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Categoría: Incestos

Mis novias del sur

Cada ser humano busca su destino y en mis años de juventud anhelaba mucho estudiar para forjar mi futuro, Sabia que mis padres no poseían los recursos necesarios y la única alternativa fue entrar en la marina de guerra. Fue así que me convertí en marino y mientras duro la experiencia todo fue fantástico, no pertenecía a la plana mayor pero me conforme con integrarme a las filas buscando como todo joven un poco de aventura.



Siempre había tenido la curiosidad de aquel famoso dicho " el marinero tiene un amor en cada puerto" y quería saber cuánto había de cierto en todo eso. En realidad no me puedo quejar porque tuve muchas experiencias y anécdotas para guardar en mis recuerdos y una de esas historias es la que quiero contarles hoy.



En esta ocasión corría el año 1978 cuando nuestro problema bélico con nuestro país vecino (chile) se estaba poniendo bastante caldeado y todo pintaba para una guerra. En ese momento mi unidad estaba destinada al área del Canal de Beagle  para realizar patrullajes alternativos con base en la ciudad de Ushuaia. Aunque yo lo tomaba como un trabajo normal ya que estaba catalogado como personal local porque tenía mi domicilio en la casa de mi novia.



A Laura la había conocido en una entrega de banderas a la escuela donde trabajaba como docente y con el tiempo nos convertimos en novios súper enamorados, en breve también conquiste a sus padres que me albergaron en su humilde casa. Silvia, (La mama) era una mujer grandota de cuerpo, de mucha cadera pero aun seguía manteniendo su figura curvilínea aunque sus vestimentas  holgadas no dejaban resaltar sus atributos, en cambio Mario (El papa) era un hombre robusto y bastante gordo del cual siempre me preguntaba como haría para hacer el amor con su esposa con semejante panza.



Viviendo allí podía disfrutar plenamente de mi tiempo libre y en pocos meses ante una relación amorosa con Laura que más podía pedir.



Al principio yo dormía en un pequeño cuarto improvisado pero una noche muy fría de invierno me aparecí en su cama y como ella no me dijo nada comenzamos a intimar y a vivir en pareja. Procurando no hacer demasiado ruido sabíamos tener sexo todas las noches aunque a veces nos olvidábamos de que no estábamos solos y a Laura se le escapaba algún grito involuntario y muchas veces tenía que taparle la boca. Pero era lógico a ella le gustaba cabalgar mi pija y acabar a los gritos.



Durante mucho tiempo había intentado perforarle su hermoso culito pero no quería saber nada así que después de varios intentos desistí de la idea.



Con Silvia (mi suegra) teníamos un trato súper cordial y siempre se ponía de mi lado para defenderme. Pero en un momento de mi incipiente noviazgo la note distinta o con ganas de cambiar su aspecto abandonado. Comenzó a comprarse ropa nueva, a pintarse las uñas y a teñir sus canas para parecer más joven. Yo lo primero que pensé era que lo engañaba a Mario (mi Suegro) pero también su actitud hacia mi había cambiado.



Estaba más confidente y cuando nos escuchaba a la noche me cargaba con alguna broma. También un buen día me dijo casi reclamándome



—Ay Jorgito no me digas más suegra, Decime Silvia y tutéame



Al principio me costaba un poco pero después comprendí que quizás era para no sentirse tan vieja, aunque 45 años  no eran para alarmarse  pero accedí a sus deseos sobre todo porque quería que ella se sintiera bien.



Un día Laura nos invitó a una fiesta que organizaba la cooperadora de la escuela y como Mario estaba trabajando  Silvia me pidió si la podía acompañar.



—SI como no Silvia, encantado, le conteste para su tranquilidad



A media tarde después de tomar unos mates me prepare con mi ropa de calle y Silvia apareció en mi habitación para mostrarme lo que se había puesto.



—Te gusta cómo me queda esto Jorgito?



—Te queda bárbaro! Le conteste impactado



Se había puesto un vestido de color azul lizo que marcaba su figura casi al detalle, el hilo de su tanga se  perdía en la inmensidad de sus caderas y por detrás el broche de su brasier marcaba los pequeños rollitos de su espalda terminando en la curva más que peligrosa de su hermoso y enorme culo.



Sus rodillas regordetas asomaban insinuantes bajo su falda y unas sandalias al tono completaban su exuberante figura. Ya sin ningún reparo y después de haberla observado de pies a cabeza se me escapo un... 



