AMIGOS SON LOS AMIGOS

Un sábado a la noche, como tantos hice una choriceada con churrasquistos en casa. Mis amigos de más de 40 años con sus mujeres, algunas, segundas mujeres. Yo estaba a cargo de la parrilla con una copa de tinto, y mis amigos contando chistes. Las mujeres, tomando vino blanco y hablando de hombres. Miré un poco mejor buscando a Mónica, mi mujer y no estaba con ellas. Dejé pasar un rato y luego pasé del jardín a la cocina, dejé a Mario a cargo de la parrilla y enfilé para adentro “a buscar  más vino”. Pasé a la cocina y escucho desde adentro, la voz de Moni quejosa “para Juan…  ,estás loco?... acá no podemos hacer nada…”  y Juan que le dice…”dame un beso…dale…”  . No lo podía creer… Me arrimo en silencio al umbral de la puerta que da al vestíbulo de la escalera…miré en silencio como mi mujer le comía la boca a “mi amigo Quique ” de 40 años, que no tardó un segundo en meterle la mano en por la mini y tocarle la concha. Me quedé helado. Me alejé y volví a mirar, pero esta vez Moni me pescó mientras lo seguía besando y acariciaba con las manos al pelirrojo. Fui a la cocina, llevé dos vinos buenos y me dispuse a mamarme. Era demasiado. Al rato  apareció Moni pidiendo que le diera un lomito. Le pegó un mordisco sin sacarme la mirada, y le pregunté – ¿qué tal está la carne, mi amor?  Me miró y respondió -bien caliente, como me gusta a  mi. ¿Vos estás bien? ….  – Perfecto, respondí.  ¿Ah…ok estás perfecto...?  muy bien. Y en seguida se sentó al lado de Quique, y su mujer Alicia. Yo había tomado de más. Brindé “por la amistad, y que siempre sigamos tan juntos como esta noche” Aplausos al asador. Helados. Moni no se separaba de Quique, y Alicia, su mujer, como si lloviera. Luego café,

Besos a todos y quedamos solos. Moni y yo, sillón enfrentados fumando, mirándonos a los ojos y ella decidió servirme el poco vino que quedaba. De repente me hizo un gesto con los dedos, para que me arrime. Cuando la tuve cerca, me acarició la cara y el pelo; igual que lo había hecho en la escalera con Quique.  Suspiró, cerró los ojos y nos besamos. Yo estaba entre borracho y súper excitado, besé su cuello, le saqué el top, chupé sus lolas, pero sus manos dirigieron mi cabeza hacia abajo. Levanté su mini y no había bombacha. – SOS una perra… le dije.  – A vos te gusta lo que viste, me respondió, y abriendo sus piernas como una bailarina, me ofreció su concha húmeda” Me quedé lamiendo su sexo húmedo, excitado con otro macho, mi amigo. Eso, me puso al palo, y me abrí el cierre para cogerla con ganas.

A la mañana siguiente, desayunamos y nadie decía nada. Hasta que me preguntó:  -  gordo, por qué dejaste que me apretara Quique en la escalera? Quedé en silencio unos segundos y contesté – pensé que lo ibas a frenar, pero le comiste la boca y te tocó hasta el alma…Moni me clavó la mirada y con una sonrisa mala, contestó - pero parece que anoche estabas motivado… fuiste una fiera…. ¡Borracho y todo…! Decime la verdad ¿te calentó verme con Quique, no…?   Pensé un momento y dije: - admito que no fue calentura de bronca, ahora decime ¿cuánto hace que transan?. Moni me dijo – dos meses. Hace dos meses que cogemos cuando podemos. Yo estaba al palo. Me acerqué a mi mujer, la levanté y llevé al sillón del living, mientras no paraba de besarla. Moni, me sacó el pantalón me tomó la verga y me la comió.  – Gordo, SOS lo peor, mí gordito cornudo y calentón…mientras no paraba de chuparla. De pronto sus manos me acariciaron las nalgas y sus dedos se metieron en mi ano, lentamente. Me relajé y la dejé hacer. Me la chupaba y con su mano derecha metía dos dedos en mi ano. Mi calentura era total. Me incorporé y cogimos hasta que la llené de leche. Tres días después, Moni me pidió permiso para salir a cenar con Quique en su “noche de mujeres” Esa noche me quedé con Netflix, y un excelente cabernet sauvignon. Volvió a las 1.30 de la madrugada. Destilaba olor a macho. Se me acercó, me sacó el habano para dar una larga bocanada. – Cómo te fue? Le pregunté tontamente.  Se rió y me dijo, - mejor a que vos…cogimos como locos. La tomé de la mano y la llevé a la cama. La empecé a besar y me dijo – gordo me quiero bañar… La besé por todos lados, y me bajé el pantalón para coger. Ella me besó y se alejó un momento buscando su cartera. Mientras yo me acomodaba, mirando esas lolas divinas, me dijo: - date vuelta gordo. Me puse boca abajo y escuché que abría algo. Giré la cabeza y vi cómo se enfundaba tres dedos en un forro. – ¿Desde cuándo cogemos con forros?  Ella se reía…- mientras decía, - a tu amigo le pongo un forro, gordo. Yo te cuido, date vuelta. Enseguida me metió tres dedos en el ano y me hizo calentar. Entraba y salía a voluntad. Sus dedos me destrozaban todo, luego de un rato. – te gusta gordo, cornudo y trolito me saliste…. todo bien… te quiero igual.  Su mano izquierda, la usó para agarrarme la pija, y empezó a pajearme, yo la tenía bien dura y lista para cogerla. No me dejó. – Gordo, a vos te doy lo que te gusta y vos me dejar coger con el macho que quiero….¿qué te parece?  Yo no paraba de gemir, hasta que acabé con el culo roto y todo mojado. Moni se levantó, fue al baño, me tiró una toalla para limpiarme y me dijo – ahora me voy a bañar… chau, chau.