Desde pequeño que he tenido un culo bien bonito, bien respingón y con nalgas grandes. De hecho es lo primero que resalta de mi cuerpo. Soy de 1.75, delgado y bien culoncito. Mi interés en la sexualidad comenzó de muy niño, quizás de 8 años. Recuerdo claramente una vez que me llevaron a la doctora y me iba a poner un supositorio y me hizo desnudar y ponerme de guatita Lo primero que hizo fue darme una nalgada y me dijo “que linda cola tienes” y acto seguido me separó las nalgas, me untó algo lubricante en mi ano y luego hundió el supositorio, dejando un rato el dedo tapando el ano para que no escapara. Sentí una sensación  exquisita que nunca se olvida.

Después de ese episodio  comencé a fijarme en mi colita como un lugar donde podía obtener placer. Cuando me duchaba siempre me detenía un rato más enjabonando mi ano y me acostumbré a meterme un dedo. Con el tiempo comencé a probar con lápices y cosas parecidas, pero nunca más grande que un dedo. Mi primer orgasmo fue justamente con un lápiz largo que moví un buen rato dentro de mi cola y al rozar una almohada con mi pene, eyaculé. Ya tenía como 11 años y descubrí que tocando mi pene, podría llegar a ese delicioso éxtasis cada vez que quisiera. Desde entonces no paré nunca más de hacerme cosas ricas.

Desde entonces no he dejado de masturbarme mirando mi cola en el espejo, tanto de pie respingando la cola, como a cuatro patas, abriendo las nalgas para mirar mi ano en el espejo a la vez que masturbándome con mi pene o bien introduciendo mis dedos o lápices. Me encanta porque es grande, paradita y bien formada debido al deporte. Deben ser unas de las nalgas más grandes y bien formadas. Me excita mucho el estar desnudo frente a un espejo y mirar mi cola al menearla, sobre todo cuando le pongo algún objeto largo que se pueda ver el extremo como sobresale de las nalgas. También me encanta masajearla y darme nalgadas con una raqueta de tenis de mesa.

A los 13 años comencé a fijarme en mi vecino que vivía al lado de mi casa. El era mucho mayor que yo, vivía solo y tenía una piscina en su patio trasero, que era grande y con pasto. A mi me conocía porque en mas de alguna ocasión me dejó ocupar su piscina junto a unos sobrinos que el tenia. En ese entonces adquirí mi primera revista xxx (en esos tiempos todavía no tenía Internet). Lo que más me excitaba era ver fotos de chicas penetradas analmente, no tanto porque quisiera penetrar a una, sino que imaginar que ella era yo y mi colita, siendo penetrada. De hecho muchas veces me masturbaba a cuatro patas imaginando que me estaban por encular  y cuando estaba en la ducha me agachaba y hacia chocar las nalgas contra la muralla haciéndolas sonar, para imaginar que me estaban culeando. Fue así como entonces un día se me ocurrió la fantasía de que iba a nadar a la casa del vecino cuando estuviera solo y el me comenzara a tocar. Me corrí pensando en esa idea.

A los meses ya no aguantaba más, ardía en deseos con la fantasía de mi vecino, me lo imaginaba acariciando mis nalgas, que le dejaría que me metiera su dedo bien adentro. A veces lo espiaba entre los árboles cuando estaba en su patio. Una vez pude verlo desnudo y masturbándose mientras tomaba sol y me tuve que masturbar  ya que me excité de sólo mirar su pene. Lo encontraba enorme y me imaginaba sentado encima de el, aunque debo reconocer que lo encontraba muy grande, mucho mas que el mío y no imaginaba que eso pudiera entrar en mi cola sin hacerme daño.  Entonces el deseo era demasiado y tuve que pensar en un plan para ver si el se fijaba en mi de modo erótico. Lo que hice fue buscar el traje de baño más apretado que tuviera entre mi ropa y ponérmelo con una remera que fuera corta y dejara lucir la forma de mis nalgas. Luego lo fui a ver y como tantas otras veces, le pedí  si podía ocupar su piscina. El me dejó entrar y se puso a cortar el césped mientras yo me bañaba. Luego intencionadamente me puse a tomar sol de guatita, dejando lo más expuestas mis grandes nalgas para observar cuidadosamente si en algún momento se fijaba en ellas. Tuve suerte porque al lado estaba un enorme ventanal que daba a su casa y por el reflejo podía observarlo sin que se diera cuenta.  Cumplí mi objetivo porque en la media hora que estuve a colita parada, me miró muchas veces y hasta se le veía un  bulto en su bermuda. Yo ardía de placer ya que me sentía observado y justamente con la atención puesta en mi cola. Pero esa vez, ese era mi único objetivo y después de estar un rato me fui a mi casa a sabiendas que quizás mas adelante podría avanzar un poco más.

Así fue como paulatinamente comencé a visitarlo más y mas frecuente con la excusa  de la piscina.  Yo siempre elegía cuidadosamente mi  ropa para mostrar harta cola y con el tiempo nos fuimos acercando más y más, de hecho me dejaba entrar a su pieza para jugar en una consola de videojuegos nintendo. Me daba mucha vergüenza la idea de yo hacerle una propuesta y que él me rechazara o algo así, de hecho soñaba con que un día se me insinuase, porque yo no me sentía capaz de tomar la iniciativa.

