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Categoría: Maduras

Mi vida es un sueño (7 y fin)

Me divertí mucho esa noche pero al llegar a casa tan temprano me conecte a internet y me metí en un chat de parejas y hablando con gente del chat y viendo algunas fotos porno me hice una paja de las que hacen época.



Ese domingo no madrugué, pero cuando me levanté lo hice con una erección considerable. Estaba tan caliente que me volví a meter en el chat y me empecé a masturbar mientras hablaba con tíos sobre cosas que haríamos a sus esposas en tríos y cosas así. Además me abrí aun lado fotos de tías orinando, maduritas y algunas de dominación femenina y me puse tan caliente que me manche todo el calzoncillo con la corrida que me vino casi sin darme cuenta después de un buen rato masturbándome.



Esa semana fue mas larga de lo normal, hubo fiestas entre la semana y mis padres que hicieron puente se empeñaron en que me fuera con ellos. Mi hermana estaba tan encantada que fuera yo, ya que casi nunca voy a sus viajes, pero ella si, le gusta mucho viajar. Así que el fin de semana no pude quedar con Milagros. Alguna vez cuando me quedaba solo le llamaba y en alguna ocasión me masturbaba mientras ella me decía cosas Huaraz por teléfono. Todo pasa en esta vida y por suerte mis pequeñas vacaciones fuera de Madrid también pasaron. Al volver quedé con Milagros para ir a una nueva exposición de Carlos en una sala muy famosa de Madrid. Quedé con Milagros en su casa para cambiarme allí, porque mi traje elegante lo tenía ella, ya que me lo llevó al tinte. Al llegar a su casa y cerrarse la puerta tras de mi, ninguno de los dos nos pudimos controlar la pasión que teníamos. Nos empezamos a besar allí mismo en el pasillo de la entrada de la casa. Nos metíamos la lengua con gran desenfreno. Ella de abrazó a mi cuerpo y me bajo los pantalones. Yo solo le subí la falda que llevaba y aparté el tanga. Ella se colgó de mi cuerpo totalmente pasando por detrás de mi sus piernas rodeándose a mi cuello con sus brazos. Buscó mi polla y la colocó en la entrada de su coño. Yo apreté mientras apoyaba su espalda contra la pared. La estaba follando allí mismo, como si la casa no tuviera camas, pero estábamos locos el uno por el otro. Yo metía mi polla en cada empujón que le daba contra la pared. Ella se corrió enseguida y yo al oírla gemir no tarde mucho inundándola su coño. Después de eso nos dimos una ducha y nos reíamos sobre lo impacientes que éramos. Pero fue una sensación incontrolable la que nos pasó a los dos en aquel pasillo. Después de aquello fuimos a la exposición de Carlos.



Al llegar allí Carlos vino a saludarnos. Nos estuvo comentando los cuadros hasta que llego Katia a saludarnos también. Estuvimos con los dos y luego él se tuvo que ir a cumplir con los compromisos de la gente que allí había. Cuando terminó la exposición fuimos a un restaurante a cenar con varios amigos de Carlos mas. Katia se sentó enfrente de mi. Katia estaba estupenda aquella noche, pero claro con 19 años ¿quien esta mal? Mientras Milagros charlaba con Carlos y sus amigos, yo hablaba muy distendido con Katia. Entonces supe que era rusa o rumana, algún país del este. Y estaba aquí por estudios. Estudiaba arte y así fue como conoció a Carlos. La chica era un encanto además de ser un bellezón. Terminamos de cenar y fuimos todos a un pub a tomar unas copas. La noche fue pasando y los amigos de Carlos se fueron. Era ya tarde y estábamos todos algo pasados de copas. Decidieron ir a tomar la ultima a casa de Carlos que estaba dos portales mas arriba y así hicimos. Yo me senté en el sofá muy mareado y dije que no quería beber ni una copa mas pero Katia se acerco a mi y me dio una copa y se sentó a mi lado. Entonces Milagros se sentó al otro lado y entre las dos me empezaron a besar.



