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Mis inicios como amo (IV)

Empezó a meterse las dos zanahorias a la vez, y yo me iba a ir, pero me entraron ganas de mear, y como no le dije, “mira puta te voy hacer lo mismo que a tus dos zorras amigas” y en medio del cuarto me mee en su cuerpo, cosa que ella acepto sin rechistar, es más mientras yo terminaba a ella le vino otro orgasmo, que esta vez si se sintió en toda la casa, me apure en cerrar la puerta por lo que pudiese pasar, pero vamos la casa era grande y por lo que se no se enteraron.



Me limpio “el pito”, y yo me marche, no si antes recordarle todas mis instrucciones.



Cuando salí de allí, casi ni podía andar, pues estaba derrengado, con las llaves que me dio Rocío me dirigí a la casa de la Loba, aunque había que salir de este edificio y cruzar un patio para entrar en otro, ya que las otras dos vivían en un bloque distinto.



Al salir fuera me di cuenta del frío que hacia, y me quede helado al cruzar los veinte metros que habría de separación, pues no podía ni correr de lo cansado que estaba, entre en el portal y mire los buzones, para ver en que piso vivía Ana, y comprobé que vivía puerta con puerta con mi jefa, un ático al lado de otro y nadie más.



Entre en el ascensor y al llegar arriba me introduje en la casa de la loba, con cuidado de no hacer ruido, pues no quería despertarla, y quería investigar por mi cuenta en su casa, la verdad es que si la de Rocío era grande la de la zorra de mi jefa aun más y con vistas.



Empecé a abrir puerta por puerta e ir mirando la casa, un salón enorme, una cocina igual o más grande, me fui por la parte del servicio y al abrir una de las habitaciones vi que allí normalmente dormía o habitaba alguien, pues se veía ropa y objetos típicos de un dormitorio, aunque en ese momento no había nadie, menos mal pensé, luego seguí registrando, y di con una habitación muy ordenada y con varios armarios todos cerrados, cosa que me intrigo, así que me fui a la cocina y busque algo con que forzar alguna de las puertas, pues la verdad es que me daba igual, una vez forzada la primera, me lleve la sorpresa más grande en mucho tiempo, pues había una colección de artilugios todos muy bien ordenados por cierto, consoladores, esposas, látigos un par de fustas, bolas chinas, vamos un arsenal, pensé que vaya puta tenia por jefa, con lo recatada que parecía la muy cerda, cerré como pude la puerta y m dirigí a buscar su habitación, penetre en ella sin hacer ruido y allí estaba ella, totalmente dormida, me acerque y la destape, vi que se había duchado y puesto un pijama de franela, horrible por cierto, pero ya me daba igual, me desvestí y me metí en la cama totalmente desnudo y la verdad que algo sucio y sudado después de todo el día de trabajo y lo que no era trabajo, quedándome drogui a los cinco minutos.



A las dos horas sonó el despertador de mi jefa bueno no se que sonó primero el despertador o el susto que se llevo cuando me vio.



Se bajo de la cama de un salto y me dijo que hacia yo allí, como había entrado, simplemente le conteste que por la puerta y con las llaves que me había dado su amiga, la cara se le descompuso y su mirada se fue al suelo, me pidió que me fuese, que lo que paso ayer no volvería a pasar que no sabe como sucedió, pero que eso no podía ser, pues era mi jefa, que no tomaría represalias en contra mía, pero que por favor me fuese. Yo una vez visto lo que guardaba en el único armario que abrí, solo le conteste que se olvidase de eso, que a partir de ahora haría “lo que a mi me saliese de los huevos”, y que ahora solo quería descansar, que estaba cansado y que no me molestase, y me volví a tumbar en la cama, pero mirándola a los ojos hasta que volvió a bajar la mirada, cosa que yo di por una aceptación. Así que le dije, llama a la empresa y di que hoy no vas a trabajar, que ayer algo te sentó mal, y así les das un respiro a mis compañeros, yo ya llamare más tarde y me inventare algo, descolgó el teléfono y llamo desde su cuarto a la empresa con su típica voz de tirana, dio unas cuantas instrucciones y colgó, se sentó en la cama y me dijo si deseaba algo más, solo le dije que se metiera en la cama y no se moviera hasta que yo me levantase que estaba muy cansado y agotado, pero antes le pregunte que quien dormía en el cuarto que hay junto a la entrada de servicio, a lo que me contesto que una muchacha que tenia interna como cocinera, limpiadora, vamos una chacha, pero que cuando ella no se va a Madrid se tomaba los miércoles y jueves libres. Solo le dije vale y ahora a dormir zorra, y no te muevas hasta que yo me despierte.



