Todo sucedio en la casa cuando tenia 15 años, estaba con mi primo de 10 años, mi tía consuelo, su madre que en ese momento se bañaba y mi otra tía chabela viendo la tele,de pronto mi primo desapareció de la sala, me dió calor y a la hora de ir a la cocina por un vaso con agua al pasar por el pasillo que da al baño lo sorprendí de panza mirando por debajo de la puerta del baño a su mamá, ya que existía un hueco muy grande que nunca se reparo, al mirarme se levanto como impulsado por un resorte y me emvió una mirada de suplica para que no lo delatara ya que de seguro recibiria una golpiza si se enteraba su mamá.
Al no encontrar para donde ir se dirijió a mi recámara, al entrar casi se arrodilló para pedir mi silencio, ¡ahi vi mi oportunidad de conocer a mi tía desnuda!, era gorda pero voluptuosa,se notaba que tenía unos senos enormes y exquisitos, lo cual posteriormente verificaría. Lo miré fijamente y le dije con tono de autoridad:
-esta bien, no le dire a nadie pero me tienes que dejar mirar y vigilar mientras yo miro.

No le quedo remedio y asintió muy a su pesar ya que padecía complejo de Edipo.

En ese momento el corazón me latía a mil por hora, era perverso el pensar que mi propio primo vigilara para que yo viera a su madre desnuda a mi antojo. Me tiré de panza y él vigilando al final del pasillo, lo que ví me dejó pasmado, ahí estaba su madre, sobando aquel cuerpo, sus senos se bamboleaban al ritmo de sus brazos, que exquisitos eran, unos pezones enormes, oscuros, unas nalgas dignas de mirarlas y sobarlas, y porque no hasta de morderlas, y que decir de su pelambre, ahora entendía a mi primo, el tener que abrazarla y no poder sobar y mamar aquellas tetas que alguna vez lo alimentaran.
Fué sublime ése momento, mi erección era insoportable, el momento tenía que terminar ya que se terminaba de bañar y podría sorprendernos, desde hoy sería nuestro secreto y nuestra afición.
Así pasaron varios días, el vigilando y yo mirando, yo vigilando y él mirando. Yo pensaba que esa rutina seguiría por algun tiempo hasta que una tarde y gracias a nuestro secreto y a la confianza que nos vió mi propia tía, me pidió que dejara que mi primo se bañara conmigo, ya que no había mucha agua y se tenía que bañar. Acepté y nos metimos a bañar, nos desnudamos y nos metimos a la regadera, yo estaba caliente nada mas de imaginar a mi tía, el disimuladamente miraba mi pene erecto, en determinado momento, nos pusimos a jugar aventandonos agua fría, nos calmamos y procedimos a bañarnos, estaba yo tallandome la cabeza cuando sentí sus manos sobandome las nalgas a lo que le grité -¡Que onda gúey!-, se quedo sonriendo, y al volver a enjabonarme la cabeza volvió a sobarme las nalgas pero ahora con más lujuría, caliente como estaba, mi pene quería un buen masaje, así que le pregunté: -¿te gusta sobarme las nalgas?-, no respondió y al contrario se agacho y me las beso con mas deseo y ternura a la vez, fue entonces que le propuse:
-Me dejo agarrar todo el tiempo que quieras pero me tienes que chupar mi pene-, estaba como hipnotizado, su pequeño pene también erecto me demostraba que disfrutaba del masaje de mis nalgas, así como estaba agachado me fuí volteando hasta que su boca encontró mi miembro,lo tomó con recelo pero estaba igual de caliente que yo y sin dudarlo comenzó a chuparlo tan delicioso que tuve que concentrarme para no venirme tan pronto, fué algo maravilloso, sentir la boca de mi primo mamandome el pene y a la vez sobandome las nalgas, el orgasmo fué abundante y exquisito, ahora si tenía a mi primo anclado a mí, nuestro secreto seguiría por mucho tiempo.Esto no paro ahí, luego les contaré como fué que conocí mas a fondo a mi hermana mayor. . .