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Conocí a Sandra en el primer curso de bachillerato. Era conocida su fama de mamona desde la ESO y de no decir que no a nada ni a nadie que tuviese una buena polla, independientemente de su edad y estado civil. Y yo fui uno de los que, en esa época, penetraron dentro de ella bastantes veces en sus tres agujeros y disfrutaron de sus múltiples vicios. Una tarde en la que organizamos un pequeño baile "con apartes", nos quedamos los dos solos en el salón. Los otros chicos y chicas empezaron a marcharse a sus casas. Estábamos desnudos, se acercó a mí y masajeando un poco mi polla me preguntó sonriendo:
-¿Tú también estás cansado o te gustaría penetrar en mi culo otra vez? Noto cómo te está creciendo.
- Podemos irnos a un dormitorio y terminar la noche. Además, metértela por el culo es un placer de dioses.
Y lo fue de nuevo. Apenas nos conocíamos en el terreno personal, pero por alguna razón nos deseábamos. Sandra se subió a la cama, se tumbó boca a abajo y me dijo que le limpiase el culo con mi lengua antes de metérsela, pero yo me negué y ella riéndose, se levantó, me tumbó en la cama en la misma posición, me separó los glúteos y metió su lengua todo lo que pudo en mi culo ¡casi me corro de gusto! Luego se puso a cuatro patas, se la metí por el culo sin problemas y eso que mi polla no es nada pequeña ni delgada. Sandra apretaba a veces los músculos del culo para sentirla mejor, y eso, y los polvos anteriores, hizo que me corriese dentro de ella en pocos minutos.
Me tumbé encima suyo y cuando notó que mi polla se salía de su culo, se levantó, cogió mi polla y se la introdujo en la boca totalmente. Me la lamió, limpió y jugó con ella. Y si he de ser sincero, me dio un poco de asco, pero luego nos besamos intensamente y a pesar de notar el olor a excremento, no me negué. Salimos otras varias veces y follamos muchas veces hasta fin de curso, y mi culo y mi polla, siempre estaban limpios gracias a su boca y su lengua.
Pero por circunstancias de los estudios y también de nuestras residencias particulares, no la volví a ver hasta 4º de carrera en la universidad ¡y cómo no!, en una orgía organizada por varias chicas de tres facultades, en un chalet de la playa de Benicassim.
Me reconoció desde el primer momento, y todo ese fin de semana nos dedicamos varias horas de placer a tope, recordando "viejos tiempos" y juveniles placeres sexuales. Nos dimos los teléfonos al despedirnos, y a mitad semana me llamó para decirme que tenía la agenda del viernes noche y sábado, totalmente vacía y si no me importaría compartir con ella esas muchas aburridas horas. Nada especial, solo follar, follar y follar, hasta no poder más. Por supuesto acepté.
Me presenté en su pequeño piso que compartía con otras dos chicas que, teóricamente estaban en casa de sus padres los fines de semana, con una rosa roja y dos botellas de vino blanco que ya traía fresquitas, pero una de las compañeras, Alex, la oyó hablar conmigo, le preguntó que tal estaba yo de potencia y de vicios, y con sus referencias, le dijo que ella también quería follarme y como Sandra sabía que yo tenía aguante, no me dijo nada de eso para darme una sorpresa. Y me la dio, ya que las dos son guapas y con unas tetas de fábula. Y por supuesto, profundamente bisexuales y liberales a tope.
Cuando me abrió la puerta su amiga Alex, me quedé sorprendido porque estaba totalmente desnuda sobre altísimos tacones, y por si me había equivocado de puerta, pero Sandra, también completamente desnuda y sobre unos tacones tan altos como los de su amiga, salió del interior y vino a socorrerme con una amplia sonrisa, y me dijo:
- Como podrás darte cuenta, hemos decido entre las dos, dejarte hoy los huevos completamente secos. Pero si tienes miedo de hacerlo con dos mujeres muy activas y muy viciosas, me puedo marchar yo y te quedas con Alex. Ya ves, no soy egoísta.