Vaya si descanse, me levante a las una de la tarde, y como le había ordenado ella estaba a mi lado sin moverse pero con los ojos como platos, yo pegue un bote de la cama y empecé a ejercer como Amo de mi jefa. Levántate perra y quitate eso que llevas puesto, que pareces una monja coño, sin rechistar se lo quito. Ahora ponte a cuatro patas y acércate a mi perra, bajo la mirada y cumpliendo mi deseo se acerco a mí, pero en ningún momento levanto la mirada. Quiero primero que me prepares un baño en esa bañera que seguro que tienes, era el único sitio que yo no había visitado, pero acerté, la bañera iba acorde con el ático era enorme, y luego me preparas algo de desayunar perra, pues tengo hambre. Todo lo hizo a cuatro patas, sin yo tener que decirle nada, así que me metí en la bañera y cerré los ojos nuevamente, solo los abrí cuando sentí algo muy suave tocándome, era mi jefa, que me estaba pasando una esponja y me estaba lavando, la verdad es que yo cada vez estaba más alucinado, pero a la vez más seguro de mi, y de lo que quería hacer, y sobretodo que estaba disfrutando como jamás lo había hecho. Y empecé a preguntarle algunas cosas, como que porque siendo tan sumisa era tan hija de puta con nosotros, a lo que respondió que lo que quería era provocar a uno de mis compañeros, para ver si reaccionaba como yo, pero no hubo manera, mi compañero al que se refería era digamos un adonis, pero que no había forma de que respondiera, a mi me dio por reír, pues mi compañero tenia dos cosas, la primera era muy tímido y apocado y la verdad se dejaba mangonear por todos, y la segunda era que es gay, de hecho hoy en día esta casado muy felizmente con su novio de toda la vida, solo que en aquella época nadie o casi nadie lo sabia, pues por desgracia aun estaba muy mal visto.



Y que en mi jamás había pensado, ni remotamente que fuese así, hay me reí interiormente, porque ni yo lo hubiese pensado en ese momento, aunque ahora se que siempre fui así, además que como dije al principio, aunque no soy feo, creo, mi cuerpo no es precisamente muy musculoso, pues soy más bien gordito. Pero que cuando yo le hable así y me miro a los ojos se dio cuenta de que conmigo no se jugaba y que sin saber aun porque sintió deseos de entregarse a mi, aunque la verdad no esperaba que fuese así, y menos con la intervención de su amiga, a lo que yo la rectifique diciéndole que amigas, pues Rocío también recibió su parte y de mejor agrado al final que ellas, me miro con cara de asombro e incredulidad, pero no dijo nada, solo que tenia algo de comer en la mesa, salí de la bañera y empalmado pues todo esto me había excitado nuevamente, pero no le dije nada solo salí a la cocina y me senté a comer, ella se levanto también para comer, pero mirándola le dije que, que hacia, a lo que me respondió que ella también iba a tomar algo que tenia hambre, así que la cogi del pelo y la tire al suelo diciéndole que si, que iba a comer, pero mi polla mientras yo desayunaba



y que procurase no derramar una gota al suelo, pues ese iba a ser su único alimento durante todo el día, pero cuando mejor estaba sonó el timbre, cosa que nos asusto a ambos, a mi también, me miro pero no dijo nada, solo esperaba mis indicaciones así que le dije que se pusiese una bata y abriese, cosa que hizo rápidamente y fue abrir, yo la seguí pero con cuidado, pues yo seguía desnudo, al abrir me di cuenta que era Ana, que venia a comentar lo de anoche, la verdad que con la cara de zorra que tenia anoche y la cara entre desencajada y asustada de ahora.