—Que hermosa estas Silvia!!!!



—Ay gracias Jorgito, tengo que estar a tono contigo que eres un galán, me contesto con una sonrisa compradora.



Yo sonreí ante su insólita respuesta y ofreciéndole mi brazo salimos juntos hasta el taxi que nos esperaba en la puerta. Durante el viaje conversábamos sobre las fiestas anteriores y lo que veríamos pero mis ojos terminaban siempre en sus piernas que cruzaba constantemente y sus carnes blancas que se perdían en las sombras de su falda.



Llegamos hasta la entrada de la escuela y en la escalera la tome de la cintura para darle seguridad, pero ella al instante estiro su mano por detrás para agarrar la mía y apretarla fuertemente como deseando que se la deje allí.



Poco a poco nos mezclamos en la multitud hasta llegar al salón, nos ubicamos en unas butacas cerca del cortinado y poco después comenzó el espectáculo. Laura permeancia a un costado del escenario supervisando a los alumnos mientras su madre trataba de rosarme todo el tiempo como incitándome a que la toque.



Mientras la multitud aplaudía los diferentes actos quise saber sus límites y me atreví a acariciarle el culo sin ningún recato a lo que solo me miro y esbozó una dulce sonrisa de aceptación.



Estuvimos así durante toda la fiesta  y yo estaba súper embalado, cuando termino fui hasta donde estaba Laura y le pregunte si vendría con nosotros.



—Ayy no mi amor! Tengo que quedarme a ordenar todo, vos anda con mama que yo después voy. Me contesto con carita de resignada



Entonces me volví, pase por Silvia que me esperaba y volvimos a la casa, en el taxi se puso muy cachonda y vigilando la mirada del taxista tocaba mi pija dura por arriba del pantalón.



Cuando llegamos me dio las llaves y entramos como desesperados para besarnos  y acariciarnos  cuando se retiró de mí se soltó me dijo



—Veni amor!!! Te espero en mi habitación 



Yo estaba anonadado, tome un vaso de agua pensando que haría y cuando aparecí en la puerta de su habitación ella yacía en la cama completamente desnuda  abrasándose y retorciéndose sola 



Suavemente abrí sus piernas regordetas y descubrí una hermosa vagina totalmente depilada mientras que con su voz entrecortada me rogaba y me pedía...



—Cógeme Jorgito!!! Cógeme como lo haces con Laura!! Yo no podía creer lo que estaba escuchando. Como se habían dado las cosas y ahora tenía a Silvia desnuda rogándome que la penetre.



Rápidamente me desvestí  y metiéndome entre sus piernas abrí su vulva y se la empecé a chupar, manoseaba sin control sus enormes pezones mientras ella india mi cabeza dentro de su vagina con fuertes movimientos ascendentes que me hacían faltar el aire.



—No no no poneme tu palmito, por favor me rogaba



Y sin meditar me erguí y golpeando varias veces mi glande contra su clítoris la fui penetrando suavemente mientras miraba mi pija desaparecer entre sus carnes que al volver traía consigo el jugo blanquecino de sus orgasmos. Silvia era una máquina de acabar y mientras mis movimientos tomaban velocidad sentía el abraso caliente de sus orgasmos que se hacían cada vez más grandes. Después me lo quiso chupar un poco y cuando se la di parecía no haber visto nunca una de ese tamaño



—QUE HERMOSA PIJA TENÉS MI AMOOOORRRR!!! Me exclamaba asombrada y excitada



—Con razón la haces gritar a mi hija pobrecita, me decía con sarcasmo mientras se pasaba mi pija por su rostro y volvía a llenarse la boca con mi pedazo que bailaba como un fierro contra su paladar.



Mientras ella se entrena así yo no dejaba de acariciar todo su cuerpo o excitar su vagina que seguía teniendo espasmos muy fuertes.



Cuando agarre su culo comencé a estrujarlo y a abrirlo para ver su orificio marrón súper bonito y entonces allí surgió de mi boca como una orden desde mi desesperación



—Silvita quiero que me des la cola!!!



—ssiiii mi amor lo que tú quieras, me contesto al instante



Realmente no lo podía creer todo aquello parecía un sueño después de tanto pedírselo a su hija ahora tenía a la madre con ganas de que le rompiera el culo.