Acepté el desafío con gran placer, y mientras me desnudaba, la primera botella de vino estaba ya casi vacía y os aseguro que no tardé mucho en desnudarme. Aprovechándose Alex que Sandra había ido al frigo para que la otra botella se siguiese enfriando, se arrodilló ante mí, puso mi ya casi dura polla en su boca y empezó a hacerme una mamada "de champions polla's". Sandra, al regresar, me dijo desde la puerta que no me corriese yo en su boca, que deseaba tener su coño y su culo lo más lleno de leche posible esa noche. Alex cumplió su trabajo y me dejó, a duras penas, la leche para Sandra, que ya me esperaba en la cama y apenas subí yo a ella, separé sus piernas y la penetré hasta el fondo. Poco después, noté que la mano de Alex jugaba con el coño de Sandra y con mis huevos, mientras las dos se besaban y jugaban con sus lenguas, y la mano de Sandra con el coño de Alex, pero la primera en correrse fue Sandra, seguido a menos de un minuto por mí y la medalla de bronce fue para Alex ¿o es al revés?
Descansamos un poco mientras nos fumábamos unos porros, pero las dos chicas no dejaban de jugar con mi polla y metiéndose dedos en sus culos, dedos que luego se chupaban. Una vez recuperados, Alex se montó encima mío dándome la espalda y se tumbó encima de mi pecho. A nuestros pies estaba Sandra jugando con su boca lamiendo la base de mi polla y mis cojones, a la vez que el coño de Alex, y esta, masajeaba el coño y el ano de Sandra metiendo, nuevamente, unos deditos en cada agujero. Alex cogió mi polla y se la enterró profundamente en su culo sin ningún problema. Ahora, el primero en correrse fui yo. El placer que me estaban dando estas dos mujeres era glorioso y no pude más. La siguiente fue Sandra y más tarde, cuando ya casi mi polla, totalmente relajada se salía de su precioso culito lleno de leche, se corrió Alex en un orgasmo brutal dando un salto inesperado y salvaje, y como yo estaba debajo, casi me deja sin costillas sanas del peso de su cuerpo al caerme encima.
Las dos querían más (y yo también), y después de dos porros más y con mi polla casi enhiesta otra vez, gracias a los cuidados de las chicas y dos buenas pero cortas aunque profundas mamadas, en esta ocasión fue Alex quien se puso debajo bien abierta. Sandra la miró y le dijo que se fuese hacia los pies de la cama para que le pudiese comer el coño. Sandra se puso arrodillada encima de Alex poniendo su coño al alcance de su boca y poniendo su culo al alcance de mi polla. Y mientras yo la penetraba analmente y me agarraba fuertemente a sus tetas y se las aplastaba y retorcía, Alex le comía el coño ¡pero se lo comía de verdad!, y al mismo tiempo se masturbaba con fuerza y metiendo dedos en su panojita. Alex y yo nos corrimos casi simultáneamente y poco después lo hizo Sandra, mientras gritaba y se dejaba caer como muerta, en la cama diciéndome:
- Cabrón, me has destrozado las tetas, menos mal que me he quitado los piercings. Creo que nunca me las han apretado y estirado tanto como tú ahora... pero me ha gustado y me has dado un calentón de muerte, ¡tenemos que repetir esta experiencia! Pero ahora necesito descansar y tomar algo fuerte.
Nos pasamos muchas horas de placeres constantes, y una cosa que me sorprendió por encima de algunos tatuajes y piercings en sus cuerpos, es que las dos se peleaban por mamarme la polla cada vez que se la sacaba del culo de cualquiera de las dos. Y al menos en tres ocasiones, mi polla salía pringosa de la caca de sus intestinos. También ellas se penetraban con sus lenguas en sus culos durante largo tiempo. A mí, incluso me molestaba ese olor, pero ellas disfrutaban dejando mi polla limpia. Esa fue la primera vez que vi a Sandra disfrutar con el scat, aunque era en versión suave.