Ana le dijo a mi perra (a partir de ahora la llamare así), que aun no sabia que les paso anoche, que no entendía como paso, que jamás había hecho una cosa así, que cierto era que le gustaba calentar a los hombres, pero que nunca le había puesto los cuernos a su marido, cosa que yo dude, pero seguí escondido escuchando la conversación, que tenia miedo a que Rocío hubiese visto u oído algo, que con lo cotilla que era, si se había dado cuenta de algo se iban a enterar todas las vecinas, mi perra, al ver que no salía yo, pensó y acertó que yo quería oírlo todo así que la hizo pasar y cerro la puerta, que llevaba toda la mañana pensando en eso, y al ver que no había ido a trabajar pues se decidió a hablar conmigo (mi perra), esta solo le dijo que no se preocupase que ella tampoco era así, pero que anoche lo paso muy bien y que no se arrepentía de lo que paso, a todo esto yo estaba ya con la polla como un burro pues solo de oír la conversación me iba a correr, no veía muy bien pero me moví un poco para ver si podía ver a Ana sin que esta me viese a mi, y me asome un poco más, pero como ella estaba tan enfrascada en la conversación con mi perra, no se dio cuenta en principio de mi presencia, y al verla me entraron ganas de follarmela otra vez, pues la tía era elegante, otra vez zapatos de tacón, medias, una falda justo por las rodillas, y un jersey de cuello vuelto pero ajustado, que le marcaban más aun las tetas, a lo que yo pensé al verla que si es cierto que le gustaba calentar a los hombres, pues a pesar de los años estaba muy bien y siempre marcando tipo. Ella seguía disculpándose con mi perra, y pidiéndole discreción que si se enteraba su marido la mataba, su marido era del opus y con cargo importante, a lo que mi perra le dijo que no se preocupase y que nadie se iba a enterar de nada y Roció menos en el estado que estaba, mi perra le dijo que a donde iba, y Ana le contesto que como su marido no iba a comer, pues que ella necesitaba salir a despejarse de lo de anoche e iba a comer con su hija y su yerno, pero que si quería que se esperaba y comían juntas. Yo como no aguantaba más aparecí, le di las buenas tardes, y me acerque a mi perra, la cogi del pelo y le dije que siguiese con lo que estaba haciendo antes de que llegase la zorra de su amiga, la cual se quedo paralizada sin saber que hacer, se puso de todos los colores y empezó a balbucear que, que hacia yo ahí, mi perra no contesto, solo se puso de rodillas y empezó a chupar, Ana reculo, pero parecía de piedra, no hablaba, pero no se iba solo miraba, y así se quedo hasta que me corrí, que no tarde mucho, pues estaba que iba a reventar, mi perra me miro y solo dijo “satisfecho mi señor”, y luego miro a su amiga diciéndole “ves no pasa nada” solo acabo de entregarme a mi señor.



Mire a Ana que aun seguía petrificada y le dije que o se iba o se quedaba con todas las consecuencias, pero que a mi no me gustan las calientapollas, que se decidiera de una puta vez, no reacciono, así que apartando a mi perra me acerque a ella, que seguía sin moverse, la cogi del pelo y la hice poner de rodillas al lado de mi perra, ahora limpia la boca de mi perra, límpiale los restos de semen que tiene en la boca, tardo pero poco a poco se acerco a mi perra y empezó a lamerle los labios, que se convirtió en un morreo en toda regla, pero las pare, pues no era eso lo que quería en ese momento, así que las hice seguirme, pero Ana se levanto e hizo intención de irse, pero una bofetada bien dada la calmo, y no fui yo el que se la dio, se la dio mi perra y le dijo, mi señor te ha dado la oportunidad de irte, si lo haces ahora todos sabrán lo puta que eres tu dirás que decides, sin más le metí la mano bajo la falda, y la muy zorra no llevaba bragas, y estaba mojada, así que introduje tres dedos de golpe y la muy cerda solo necesito dos o tres empujones para correrse y caerse al suelo desfallecida de la intensidad con la que se había corrido.



