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Mi tia Lucia. Madura complaciente. (3)

Después de la noche de la barbacoa y los amigos de mis tíos. Pasaron varios días, en los que tenía pequeños escarceos con mi tía. No había manera de poder pillarla bien, además desde bien temprano había gente de fuera pululando por la casa. Estaban Rafael el marido de Susana y Luis el marido de Nani, que llegaban temprano se iban a comer a su casa para volver rápidamente, ellos eran abogados y por lo que me di cuenta estaban valorando algún negocio de mi tío. Algo que le habían ofrecido comprar o participar, no lo tenía muy claro. Pero estaban con muchísimos papeles, haciendo mil y una llamadas, etc.



En una oportunidad que tuve en la piscina, le dije a mi tía…



-¿Cómo va tus “acercamientos” con Natalia y Susana?



-Con Natalia van, despacio pero van. Y con Susana es más difícil, porque está en casa pendiente de sus críos (que tenía 2 y no eran tan críos). Si hubieras elegido a otra casi seguro que estaríamos más cerca.



-Pufff, que noticias más malas.



-No te preocupes, que tengo un plan en mente.



-Cual si se puede saber.



-Probablemente si lo que he oído sigue igual, estos tres se marcharan a Barcelona. Los críos de Susana se van el viernes 15 días a no sé dónde. Y como están trabajando todo el día, invitare a Nani y Susana a comer todos aquí el viernes.



-Va pintando mejor la cosa. Eso está bien. ¿Y lo de Natalia?



-Pasito a pasito.



Estando en plena charla y cuando se estaba poniendo bien, salió Natalia diciendo que Manuel llamaba a mi tía.



El jueves mi tía y Natalia se fueron a hacer un pedido al supermercado, todo de cara al fin de semana sobre todo. Mi tío me dijo que las acompañara, pero la mirada que me lanzo mi tía fue de que no era buena idea, así que dije que no me apetecía. Por la noche me conto que ya estaba todo en marcha, que Susana llegaría temprano después de dejar a los críos en la estación de Chamartín. Lo que pretendía mi tía no lo sabía, pero no tardaría mucho en descubrirlo.



El viernes bien temprano, desde mi habitación oí como mi tío hablaba con mi tía, diciéndola que en una hora más o menos estaría de vuelta. Abrí la puerta de mi habitación para llamar a mi tía, cuando la oigo como le dice a Natalia, que hoy se dedicara de pleno a la zona de la piscina cubierta, gimnasio… y las terrazas exteriores. Que el resto de la casa estaba bien.



Pensé lo que pensé y me tumbe de nuevo en la cama, me quite el pantalón quedándome del todo desnudo. Ya que sabía que mi tía vendría. No me equivoque cuando veo que se abre la puerta, pero me quedo pasmado, porque veo que trae muchas cosas en las manos.



-Prepárate, que te dije que te iba a depilar y así lo haremos. Ya verás que bonita se ve luego y si ya la tienes grande, se verá más aún.



-Que manía que te ha dado.



-¿No te gusta que yo este sin pelitos?



-Sí, pero…



-Ni pero ni nada.



Se fue al baño de la habitación y al rato salió con un recipiente con agua caliente. Se sentó en un borde de la cama y empezó. Cogió unas tijeras pequeñas y empezó a cortar toda la pelambrera que tenía, hasta dejar los pelos minúsculos. Luego con una maquinilla distintas a las que yo uso empezó a quitarme todo, me hacía cosquillas y la sensibilidad hacia qué medio creciera la polla. Me escocia un poco. Luego se dedicó a los testículos, pero allí utilizo unas tiras, que la verdad en algunos momentos dolió. Cuando acabo todo, me paso una toallita húmeda, por todos los lados. Luego saco un bote de un aceite que tenía un fuerte olor a vainilla. Dándomelo con suavidad por todos los sitios, eso hizo que ahora no me pudiera aguantar y creció, creció y creció hasta el máximo.



-Así me gusta que este siempre, bien dura, ardiendo como se te pone a ti, nunca vi nada igual.



-¿Ya te has quedado a gusto?



-Todavía no.