Fueron pasando los días y los fines de semana y poco a poco, fui conociendo el enorme apetito vicioso-sexual de Sandra en todos los terrenos y que no ocultaba absolutamente a nadie. Incluso su trabajo de puta en orgias depravadas y muy bien cobradas. Era una mujer extraordinariamente libre y superviciosa, que, en el lenguaje actual, pero que casi nadie sabe lo que significa, se ha transformado en palabras como: pansexualidad, polisexualidad, hipersexualidad, y otras muchas palabrejas de esas. Repito que para mí, solo es una amplísima libertad sexual, vivida sin mentiras, o "muchasexualidad".
Sandra no solo me gustaba cada día más, y yo también a ella, sino que además, nos estábamos enamorando de verdad, y en ese ambiente de plena libertad sexual de los dos, iniciamos una vida en común. Dialogamos muchas horas, pero muchas, muchas. Nos hablamos muy transparentemente y decidimos que nuestra vida en común estaría unida en algunas normas de convivencia familiar y de respeto, pero con plena libertad sexual.
Llegó el primer verano de estar juntos y ella volvió a su pueblo, a pasar dos semanas con sus padres, pero también volvió para follar con sus antiguos ligues masculinos y femeninos. Y allí que me fui yo unos días para conocer a sus padres y a las dos personas con las que más follaba Sandra, su prima Silvia y su marido, Pascual, casados solo dos meses antes.
La misma noche que llegué, hicimos un intercambio entre los cuatro y me llevé otra sorpresa de sus libertades sexuales. Silvia me dijo que yo le había gustado mucho y que por esa razón follaba ahora conmigo sin condón y lo haría los siguientes días, ya que no se estaba tomando anticonceptivos para poder quedarse preñada y tener su primer hijo, por lo que cabía la posibilidad de hacerme padre. Sandra y Pascual se rieron y Sandra me dijo que haría lo mismo con Pascual y conmigo, cuando quisiese tener su primer hijo "conmigo". Yo me quedé alucinado y quedamos en vernos los cuatro al día siguiente, sobre las 4,30 de la tarde, en la casita que los padres de Silvia tenían junto a una era abandonada.
Yendo a casa de los padres de Sandra, yo la cogí de la mano y le pregunté:
- Sandra ¿qué quiere decir eso de follar con Pascual y conmigo para tener nuestro hijo? Y lo mismo pienso de Silvia ¿tengo que ser padre sin saberlo o es una broma?
Sandra se me quedó mirando intensamente en la poco iluminada calle y dijo:
- ¿De verdad es importante para ti que mis hijos sean tuyos? Al fin y al cabo, quien va a tener los hijos soy yo y a mí no me importa quién sea el padre. Muchas veces trabajo de puta muy, pero que muy bien pagada por mis vicios ilimitados y por supuesto sin condón ¿vas a poner problemas a nuestro futuro por quien sea el padre de MIS hijos? Y en cuanto a Silvia, te ha hecho el honor de poder compartir con su esposo ser el padre de su primer hijo ¿has visto enfadado a Pascual? Tendrás que aprender aprisa algunas cosas estos días. Y si no te gustan, te vas a casita con tu querida mamá. Aquí somos así.
Tal y como acordamos, al día siguiente allí nos presentamos Sandra y yo, que me llamo Jaime. Sandra solo llevaba un microvestido blanco estampado, con generosísimo escote, atado al cuello por una larga cinta. Cuando entramos en lo que fue una gran cuadra con bastantes balas de paja, vimos a Silvia y a Pascual desnudos y riéndose, con un gran orinal metálico blanco, de esos antiguos de nuestras abuelas en sus manos. Al ver esa escena, Sandra se puso un poco seria y le dijo a su prima:
- ¿Supongo que no querrás usar ahora eso? Porque si lo usamos, lo vamos a usar en serio y sin tapujos.
- Por supuesto que sí ¿acaso no le has contado algunas de nuestras gamberradas juveniles a tu novio?
- Algo le dije anoche. Y sí, prefiero que sepa realmente con qué clase de putas está.
