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"Debía descubrir porque el sexo con mi pareja no me satisfacía lo suficiente después de la aventura con otro hombre, así que decidí dejar que mis ganas controlaran mi cuerpo y entendí que era lo que pasaba conmigo"
Me gustaron los comentario de mi anterior relato, decidí empezar a escribir aquella noche, porque me sentía muy mal conmigo misma, acabada de chuparle la verga a mi propio hermano y me sentía muy sucia pero sabía que no podía hablar de eso con nadie, ni siquiera con él, pues acordamos jamás repetirlo ni hablar al respecto, pero quiero hablar de eso más adelante, quiero contar como fui cambiando de forma cronológica.
La mañana siguiente de mi aventura con Toni fue peculiar, dormí placenteramente esa noche, pero cuando me desperté al lado de mi novio, él tenía una erección, aún seguía dormido pero por alguna razón no me apetecía darle una jugosa mamada mañanera como siempre lo hacía cuando dormíamos juntos (yo aún vivía con mis padres por supuesto); vi su pene venoso que me había dado placer tantos años pero no me apetecía, simplemente me acerque a él, lo bese en la mejilla y lo abrace, aun lo amaba por supuesto y creo que más que ayer, había sido capaz de dejar a un lado el machismo y los celos para darme placer desenfrenado y él también lo disfruto bastante.
A los pocos minutos se despertó, me abrazo y me empezó a besar, ambos estábamos desnudos e inmediatamente cogió mi cuca que aún me ardía un poco por tener tan gruesa polla la noche anterior, se puso encima mío y metió su verga lo más a fondo que pudo, gemí un poco apenas la sentí adentro, me gustaba por supuesto, pero no era lo mismo que muchas veces anteriores, nos besábamos poco por el aliento mañanero, pero le amaba y me encantaba sentir su cuerpo desnudo rozando el mío, aunque seguía sintiendo un sin sabor, daba fuertes embestidas contra mí, parece ser que seguía muy cachondo después de lo de anoche, mi chico es muy bueno en el asunto, se mueve muy bien, tarda en venirse (a veces demasiado) y hace un sexo oral de puta madre; esa mañana el polvo fue muy normal, varias poses, nalgadas, cachetadas y algunos jalones de pelo, cosas que en otro momento me llevarían al orgasmo muy rápido, pero aun cuando me gustaba por alguna puta razón no dejaba de pensar en todo el placer que había sentido la noche anterior, él se vino adentro y fuimos a bañarnos juntos; lo amaba más que nunca, pero me preocupaba lo que estaba sintiendo.
Los días pasaron de lo más normales, era un poco incómodo ver a Toni en el gimnasio, aun cuando mi novio le había explicado que aquello que paso, solo fue cosa de una noche y que jamás volvería a pasar y que esperaba que jamás se lo contara a alguien; todas las noches me masturbaba, lo hacía más de lo habitual, con más fuerza, no paraba hasta que mi cuca se dilataba tanto, al punto de meterme prácticamente la mano entera, me venía a montones para poder dormir y tratar de no pensar en locuras todo el día, a veces me venía tanto que al amanecer la sabana aún seguía empapada de mis fluidos; eso calmaba mis resientes deseos sexuales hasta que mi sobrina 4 años menor que yo, se vino a vivir a nuestra casa, ella empezaba en la universidad y le tocaba dormir en mi cama, vivimos en una casa pequeña con tres habitaciones, pero no teníamos otra cama y la mía era muy grande y cómoda, así que nadie le vio problema, bueno, yo sí, ya no podría matarme a pajazos en las noches y mi arrechera se empezaba a apoderarse de mí (una noche no me aguante y me comí a mi hermosa sobrina como una vil ninfómana, pero esa historia también es para después).
El hecho de no poderme masturbar me estaba volviendo loca, culeaba con mi novio cada vez que podíamos pero no era lo mismo desde ese revolcón que me metió Toni, aunque a este último ya no le deseaba, mi novio tampoco era capaz de saciar mis deseos; tome una decisión, sabía que era una completa locura, pero no me quedaba otra alternativa, no podía pedirle a mi novio que me dejara comer por otro hombre mientras él veía, porque se daría cuenta que algo andaba mal en mí, así que le dije que quería comerme una mujer frente a él, la idea lo volvió loco y se le paro apenas le conté, me comió esa noche con mucha fuerza, pocas veces lo había visto tan arrecho, yo disfrutaba, pero quedaba a medias siempre; con esta jugada esperaba determinar de una vez por todas, si obtuve tanto placer porque estuve con alguien más, o por el hecho de ser observada por mi novio (de entre nuestras aventuras pasadas, ya habíamos sido observados mientras teníamos sexo por uno de sus primos en unas vacaciones que pasamos en una finca, su primito aún era un joven pajuelo, pero se arriesgó a asomarse en la ventana de nuestra habitación mientras mi chico me destruía el ano teniéndome en cuatro patas con la cara contra la sabana y su pie encima de mi rostro, yo solo mantenía mis nalgas abiertas con mis manos pero podía ver perfectamente como aquel chico a través de la rendija se jalaba un pollon muy grande para su corta edad, ambos terminamos y mi novio hablo con su primo para que se quedara callado y le permitimos seguir viendonos todas las noches de esas vacaciones.) Así que el hecho de ser observada no es la razón de mi creciente arrechera, pensaba más bien que sería el hecho de ver al hombre que amo jalarse la verga y con una cara de arrechera sin igual mientras le daban placer a su princesita lo que me hizo mojarme tanto aquella noche y la razón de que hoy en día, no puedo controlar mis inhibiciones.
