Minnie tendría casi 13 años, un poco más baja que Albita, su mamá, pero con
un culito más parado, sus teticas como limones y su coñito todavía, aparente-
mente no se le habia desarrollado; lo más resaltante era su cara pícara y su
madurez y rapidez mental que me hacía pensar que sabía mucho o era muy
curiosa. Le dije a mi hijo adolescente que la invitara a la playa y su madre pensando
que estaba en buenas manos la dejo ir .La coñito se puso un hilito que de vaina le
tapaba la conchita pero dejaba ver su par de nalgas lisitas, blanquitas e inmensa para
su edad. pasé el día maquinando como accesarla, la observé bien con bastante
discreción con mi hijo y mi esposa, tratando de esconder la parazón de verga
que me producía.
Cansados después de un día en la playa se fueron a dormir y yo me conecte a
Internet con mi computador portátil que siempre llevo conmigo; ella decidió acompañarme
y de inmediato busque unas páginas semi pornográficas, le pregunté si habia visto algo
así antes y me contó que sí, con sus amigas , y que además había fizgoneado durante
mucho tiempo a sus padres y asus tíos. Ya yo estaba como un toro, le pregunté si
quería ver mi verga y asintió, se lo mostré poco a poco, los ojos se le querían
salir, me dijo que era el doble del de su papá y más grueso que el de su tío.
Le pedí que lo tocara y comenzó a medirlo, largo diámetro, cabeza, y me dijo
que eso no le cabía a ella por ninguno de sus huequitos, le dije que no pensaba
meterselo, pero que con su boquita podía hacer maravillas, no lo pensó se tragó esa cabezota,
la lamió como un helado, luego se tragó otro pedazo hasta que lo sintió en la garganta
mientras yo metí la mano por entre sus shores y toqué su bollito, tenía pocos vellos, eso estaba
mojado, le acaricié el clítoris y no aguantó , se echó una acabada que la extremeció toda,
inmediátamente yo le solté mi chorro de leche que le rebosó la boca y le rodo poor toda la
cara. me apreció que quería mas, entonces le bajé el pantaloncito y le metí la lengua en
su cuevita, le mordisquié el clítoris y me baño la cara de su jugo, metí mi lengua en su
huequito todo lo que pude pero estaba sellado, la metí en su culito y se extremcció de
tal forma que me asusté, le dije que reposara, le obsequié una gaseosa y la llevé a
su cuarto.
Algún dia les contaré que pasó con Minnie, mientras tanto debo pensar sólo
en Albita..., su madre..