Silvia se acercó a su prima, le desató las tiras del vestido y este cayó al suelo quedando Sandra desnuda ya que no llevaba ropa interior (la verdad es que la usa muy poco y solo para situaciones sociales). Yo no tenía ni idea de lo que estaba tramando, pero vi como la abrazaba y empezaba a besarla en los labios mientras acariciaba el interior de sus muslos. Poco a poco, Sandra empezó a despertar con el deseo que le provocaba su prima, y de repente dice en voz algo alta:
- Vale, vale, pero vosotros primero. Y tú cariño, haz el favor de desnudarte también, como nosotros. Vas a conocer un poco mejor a la puta depravada de tu novia.
Pascual, con el orinal en sus manos, dice:
-Yo el primero, que ya no aguanto más.
Y sentándose en el orinal, delante de todos, empezó a defecar en el interior, pero con la polla fuera del mismo, dejando que el meado que acompañaba a la caca, saliese fuera y hiciese un charco a su alrededor. El olor fétido empezó a inundar la cuadra y cuando terminó, se levantó, ofreció su culo a su mujer y esta empezó a chuparlo con su lengua hasta dejarlo totalmente limpio. En el orinal, había un considerable montón de mierda.
Ahora le tocó a Silvia, y llenando de sonidos con sus múltiples pedos la estancia, aumentó el volumen de la caca que estaba en el orinal, y el de meados por el suelo. No hizo falta que ofreciese su culo a su esposo, este se lanzó a por ella y sin parar en ningún momento, su lengua dejó limpio, limpísimo, el culo de Silvia.
Pero yo no perdía de vista a Sandra. Estaba muy nerviosa y ni una sola vez me miró a mí. Sus grandes y oscuros pezones estaban durísimos y de vez en cuando, su mano acariciaba su entrepierna. Miraba lo que estaban haciendo su prima y su marido y respiraba agitadamente. A ella no solo no le molestaba el olor que estaba llenando la estancia, sino que lo respiraba profundamente y se notaba cómo en su cara el placer le iba dibujando una sonrisa, mitad irónica, mitad de maldad y deseo.
No hizo falta que le dijesen nada, apenas Silvia se levantó, mi novia ocupó su puesto y ya antes de sentarse en él, un par de pedos llenaban el ambiente con las risas de su primo y mi estupefacción. Había visto a Sandra limpiar culos con su boca y su lengua, entre ellos el mío, pero no llenos de mierda, esta faceta tan escatológica no era conocida por mí. Sus meados se unían a los anteriores y un hermoso charco llenaba el suelo y se unía a la paja, al polvo, a la suciedad, y restos de otras cosas. Sus pedos eran bastante constantes y superiores en olor a los de sus primos, y cuando se levantó, una gran cantidad de mierda había en el orinal. Me miró a mí sonriendo y me preguntó:
- Cariño, nunca me has limpiado el culo con tu lengua y yo a ti innumerables veces ¿me lo vas a limpiar ahora que está lleno de sabrosísimo manjar?
- No, lo siento, pero esto es superior a mis deseos. No estoy aún preparado y no sé si lo estaré alguna vez. Pero tú puedes hacer todo lo que te apetezca. Tampoco defecaré en el orinal. Simplemente no tengo ganas ahora. Ya he olido bastante a amoníaco.
Silvia se acercó a Sandra, esta le ofreció el culo y Silvia se lo dejó totalmente limpio. Luego se acercó al orinal, y mientras lo sostenía Sandra, Silvia metió su mano derecha y empezó a apretar las cacas de los tres y a formar con ellas una sola masa mientras los tres se reían. Yo me senté en una bala de paja y les observé. Silvia sacó su mano del orinal completamente llena de mierda y mientras se reían, la aplastó sobre la mejilla derecha de Sandra. mi novia, que con un dedo, lo pasó sobre su mejilla y toda la porquería que pudo coger con ese dedo, se la llevó a la boca y se la comió.
Silvia se acercó a su esposo que ya estaba empalmado y cogiendo una buena cantidad del contenido del orinal, lo puso sobre su polla y empezó a distribuírsela por toda ella, mientras a Pascual se le ponía durísima y con respiración llena de deseo. Dos veces más la untó de la mezcla de los tres cagones y cuando vio que la polla era invisible por la cantidad de mierda que la cubría, se arrodillo ante él, y se fue metiendo toda esa polla pringosa en su boca. Yo notaba el placer que sentía Silvia al introducirse esa polla en su boca y cómo se lo iba comiendo todo, por los movimientos de su garganta. Pero al mirar a mi novia, vi el más profundo de sus deseos en sus ojos y como con sus dos manos se estaba masturbando como una loca poseída por el diablo.
