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Categoría: Maduras

Mi vecina y su familia 2ª parte

Como os conté en mi anterior relato mis relaciones con mi vecina Eugenia eran una maravilla y un día cuando le estaba perforando su hermoso culo apareció su hija mayor de 40 años, tenía un cuerpo semejante al de su madre , la situación fue impactante, ella en la puerta de la habitación viendo como su madre follaba como una loca, ninguno de los dos supimos cómo reaccionar, Eugenia ni se había dado cuenta, se echó las manos a la cara y se marchó, como podéis imaginar mi polla sufrió un bajón, cosa que molesto a mi puta, pero enseguida lo arreglo dándome una buena mamada y así termine descargando toda mi leche dentro de su culo.



Estuve unos días pensativo puesto que ya nuestro secreto se había descubierto y le preguntaba a Eugenia si sabía algo de sus hijas, ella al principio se extrañó de ese interés pero nuestras vidas y nuestra relación siguieron siendo esplendidas pues mi alumna era muy aplicada.



Una buena tarde estaba en casa leyendo relatos eróticos que me encantan cuando llamaron al timbre, sabía que no era Eugenia pues se había marchado de viaje a ver unos familiares, cuando abro era Isabel, la hija que nos había sorprendido mientras culeaba a su madre,  me pregunto que si podía pasar para hablar conmigo, la verdad que no quedaba otra que afrontar la situación. La hice pasar y le prepare un café para intentar romper el hielo. Cuando estuvimos sentados comenzó a llorar y no sabía por dónde empezar, después de una café  y unas copitas de orujo de hierbas se tranquilizó un poco, me dejo muy sorprendido al darme las gracias por lo mucho que cuidada de su madre, que había cambiado mucho, se arreglaba todos los días, salía más de casa, se mostraba cariñosa y la veía feliz y que ahora se explicaba ese cambio, tan apenas sabía que decirle pero  también estaba muy bien con las atenciones que recibía.



De nuevo comenzó a llorar y me comenzó a contar su vida, que era ella quien ahora lo estaba pasando muy mal, su marido se había ido con una jovencita,  su hija se había ido de casa con mala gente y  también ella se sentía muy sola  que casi tenía envidia de su madre, me recordó la escena que presenció y al principio se enfadó, pero que después por la noche en su cama se imaginaba que era ella y no su madre la que estaba siendo culeada y se hizo una buena paja como nunca.



La mire a los ojos y la bese en la frente, pero ella busco mis labios, nos fundimos en un enorme beso y su lengua sí que sabía actuar y uno con más de una semana sin sexo, estaba bien caliente. Continuamos acariciándonos como locos, que hambre tenía Isabel, quiero que me comas toda, que me folles bien follada que hace mucho que nada entran en mis bajos, así que se quitó la blusa y aparecieron sus tetas al aire con unos pezones desafiantes, los cuales ataque con toda mi ansiedad, los pezones duros me vuelven loco, ella apretaba su cabeza contra sus tetas mientras mis manos entraban entre sus bragas para encontrar una vagina bien mojada



Nos desnudamos mutuamente y la cara la tenía como una fiera en celo, la tumbe en el sofá y fue directamente a mi polla, no hubo que darle  indicaciones, cómo la comía la muy zorra se la tragaba toda, en unos instantes estábamos haciendo un 69 brutal. Después de mamarnos mutuamente un buen rato tumbados para coger un poco de aire, se puso encima y se clavó mi polla en su coño comenzando a cabalgar moviendo su culo y yo amamantando sus tetas con ansiedad, hasta que tuvimos un orgasmo descomunal, que manera de sacar fluidos, hasta que comenzó a besarme mis tetas y nuestras lenguas se fundieron de nuevo.



Estuvimos en rato en silencio recreándonos con el polvo que nos habíamos dado, cuando al oído me dice, “quiero que me rompas el culo como a mi madre”, la bese y nos fuimos para la cama, sin decirle nada se puso a lo perrito, le metí mis dedos en su rajita para mojarlos y le introduje un dedo por su culo , estaba muy estrecho y me dijo que suavecito que era virgen de ese agujerito, así que comencé a acariciar su clítoris mientras lamia su espalda, poco a poco fue entrando un dedo, ella decía que le dolía un poco, le respondí con un buen pollazo en su coño, cosa que agradeció, así que la follaba mientras ya entraba el segundo dedo mojado con sus jugos y los míos, ya tenía huequecito para entrara el capullo, ahí lo apunte, lo comencé a meter y gritó que le dolía mucho, esperé a que se acomodara y poco a poco fue entrando, paré para que lo sintiera y que se fuera relajando, cuando note que era ella quien apretaba, que ya no le dolía y que estaba sintiendo un gusto especial, eso me animo para seguir bombeando ya entraba con más suavidad,  cosa que le encanto, comenzó a gemir a gritar,” sigue métela toda hasta los huevos”, así que continúe a buen ritmo, mis huevos chocaban en su nalgas y agarrado a su cintura le di bien duro hasta que estuve a punto de venirme, quiero tu leche ahí dentro dámela toda, no pares que yo también me estoy viniendo y note como corrían sus fluidos y explote dentro y así hasta que se desplomo en la cama.



La saque de su culo y me la limpio sin dejar rastro de nada , tenía la misma cara que su madre relajada satisfecha y llena de lujuria, me dijo que no le dijera nada a nadie y menos a su madre, que a partir de ahora vendría a visitarla más, pero que antes pasaría a recoger su regalito.



Así que ahora me tenía que planificar para poder atenderlas a las dos y no sabría decir con cuál de las dos disfrutaba más.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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