Bueno, Darlene es una andinita venezolana que pone loco a todo el mundo con su tremendo trasero, sus tetas. En la realidad, ella existe. Vive en Valencia, venezuela. En cierta ocasión me envió unas fotos de infarto, acostada en un sofá a todo lo largo, enseñando una tremenda cuca peluda. Dice que no le gusta afeitarse porque los cañones le molestan.
Me escribe cada tres meses, y cuando lo hace, dos líneas, pero tan buenas, que equivalen a 300 líneas. Con lo que escribe lo deja a uno con la lengua afuera, como un perro (perdonen la comparación). Aquí les escribo mis fantasías con ella. A pesar de que odia a las gringas porn, hoy me envió un e-mail diciéndome que le gustó el video en donde le están dando una tremenda mamada a una gringa en su panocha.
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La nueva experiencia de Darlene.
Usted nunca se imaginaría que Darlene es una muchacha acompañante. Parece de todo menos eso: mas bien una estudiante normal. Medía como cinco pies con tres pulgadas de alto; un cabello largo esponjoso que le llegaba casi hasta la cintura. Una boca muy bonita, característica de las mujeres de los andes venezolanos.
Cuando hablaba su tranquila voz daba la impresión de que era demasiado educada – de hecho, iba por la mitad de la carrera de Idiomas y Teatro en la universidad de Los Andes. Tenía muy buen gusto para vestirse, con chaquetas de cuero. Sus pechos eran espectacularmente grandes que llenaban un sostén talla 36, carnosos, que se derramaban sobre los lados de un brassiere de lazos que siempre usaba.
En resumen, la niña Darlene de 24 añitos era de clase, y por lo tanto cobraba bien caro a su clientes. Se había metido a acompañante, igual que otras muchachas estudiantes de esa universidad, porque era una forma fácil y divertida de ganar buen dinero para pagarse todos sus gastos.
Al comienzo el jefe de la agencia contratante de las muchachas en donde ella se había afiliado, no estaba seguro de si Darlene cumplía con las condiciones necesarias o indispensables para ser una muchacha de primera clase, de las que acuden cuando el cliente llama por teléfono; pero de todos modos la contrató, porque vio que era demasiado bonita, y si tenía excito, pronto podría ser la preferida de la agencia, y la mas solicitada por los clientes.
Igual que la mayoría de las mejores acompañantes, Darlene rápidamente se hizo de su grupo de clientes regulares. Uno de ellos, Marcos, quien siempre la solicitaba y hacía la reservación por lo menos una vez a la semana. Este era un señor como de cincuenta y cinco años, de muy buen parecido, con mucho dinero que gastar, agradable. Además tenía un apartamento muy grande en el sur de Valencia. Una de las cosas que a Marcos le gustaba mas era enseñarle a las jóvenes trucos nuevos, que ellas desconocían. Fue así como Darlene perdió su virginidad anal.
Todo comenzó como si fuera una cita normal para tres horas, y dos de esas horas, como siempre, se pasarían tirando bastante con Marcos en su cama tamaño matrimonial. Después de las sesiones calientes, la jóven acompañante y su cliente se acostaban en la cama a descansar, pero a Darlene le resultaba muy difícil mantenerse acostada sin moverse -ella sabía que Marcos tenía pensado cogérsela por el culo por primera vez, y a ella le gustaba, de manera que esperó el momento.
Igual que todas las acompañantes de esa universidad, Darlene era el tipo de muchacha a quien le gustaban demasiado las aventuras sexuales – Le gustaba mucho intentar cosas nuevas en la cama.
Después que Marcos descansó bastante al finalizar la primera sesión, lo cual le tomó algunos minutos, había llegado el momento para seguir la diversión. Suave y cuidadosamente, colocó sus manos en el flanco suave de Darlene, sus manos recorriéndole su suave
piel hacia arriba y hacia abajo. Lo hizo como una o dos veces. Luego, sin tener que obligarla, le dio la vuelta y la colocó de espalda, con el culo frente él, acostados. Ella no opuso resistencia alguna, y se acomodó bien para facilitarle las cosas. Marcos admiraba la forma como sus grandes y jóvenes senos presionaban la firme superficie del colchón. Hizo las cosas con calma, tomándose su tiempo. Pasó unos minutos mas con sus manos recorriendo la espalda de arriba abajo hasta llegar al centro de las piernas.
