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MIS DIAS EN PRISION 5

MIS DIAS EN PRISION 5

 

 

DIA TREINTA

 

Esa mañana me despertó abrazándome con sus enormes brazos Pedazo. Me susurró al oído.

__No sabes como tengo mi verga!!__ a lo que acto seguido mi mano se dirigió hacia ella. Se pegaba a mi espalda y chocaba su tremendo hierro contra mis nalgas desnudas. El empujaba y yo con mi mano ya masturbaba aquella enormidad. El gemía emocionado. Hablaba en mi oreja

__¡Hace tanto que no te tengo. Ábrete por favor, dame tu cola!

__Sabes que es tuya, siempre__ el me mordió el cuello afiebrado. Mis dedos seguían acariciando la morcilla inflada y larga. Del ojo del pez ya salía líquido. Estaba totalmente excitado y caliente

El mojo sus dedos con la saliva que chorreaba de su boca, y los clavo en mi culo. Lance un largo suspiro de muerte. Apretándome me con sus fuertes brazos me colocó sacando bien la cola. En posición casi fetal. La cabeza de su viborón se apoyo en mi anillo. Empujó totalmente desquiciado. Empujo otra vez y entró en mi. Me ensanchó el canal. Su cipote entraba hasta la mitad. Mordía sus manos. No quería gritar. Era la verga más poderosa que me había cogido desde mi llegada a prisión.

__¡Ohh papi cógeme!__ le dije suave y lloriqueando, a Pedazo , que sucumbía ardiente a las palabras.

__¡Uhhh te deseaba tanto!!!__ gruñía el hombre negro. La espada estaba toda dentro de mi. El se movía despacio. No quería hacerme daño. Sabía de su poderío. Podía controlar sus instintos de asesino.

Mi verga lanzaba chorros de esperma. Me sacudía enterrando mas su poronga en mi. Mis gemidos explotaban en toda la celda. Banana y  Garrote  se hacían los dormidos.

Pedazo me cogía con ritmo. Me encantaba sentir esa enorme serpiente dentro de mi. La gozaba. El apretaba mis tetillas. Seguía lamiendo mis hombros y mordiéndolos con hambre y pasión.

Yo le tiraba mi culo hacia atrás y el detenía sus embestidas, dejándome a mi hacer el movimiento. Luego me detenía y se movía el. Entrando y serruchando mi ojete.

Ahora cada vez mas agitado. Entrando en trance. Me susurraba palabras tiernas y floridas. Mientras me llenaba de leche el culito abierto.

__¡Ahhh eres mágico Luli….eres mi perra…quiero tu culo siempre conmigo, ahhh!!!

Su saliva me mojaba la oreja. Chorreaba mi cola. Chorreaban mis orejas. El saca su boa de mi culo. El aluvión de líquidos chorrea por todos lados. Me gira y me rompe la boca de un beso. Su lengua penetra desesperado. Sus manos acarician mi pija que no ha caído. La toca de forma que nunca la ha tocado.  Soba mis bolas.

__¡Eres precioso, me gustas, todo!__ confiesa Pedazo en voz baja

__¡Eres mi macho!__ le decía yo al oído. Mordiendo. Chupando. El logró poner erguida mi pija otra vez. Se pone dura. El no la suelta. Noto que su serpiente busca levantar. Llevo mi mano hasta ella. El suspira.

__¡Estoy enfermo de ti Luli!!

__¡Soy tu chica Pedazo, siempre, quiero tenerte dentro!!__ la espada de Pedazo se levanta magnánima. Recorro su pecho con mi lengua. Lo muerdo. Muerdo sus tetillas paradas. Lleno de caricias con mi lengua su ombligo. El se retuerce. Mi boca, por fin, envuelve su mástil. Resopla. Rebuzna. Se contorsiona.

Lo chupo todo. No dejo un resquicio en aquella venosa mecha. Me toma la cabeza y la hunde en su espada. Me ahogo. La baño de saliva. Aún hay restos de la cogida anterior.

Sus bolas están esplendidas. Las como. El lanza grititos de gozo. Las meto de a una en mi boca. Las trago.