Has visto Carlos que niño tan bueno tengo. –dijo Milagros mirando a Carlos que se terminaba de echar su copa.



A Katia le gustan los chicos buenos. –dijo él.



Mientras Katia me mordisqueaba la oreja y jugaba con su lengua por dentro. Milagros me empezó a sobar el paquete y aunque debido al alcohol le costó un poco, mi polla se termino haciendo grande y el bulto se notaba bastante. Katia bajó su mano disimuladamente uniéndola a la de Milagros y sobandome juntas la polla por encima del pantalón hasta que Milagros me bajo la cremallera y saco mi polla masturbándome ante la mirada de Carlos que se había sentado enfrente de nosotros a ver el espectáculo. Yo lleve mi mano al coño de Milagros y Katia al verlo me agarro de la otra mano y la llevo a su coño para que la tocase. Yo estaba en medio de una mujer de 52 años y de otra de 19. la verdad es que estaba en la gloria.



Cuando mire de reojo a Carlos, este se estaba masturbando. Se levantó y se sentó al lado de Milagros. Milagros se puso a besarle en la boca mientras con la otra mano le empezó a masturbar. Yo me sentí algo celoso pero entonces Katia bajo su boca a mi polla y me la empezó a chupar. Yo estaba demasiado borracho para darme cuenta de nada, pero estábamos haciendo una especie de cuarteto sexual. Noté como la mano de Carlos luchaba con la mía para poder meter un dedo dentro del coño de Milagros, al que estábamos tocando los dos.



Yo saque mi dedo de su coño y empecé a sobarle las tetas mientras seguía disfrutando de la estupenda mamada de Katia. Sin saber como cuando me quise dar cuenta Milagros me había llevado mi mano de sus pechos a la polla de Carlos y le estaba masturbando. Al darme cuenta retiré la mano y la volví a llevar a los pechos de Milagros que entonces me metió la lengua en mi boca y empezó a jugar conmigo. Debido a las copas de mas el mareo era considerable y a veces se me iba la cabeza. Cuando me quise dar cuenta Milagros me seguía besando y yo volvía a tocar la polla de Carlos que parecía muy excitado. Entonces Milagros me dijo al oído:



Me gustaría ver como se la chupas. –y diciendo esto me agarró de la cabeza y la llevó hacía la polla de Carlos.



Katia dejo de chuparmela a mi y también se quedó mirando. Yo me tuve que inclinar un poco para sortear a Milagros pero mi cabeza llegó a la altura de la polla de Carlos. Entonces Milagros me soltó la cabeza, pero debido a mi estado yo seguí bajándola hasta que la punta de la polla de Carlos rozó mis labios. Entonces parece que me volvió la conciencia y me intenté retirar pero la mano de Milagros me llevó la cabeza hacia la polla que esta vez entró totalmente dentro de mi boca. Era una sensación rara que con la desorientación que tenía por el alcohol no puedo describir muy bien.



Solo se que me puse a cuatro patas encima de Milagros para poder mamarle mejor la polla a Carlos. Mientras Milagros con una mano me llevaba el ritmo de la mamada y con la otra me tocaba mi polla. Katia se quedó detrás y me estaba lamiendo el culo metiendome de vez en cuando la punta de su dedo humedecido por el ano. El miembro de Carlos entraba y salía de mi boca una y otra vez. Yo ya me había acostumbrado a chuparsela y por lo que se ve no lo debía hacer nada mal porque al poco tiempo dijo Carlos que se corría. Yo hice el amago de quitar la cabeza pero milagros la mantuvo unida a la polla de Carlos. Entonces sentí unos chorros calientes de semen llenar mi boca y escuche a Milagros que decía:



No los tragues aun, cariño. –me dijo al oído susurrando.



