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Categoría: Maduras

Mi vida es un sueño (6)

Al poco tiempo recibí un sms suyo diciéndome que ya me llamaría a lo largo de la semana y así fue. Cuando me llamó fue para decirme que sus Amigos, Darío y Pamela nos habían invitado a cenar en su casa de la sierra el sábado pro la noche. Yo le dije que si iría pero que teníamos que hablar de muchas cosas.



Cuando llegó el sábado siguiente me recogió en su coche y fuimos a la casa esa. Por el camino hablamos.



Toma ese sobre es para ti. –me dijo nada mas montar en el coche.



¿Esto que es? –pregunté yo abriendo el sobre y quedándome sorprendido al ver un buen montón de billetes.



Es lo que te han dado mis amigas Alba y Soledad. Considéralo como una gratificación.



¿Pero tu te crees que yo soy así? Mira a mi no me gusta esto...



Escúchame niñato. Dime cuando en tu vida has follado tanto como ahora y si encima recibes algún regalito pues mejor. Mira con que mujeres te juntas y como vives últimamente.



Pero yo... –dije pensativo.



Pero tu nada. Dime que no disfrutaste con mis amigas este sábado pasado. Vamos dímelo. –me dijo muy seria y en tono alto.



Si, le verdad es que tienes razón. Estoy disfrutando mucho contigo y tus amigas. Pero yo creía que entre tu y yo...



Lo que hay entre tu y yo es muy especial mi niño. –me dijo acariciándome la cara mientras conducía. No seas tonto y aprovéchate todo lo que puedas de esta situación. Déjate llevar y saca todo el partido que puedas.



Si, supongo que tienes razón. –dije yo y me quede pensativo el resto del viaje.



El llegar salió Pamela a recibirnos. Darío se había ido al pueblo a comprar pan y alguna otra cosa. Nos recibió dándonos dos besos y con un mandil. Estaba terminando de hacer la cena. Me senté en el sofá algo cabizbajo y puse la televisión mientras ellas hablaban en la cocina. Cuando llegó Darío me saludó y luego entró a la cocina. No estaba muy atento a la conversación de la cocina pero me pareció escuchar a Pamela que entonces hoy no era el día mas adecuado para algo y Darío estaba de acuerdo, pero no pude escuchar para que.



La cena fue muy agradable y me fui alegrando poco a poco con ayuda del vino que era algo peleón. Cenamos y luego echamos una partidita de cartas. La noche fue muy tranquila y a eso de las 2 de la mañana nos volvimos a casa. Yo me quedé a dormir en casa de Milagros. Nos quedamos dormidos casi nada mas llegar pero por la mañana echamos un buen polvo mañanero. Pasó la semana y el miércoles me llamó Milagros. Me dijo que tenía un compromiso y quería hablar conmigo. Yo fui a su casa para hablar. Me dijo que le había llamado Begoña. Que estaba interesada en mi. Después de hablar mucho con Milagros me acabó convenciendo, ya que Begoña era una mujer de mucho dinero y poder. La cosa era que iría a una cena con ella de acompañante y luego la acompañaría a su casa y pasaría con ella la noche. Yo me sentía algo sucio pero en realidad la vieja me daba mucho morbo. Sería la mujer mas vieja que me habría follado y me apetecía mucho. Además como decía Milagros, "déjate llevar y saca todo el partido que puedas". Viernes Llegó pronto y acompañe a Begoña a la cena. Fue algo aburrida pero Begoña me entretuvo bastante bien tocándome la pierna por debajo de la mesa. Al llegar a su casa me preguntó si quería tomar algo. Pero yo me acerque a ella y la abracé. Le miré a los labios y ella me besó. Me puse a mil en un segundo. Begoña era una mujer de dinero pero con 63 años y estaba algo gordita aunque no mucho, solo que le sobraban unos quilitos.



Empezamos a besarnos y mi calentura fue a mas. Ella lo notaba y pasaba su mano por el pantalón para excitarme aun mas. Llegamos al dormitorio y yo me moría por ver aquel cuerpo desnudo ya que las maduras me daban un morbo increíble y tenía ganas de ver su cuerpo y sus arrugas. Nos desnudamos y entonces ella hizo algo que me dejó algo desubicado. Cuando yo estaba tumbado ella me besaba por mi cuello y sus manos me masajeaban mi polla. Yo me dedicaba a tocarle sus pechos y otra mano le acariciaba la espalda. Entonces ella me miro y me dijo que me iba a hacer algo que me haría correrme en cuestión de medio minuto. Yo me quede mirándola y vi como se sacaba su dentadura y la dejaba encima de la mesilla. A mi me dio algo de asco, pero cuando mi polla entro en su boca fue algo increíble. Aquella mujer de 63 años sin dentadura tenía un arte para chupar pollas increíble y me corrí enseguida en su boca. Ella ni se asustó ni se sorprendió cuando recibió el primer chorro dentro de su boca, sino todo lo contrario empezó a apretarme la polla y masajearme mas despacio mientras con su boca me exprimía bien la polla.



