No mires! Que aprovechado! (dijo entre risas y bajó del muro) Además… para vérmelas tendría que llevarlas…

– NO LLEVAS NADA!!!??

– Jajaja, no te lo voy a decir…

– Me estás provocando Luci?

– Si, si… los dos sabemos que no te atreves a comprobarlo…

Me acerqué un poco más a ella de frente, mirándonos a los ojos y le puse las manos en las caderas:

– No te atreves Marquitos… lo sabes…

Baje mis manos y las puse al borde de la faldita, como si las fuera a meter por dentro.

– Luci… vas a dejar de ser fiel

– No, no, yo no estoy haciendo nada…y además… no te atreves…

Me pegué a ella y subí mis manos por dentro de la faldita hasta que toqué su culito de forma suave, con una caricia, era redondo, pequeño, pero muy firme, muy suave… toqué las dos nalgas pero no encontré braguitas

– Marquitos… te has atrevido…

– Luci… no llevas nada…

Acerqué mis labios y rocé los suyos…

– Luci…no somos fieles…

– Por qué? Solo ha sido un leve roce al pasar tu cara por delante de la mía

Le acaricié la mejilla y la besé, abrió los labios y los dos nos dimos un beso jugando con las lenguas…

Continuamos de pie besándonos durante un buen rato. Lo hacíamos de forma pausada, con nuestras manos acariciando la espalda uno del otro, como queriendo ser respetuosos y sin atreverse a ir más allá, hasta que ella dijo:

– Marquitos… eres muy mal detective…

– Por qué?

– No acertaste con mi ropa interior

– Entonces si que llevas??!!!

No respondió, pero su mirada era toda una invitación, así que volví a meter mis manos debajo de su falda, tocando su culo como antes, pero esta vez fui deslizando una de mis manos hacia el centro del culo y hacia abajo, acercándome a su coñito, hasta que me encontré que una tela lo cubría… estaba muy mojado…

– Joder Luci… estás empapada…

Ahora nos besábamos con intensidad allí de pie, mientras yo le tocaba el tanguita y ella metía su manos por dentro de mi camiseta. Poco a poco el tanguita se fue moviendo y pasé a tocar directamente su coño que noté depilado y muy mojado. Ahí ella no pudo más y empezó a desabrocharme el pantalón

– Luci… que nos puede ver cualquiera…

– Pues que lo disfruten…

Se agachó… y poco a poco me bajó los calzoncillos y el pantalón hasta que apareció mi pene…

– Es muy bonito Marquitos…

Le hizo una breve caricia a la cabecita, me lo terminó de descapullar y se lo metió en la boca…empezó a chupar con ganas, con mucha maestría…la situación era maravillosa, yo allí de pie en mitad del campus, con Luci haciéndome una mamada… Cuando llevaba unos 5 min, la incorporé para no correrme, nos besamos con ganas, se notaba el sabor de mi líquido preseminal y comencé a bajarle los tirantes del vestido… era una locura… pero nos estábamos desnudando en mitad del campus… llevaba un sujetador sin tirantes, se lo quité enseguida y vi sus tetas, eran pequeñas pero muy bonitas, muy redondas, erguidas y con unos pezones pequeñitos, las tocaba mientras nos besábamos y ella me tocaba el pene. Bajé mi cabeza para morder y lamer sus pezones, mientras con mis manos le terminé de bajar el tanguita que cayó al suelo.

Desnudos los dos, estuvimos un rato besándonos, lamiéndonos y tocándonos todo, allí de pie, hasta que Lucia me cogió de la mano, me llevó a uno de los bancos y me sentó. Ella se sentó a horcajadas encima de mí, mirándome, colocando poco a poco su coñito encima de mi pene, pero sin llegar a penetrarse, colocando su rajita a lo largo de mi polla, y así empezó a moverse hacia delante y hacia atrás de forma suave, deslizando su coño en mi pene, mojándomelo entero.

El placer era inmenso…nos comíamos la boca y cada vez se deslizaba de forma que mi pene se acercaba más a la entrada de su coño, yo estaba deseando follarla, aunque me encantaba esa situación. Al poco raro me susurró:

– Marquitos… no podemos follar… tenemos pareja los dos…

Pero siguió comiéndome mientras movía su coñito encima de mi polla, muy cerca de su agujerito, estaba claro que ella deseaba que se “colara sin querer”… en uno de los movimientos, empujo hacia adelante y notamos como la cabeza de mi pene la penetraba ligeramente, pero enseguida retrocedió sin que entrara más, pero siguió moviéndose de forma que al echar su culo hacia atrás su agujero pasaba más atrás de la cabeza de mi polla, de forma que al mover el culo hacia adelante, mi cabeza tropezaba con su entradita…era delicioso… por tres veces entró la punta en su coño… Luci no podía más, continuó moviéndose de la misma forma, pero cada vez con más velocidad…ella sabía que si así se deslizaba “sin querer” la punta en su agujerito, que entraría hasta el fondo… como así pasó al poco tiempo… se coló toda la longitud de mi polla hasta el fondo… ella gimió y se paró de golpe, dejando mi pene dentro…me miró y nos empezamos a besar con ganas… quietos… sin moverse, no se sacó mi polla de su interior. Le eché la espalda un poco hacia atrás para comerle las tetas y ahí ella empezó a moverse hacia adelante y hacia atrás… pero esta vez sí, con mi polla dentro… estábamos follando… sin ninguna duda…

Después de un rato, la levanté y la puse de espaldas, sin tener que explicar más, ella se apoyó en el banco, doblando su espalda y poniendo su culo en pompa…era precioso… le lamí el ano y le penetré el coño, pero esta vez desde atrás, con intensidad y muy profundo, los dos queríamos corrernos… Pronto, noté como me venía el orgasmo, empezó a salirme el semen dentro de ella, mucha cantidad, pero seguí empujando al mismo ritmo… ella gemía…notaba como mi líquido caliente se esparcía en su coño y en toda mi polla, con mi mano derecha le empecé a acariciar el clítoris y a la vez le mordía la espalda, dejándoles incluso rojita la marca de mis dientes… al empujar y penetrarla dos veces más ella se convulsionó y gritó un par de veces… se había corrido también… se sacó la polla, goteó semen en el suelo, se dio la vuelta, me la chupó brevemente y me besó en los labios.

– Marquitos… que rico estás…

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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