Yo intente tenerlos en mi boca pero la cantidad era considerable y al pillarme de improviso tuve que tragar algo de semen. El sabor era raro aunque debido a mi borrachera no lo recuerdo muy bien. Cuando Carlos terminó de correrse en mi boca Milagros me agarró mi cara y me beso compartiendo con ella el semen de Carlos. Después de eso Carlos y ella se fueron al dormitorio y Katia me agarró de la mano y me llevó al cuarto de baño. Dimos algunos tumbos por el pasillo debido a la borrachera que aun nos duraba hasta llegar al cuarto de baño. Allí me dijo Katia:



¿Me dejarías que te orinase la cara?



Si claro. -dije yo tartamudeando un poco por la borrachera.



Es que nunca se lo he hecho a nadie y me da mucho morbo hacerlo contigo.



Nos metimos en la bañera y yo me arrodille. Al ver aquel coño depilado lance mi boca hacia el para darle un buen lametón mientras me masturbaba.



Ella me agarro de la cabeza y la colocó justo debajo de su coño. Aunque yo estaba lamiéndola ella empezó a orinarme. Aquel orín sabía algo a alcohol pero viniendo de aquel precioso coño me trague todo lo que pude mientras pasaba mi lengua por sus labios. Cuando terminó se arrodilló conmigo y me empezó a besar mientras su mano quitó a la mía de mi polla y me empezó a masturbar. Después de un rato y cuando yo estaba a punto de correrme me dijo que fuéramos a la cama.



Al llegar al dormitorio vimos como Carlos estaba tumbado y Milagros le estaba haciendo una buena mamada. Ya volvía a tener la polla erecta y yo me tumbe a su lado. Entonces Milagros sin dejar de chuparsela a Carlos me empezó a masturbar mientras Katia me volvió a dar a probar su coño sentándose en mi cara. Al poco tiempo Katia bajo hasta mi polla y se la metió en su coño. Empezó a cabalgarme y yo veía como mi polla entraba y salía de su coño. A su vez Milagros seguía chupandosela a Carlos. Katia se sacó mi polla y se metió la de Carlos mientras Milagros se puso en lugar de Katia y se metió mi polla en su coño. Entonces empezó a cabalgarme.



Tardó poco en correrse y yo derrame enseguida todo mi semen en el interior de su coño. Casi a la vez escuchamos como Katia gemía al venir su orgasmo a la vez que Carlos derramaba todo su semen en ella. Después de aquella cabalgada Milagros y yo nos fuimos en taxi a su casa donde dormimos el resto de noche y toda la mañana del sábado. Cuando nos levantamos con gran resaca era la hora de comer. Hizo algo ligerito para comer mientras yo me quede en cama un poco mas. Después comimos casi sin hablar o hablando de cosas sin importancia. Después de comer me preparó un cafetito y nos lo tomamos mientras veíamos una película. Entonces se acurrucó en mis brazos y así vimos el resto de la película.



Esa noche no salimos. Nos quedamos en su casa tranquilos disfrutando de nuestra mutua compañía. Hicimos el amor varias veces y fue de los mas dulce que he hecho con ella. Al día siguiente me dijo que se marchaba a las islas canarias. Le habían ofrecido un puesto de gerente de un hotel de la cadena y se tenía que ir. Según ella era una oportunidad muy buena y no la podía desperdiciar. Vi a Milagros todos los días de la semana siguiente hasta el día que me fui a despedir de ella.



Quedamos en que cuando viniese a Madrid quedaríamos para vernos y estar juntos pero desde el día que se fue no la he vuelto a ver y cada vez hablamos menos por teléfono. Quizás sea lo mejor porque el amor entre una mujer de 52 años y un chico de 25 no podría funcionar; ¿O sí?.



Esta es una historia de lo que me pasó no hace mucho tiempo y he querido compartir. Espero que sea de vuestro agrado y os hayáis excitado, un poco al menos, leyéndolo. Puede que algunos de los datos, nombres y hechos de la historia hayan sido cambiados o sean inventados para salvaguardar la intimidad de los que en ella salen; o puede que todo sea totalmente cierto.



Si quieres ponerte en contacto conmigo para cualquier cosa o simplemente para comentarme algo o darme algún que otro consejo sobre mi forma de escribir, o cualquier otra cosa, te lo agradecería. 


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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