Se mueve para atrapar mi pija. Esta sacado, desquiciado de placer. Queda sobre mi. Estirado chupando mi verga. Su herramienta se hunde en mi boca. Atrapo las bolas y juego con ellas. Finalmente llego su agujero. Deja que se le chupe. Lo rodeo con mi lengua. hago círculos en su anillo. El aúlla. Abre su culo como una flor. Es un banquete y una sorpresa para mi. Meto un dedo, tímido, el se retuerce y mete mas profundo mi verga hinchada en su boca. Lame mis bolas. Beso su aro. Hundo y escarbo con mi lengua. Ya meto dos dedos y hasta tres. El acelera  y explotamos los dos. Lanzando jugos para todas partes. Hasta en el suelo caen gotas gruesas y pegajosas.

Nos desinflamos. Sigo un poco más besando su enorme pijón. El traga la mía hasta el fondo, dejándola bien limpia.

Quedamos los dos en silencio. El se acuesta a mi lado. Busca mis labios y me da seguidos besos suaves y a la vez calientes. Murmura palabras que no entiendo. Mete su lengua en mi oído.

__No sé que haría sin ti en este lugar…__ me confiesa

__Debemos seguir este quien este…__ dije yo

__Cuando te vayas esto será un infierno…

__No lo veas así…

__Un año, doce meses pasan rápidos…

__Tal vez..

__A mi me quedan años y tu estarás afuera…

__¿Y qué?

__Que seguro serás la perra de otro y nada puedo hacer, eres joven, hermoso…

 

Al rato me fui a los vestuarios. Me di un hermoso y refrescante baño. El bullicio era continuo. Todavía allí andaban muchos. Gritos. Suspiros. Algunos gemidos también. De pronto sentí un silencio que avasallaba todo el lugar. Solo se escuchaba, como el goteo de algún grifo sin cerrar. Termino de secar mi cuerpo desnudo. Envuelvo el toallón sobre la cintura. Siento al voz a mi espalda.

__¡Al fin estas solo!__ giro la cabeza sin moverme mucho

__¡Aniello!__ digo sin sorpresa. El guardia se acerca a mi. Quita mi toallón. Quedó completo desnudo. El me huele por sobre el hombro., Suspira alzado. Toca con sus manos mi espalda. La acaricia. Baja y roza mis nalgas.

__¡Por aquí no se ve un cuerpo como el tuyo!!__ susurra caliente. Pellizca mi cola. Hurga inquieto. Lo dejo hacer sin moverme. Muerde mis hombros con su boca. Siento su aliento y su saliva.

__¡Quítame el cinturón!__ dice Aniello con cierta dulzura. Aflojo el cinto y cae al piso su pantalón de uniforme. Salta una rotunda tranca ya parada. La tocó. El da un respingo y tiembla.

__¡Ahh, adoro esas manos!!__ lanza el gemido Aniello. Le muevo la vergota. Busco sus bolas. Las peso en mis manos. El se ha quitado la camisa y ya esta tan desnudo como yo. Apoya la poronga en mis nalgas duras. Se restriega allí un rato. Mi excitación crece junto a mi pija.

Se posa detrás de mi. Va bajando en besos suaves y cortos por toda la espalda. Abre mis cachetes, los abre y mete su lengua y chupa. Me llena de saliva. Arqueó mi cuerpo para facilitarle la entrada de su lengua salvaje. Aspira mi olor.

__¡Ahhh, imagine este aroma tuyo, perra, ahhh!!__ su lengua escarbo un poco mas. Obviamente estaba que ardía. Me abrí a sus deseos de inmediato. Escupió un poco y luego otro poco. Mi ojete rebalsaba de saliva y se abría, se abría.

Hizo que apoyara mis rodillas en el banco de madera cercano. Se colocó en la puerta de mi ojete. Empujó empuñando su estaca. Se abrió camino por mi canal.

__¡Ohh que hermoso culo tienes, eres una perra salvaje!!__ su velocidad arreciaba. Las bolas chocan contra mis nalgas. El se aferra a mis caderas. Fuertemente me atrae hacia el. Ya su vaina esta completamente enterrada. Me sacude. Me hace vibrar. El resopla en mis oídos y atrapa mi verga. La acaricia y la goza. Sus embestidas se hacen cada vez mas feroces. Tiembla y aprieta las mandíbulas. Es muy fuerte a pesar de que no lo parece. Muerde mi cuello y mi nuca.