Yo les miraba asombrado. A pesar del tiempo con mi novia y su pasión por meter su lengua en mi culo, no encontraba una razón para esa sensación de placer. Tampoco la encontraba para la lluvia dorada, hasta que empecé a practicarla, pero ver la cantidad de caca que Silvia se estaba tragando glotonamente y el deseo incontenible de mi novia por ser ella quien se lo comiese, empecé a plantearme si no sería yo "el raro" de esa relación que llamaban sexual.
Poco a poco, la polla de Pascual estaba desapareciendo en el interior de la boca de su esposa (las dos mujeres se las tragan enteras), pero como la excitación de Pascual era enorme, aún los labios de Silvia no habían llegado a la base de su polla, se corrió en una descarga enorme de leche que Silvia no esperaba. Y con su deseo de tragarse semen y caca, casi se ahoga. Sacó de su boca la polla y empezó a toser. Mi novia, viendo que aún quedaba una buena cantidad de mugre por limpiar, apartó a su prima, se arrodilló ante Pascual y se metió sin problemas la polla en su boca, y en pocos minutos llegaron sus labios a la base de la misma y dejó esa polla y sus huevos, más limpios que los llamados chorros de oro. Silvia, que la estaba jaleando, se acercó a ella y las dos sonrientes se besaron profundamente mientras se pasaban restos de una boca a la otra.
Aún quedaba mucha en el orinal. Las mujeres no querían perder más tiempo sin disfrutar de su contenido. Las dos cogieron el orinal y la una y la otra, metieron mano dentro, las sacaban llenas de caca y con ella, entre risas y besos, se embadurnaron sus tetas y profusamente sus pezones. Cada una de ellas le dio sus manos y dedos a limpiar a la otra y se comieron todos sus restos hasta dejarlas limpias. Luego, Silvia apartó a mi novia de su lado y mirando el suelo, buscó el sitio dónde más charco de meados hubiese, se tumbó encima de ese charco y de los restos de paja y suciedad, buscó arrastrándose de espaldas por el suelo la posición más cómoda y una vez allí, llamó a mi novia para que se pusiese encima suyo. Sandra miraba glotonamente toda la enorme cantidad de caca que había en las tetas y cara de su prima, se tumbó encima de ella y puso su boca encima de uno de sus pezones mientras acariciaba todo su cuerpo.
Poco a poco, mi novia se lo fue comiendo todo y dejando al descubierto el pecho de Silvia. Cuando terminó mi novia de despejar ese pecho, empezó por el pezón del otro mientras acariciaba su entrepierna y poco a poco, también esa enorme y maravillosa teta se fue quedando limpia. Después y como siempre hacían, se comieron a besos, limpiaron con sus lenguas sus caras, y se pasaron la una a la otra, todo lo que había quedado de restos en su boca. Aún estaban besándose, cuando Silvia estalló en un enorme orgasmo que la hacía saltar. Cuando se relajaron las dos, mi novia se acercó a mí y mostrándome sus pechos, totalmente ocultos por la enorme cantidad de caca sobre ellos, me preguntó:
- ¿Estás seguro cariño que no quieres comerte, al menos uno de ellos? Huele mi amor, esto sí es manjar de dioses y de diosas, no amoníaco como dices tú. No tienes ni idea de lo que me pagan para comerme este deshecho de mis intestinos.
La tenía pegada a mí. El olor no me importaba, el tiempo pasado allí ya me había acostumbrado a esos olores, pero era la cantidad, la textura, el origen de toda esa masa, lo que me impedía no solo comérmela, sino simplemente chuparla. Negué con la cabeza y fue a tumbarse en el suelo buscando otro charco donde aún hubiese orín de sobra. Se tumbó como antes su prima y ahora fue esta la que se comió toda la masa que cubría los pechos de mi novia mientras la masturbaba, hasta que también Sandra tuvo su brutal corrida. Luego se fueron los tres a ducharse y lavarse bien la boca con toda clase de desinfectantes que allí tenían. Yo me quedé y me duché solo.
