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Categoría: Confesiones

Mi vida sexual: La madre de Susy (1 de 6)

Susy se ha quedado en el internado, por fin pude sacar ese secreto que me quemaba por dentro, se que me comprendió por su forma de reaccionar, también se que no me perdonaría si supiera el motivo del enojo de su padre que ahora sabe que es su abuelo tanto de irme del pueblo como regresar embarazada y después irme con Luis.... pero tenia mis razones para no permitir que mi Susy permaneciera en el pueblo junto a mi padre...

Recuerdo que tenia 15 años cuando despertó mi vida sexual, mi cuerpo ya lo tenia desarrollado aunque no del todo pero mis senos resaltaban mas que mis compañeras por lo grandes que eran, aunque sin cintura mis nalgas eran paradas y redondas, el cuerpo que sin duda me heredo mi madre... creo que fue la edad en donde la calentura es insoportable mas en esos tiempos de calor, vivía con mis padres en ese pueblo tan tranquilo que no sucedía nada relevante, solo cuando parían los animales que era el festejo por la buena llegada del ganado, en ese tiempo sentía ya el cosquilleo en medio de mis piernas, solo me podía conformar con tallarme en las abrazaderas de los sillones, arriba de las almohadas o mis manos eran mis cómplices, era exquisito montar un caballo, el trote invadía completamente mis sentidos y calmaba la furia que revoloteaba por dentro de mi cuerpo, solo que eran pocas las oportunidades de disfrutar una montada, en el pueblo no era apto para las mujeres.

La tía Raquel estaba por dar a luz y mi madre por ser buenas hermanas tendría que ir a visitarla hasta la llegada del bebe, esto sucedió con la esposa de mi tío Alfredo y la tía Elogia, Raquel por ser su primera cría mi madre no dudaría en hacerlo ya que ella es la mas grande y sin niños pequeños ya que su única hija soy yo Clara.

Todas las tardes mi madre tenía que ir a cuidar a Raquel, después de las 5:00 ya no había nada que hacer, yo ya no iba a la escuela ya que en el pueblo solo había hasta secundaria y por el momento tenia que ayudar en las labores de la casa, así que mi madre se podía ir tranquila a cuidar a la tía y regresar como siempre casi a media noche.

Mi padre empezó a llegar borracho como era su costumbre después de la cosecha, en cada lugar que iba a ofrecer nuestra mercancía acaba por tomar con ese cliente, recuerdo que en una ocasión mi padre llego y aun estaba mi madre, al entrar a la cocina fue directamente con mi madre, le alzo la falta y se metió adentro de ella, mi madre forcejeo pero sin saber que yo estaba del lado del patio, ya que iba a avisarle que hoy iría a dejar huevo con Doña Cuca, se me hizo fácil subirme a la escalera que da a la azotea y avisarle desde la ventana que da a la cocina, ninguno de los dos me vio, se que mi madre aunque forcejeaba estaba gustosa por lo que le estaba haciendo mi padre, lo malo es que no podía disfrutar claramente lo que mi padre estaba haciendo en medio de las piernas de mi madre, después se levanto al mismo tiempo también la falda de mi madre, se bajo los pantalones y vi su tremenda tranca que la ensarto por detrás de mi madre, sus embestidas eran envidiables y mi calentura subió hasta mas no poder, mi madre disfrutaba aquellas bestiales embestidas, estuve observándolos hasta el final, no duro mucho, cuando saco su tranca de la vulva de mi madre toda chorreada aun vi fascinada como era de enorme, lentamente me baje de la escalera con los ojos cerrados aun con la imagen de mi padre follando a mi madre, tuve que esperar a que mi madre se fuera y mi padre se echará a roncar para saciar mi calentura con la almohada, tuve que hacerlo en silencio porque mi ansiedad era enorme, había visto revistas prohibidas con algunas compañeras de la escuela pero jamás en vivo y ahora la imagen había sido fabulosa, tampoco dure mucho tiempo ya que tendría que ir a dejar el huevo con Doña Cuca.

Después de ese día, tuve la oportunidad de ver copular a unos perros, solo que el pobre Toba no acertó la entrada de la perra porque aunque dilato mucho en intentarlo al separarse le colgaba una herramienta llena de venas, rojiza como si fuera de sangre, gruesa y larga, cerré los ojos disfrutando ver como Toba me cogía a mi, deseaba tener esa gran trancota perforando mi vulva, este fue un gran motivo de saciar mi calentura esta vez fue con mis manos, me gustaba echarme aceite para poder maniobrar mis caricias a mi gusto, esas caricias a mi edad eran fabulosas, no dure mucho en conocer las zonas mas sensibles y mientras tardaba la llegada de mis periodos cada mes por las noches invadía mi cuerpo con mis manos.

