Usando el cuarto de baño que ando de visita en la residencia de Wilda, sentado en el sanitario haciendo la mayor volteado hacia mi lado izquierdo bajo la cara al ver hacia la cesta de ropa sucia un hilo dental cachetero en el fondo, lo tomo con todo el atrevimiento del mundo al llevármelo prácticamente por la parte de abajo que va desde el clítoris hasta la misma raja, o sea, que pasa por el mero centro de su ano.

Oliéndolo exhaustivamente encontrando un leve olor de hediondez que lo acepto como lo paso igualmente lo tolero al recrearme que al instante mi imaginación me la vuelve a jugar en que tengo a Wilda apoyada y arriba de la misma tasa del sanitario, con las suelas de las botas italianas de punta negras de tacón bajo contra la tasa y el tanque del mismo contra la pared frente a mí apoyándose en firme con seguridad, al estar metido con mi rostro en su mismo centro a la altura que alcanzo de su vagina y ano en que estoy lamiéndome como mordiéndome hasta besándole profundamente con mi boca y con mi dedo izquierdo ando hurgándole su ano, escuchando fidedignamente como la tengo soltando como cantando hasta expresando fluidamente unos jadeos y gemidos por la retorcida interna de su frenesí como de múltiples orgasmos que están cocinándose sobre todo la influencia que le estoy penetrando y darle apasionada hasta placenteramente con mi presencia sexual y apasionada como amorosa hasta deleitándome y zacearme a pedir de boca en vivo y a todo color con la compañía física y corporalmente de mi queridísima Wilda quién la amo mucho más cada día de mi vida.

Volviendo a mi realidad por la tocada que me da en la puerta del cuarto de baño por la misma Wilda si me encuentro bien y que espera no sé nada grave que tenga al estar haciendo la mayor le contesto para nada ya termine estoy saliendo para que entres tu que veo que estás haciéndote en ti, lavándome las manos al jalar la cadena del mismo sanitario salgo para que entre de prisa hiéndome a la sala a sentarme y esperarla para que continuemos conversando yo y Wilda esa bella tarde de sábado que me invito después que salimos de trabajar de la mismísima universidad para conocer su hogar feliz y alegre que tiene hoy día con su queridísimo esposo.