__¡Ahhh, perra, eres preciosa, tu culo es apretadito, se siente muy bien, quiero cogerte siempre, ahhh!!__ su saliva chorrea por mi cuello. Su vena se inflama cada vez más. Lo siento. Siento que se hincha y el acelera cada vez las embestidas feroces de su taladrada. Me coge bien.

Busca mi boca y mi lengua. Me chupa los labios. Vuelca mas agua sobre y dentro de mi. Nuestros dientes chocan. El los recorre con su lengua gordota. Se resbala el molusco. Me tiene agarrado de los huevos y lanzo chorros de líquido unos cuantos metros.

El apura sus embestidas infernales. Mi agujero se dilata y se abre mucho más para recibir su descarga. El se afloja un poco. Gruñe lanzando resoplidos. Su semen me llena el canal. Siento que chorrean por los costados de mi agujerito abierto.

__¡Que perrita mas dulce eres Luli!!

__¿Te ha gustado?

__¡Eres inmejorable!¿Qué haremos cuando te vayas?

__Parece que todo el mundo esta empeñado en que me quede aquí

__No sería mala idea…__ dice Aniello quitándome el perno de mi ojete. Caen líquidos, fluidos, chorros de leche y me siento pleno.

__Lo siento pero no creo que quiera quedarme, aunque estoy muy a gusto…

__Sí lo sé, claro, estar encerrado no es muy agradable__ dice Aniello y se sienta a mi lado en el banco. Sin decir agua va acerca su boca a la mía y me besa tiernamente

__¡Ufhh, que fue eso!!__ digo yo

__¡Es que me tienes muy caliente!¡Oírte gemir con mi pija adentro me enloquece!!__ contesta Aniello, el guardia, y vuelve a meter su lengua en mi boca y acaricia mi pecho. Con sus dedos aprieta mis tetillas. Busco su espada y la muevo sutilmente. Ella se mueve nerviosa. Busca ponerse dura.  Se levanta erguida y rocosa. Siento su aliento caliente. Me pego a su boca. Así lentamente voy bajando a meterme el bocado en mi boca.

Comienzo a mamar aquella vara. La trago. El empuja mi cabeza, mientras gime enloquecido. Se llena mi cavernosa boca con aquella barra de carne. Sus gruñidos invaden el vestuario en calma. Con mis dedos rozo el agujero del guardia que se revuelve enardecido. Noto como se inflama su pedazo. Me ahoga pero no lo suelto. Saltan las lágrimas de mis ojos. Respiro. Vuelvo a comer. Hundo un dedo que se pierde en el túnel del hombre. El se sacude. Se contorsiona. Con mi boca llegó a sus bolas gordas.

__¡Ahhh eres un animal sexual, ahhh!!__ enloquece aquel hombre. Las chupo y el hombre se retuerce. La vara elástica salta como un muñeco sin horizonte. Vuelvo a metérmela en la boca. La baño en saliva. Juego con  mi boca en sus partes exaltadas.

__¡Ahh, ahhh, ya viene, acabo, ahh, toma mi leche, tómala, ahhh!!!__ grita y aprieta mi cabeza que ya recibe el viscoso líquido que golpea el fondo de mi garganta. y tomo, trago, todo lo que puedo, también me ahogo porque es abundante, salado, exquisito para mi. El hombre se afloja al punto del desmayo. Sigo tragando. Sus lamentos continúan. Sigue lanzando chorros. Tomo aire. Hay mucha leche chorreando por la comisura de mis labios. Con una mano la junto en mis dedos y los chupo. Comiendo mientras el guardia Aniello me observa con un brillo chispeante en su mirada de carnero degollado.

__¡Eres una putita tan caliente, me encantas!!__ dice el hombre mientras me atrae hacia el. Me levanta del suelo que es donde había terminado. Busca mi boca y nos besamos. Nos fundimos en saliva y semen.

Luego comienza a vestirse, yo hago lo mismo. Se empiezan a escuchar voces y ruidos en el vestuario. Me pierdo de vista, para luego salir ya con el uniforme puesto. En la salida me cruzo con Banana y Garrote que me sonríen pícaros.

El guardia Aniello también ha desaparecido.

Datos del Relato
  • Autor: MARIO
  • Código: 51635
  • Fecha: 30-08-2018
  • Categoría: Gays
  • Media: 0
  • Votos: 0
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  • Lecturas: 2083
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