Un día sucedió lo que tanto había esperado. Resulta que habíamos estado jugando nintendo en su pieza, los dos con traje de baño y en un momento encontré una revista xxx en su revistero y le pregunté si podía verla. El me dijo que si y estábamos los dos viendo revistas sentados en un costado de la cama. En un momento el comenzó muy suavemente a rozar uno de mis muslos, que dejaba asomar mi traje de baño. Comenzó tan discretamente, rozando con un puro dedo,  que al principio no me di cuenta, pero luego de que comenzara a hacerlo con un poco más de presión, supe que mi sueño estaba por cumplirse. Lo único que quería es que me tocara enterito, así que haciéndome el desentendido de sus caricias, le pregunté si me podía tender en su camita para ver mejor la revista.

Así fue como me puse de guatita, exhibiendo mi colita lo mejor posible.  Luego de pocos minutos volvió a acariciar mis muslos y cada vez con más fuerza y finalmente me preguntó lo que más quería en el mundo: ¿Te puedo tocar  la colita? Casi no pude disimular mis deseos y le dije ¡SI! Entonces me comenzó a acariciar mis nalgas por encima del traje de baño y me sentía en el cielo. Yo ya no aguantaba más y entonces ahora el que dio un paso adelante fui yo, le pregunté: ¿podemos estar desnudos, para ver como es, así como salen en la revista xxx? Entonces con mucha suavidad me quitó mi traje de baño y me dejó completamente desnudo y luego se desnudó el. Por fin pude ver cerca de mí su enorme pene totalmente erecto. (Nunca se lo medí, pero debe haber medido fácilmente 20 centímetros y la tenía gruesa, mas ancha que un tuvo de papel higiénico). Entonces avanzó el y me dijo si quería que me diera un masaje de cuerpo completo mientras  miraba la revista boca abajo.  Yo obviamente no me hice de rogar, fue a buscar una loción y comenzó por mi espalda.

Hacía ricos masajes, luego se detuvo un buen rato en mi colita. En ese momento no me abrió mis nalgas ni tampoco tocó mi ano, pero estuvo harto rato masajeando mis nalguitas, yo creí morir de placer al sentir como las apretaba, como las acariciaba y como me daba unas palmaditas muy suavecitas que sonaban muy rico por el aceite en mis glúteos.  Luego me dio un masaje en mis piernas y en mis pies. Yo pensé que entonces me iba a venir un orgasmo, porque me encantó que me tocara los pies,  descubrí que me  gusta mucho. Entonces para no acabar me puse de lado para no rozar mi pene y el me dijo que me pusiera boca arriba. El se fijó que le miraba su pene y me preguntó si quería tocarlo y sin responder comencé a  tocárselo, a masturbarlo. Lo tenía muy rico y grande. Estaba muy caliente, porque soltaba y soltaba lubricante. Como lo tenía grande, cuando lo tenía parado su prepucio no se podía mover para atrás y para adelante como con el mío que es más pequeño, así que con la misma lubricación natural, lo mojé entero y comencé a frotarle el pene. Tenía ganas de ver cómo acababa, imaginaba que le debía salir mucha leche por el tamaño.  El no se quedó atrás y comenzó a tocar mi pene, yo le dije que ya no aguantaba más, que me iba a venir el orgasmo. El me dijo que me iba a enseñar algo muy rico y que cerrara los ojos, y fue así como  siento algo tibio y era su boca, me lo estaba chupando  y lo encontré riquísimo. El me dijo si quería chupar.

Estaba tan excitado que me puse de tal forma de llegar a su pene, mientras me lo seguía chupando. No lo pensé dos veces y me lo llevé a la boca, no me cabía entero, solamente un poco más que su glande, pero era una sensación rica ya que sentía como gemía de placer,  me sentí como una verdadera hembra, de esas de las revistas, dándole placer a su macho. Fue así como de un momento a otro le dije que no aguantaba más y me sacó toda la leche, chupando y chupando mi pene, nunca había tenido un orgasmo tan intenso.  Luego él se corrió también, pero no fui capaz de tragarme la leche, el me dijo  que iba a acabar, pero por ser la primera vez, me dejaba que apuntara su chorro de leche a cualquier parte si no quería recibir su leche en mi boca.  No quise que acabara en mi boca, así que le masturbé bien rico, hasta que llenó el piso de su pieza con esperma.  Fue algo muy rico. Esa vez él no alcanzó a conocer mi ano, porque nunca me abrió las nalgas mientras me hacía masajes ni tampoco me lo tocó. Eso ya sería motivo de  otro relato, de los juegos sexuales que fuimos viviendo y el momento en que me hizo de él y perdí mi virginidad anal.

Si les ha gustado mi relato, me lo piden y subo la segunda parte donde puedo contar los juegos sexuales y la vez cuando me hizo de él, perdiendo yo mi virginidad anal.