Yo me quedé algo exhausto tumbado en la cama, mientras ella se levantó y fue al cuarto de baño. Se puso un camisón de color verde clarito y se acercó lentamente a la cama. Yo miraba mientras ella se acercaba y entonces se levantó el camisón y yo me incorpore para meterme debajo de él. Vi su coño arrugado y sus michelines se hacían notar a través del camisón. Mis manos empezaron a sobarla y ella me agarraba de la cabeza para llevarla por los sitios que quería que lamiese. Se tumbó en la cama y yo me puse a cuatro patas a lamerle el coño mientras mis manos subían por dentro del camisón para sobarle bien las tetas. Las tenía normales pero caídas debido a su edad.



Me estaba dando un morbo increíble el hecho de estar así con una mujer de esa edad. Después se dio la vuelta y se puso debajo de mi haciendo el 69. Me la empezó a chupar.



Al sentir como su boca sin dientes pasaba por mi polla me excito de nuevo enseguida. Entonces ella se tumbó y me dijo que la follara. Yo me puse encima de ella y mi polla atravesó aquel maravilloso coño sin ningún esfuerzo. Empecé a meter y sacar mi polla una y otra vez de su coño mientras besaba aquella boca que tan nervioso me ponía cuando acariciaba mi polla. Mientras me la follaba la chupaba los pezones y eso le debió poner caliente porque tardo poco en correrse y yo me corrí ala vez que ella. Como era ya tarde me dijo que me quedara con ella a dormir y claro a la mañana siguiente me echó otro polvo que me dejó sin aliento. Quedamos en vernos alguna vez porque la verdad a mi aquella mujer me ponía a mil. Toda aquella elegancia que tenia y luego en la cama era una autentica diosa.



A la hora de comer me llamó Darío para ver si podía ir a su casa para hacerle un favor.



Yo fui después de comer a tomar un café con Darío en una cafetería cerca de su casa y estuvimos hablando. Me dijo que una fantasía de su mujer era dominar de alguna manera a un tío y tenerlo como un perrito, pero que al no le gustaba mucho, sobre todo porque su mayor fantasía era mearse en la boca de alguien y hacer todo tipo de guarrerias. Me dijo que sabía que yo hacía esas cosas y que con él no tendría que hacer nada aunque si le gustaría estar presente. Me comentó que había hablado con Milagros y ella estaba conforme y se encargaría de todo con respecto a mi pago. Yo me sentí muy raro, sobre todo porque son cosas que haría gratis y me sentía incomodo al recibir algo a cambio. Pero en realidad yo no lo recibía, era Milagros que luego me daba una pequeña gratificación. Yo acepte encantado porque la mujer de Darío me ponía muchísimo. Tenía 52 años y era una mujer grande y algo gordita.



Cuando llegamos a su casa Pamela estaba sentada viendo la televisión con una bata y una toalla en la cabeza porque se acababa de dar una ducha.



Hola cariño. –dijo Darío.



No sabía que traerías invitados, mira como estoy. –dijo ella intentando arreglarse un poco y en un tono enfadado por la sorpresa.



No importa cariño. Saluda Juan. –me dijo a mi dándome un codazo.



Hola mi señora. –dije yo agachando la cabeza como muestra de sumisión.



Vaya, esto si que es una sorpresa. Dijo ya con otro tono mas complaciente.



¿Te gusta el perrito que te he traído? –preguntó Darío.



Ummm ¿es todo para mi?. –dijo ella sentándose en el sillón.



Si señora. Soy todo suyo. –respondí yo.



Acércate perrito. –me dijo Darío.



Yo me acerque a los pies del sillón y ella se abrió la bata y me mostró su depilado coño.



¿Te gusta perro? –me preguntó abriéndose los labios vaginales con una de sus manos.



Si ama. Me gusta mucho.



Antes de catarlo quiero que me lamas bien los pies, así que como un buen perrito empieza a chuparmelos. –me dijo mientras Darío me agarraba de los hombros y me obligaba a ponerme a cuatro patas y ella me metía su pie en mi boca.



Después de eso Darío se sentó en el sofá de al lado y se quedó mirándonos. Yo lamía sus pies mientras ella jugaba con ellos restregándomelos por mi cara y abriendo descaradamente las piernas para que yo le viese el coño. Después de mucho lamer los pies de Pamela y restregármelos por mi cara llegando incluso a darme alguna patadita cariños me di cuenta que Darío se estaba masturbando mientras no miraba. Al ver Pamela que me di cuenta de eso me agarro la cabeza y la metió entre sus piernas haciéndome lamerle todo el coño



¿Te gusta el perrito que te he traído cariño? –preguntó Darío.



Si mucho. –dijo ella gimiendo mientras me llevaba la cabeza pro todo su coño restregándomelo bien.



Yo seguí lamiendo hasta que Darío retiró la mesa e hizo algo de hueco en el suelo. Pamela me ordenó que me desvistiese y me tumbase y así lo hice. Entonces ella se quito la bata y la toalla del pelo y se colocó encima de mi en posición de 69, mientras Darío se volvió a sentar en le sofá, pero esta vez sin los pantalones. Yo empecé a lamerle los labios mientras ella me sobaba la polla. Me estaba haciendo una fenomenal masturbada pero no me la chupaba. Yo lamía su coño pero sin tocarle el agujero del culo hasta que Darío se levantó y me señaló con el dedo el ano para que lo lamiese. Yo empecé a lamerle también el ano pasando mi lengua por ese agujero de vez en cuando pero tenia que volver a su coño para recibir todos los fluidos que aquella mujer soltaba.



