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Categoría: De Fiesta

MIS DULCES VECINAS

Me llamo Walter y hace casi 2 años, cuando falleció mi esposa, vendí mi casa pues ya me quedaba grande y compré un departamento de un dormitorio en un pequeño edificio. Son 6 departamentos en total, de los cuales ademas del mío hay uno habitado por un matrimonio y los otros 4 por estudiantes, ya que estamos cerca de la Universidad local.

Mis vecinas de piso son dos chicas de 21 años y desde que me mudé aquí hemos tenido una buena relación de vecindad. Hace justo un año, a principios del otoño anterior, hubo un desperfecto en las cañerías de gas en su departamento, por lo cual la empresa de gas les cortó el servicio hasta tanto fuera reparada la pérdida.

Una de ellas, de nombre Noelia vino ese día a pedirme si podía calentar algo de comida en mi casa, a lo que por supuesto accedí. Como sabemos que esos trámites con la empresa de gas suelen demorarse mucho, se me ocurrió decirles que si querían yo les dejaba la llave de mi departamento para que cocinaran aquí, cosa que aceptaron muy agradecidas.

Debo decir que mi vida sexual era digamos lo normal, alguna amiga de tanto en tanto, en fin; por otra parte nunca había pensado en Noelia y Cecilia desde el punto de vista sexual, sin dejar de reconocer que son dos muy bonitas chicas. El caso es que con el correr de los días varias veces al llegar a casa me encontraba con una de ellas o las dos en la cocina y poco a poco fueron despertando mis fantasías y mi deseo, sumado a que el beso de bienvenida o de despedida se me antojaba a mi cada vez un poco mas sensual y provocador y creía ver una sonrisa entre pícara y provocadora en ellas.

Un viernes al anochecer vinieron a cocinar algo, y el comentario obligado fue el clima, ya que había cambiado el viento y había bajado muchísimo la temperatura. Hacía ya un par de semanas que yo no tenía sexo, y como dije las niñas estaban despertando cosas en mí. Cecilia comenta en ese momento que se les iba a hacer complicada la noche con tanto frío en su departamento y esas palabras hicieron sonar un timbre de alarma dentro mío.

-¿Y si se quedan a dormir acá?. Hay buena calefacción.y durmiendo los tres juntos ni nos vamos a enterar del frío.

me animé a decir mirándolas, aunque debo confesar que en ese momento me corrió un frío por la espalda de pensar que iban a tomar a mal mi invitación.
Eso duró solo un momento, ya que casi de inmediato en medio de risas dijeron casi a dúo que era una buena idea. Les propuse entonces que cenáramos juntos, encargamos unas pizzas y cerveza al delivery. La cerveza fue abundante, lo cual nos puso a los tres de excelente humor y mejor disposición, y les dije que si querían les mostraba el dormitorio, a lo que Noelia me respondió que ya sabía de sobra donde estaba. Yo no entendí bien el significado de lo que me decía pero no dije nada.

Entre el viagra que por precaución había tomado antes de cenar y la charla cada vez mas caliente, tenía una excitación de aquellas, y no me preocupé en absoluto de ocultarlo, y al momento de recoger los platos y los cubiertos pasé por detrás de Cecilia haciéndoselo sentir. Yo no reparé que Noelia estaba detrás mío y adivinó mi intención y me empujó tomándome de la cintura, por lo cual y para no caerme tuve que tomar de igual forma a Ceci.

Eso fue la señal de partida, se dio vuelta y la besé, mientras Noelia por detrás me acariciaba el bulto que ya estaba al máximo; Cecilia separó su boca de la mía y me hizo besar a Noelia, mientras las dos me acariciaban la entrepierna y yo las abrazaba a las dos tomándolas del culo.

Así nos fuimos caminando abrazados y besándonos hasta el dormitorio; no bien entramos me empujaron entre las dos sobre la cama y se pusieron encima mío y se dieron un beso que me hizo poner mas caliente todavía. Noelia me dijo entonces que hacia 4 o 5 días se habían dado cuenta de como las deseaba, y entre las dos decidieron “en agradecimiento por lo que yo hacía por ellas” buscar la forma de que pasáramos un buen momento de placer, y que el día anterior (cosa que yo no recordaba) me había ido al trabajo sin tender la cama, y que cuando fueron a hacer el almuerzo se metieron las dos entre mis sabanas para sentir mi perfume y se habían masturbado allí.

Eso me terminó de excitar y les pedí que nos desnudáramos, y me dijeron que las dejara a ellas. Me desnudaron a mi y se desnudaron entre ellas haciéndome sentir que eran mis mujeres, mis esclavas, mis putas.

No me pidan demasiados detalles, apenas recuerdo que de pronto estaba boca arriba con una concha en mi boca y la boca de la otra en mi pija y al momento siguiente estaba cogiendo a una de ellas y la otra nos masajeaba el ano a los dos.

Me preguntaron si acabaría enseguida, y les dije que gracias al viagra seguro iba a aguantar un largo rato lo que festejaron mamandomela las dos juntas. Noelia me pidió que le chupara la concha porque nunca había acabado en la boca de un hombre, cosa que hice por un largo rato. Sus labios ardían, latían a cada pasada de mi lengua y cada vez que le apretaba con la lengua el clítoris que tenía muy hinchado sentía como se estremecía. A la vez ella estaba pajeando a Cecilia que había sacado un consolador de su cartera y se lo metía en el culo. No se cuanto tiempo estuvimos así hasta que de pronto Noelia empezó a gritar y Cecilia le decía que la espere.finalmente Noelia acabó en mi boca como ella quería, y aunque muchas veces me han acabado así, nunca sentí chorrear literalmente los flujos de hembra en mi garganta.

Cecilia acabó al mismo tiempo (después me contarían que era muy habitual que se pajearan una a la otra) y yo tenía los huevos inflamados y doloridos. Yo quería acabar pero ellas no me dejaban, cambiaron de lugar y ahora Ceci me pidió lo que me había pedido antes Noe, por lo que empecé otra vez. Me ardían los labios de rozar en el vello de las dos, y me dolía la garganta de hacer fuerza con la lengua sobre sus clitoris, y Cecilia acabó rápidamente con un grito y un chorro de su néctar me llenó la boca.

En ese momento les dije que no daba mas y que me iban a tener que hacer acabar, entonces se pusieron una sobre la otra, y me dijeron que así iba a poder cogerlas a las dos, querían que le sacara a una y se la pusiera a la otra , pero aguanté poco rato eso: a cambio de ello les propuse que Noelia me haga acabar y que después nos ducharíamos juntos y el segundo sería solo para Ceci. No terminé de decirlo que Noe estaba encima mía saltando con mi verga en su concha como una yegua enardecida y en pocos segundos tuve una de las mejores eyaculaciones que recuerdo.

Bueno, para no hacerlo tan largo aquí les dejo esta historia. Prometo una segunda parte, y tal vez una tercera ya que estas niñas aún continúan regalándome su amor y su pasión.
Datos del Relato
  • Autor: WALTER
  • Código: 27213
  • Fecha: 24-04-2013
  • Categoría: De Fiesta
  • Media: 6
  • Votos: 13
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3160
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