Hola nuevamente a todos quienes han leído mi relato y se han tomado un momento para mandarme sus comentarios. Agradezco mucho su interés y en atención a ello, les quiero compartir una nueva experiencia que pasé hace un tiempo con mi nuevo bebé, Joel.

Como recordarán, Armando prácticamente me ha olvidado, pero Joel me ha venido a mostrar toda la sensualidad que se ha quedado guardada en mi por mucho tiempo. Joel y yo hemos platicado como son las cosas y ha quedado claro, muy claro. Él es un estudiante que posee mucha energía sexual, inclusive, parece que tiene una novia que sus padres aún no conocen, yo simplemente soy su amante, aquella con quién él descarga sus calenturas, soy su desfogue sexual, su juguete, su compañía amorosa; pero lejos de molestarme, me encanta sentirme deseada. Si él me pide que me agache, me agacho; si él me pide que brinque, lo hago; solo por recibir sus descargas espermales; eso me encanta, él lo sabe y creo que con eso, todos somos felices. A Armando, ya ni lo molesto, ni le recrimino nada; en casa vivo feliz. No tengo que salir a buscar vergas que me satisfagan, a mí me la llevan hasta mi departamento, jejeje.

En cierta ocasión, mientras teníamos sexo en su departamento me dijo, oye amor, que crees, vi un video porno que me gustó; me gustaría hacer algo parecido contigo, me aceptarías hacerlo? Sin pensarlo mucho le dije acepto; dice él, entonces voy a buscar ese juguete para ti y en cuanto lo tenga te aviso; mientras tanto ve el video para que sepas de que se trata. Cuando estuve sola en mi departamento busqué el video del cuál, él me había hablado y wow, me sorprendí; no sabría si hacerlo o no; pensé que sería ciertamente denigrante para mi persona, pero bueno, si no lo intentaba podría perderme una nueva experiencia.

Llegó el día. Como de costumbre despedí a Armando y después de que él salió tome unos minutos de descanso en la cama pensando en esa nueva experiencia. Mi bebé llegó tempranito, como a las 9 de la mañana, entró a mi departamento y después de un húmedo beso y un cálido agarrón de nalgas me dio en una bolsa negra mi juguetito. Unas medias negras de red y un buttplug cola de zorro, es como un tapón que se ajusta a mi ano y tiene una cola de zorrita muy bonita. Me pidió que me quedara sin ropa, solo con las medias de red y para ajustarme el buttplug me ayudó, le puso un poco de lubricante y poco a poco me lo fue metiendo.

Ufff, al principio me dolía mucho, pues nunca había utilizado mi ano para nada sexual. Con él aprendí. Así es que después de unos momentos ya podía caminar, aunque con un poco de dificultad por el juguete. Ahí estaba yo, parada como una puta sumisa, con un juguete en el ano, mis medias de red y mis zapatillas de tacón de aguja.

Sacó de su mochila una correa y me ordenó, te toca gatear. Me puso la correa con mucho cuidado en el cuello y me puse de rodillas en el suelo. Comenzó a caminar por el departamento. Iba jalándome de la correa y yo gateaba detrás de él. Me daba nalgadas, me movía mi cola y cada vez que lo hacía mi calentura aumentaba, me sentía verdaderamente una puta. Por momentos se paraba y me jalaba las tetas, me mordía los pezones y comencé a mojarme. Me nalgueaba, creo que ya tenía las nalgas rojas de tantos manazos que me había dado.

Mientras estábamos en la sala me dice:

-llévame a tu cama zorra, ahí donde el pendejo de tu esposo te coge, porque hoy yo soy el que te va a coger como lo que eres, como una zorra y voy a dejar tu cama llena de mis mocos para que tu esposo los huela y sepa que hay alguien más que te sabe coger.

Simplemente le obedecí; comencé avanzar delante de él, como jalándolo, llegamos a la cama, me quitó la correa y me acosté boca arriba, estaba chorreando. Mi juguete estaba todo adentro y sentía que quería más. Me abrió de piernas, me tomó de los tobillos y los puso en sus hombros, de un sólo empujón me metió toda la verga. Me sentía soñada; el dolor de tener su verga en mi panocha y el juguete en el ano se convirtieron en un verdadero gozo. Me decía zorra, puta y muchas otras cosas que, en lugar de incomodarme, hacían que mi calentura se fuera hasta el cielo. Sin pensarlo estaba teniendo mi primera doble penetración. Tuve tres orgasmos seguidos y me dijo, me vengo. Me sacó rápidamente la verga, se quitó el condón, me la metió toda en la boca y se vino chorros de semen, me los tragué todos, no le deje ni una sola gota.

Nos acostamos un buen rato; no me quité la cola de zorro, nos tapamos sólo con la sábana y me abrazó; se quedó dormidito. Cuando despertó me ayudó a quitarme la cola, que para ese momento sentía que me estaba partiendo el culo. Me levanté, nos metimos un rato en la tina y terminando de bañarnos le hice de comer. Se fue cerca de las 2 de la tarde. Le dije en broma, te dejo vacío, espero que tu novia no se enoje. Me dice, ‘te dejo llena, espero que tu marido se dé cuenta, jejeje’.

Consejo para todas las chicas; si nunca en su vida les han hecho una doble penetración, déjenme decirles que se están perdiendo algo único, háganlo, no se van a arrepentir. Chicos, intenten hacerles una doble penetración a quien tengan a su lado, sea novia, esposa o amante, vale la pena sentirlo.

Si les ha gustado mi historia, espero saberlo en un buen comentario y si gustas seguir leyendo mis relatos, dímelo, te contaré todo lo que me ha pasado.

Por cierto, se me olvidaba decirles; Armando llegó temprano a casa, creo que se peleó con su puta. Después de cenar se metió a su estudio, seguramente a ver porno en su lap. Cuando se acostó se pegó a mí, me bajo el bikini y me metió su verga; yo no dije nada, comencé a gemir muy despacito y como de forma automática, mis nalgas se movían, como recordando la verga de Joel; de hecho me hizo venir, pero no por él, sino por Joel. Se corrió dentro de mí. Saco su verga, se limpió, se dio la vuelta y se quedó dormido. Hoy fue mi día, me cogieron los dos.