Entonces fue acelerando el ritmo de su mano, me dijo…



-No me resistiera o te puedes quedar a medias, que en cualquier momento Susana llegaría. Eso sí avísame cuando te vayas a correr, que hoy no he “desayunado” bien. (Me dijo con cara calenturienta)



-Estoy apuntísimo.



Ella se la metió hasta la garganta y se la dejo allí, con un movimiento muy suave, como nunca antes hizo. La empecé a llenar, varios chorretones entraron en su garganta, luego me la relamió bien y dijo…



-¿De dónde puedes sacar tanta leche?



Bueno ves levantándote te espero abajo, no me dio tiempo a más. Me metí en la ducha, me afeite, me puse el bañador y baje. Para desayunar y bañarme un rato, ya que mi tía también lo haría e imagine que Susana también.



Cuando llegue a la cocina me encontré que ya estaba Susana allí, el otro día por la noche la vi voluptuosa, pero hoy la veía… explosiva. Mi tía se dio cuenta de mi mirada y me sonrió. Y como estaba detrás de ella, me hacía señas obscenas para provocarme. Yo aguante el tirón como pude. Al rato nos salimos a la piscina, el primero en meterse al agua fui yo, poco después lo hizo Susana y cuando lo iba a hacer mi tía, nos dijo que ahora venía que nos habíamos dejado las toallas dentro.



Sin esperármelo Susana se puso a hablar conmigo.



-Oye Carlos, desde el otro día me tienes intrigadísima.



-¿Por?



-Porque me dijiste que lo mejor era mi mirada, que decía mucho. ¿Quién es lo que se supone que dicen mis ojos?



-Jajaja, pero te ha faltado añadir, que también te dije que no lo diría para no meterme en problemas.



-Ningún problema tendrás, pues lo que me digas quedara entre tú y yo.



-Déjame pensarlo.



En eso llego mi tía. Nos preguntó de que hablábamos, ella dijo que de tablas de ejercicios para perder kilitos.



Llego mi tío con los que faltaban, incluida Nani, que nada más vernos en el agua, dijo que éramos unos “guarros” que no la habíamos esperado. Al rato salió con el bikini puesto y se metió también.



Después de un buen rato nos salimos todos a la vez de la piscina, como solo saco tres toallas mi tía, yo cedi la mía, mientras ellas se tumbaron en las tumbonas yo me quede de pie un rato para secarme. No te a pesar de las gafas de sol, como la mirada de Nani se clavaba en mi paquete, pero la que no hizo ningún gesto fue Susana.



Después de un rato dije que me iba cambiar. Mi tía se levantó para ir a ver como estaba la comida. Nos metimos juntos y cuando nadie nos oía, me dijo…



-Después de comer, di que te vas a descansar un rato, o pon la disculpa que quieras y vete al cuarto de estar y cierras la puerta.



-¿En qué piensas?



-Como los hombres se quedaran en la terraza de la comida beber y charlar, yo me llevare a las dos mujeres a la otra terraza, que esta medio abierta y puedes escuchar. Y ya verás.



Me cambie, me puse un bañador más grande y un polo. Ellas no estaban, la primera que salió fue mi tía y preparo bebida para todos. Pero lo hombres dijeron que más tarde. Así que me quedaría yo con ellas. Luego bajo Susana y mi tía se había ido por hielo. Nada más verme solo me pregunto…



-¿Ya te lo has pensado?



-Sí y como me fio de que quedara entre nosotros, cuando lo crea oportuno te lo diré, te lo prometo.



-JO, eso es darme largas.



-No de verdad que no, te lo diré muy pronto, seguro. Cuando menos te lo esperes, o cuando vea esa mirada otra vez.



Estando las tres mujeres y yo, mi tía nos puso sangría preparada por ella, bien fresquita. Yo quede sentado entre Susana y mi tía, teniendo enfrente a Nani. Probé la sangría y joder, a mi tía se le fue la mano. Decidí sin pensármelo mucho, rozar mi pierna con la de Susana, veríamos lo que pasaba, ella no hizo nada, ni la quito, pero no siguió el toque, como si no pasara nada.