Nos fuimos a su casa bastante silenciosos mientras nos fumábamos unos cigarrillos. Pascual y Silvia quisieron quedar para después de cenar, pero mi novia quería salir solo conmigo. Cenamos Sandra y yo con sus padres y luego, su padre, ella y yo, nos fuimos al bar a tomarnos un café y unos licores. Algunos de los clientes, la mayoría maduros, saludaron "muy afectuosamente" a mi novia sin recato alguno por la presencia de su padre y mía, al fin y al cabo, habían sido, eran, o esperaban seguir siéndolo, clientes suyos de muchos años y todos sabían lo viciosa que era, hasta su padre. Ni siquiera nos sentamos, lo tomamos en el mostrador mientras repartía besos, charlaron unos minutos mientras todos me miraban, y luego salimos los dos a dar una vuelta.
Yo inicié camino hacia la fuente del manzano, lugar habitual a estas horas de parejas y de personas con ganas de follar todas las noches, pero mi novia me hizo cambiar de sitio. En silencio, pero fumando sin parar (Sandra no ha sido nunca una gran fumadora pero estaba nerviosa), nos dirigimos hacia un pequeño bosquecillo de enormes algarrobos, casi pegados unos a otros y se dirigió hacia el final del mismo. Al llegar ya casi al final, se paró, se desabotonó el vestido y dejándolo caer, se quedó desnuda y mirándome en la casi oscuridad de una luna menguante, me dijo todo esto:
** Jaime, los dos nos respetamos mucho en nuestras relaciones sexuales diversas y nada tiene que decirle el uno al otro, pero lo de esta tarde, no lo comprendo. Solo tenías que chuparme un pezón, nada más. Conoces a mucha gente que practica el scat y nadie se ha muerto hasta ahora por eso. Solo lo hacemos con nuestros excrementos, o los de personas conocidas que sabemos que están sanas y nunca con los de animales. Como la lluvia dorada, que antes te daban hasta vomitonas solo de mirarnos, y ahora disfrutas bebiendo la orina. Quiero que esta noche, aquí solos los dos, aprendas a querer entrar en el mundo escatológico. Puedes negarte, puedes vomitar, o simplemente puedes empezar a disfrutar de esta relación.
** Pero además, tú sabes que yo me prostituyo desde los 15 años y ahora, muchos fines de semana trabajo de puta muy especial. Son orgías grupales o gang-bangs y no es solo follar, sino que son reuniones escatológicamente depravadas y maravillosamente pagadas, a las que no pienso renunciar, tanto por el placer como del mucho dinero que me pagan. Y como has visto en el bar, soy una más de las muchas putas de este pueblo que lo son de generación en generación. Relaciones muy viciosas, incestuosas, escatológicas, pero esto viene de generaciones y tendrás que soportar verme ser manoseada en público o follar con ellos. Pero aquí, hasta en eso somos generosos, también tú podrás follar con muchas de sus mujeres e hijas. Solo es placer y vicio pueblerino. O si lo prefieres, una costumbre ancestral. O una forma de vivir en total comunidad de bienes.
** Jaime, puedes quedarte conmigo toda tu vida y ser un cornudo muy feliz. O puedes marcharte ahora y dejarme para siempre. Yo no voy a cambiar, nací así y quiero seguir así. Pero yo no te voy a obligar a hacer nada que tú no quieras. Toma tu decisión ahora.
Y sin decirme nada más, se puso en cuclillas, soltó varios pedos y de repente vi cómo ponía su mano izquierda bajo su culo y cómo hacía fuerza para ir vaciando de nuevo sus intestinos. Yo creía que con lo que había cagado por la tarde, ya estaría vacía, pero lo que yo no sabía es que se había tomado un laxante en casa, y de repente la veo levantarse y mostrarme su mano con una enorme cantidad de mierda. Me la acercó a la nariz y me dijo:
- Huele cariño. Esto es mío, de mi propio cuerpo y te lo voy a ofrecer. Si tú lo quieres, nos lo comeremos entre los dos y si tú no quieres, me lo comeré yo sola. Tú decides.