Me fui hasta la cocina y traje un poco de aceite, además de su ano unte todo  a su alrededor y el hermoso culo brillaba ante la luz del velador como un pavito de navidad



Cuando se lo puse pego un grito no sé si de dolor o satisfacción mientras mis manos habrían con fuerza sus muslos para hacerme camino rumbo a su interior que me esperaba apretadito y caliente. Cuando lo sentí totalmente adentro comencé a serruchárselo muy despacito era obvio que no quería acabar enseguida sino disfrutar al máximo aquel regalito que me estaba obsequiando. Su voz se había puesto más sensual y sus gemidos me enardecían hasta la locura.



—aaaaarrrrggggg, aaaaayyyyy, que pedazo de pija amor! Como deseaba estooooo   aaayyyy papi



Me hablaba así y me convertía en un animal salvaje arrancando gritos desgarradores de su presa mientras mi verga parecía desbocarse en la inmensidad de su culo



Ella se veía abandonada a mis antojos mientras yo la tenía estaqueada con mi pija a fondo



—Me tenés atrapada papiiiiiiii aaaaaarrrrrrggyyyyy



De pronto al ver que se mojaba mucho me pidió que fuera al baño por unas toallitas, pero me daba pena desprenderme de aquella unión tan hermosa, mi pija estaba como dormida ante tanta presión así que para bajarle un poco la sensibilidad se la saque mientras miraba como su culo trataba de volver a su lugar pero aun no podía debido a su gran dilatación.



Cuando volví le pedí que abriera sus piernas para colocar las toallitas pero me pareció que ya era demasiado tarde, sus múltiples orgasmos habían traspasado todo pero igual se la coloque para la estocada final.



Apenas logro acomodarse cuando mi verga ya ronceaba su hoyo y sus movimientos de caderas me invitaban a seguir disfrutando de sus carnes. Rápidamente y sin perder mi erección se la puse de nuevo y un suspiro de aceptación surgió de su boca. Cuando sintió que mis huevos golpeaban sin piedad su vagina comenzó a moverse de arriba hacia abajo y con gritos desesperados sabía lo que se venía.



Yo agarrado de sus pechos la fondeaba cada vez más adentro mientras Silvia gritaba desesperada



—Ay esta papi!!! Si si si si si  Mi culo es tuyo papiiiii aaaayyyyyy



Cuando sintió mi leche caliente dentro de su culo un grito de liberación casi al unísono nos surgió del alma y poco después sus enormes muslos me exprimían hasta la última gota.



—aaaaayyyyy mi amor como acabaste papitoooo



—Es que tenés un culo hermoso querida!! Me haces calentar con solo verlo



Un par de minutos después ambos reaccionamos, yo corrí a ducharme y ella a arreglar todo, nos quedaba poco tiempo para vestirnos porque tanto su esposo como mi novia llegarían el cualquier momento. Yo me duche y me quede en mi cuarto para esperar a Silvia.



Después escuche a mis suegros conversar en la cocina y agradecí a Dios que no llego 10 minutos antes pues seguramente nos hubiera encontrado en el acto. Laura llego después y cuando entro en la habitación le di un besito de bienvenida, luego esperamos la cena juntos, aquel día había sido agotador  así que solamente nos fuimos a dormir abrasados como dos angelitos.



En los días siguientes continúe mis amoríos con Silvia que se había convertido en una ninfómana insaciable y cada vez era capaz de entregar su vida por un poco de sexo conmigo.



Cuando todo aquel absurdo conflicto termino todos volvimos a casa para las fiestas y recién en marzo comenzó de nuevo el periodo de navegación. En ese lapso de ausencia me entere que Mario había fallecido a causa de un infarto y quien mejor que yo para ser el macho de la casa.



Estando allí me derivan de pase a la base naval de Ushuaia así que con más razón quería quedarme con estas dos mujeres y dar rienda suelta a mis locuras. Todo iba muy bien excepto por una situación incómoda que nos tocó vivir cuando Laura nos descubrió en la cocina teniendo sexo oral. Mi novia se enojó muchísimo  especialmente con su madre, pero al tiempo regreso a casa para integrarse con nosotros y disfrutar de a tres como debió haber sido desde un principio.  Hoy  después de tantos años quiero recordarlas y brindarles este humilde homenaje a mis mejores amantes porque siempre estarán en mi memoria como mis adoradas novias del sur.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 1
  • Lecturas: 1659
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