Recuerdo esa noche, esa inolvidable noche, mi madre como siempre se tuvo que ir, era tarde y mi padre no llegaba, tuve meterme a la cama como siempre con un fondo de mi madre, de lo grande que me quedaba se bajaban los tirantes o amanecía con mis senos de fuera, era tanto tiempo que ya me había acostumbrado, estaba leyendo un libro cuando escuche un ruido, salí rápido sin zapatos y sin taparme, vi que era mi padre, borracho como siempre solo que esta vez se callo en la entrada de la casa, con mi ayuda se levantó con mucho esfuerzo y con todas las fuerzas lo lleve a su cama, al acostarlo caí encima de el y mi seno quedo pegado a sus labios, no dudo en abrir su boca y empezar a chuparlo, yo me quede quieta, lo estaba disfrutando mas cuando bajo una mano a mis nalgas y las manoseo a su gusto, lo único que hice fue controlar mi respiración ya que me estaba poniendo a mil, deje que chupara, lamiera y mordiera mis senos hasta que quedo dormido, en el manoseo en mis nalgas subió el fondo y metió su mano dentro de mi calzón y eso fue lo que mas disfrute solo que por estar tan briago el sueño lo venció, me fui a mi cuarto aun con su saliva en mis senos y la sensación de su manoseo en mis nalgas, esto fue el principio para ver de que manera podría repetirlo.

Al otro día mi madre me dijo que le hubiera quitado la ropa ya que se durmió con todo y zapatos toda la noche, ya que mi madre tuvo que llegar hasta temprano ya que la tía esta en los últimos días, creían que posiblemente los dolores llegaran de noche y no habría quien la cuidara mientras iban por la partera, ese permiso fue muy agradable para mi.

Con impaciencia espere la noche para hacer lo queme había pedido mi madre, escuche que se abrió la puerta salí y no vi a nadie en la entrada, entre al cuarto y ahí estaba ya acostado mi padre solo que me pensé que me seria difícil ya que estaba boca abajo, aun así quise continuar con mi plan, me quite el fondo y los calzones, con esfuerzo lo voltee y empecé a desabrochar su camisa, luego el cinturón y el pantalón, sin pensarlo me subí quedando mis nalgas en su pecho ya que tenia que sacar sus botas y bajar poco a poco su pantalón, lo deje solo en calzoncillos, aproveche para saciar un poco mi calentura, me subí a su tranca y empecé a restregar mi vulva en su parte, me sentí en el infierno por la calentura que cada vez me subía mas, creí que lo despertaría pero tuve suerte, mis movimientos eran suaves, así pude sentir como ya tenia su tranca bien parada, quería en ese momento ensartármela cuando sentí sus manos tocando mi cadera, jalándome hacia su cara, su boca invadió completamente mi vulva, su lengua hurgaba mi cavidad, exquisitamente me estaba chupando, toque mis senos para disfrutar mas gustosamente ese deleite, su manos sustituyeron las mías y estrujaba fuertemente mis senos, tuve que quitarme suavemente porque no sabia si mi madre tardaría y regresaría temprano a casa, pero antes de irme me monte en su tranca que tremendamente se notaba ya erguida disfrute moviéndome bruscamente buscando una sensación que no pude encontrar, mi padre tocaba mis pechos con dulzura, no quise parar sin embargo el cansancio pudo mas que la calentura, acomode su ropa, tome la mía y me fui a mi cuarto.