Y con un dedo de la otra mano, cogió un poco de su excremento y se untó ligeramente su pezón derecho. Luego hizo lo mismo con su pezón izquierdo. Pasó su lengua glotonamente sobre su mano y cogió una buena cantidad de caca que llevó a su boca. Cuando terminó de masticar y deglutir lo que tenía en la boca, se acercó a mí, me agarró con su brazo libre y me dio un maravilloso y apasionado beso... con una boca y una lengua llenas del resto de lo comido y su apestoso olor. Se separó un poco de mí y me invitó a limpiarle sus pezones. Yo tenía en mi boca el sabor de su beso ¡qué me importaba ya un poco de mierda más en mi boca!
La cogí por la cintura, me acerqué a ella y empecé a mamarle y limpiarle un pezón. Mi novia empezó a llorar suavemente de alegría. Luego hice lo mismo con el otro y cuando me retiré de ella, su mano izquierda con todo el resto de la caca que llevaba, la aplastó sobre sus pechos y con su mano se lo fue frotando y distribuyendo la caca por ellos. Empezó a comerse el resto que quedaba en su mano y yo, para sorpresa mía, me acerqué a ella y con no muchas ganas, pero sin asco, empecé con mi lengua y mi boca a limpiar sus pechos hasta dejarlos totalmente limpios. Luego nos besamos mucho más que intensamente, mientras nuestras lenguas jugaban y buscaban limpiar el resto de la especial comida que quedaba por la boca.
Pero lo que mi novia no esperaba (ni yo tampoco), fue el deseo incontenible mío de limpiarle su culo con mi boca y lengua. Ya tenía Sandra restos casi secos y pegados a su piel, pero poco a poco me los fui comiendo hasta dejarle el culo totalmente limpio. El placer que obtuvo mi novia fue tal, que mientras lloraba se estremecía, y tuvo dos enormes orgasmos que celebró con un salvaje grito en el silencio de la noche.
Apoyó su desnuda espalda en un inmenso algarrobo, separó un poco las piernas, cogió mi polla y se la introdujo en el coño. Fue una follada sensacional... y fue mi inicio en las relaciones escatológicas. Sigue sin gustarme, pero no me niego a hacerlo nunca con mi esposa, y con otras pocas personas, entre ellas Pascual y Silvia.
Por cierto, Pascual y Silvia tienen dos hijos y una hija. Sandra y yo tenemos dos hijas. Las tres chicas son tan pervertidas como sus madres. Los dos chicos ya empiezan a follar cada verano a las amigas, primas, e incluso a alguna mujer adulta. Ya sabéis, cosas de pueblos. ¿Y quiénes son los padres de estos hijos? Sinceramente, creo que no lo saben ni sus madres.
NOTA: Cuando hablamos de hacer scat con personas sanas, es lo mismo que cuando nos tragamos el semen de personas sanas, o personas que conocemos. Lo que coman cada una de las personas, te cambia el sabor. No es lo mismo defecar verduras, que un buen filete de vaca con patatas a lo pobre ¡hummm!
Pero lo peligroso, es hacerlo con personas desconocidas y cuyo estado de salud e higiene desconoces. Enfermedades hay muchas, no solo VIH, pero hay una en la que pocas veces se piensa y ni siquiera es mortal: tener gusanos. Y eso se contagia bastante. Un consejo, antes de comer los excrementos, mirar bien para ver si se mueve algo y eso, incluso entre amigos.
Y otro consejo, limpiaros bien la boca. Hay buenas pastas de dientes con medicamentos (por ejemplo, para las inflamaciones de encías) y por supuesto, unos buenos enjuagues. En las farmacias te pueden aconsejar, y en la mayoría de supermercados los puedes comprar luego más discretamente y a veces más baratos.
¡Y buen provecho!
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Podrías contar como fué cuando Silvia y Pascual se enteraron, y como fue tu primera vez haciendo scat con ellos