Espere a que se recuperara, la levante y le di un morreo como hacia tiempo que no le daba a una tía, y ella respondió, dándome las gracias por hacerla sentir así de puta, siempre había deseado serlo, pero nunca se había atrevido, le dije que se quitara las falda y el jersey, se quedo solo con las medias sin liguero, y con el sujetador, eso me gusta mucho y me excita, les dije a ambas que me siguieran, pero a partir de ahora mi jefa seria mi perra y la otra mi puta, por lo mi perra me seguiría siempre de rodillas y mi puta se abriría de piernas cuando donde y como yo quisiera, su respuesta fue darme otra vez un morreo, pero que para ambas tenia una sorpresa, y que ya se enterarían en su momento. Las lleve a la habitación que había descubierto la noche anterior, entramos y le pedí a mi perra que ya estaba abriendo los armarios, cosa que hizo rápidamente, y vaya sorpresa en el otro armario había todo tipo de ropa de cuero, y algún que otro utensilio más, y en la ultima puerta una camilla y algo que no sabia que era ni lo había visto jamás, pero luego me entere que era un potro. Ana no salía de su asombro, solo acertó a decir “mira la zorra esta, parecía que no había roto un plato”, a lo que yo le respondí con un bofetón, diciéndole que aquí solo hablaba yo que ella era una puta sin derecho a opinar solo cuando se le dijese.



Le dije a Ana que atase a mi perra a la camilla, con el coño lo mas abierto posible, cosa que hizo aunque torpemente. Cuando termino me lleve a Ana al cuarto de mi perra y me la folle, pues ya no podía más me la folle hasta correrme dentro, mientras le retorcía los pezones con fuerza y con gran placer para mi, cuando termine le dije que se fuese donde estaba mi perra que se subiese en la camilla y que le limpiase el coño mi perra, y se tragase la leche que se le escapase, pues eso es lo único que iba a comer hoy. Cuando entre en el otro cuarto mi perra ya lo que hacia era comerle el coño a Ana, tanto que se volvió a correr y se cayo de la camilla quedándose en el suelo echa polvo, pero con una cara de vicio que jamás había visto. A mi perra la deje atada y a Ana le dije que cogiese las llaves del coche de mi perra que íbamos a mi casa a coger ropa, pues iba a pasar unos días muy entretenidos. Ella solo rió, cogio las llaves del coche, su ropa e iba a empezar a vestirse cuando le dije que lo haría en el ascensor, me miro asustada pero cuando vio mi cara no dijo nada solo cogio la falda y el jersey, abrió la puerta y corrió al ascensor, en el ascensor, le quite el sujetador, así iras mejor comente, solo rió y se termino de vestir. Cuando se subió al coche le dije que la quería siempre con las piernas abiertas y la falda arriba, que era mi puta y así es como iría siempre conmigo. Cuando salimos de la cochera, pare el coche y le dije que esperase así tal y como estaba un ratito, que ahora volvía, me suplico que allí no, pero sin ni siquiera mirar atrás me apee y entre en la urbanización y fui al portal de Rocío la llame y le dije que bajase en cinco minutos, me dijo que no estaba lista, y yo le dije que no me importaba que se pusiese algo rápido y que la esperaba en la entrada de la urbanización dentro del coche de mi perra. Volví al coche y allí estaba Ana, tal y como yo la había dejado, con solo asomarme un poco se le veía el coño. Me senté en el asiento y metí la mano en su coño, y estaba empapado, solo se me ocurrió decirle que era una zorra, a lo cual me sonrió pero con cierto nerviosismo por el lugar que estábamos. A los diez minutos apareció Rocío y Ana se quería morir, y más cuando veía que se acercaba al coche, pues no imaginaba que fuese ella la que estábamos esperando en el coche, cuando abrió la puerta y se sentó detrás la cara de Ana era de no entender nada. Rocío venia un poco anticuada como siempre, lo único decente eran los zapatos, en eso tenia buen gusto, venia sin medias, y me dijo que como no tenia no se quiso poner pantys para no defraudarme, a todo esto Ana no salía de su asombro, así que sin mas arranque el coche y fuimos a mi casa a recoger ropa, a mi madre le dije que me iba a casa de unos amigos hasta el lunes, cosa que no le extraño, pues yo entraba y salía siempre mucho en casa, cuando baje al coche y les pregunte que habían hablado me dijeron que nada, ambas estaban muy cortadas, así que me reí y conduje el coche hasta el corte ingles que lo acababan de abrir, entre en el parking y les dije preparar el dinero o las tarjetas que vamos a comprar ropa para Rocío. Lo primero fueron una medias para que se las pusiera, pues hacia frió y las piernas muy blancas, luego nos metimos en la sección de lencería y escogimos seis o siete modelos a cual más provocativo, yo ya estaba otra vez como un burro de empalmado, fuimos a pagar y le dije a Ana esto lo pagas tu, para que no te metas más con la cotilla de tu vecina, lo dije en voz alta para que lo oyera Rocío.