Tengo ganas de mear, cariño. –dijo Pamela. –¿crees que mi perrito le gustara que se lo haga encima?



Yo creo que si mi amor. Tu hazlo a ver que hace. -respondió Darío.



Yo me quede quieto y puse mi boca en su coño mientras pasaba mi lengua de arriba debajo de sus labios hasta que ella hizo fuerza y un liquido amarillo salió de su coño mojándome toda la cara. Yo intenté poner mi boca para que cayera todo el chorro y recibir el caliente liquido. Sonó el típico sonido de un reciente al llenarse cuando el chorro de pis me inundó la boca y eso debió poner a mil a Pamela porque se le cortó la meada. Yo cerré la boca y me trague todo el pis que tenía y Pamela entonces bajo su coño y me los restregó con fuerza. Era una mujer grande y la verdad que aunque quisiera no hubiera podido quitármela de encima. Yo estaba a mil y ella seguía sin chuparmela. Entonces Darío se levantó y fue donde su mujer tenía la cara.



Cariño como tienes eso. –dijo Pamela.



Ha sido excitante ver como el perro lamía tu coño y como tu pis se escurría por su cara. –respondió Darío.



Trae, damela. Dijo Pamela soltando mi polla y agarrando la suya y metiendosela en la boca.



Para cariño, estoy a punto de correrme. –dijo Darío. Yo mientras seguía lamiendo el coño a Pamela.



¿Quiero que te corras dentro de mi coño? A ti no te importará ¿no perrito? –pero a la vez que preguntaba me apretó bien fuerte contra mi cara su coño sin dejarme contestar.



Darío se colocó justo encima de mi cara y Pamela levanto su coño. Yo me quería levantar pero en ese momento Pamela se metió mi polla en su boca haciéndome olvidar todo. Vi como Darío ponía su polla en la entrada del coño y la metió hasta dentro. Yo pude ver como la metía y sacaba un par de veces y sentí como Pamela hacia lo mismo con mi polla y su boca. En alguna ocasión los huevos de Darío rozaron mi cara. Darío tardó poco en correrse dentro de su mujer y cuando sacó su polla un pequeño hilero blanquecino asomaba en el coño de Pamela. Vi como Pamela empezó a bajar su coño para restregármelo por mi cara pero cuando yo iba a girar la cabeza para no tragarme el semen de Darío, ella soltó una gran meada. El liquido calentito lleno mi cara y con él también el semen de Darío.



Mi cara estaba llena y yo abría mi boca para tragármelo sin darme cuenta que también tragaba parte del semen. Pamela dejo de chuparmela porque yo estaba a punto de explotar. Darío se fue hacia su mujer y la beso dándole las gracias. Yo no veía nada porque tenia toda la cara llena de pis y semen y además Pamela me tapaba la cara restregándome su coño. Seguía soltando pis y yo tragaba bastante, la verdad es que me excitaba la situación y mi polla estaba casi a punto de explotar. Entonces noté como una lengua pasaba por mi polla y una boca se la metía entera mientras las manos de Pamela no me habían dejado de toquetear un ningún momento los huevos. Pamela me la chupaba muy bien. Se metía toda la polla hasta el fondo y la sacaba.



Quiero que te corras perrito. Me dijo con voz autoritaria Pamela.



Yo estaba deseando correrme, pero oír a Pamela me dio algo en que pensar. Que si me estaba chupando la polla, ¿como es que podía hablar?. ¿O es que había coincidido en el momento que la sacaba de su boca? De todas formas era una mamada tan increíble y sumado al morbo de no estar seguro de quien me la chupaba en ese momento que me corrí. No puedo asegurar cual de las dos bocas recibió los chorros de semen, pero yo me moría de placer en la forma que aquella boca me exprimía toda mi polla hasta que no quedó ni rastro de semen y mi polla se fue empequeñeciendo. Entonces Pamela me quitó su coño de mi boca.



Me dejaron ducharme y cuando volví estaba todo recogido. Se ducharon ellos y me invitaron a quedarme a cenar. Después de la cena me quería acercar en coche hasta mi casa pero como no era muy tarde y aun había metro les dije que no se preocuparan. Me divertí mucho esa noche pero al llegar a casa tan temprano me conecte a internet y me metí en un chat de parejas y hablando con gente del chat y viendo algunas fotos porno me hice una paja de las que hacen época.



Esta es una historia de lo que me pasó no hace mucho tiempo y he querido compartir. Puede que algunos de los datos, nombres y hechos de la historia hayan sido cambiados o sean inventados; o puede que todo sea totalmente cierto. Si quieres ponerte en contacto conmigo para cualquier cosa o simplemente para comentarme algo o darme algún que otro consejo sobre mi forma de escribir, o cualquier otra cosa, lo puedes hacer.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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