Un momento después tocó cuidadosamente con ambas manos hasta el bello fundillo de la muchacha. Las nalgas estaban bien entonaditas, redondas y bien llenas, hermosas. Le colocó una mano en cada nalga y luego, suavemente, se las separó, para dejar ver el diminuto hueco del ano.
Darlene temblaba de placer, y sobre ella, Marcos había decidido probar el culo para ver si estaba suficientemente apretado. Se untó un poquito de lubricante en la punta del dedo y colocó la punta en el hueco entre las nalgas. La muchacha se puso a temblar mas. Al ver que ella no oponía ninguna resistencia, Marcos comenzó a darle vueltas al dedo metiéndolo al mismo tiempo, hasta que le llegó hasta la segunda articulación. Se notaba que lo tenía bien apretado y Darlene comenzó a emitir quejidos y temblaba. Marcos estaba muy complacido al ver que era el tipo de chica que obtenía mucho placer cuando la penetraban por el culo. Y este era solo el dedo, ¿Cómo se comportaría cuando le introdujera el huevo?
Era el momento de probar. Marcos introdujo sus manos entre las rodillas de Darlene para separarle las piernas y también quedara explayada boca abajo sobre la cama, con el culo parado y en cuatro patas. Sus suaves y bronceados brazos abrazando una almohada y su largo cabello le caía a una lado de la cama. Ella sabía que cuando Marcos se lo metiera por detrás él la iba a besar en el cuello, así que de una vez se recogió el cabello para dejar al descubierto la blanda y suave piel debajo de este.
Marcos se colocó en la posición adecuada, de rodillas y entre las piernas de la sexy muchacha acompañante, sacó un condón y comenzó a aplicar abundante lubricante tanto a su huevo como al apretado hueco del culo de la chica - Quería que la primera experiencia anal de Darlene resultara suave y fácil.
Finalmente, inclinó su cuerpo sobre ella, sosteniéndola con ambas manos y comenzó a introducírselo.
Hubo menos resistencia que la esperada, y con una simple empujadita metió la cabeza del huevo dentro del culo de la bella jóven. Ella trataba de buscar aire y apretaba la almohada fuertemente, respirando aceleradamente. En lugar de detenerse, Marcos tomó la decisión: mantuvo presionando de manera que todo el recorrido del pene se le enterrara lentamente en aquel ano virgen. Ella se retorcía y se quejaba dando grititos de placer.
Seguro de que no la estaba lastimando, Marcos comenzó a cogerla - lenta y suavemente al principio, pero luego agregando un poquito mas de velocidad hasta que se dio cuenta que el lubricante estaba haciendo su trabajo muy bien y la bella acompañante ya se había relajado, y fue empezó a meter y sacar el pene en forma seguida, hasta que se sintieron cómodos y sin problemas.
Por su parte, a Darlene le encantaba sentir un largo huevo en su culo, que la llenaran, tenerlo bien metido. El placer era intenso, y como le gustó mas, la chica se metió una mano por debajo y comenzó a restregarse el clítoris. No tardó mucho en acabar deliciosamente; varias veces. Marcos estaba bien pegado, dándole y dándole. - el apretado y caliente culo de esta chica hacía que le siguiera dando sin parar; ni siquiera descansaba, y pronto el placer de sentir su suaves nalgas golpear contra su cuerpo con cada metida, cada vez que le empujaba el huevo dentro de su apretada profundidad ya lo estaban llevando al final y no aguantó mas, llenando el condón con una espesa explosión de semen.
Darlene quedó muy contenta, complacida porque se la estaban cogiendo por el culo y ya no se sentía como una chica sin experiencia. ¡Se había graduado de acompañante!!
FIN