La decisión fue fácil, lo difícil fue conseguir a la víctima, las mujeres de mi región no son tan calientes como las de otros lados, ósea, hay muchas perras sí, pero no dispuestas a estar con una chica mientras mi novio las observa, en mi universidad había una chica que le gustaban las chicas, todos sabían, pero nunca me había insinuado nada, no era tan atractiva la verdad, pero serviría pensé, ya habíamos hablado antes, pero solo temas de estudio, pero me valía verga todo, necesitaba mi aventura, me le acerque y le dije, sin pelos en la lengua:
- Te gustaría comerme? – dije como saludo
- Que queeee? - Me respondió abriendo la boca con asombro y cambiando de colores como un semáforo
- Que si te gustaría tener sexo conmigo dije, te gustan las chicas no? – añadí
- Ósea si y eres muy linda, pero me estás hablando enserio? – dijo con cara de asombro
- Muy enserio, estoy explorando mi sexualidad y quiero estar con una chica, me pareces bonita – Mentí – pero quiero dejar claro que es solo sexo, ósea nada de relación y nadie sabrá de esto – le explique.
- Ah! Entiendo, pues la verdad, hace tiempo no tengo pareja y estoy cansada de mi vibrador, así que si, porque no? – respondió mientras sobaba un poco mi hombro aceptando por fin la idea
- Bueno alguien si se va a enterar – dije agachando la cabeza – Mi novio, quiero que lo hagamos delante de mi novio – complete
Después de varios insultos y gritos explicándome que no iba a ser el juguete sexual de una pareja de locos, me quedo claro que iba a ser imposible conseguir una cuca para mí.
No me aguantaba un solo día más esta calentura, la arrechera estaba incluso hablando por mí, saludaba a los desconocidos que pasaban junto mí y que me parecían atractivos, los miraba con morbo, miraba sus paquetes y pensaba en que tan grande lo tendrían, en mi universidad me acercaba a los grupos de hombre y los agarraba de sus enormes brazos tratando de entrar en sus conversaciones y ser afectuosa, me asomaba un poco en los baños de los hombre a ver si podía ver alguna verga mear, estaba perdiendo el control y simplemente paso lo que era obvio que iba a pasar.
Yo trabajo en un lugar un poco retirado de la ciudad, viajo en mi moto, es una empresa grande en la zona industrial, mi oficina queda en una habitación un poco retirada de la de los demás, básicamente es un cuarto de aseo que adecuaron para mí, no habían más oficinas libres, era horrible pero tenía sus ventajas, tenía un baño por ser de aseo (ni el gerente tiene baño en su oficina), es muy oscura pero tenía una pequeña ventana la cual solo se podía ver de adentro hacia afuera y apuntaba hacia el pasillo que era la única ruta de acceso, así que podía ver de lejos quien viene mucho antes que entren.
Ese día mi genio estaba por los cielos, no me aguantaba ni el saludo, llegue a mi oficina y me encerré, me iba a masturbar en ese momento, sin importar lo que pasara, no me aguantaba, eran las 10, espere a esa hora porque es cuando el gerente baja a ver si están trabajando en sus escritorios, aunque jamás va al mío, creo que ni sabe que trabajo ahí, mi uniforme es un jean (vaquero como les dicen en algunos países) y una blusa manga larga en el mismo material del jean, con botones en el medio, me baje el jean hasta las rodillas, necesitaba abrir bien mis piernas, no llevaba ropa interior (sabia a lo que iba), metí los dedos de mi mano derecha en mi boca muy profundo en mi garganta, no necesitaba realmente saliva, mi cuca goteaba de lo mojada, pero me agrava la sensación de atoramiento que produce una verga en la boca, cuando mis dedos estaban bien húmedos, metí los tres del medio en mi cuca con tanta fuerza que gemí como una puta, no paraba de hacerlo y no quería parar, con mi mano izquierda sobaba mi clítoris y lo apretaba, quería morderme los pezones pero son muchos botones los que tenía que soltar y en caso de emergencia, me demoraba mucho en volver a cerrar, así que solo me mordía los labios, me daba dedo tan rápido y tan duro que sonaba como si estuviera teniendo sexo realmente, gemía como loca, aquello me parecía increíble, ya me había desnudado en esa oficina para tomarme fotos y enviárselas a mi novio pero esto era distinto, gritaba y me retorcía en esa silla ergonomía que estaba empapada con mis jugos, me puse un poco de medio lado para meterme un dedo en el culo, de la arrechera no pensé bien eso, le di la espalda a la puta ventana, metí un dedo en mi dilatado ano, y lo movía como tratando de sacar algo de allí, no sé cuánto tiempo llevaba en esas pero estaba para venirme, cuando de repente sentí unos pasos muy cerca y golpearon la ventana, MIERDA! Me acomode apenas mientras se abría la puerta, no tenía tiempo para subirme los pantalones, escasamente saque mi mano de mi cuca y el dedo de culo, estaba tan cerca de llegar al clímax pensaba, además de que no tenía puta idea de quién era el que iba a entrar.