Al otro día quise comprobar que tanto recordaba mi padre, al llegar a desayunar me pregunto muy autoritario como siempre si aun no llegaba mi madre, tímidamente le dije que no, con esto supe que el jamás sabría que hacia conmigo....Llego nuevamente otra noche, estaba esperando que abrieran la puerta para salir al encuentro de mi padre, de repente llamaron a la puerta de mi cuarto, salte de la cama y pregunte quien era, felizmente supe que era mi padre, rápidamente abrí la puerta y como siempre borracho me abrazo, me dijo que me quería mucho, que quería mucho a mi madre, su peso me hizo ir a la cama, le pregunte que le sucedía me dijo que nada que solo quería dormir, se acostó en mi cama, le dije que lo llevaría a su cama para quitarle la ropa, me dijo que dormiría conmigo, por un momento no quise aceptarlo pues llegaría mi madre y que pensaría yo ya no era una niña, aunque es lo que pedía a gritos, me dijo que le quitara su ropa, casi con miedo empecé a quitársela, no sabia si hacerlo o no porque sentía que mi padre estaba mas consiente que las veces anteriores, termine de quitarle la ropa y me acosté a un lado de el, esta vez no quise internar nada, amanecí con una enorme calentura, cuando me levante mi madre estaba ya preparando el desayuno, le dije que mi padre no se quiso ir a su cama y que se quedo en la mía, mi madre muy tranquila me dijo que estuvo bien porque tampoco llego esa noche, me dijo todo lo que tenia que hacer y repartir, tenia que ir por la despensa con Don Simón un viejo tan morboso que casi me comía con los ojos, tenia que ir porque nos daba mejor precio sin embargo mis padres pensaban que el motivo era porque mi padre le ayudo a poner su tienda y a cultivar sus tierras, no sabían que en realidad el motivo era yo pues yo le regateaba el precio y sin dudarlo lo bajaba mas, el pobre viejo se conformaba con ver mis senos reposando en su mostrador, al acabar de desayunar mi madre le dijo a mi padre que ya había hablado con mi tía Elogia que vivía en la capital para irme a estudiar, esto anteriormente ya lo habíamos acordado, que cuando la tía Raquel se aliviara y mi madre estuviera de vuelta en casa yo me iría con mi tía Elogia a su casa y para poder estudiar, esto lo había olvidado por la calentura que estaba consumiendo mi cuerpo, así que tristemente lo acepte.

Estuve inquieta toda la mañana por no poder hacer nada con mi padre esa noche, tampoco pude saciar mi calentura ya que mi madre estuvo casi toda la mañana en casa, al ir con Don Simón pensé porque no saciarme con el, siempre que iba me invitaba a pasar a su casa, no se que haría conmigo pero no creía que fuera algo que no me gustara, es mas sabía que no podía hacer nada sin mi consentimiento pues mi padre lo podía dejar sin su tienda y sin sus tierras, así que no perdería nada con intentarlo, estaría dispuesta a complacer su calentura con la mía, al llegar como siempre me atendía de mil amores, para todo me decía Clarita, según el me daba mejor precio, como siempre ya que termino de surtir mi lista me invito a escuchar la música que me gustaba, cuando acepte se quedo con el ojo cuadrado y vi claramente como se chupo su labios y venia mis senos, al entrar era todo un manjar en atenciones, a pesar de que el viejo aparentaba ser sucio adentro todo estaba limpio y olía a lavanda, me dijo que me sentara en uno de sus sillones en lo que el buscaba la música y me traía un refresco, la música era lenta y bonita, cerré mis ojos y en mi mente pasaron imágenes vividas con mi padre y lo que posiblemente ocurriría con Simón, llego y me ofreció el vaso, me pregunto si estaba a gusto y si escuchaba la música, le pregunté que como se bailaba, mas que gustoso estaba porque pensó que todo le estaba saliendo como el había querido...

Me tomo de la mano, suavemente me levanto y coloco mis brazos alrededor de su cuello, me acerco a su cuerpo grasiento me rodeo con sus brazos en mi cintura y empezó a balancearse, quedamente al oído me decía que así se bailaba y que tratara de mover mi cadera al ritmo lento de la música, cerré los ojos y empecé a moverme pero claramente sentía que su tranca ya estaba lista para ensartarme pues su paquete se sentía durísimo, el balanceo de mi cadera y lo apretada que me tenia sin quererlo se restregaban nuestras partes, creo que al igual que yo el viejo estaba súper o mas caliente que yo, sentía como poco a poco y disimuladamente iba bajando sus manos a mi trasero, cuando pude sentirlas en mis nalgas me dijo que me ayudaría a mover mi cadera para aprender mejor, el viejo creyó que yo no sabia lo que me estaba haciendo, sin embargo sentí tan rico que me deje hacer todo lo que el quisiera en ese momento, tan caliente estaba que me dejaría que ahí mismo me ensartara su tranca, poco a poco su manos iban alzando mi falda hasta que pudo meter debajo sus manos, la restregada era tan fabulosa que lo estaba disfrutando a mas no poder, abrí mis ojos y vi que era tardísimo y aun me faltaban muchas cosas por hacer, me aparte bruscamente que el viejo brinco y asustado me preguntaba si me pasaba algo, sonriendo para tranquilizarlo le dije que no pero ya era tarde y tenia que hacer otros quehaceres, su invitación fue de lo mas insistente posible para una próximo visita, gustosa le dije que me había encantado haber aprendido esta música, con sus ojos llenos de morbo me dijo que esto apenas era el empiezo de todo lo que me enseñaría, me acerque provocativamente para preguntarle que tanto me enseñaría, creo que hasta babeo al decirme solamente que muchas cosas, al salir descaradamente me acompaño hasta la salida con su mano apretando mi nalga, al salir estaba mas que contenta de haber dejado súper cachondo al vejete....

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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