Ana saco la tarjeta y pago, unas sesenta mil pesetas de hace unos años ya, pero ni rechisto. Luego fuimos a comprar un par de vestidos para ella, escogimos un par de faldas y blusas, algo cortas pero sin exagerar y un vestido de fiesta. La cogi de la mano y la arrastre un probador, deje a Ana en la puerta para que vigilara y yo me metí con ella, le dije que se quitara la ropa que llevaba y se pusiera una falda que le di y una blusa,



La muy zorra no llevaba bragas, y estaba muy húmeda, me dijo que estaba así desde que se depilo esta mañana. Me quede con las ganas de follarmela allí, pero me dio miedo de que nos pillaran y así que lo único que hice fue darle un morreo, dejamos su ropa allí mismo y salimos con las compras. A todo esto Ana aun no salía de su asombro, pero no hablaba solo miraba. Al llegar al coche le dije a Ana que lo llevase ella que Rocío y yo íbamos a subir atrás. Cuando salimos del parking serian las seis o siete de la tarde, y lo primero que hice fue meter los dedos en el coño de Rocío y masturbarla con fuerza hasta que se corrió, luego le dije a Ana que parase en una tienda y que se bajase y comprase una botella pequeña de agua, me miro extrañada pero no dijo nada, aun no salía de su asombro lo de ver a Rocío así. Mientras iba a por el agua le dije a Rocío que ya estaba tardando en chuparmela y que esperaba que fuese mejor que la otra noche, solo me dijo que tuviese paciencia y que la enseñase, cuando volvió Ana aun estaba Rocío chapándomela, se quedo helada y embobada mirando hasta que le dije “arranca ya puta” que esta mi perra esperando, tardamos unos minutos pues estamos cerca, entramos directamente a la cochera, lo metimos en su sitio cerramos la puerta, le ordene a Rocío que parase que aun era torpe, llame a la puta de Ana y le dije chupamela tu y enseña a Rocío como se hace, la muy zorra la quito de un tiron y se puso a chupar ella, mientras cogi la botella de agua bebí un par de tragos y tire el resto encima de Ana, pero ni se inmuto siguió a lo suyo, mientras Rocío miraba y se tocaba el coño por encima de la falda. Cuando me fui a correr le dije a Ana que se quitara, y me corrí en la botella, “mi comida para mi perra”. Les dije a ambas que a quedarse en ropa interior las dos, cosa que hicieron ambas rápidamente, y ahora al ascensor y para casa de mi perra. Me miraron y suplicaron, pues no esperaban esto a las siete de la tarde pero obedecieron. Suerte que no nos vio nadie, o casi nadie, pues yo vi a alguien moverse detrás de una columna, pero no les dije nada.



Continuara…



Mi intención era acabar hoy, pero los recuerdo se agolpan en mi memoria y lo escrito se alarga a un capitulo más, de cómo fue ese fin de semana largo y de cómo quedamos.



También para la que se quiera iniciar y si son matrimonios sumisos aun mejor.



Ahora por diversos motivos me encuentro en Lisboa, si algún lector se encuentra por aquí y quiere ponerse en contacto conmigo que no dude en hacerlo.


Datos del Relato
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