- Puedo? – Pregunto
- Pase, igual ya abrió – respondí de mala gana
Era el chico de sistemas, Juan, para ser un nerd de computación, estaba muy bien, era alto y corpulento, parecía que iba al gimnasio pero estaba lejos de ser macizo, aunque su cara era preciosa y tenía una sonrisa encantadora, jamás me había insinuado nada, solo hacia cumplidos de lo simpática que era y bromeaba que deseaba tener unas piernas musculosas como las mías, mi escritorio esta de frente a la puerta y adelante tiene una chapa de madera, así que no podía ver mis piernas, mis pantalones en la rodilla y mi cuca a un lengüetazo de correrse.
- Estas bien? Te noto colorada – dijo con cara de preocupación
- Si! Porque no lo estaría, a que has venido? – dije mientras miles de preguntas pasaban por mi cabeza, ¿Cuánto llevaba afuera?, ¿será que me escucho?, ¿desde ahí puede ver mi cuca?, ¿podrá oler mis fluidos?, ¿Qué tan grande la tendrá?... cálmate Alejandra y piensa, necesitas hacer que se vaya.
- Te traje el reporte de mantenimiento de equipos que me pediste, sé que me lo pediste para la otra semana, pero ya lo tenía adelantado – Respondió
- Puedes dejarlo por ahí por favor – dije yo rogando que no se acercara
- Claro míralo – decía mientras se acercaba rápido a mi escritorio estirando su mano para pasarme esa pinche carpeta.
Rápidamente acerque la silla todo lo que pude al escritorio hasta pegar mi abdomen a este, estire la mano para tomar el informe y la otra tapaba mi panocha para que no la viera en caso que se notara algo (mala idea) mi cuca estaba tan hinchada y lista para explotar que apenas la toque me corrí a mares, solo apreté la cara para disimular el orgasmo gemí duro aparentando reírme, aunque se escuchaba como me orinaba de placer.
- Que fue eso? - dijo Juan
- Nada, no escuche nada – respondí rápidamente.
- Hoy sí que estas rara chica – dijo mientras me daba la carpeta y se daba media vuelta para irse
El orgasmo no fue normal, lo disfrute, pero fue un orgasmo a medias, interrumpido, más allá de estar enojada, estaba más caliente que nunca, necesitaba seguir, pero no iba a seguir dándome dedo, necesitaba carne dentro de mí y con urgencia, me gano la calentura e hice lo impensable.
- Oye Juan – dije mientras me ponía de pie al lado del escritorio y subiendo un poco mi blusa dejando ver mi gallo inflamado y mi leche escurriendo por mis piernas – Quieres? – añadí
Ese hombre se quedó más blanco que la leche, tenía su mirada fija en mi coño, no pronunciaba palabra alguna, solo jadeaba como pretendiendo pensar con la boca; no volví a preguntar no me importaba su respuesta, si era necesario, lo iba a violar en ese mismo lugar; me arrodille rápidamente en frente de él, iba a ver si todo era proporcional a su cuerpo, abrí rápidamente su pantalón, no opuso resistencia, no sé si porque de verdad quería o porque no creía ver lo que estaba pasando, saque su verga de su calzoncillo, no me importaba a lo que oliera, me la metí a la boca tan rápido que ni me percate del tamaño, mamaba rápidamente esa tranca mientras sentía como se ponía más dura en mi boca, después de varias engullidas por fin dio señales de vida el pelotudo ese.
- Que haces? – dijo sin entender lo que pasaba
- Que crees que estoy haciendo? – respondí sacándome la verga de la boca
Al hacerlo vi el tamaño, era muy grande, no como la de Toni pero mucho más grande que la de mi chico, aunque bastante delgada, era una polla de esas que son súper torcidas, tenía una curva muy pronunciada hacia la izquierda, era linda, igual si fuera fea me la había comido pensé. Seguí succionando ese chimbo hasta el fondo, mi garganta iba cediendo, soba sus huevos con delicadeza, no fuera que le doliera; de un momento a otro se empezó a quitar la camisa, ya iba cooperando. Chupe sus webas mientras le hacia una paja, cuando vi que se había terminado de desnudar, me puse de pie y le dije:
- Cógeme como una perra papi.
Apenas le dije esto me abrió la blusa de un empujón, rompiendo varios de los botones, no tenía brasier (sostén) y empezó a chuparme las tetas, le pedí que me mordiera los pezones, estaban duros como una piedra, como su verga que tenía firmemente en mi mano.
- Méteme tu chimbo papi, hazme tu perra – le dije mirándolo a los ojos
- Si quieres ser mi perra, te voy a dar como a una perra – me dijo mientras me tiraba a sus labios a meterle la lengua lo más adentro que pude.
Mientras nos besábamos lo dirigí hasta el frente de la venta, no me iba a pasar dos veces, una es que me descubran dándome dedo y otra que me vean culeandome al de sistemas. Me incline un poco hasta poner mi cara contra la ventana, habían varios bultos junto a esta en donde tumbe mis senos.
- Mientras me das como a una puta, mira si viene alguien - le dije mientras abría mis nalgas con ambas manos esperando que metiera su verga.
- Primero quiero ver a que sabe tu coño – dijo el muy pendejo arrodillándose a comer todo el jugo que me había sacado de aquel pajazo.
Lamia toda mi chocha mientras pronunciaba cosas que ni entendía, lamia mis piernas, no quería dejar nada, realmente estaba limpiando todo, me decía que estaba muy rico, que era delicioso y dulcecito, metió dos dedos en mi cuca, grite de placer
- Tu verga cabron, méteme tu verga – grite – entiérrame toda esa tranca hasta el fondo – casi rogaba
Se puso de pie y acerco la cabeza de su pene en mi vagina, roso un poco mis labios mayores disfrutando de la vista mientras yo le suplicaba porque me culiara, enterró hasta el fondo ese pollon, estaba tan torcido que sentí que me desgarro un ovario, gozaba de placer, sentía que me venía a cada segundo, empujaba su humanidad contra mi culo tan duro que mi cabeza golpeaba contra la venta, ¡la ventana maldita sea!
- Mira la ventana! - le grite
Yo no podía ver, mi cara golpeaba con el frio vidrio y mis ojos bailaban en sus cuencas, mis pezones rozaban con el áspero materias de los bultos sobre los que estaba apoyada, todo eso junto logro que tuviera el orgasmo más impresionante que había tenido en semanas. El sintió como me venía y todo el jugo que salía de aquel agujero el que él me estaba dando, de un arrebato y sin que yo me repusiera del orgasmo, me dio la vuelta, puso mis piernas a un lado de su cara, aun tenia los pantalones en los tobillos, tenía las piernas cerradas así que al meter su verga que estaba como un bate (un bate torcido) sentí más el envión al clavarme, grite nuevamente, sentí que no podía más, lo miraba fijamente a los ojos, podía ver la sevicia con la que me estaba clavando, yo era su perra, levante mi mano y toque su hermosa cara, cogió un dedo y se lo metió a la boca, creo que era el dedo que tenía metido en el culo hace unos pocos minutos, debía saber a rico porque lo chupaba con un deseo, como si fuera un dulce, al ver eso me vine y apreté tan duro las piernas que él se vino igual, me lleno la cuca con su leche, era tanta que rebosaba de mi chocho aun sin que sacara su verga de adentro mío, por supuesto apenas la saco mi panocha empezó a escupir semen, squirt y hasta orines dentro de mí, era una combinación de fluidos que dejaba impregnado el ambiente, todo eso escurría sobre los bultos en los que estaba, le pedí que me pasara un pañuelo que había preparado para mi sesión de paja, trate de taparme la cuca como pude para que no saliera más y salpicar todo, me puse de pie y me dio un beso, se vistió como una flecha y me dijo que esto jamás había pasado, su novia trabajaba también en esta empresa y era una fiera, así que nos mataría a los dos, él salió corriendo mientras se arreglaba el uniforme y yo quede vuelta mierda, con los pantalones en los tobillos, llena de semen y tratando de encontrar mi dignidad; mientras sacaba la leche del interior de mi vagina me di cuenta que porque había disfrutado tanto el sexo con Toni, no era él, ni el hecho de que mi novio me viera, era la excitación de saber que le estaba siendo infiel al hombre que amo, pensaba mientras probaba la deliciosa leche de Juan que sacaba de mi coño.
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