Al ratito se la vio un poco más suelta, no tan cerrada en sí misma, la sangría las puso más alegres a las tres, nunca bebidas ni nada por el estilo. Nos juntamos todo y nos pusimos a comer, la mesa era rectangular y estrecha, a mí me toco, o mejor dicho lo busque, enfrente de Susana. Vino va vino viene, ella volvía a tener esa mirada de la otra noche, cuando me di cuenta sonreí, ella se dio cuenta, se puso un poco roja y quito la mirada. Luego volvió a mirar y la pille de nuevo, esta vez aguanto más la mirada y sonrió levemente.



Cuando acabamos de comer, yo automáticamente dije que me dolía un poco la cabeza, que los dejaría un rato solos y me fui donde me dijo mi tía. Como a los diez minutos oí llegar a las mujeres, que llevaban una botella de licor de hierbas y tres copitas.



Estuvieron hablando de todo un poco. Hasta que mi tía dio un giro de 180º a la conversación.



LUCIA-Yo sé de alguna que esta noche no dormirá. Jajaja



NANI-Jajaja, es verdad que os habéis quedados solos los tortolitos.



SUSANA-Si lo decís por mi… os equivocáis.



LUCIA-Si, sí. Mira la monjita.



SUSANA -De verdad que no. (Dijo con voz vergonzosa)



LUCIA -No te creo. Rafael es el único de los maridos que a su edad se conserva muy bien. Eres una mentirosilla.



Yo desde donde estaba veía como, Susana tomaba un par de copas más, que mi tía hábilmente le había llenado.



SUSANA -Os lo juro no os miento. Rafa es… es… muy tranquilo, muy blando. A todo pide permiso. Parece que está delante de un juez.



NANI -Pues no me lo imaginaba yo así, lo veía más varonil. Con pinta así de medio “depravadillo”



SUSANA -¿“Depravadillo”? Más quisiera yo. (Esto último se le escapo, se notó que fue espontaneo)



LUCIA -¿Qué es un clásico?



SUSANA -¿Cómo un clásico?



NANI -Si mujer, tipo misionero o como los conejos, rapidito y a dormir.



Se hizo un silencio sepulcral. Hasta que tímidamente, pero más suelta.



SUSANA -Más o menos.



NANI -No me digas que con ese culazo que tienes…



SUSANA -No, es muy escrupuloso.



LUCIA -Ni os coméis lo que os tenéis que comer.



SUSANA -No (Contesto de forma seca)



NANI -¿Y tú no quieres probar otras cosas?



SUSANA -Si, se lo digo pero… le parecen guarradas. Como lo de hablar mientras…



LUCIA -Te harás dedos a todas horas. Como yo hago desde el accidente de Manuel. Lo que pasa que me compre juguetitos. ¿Tú tienes?



SUSANA -¿Qué quieres que me cueste el divorcio?



NANI -Por eso le miraba el rabo a tu “sobrinito”



SUSANA -Eso es mentira.



NANI -¿Mentira? Si un poco más y te quedas bizca, que te he visto. Además no pasa nada yo también he mirado ese paquetón, lo que hubiera dado porque se le cayera el bañador y salir de dudas.



LUCIA -Que putas que sois, que solo tiene 18 años.



NANI -Si yo tuviera en casa a un sobrino así… uuufff solo de pensarlo…



SUSANA -¿Cómo puedes decir eso?



NANI -Con el cuerpo que tiene, ese te empotra, no tiene pinta precisamente de ser blando, ¿o no? Lucia.



LUCIA -Y yo que sé, es fuerte, hace mucho ejercicio, levanta muchas pesas, pero… vete a saber cómo es… en el tema.



NANI -Seguro que la monjita, solo de verle se le mojaron las bragas, Jajaja.



SUSANA -Como te pasas.



NANI -Ese te abría bien el culazo que tienes, seguro. Jajaja



SUSANA -Vosotras de verdad lo habéis hecho por ahí.



NANI -Mira bonita, el que quiere meter tiene que comer primero y si no come, no mete. Y por el culito lo noto mucho mejor, sobre todo si son pollas normales. Pero no me importaría pillar una XXL, que escasean.



SUSANA -Quien te oiga, pensara que le pones los cuernos a Luis.



NANI -Jajaja, me da igual lo que piensen y para que te enteres sí, me tiro a quien me da la gana. Eso es lo que te estás perdiendo tú con 40 primaveras. ¿Nunca has estado tentada?



SUSANA -No te voy a contestar.



NANI -No hace falta.



LUCIA -No te pongas roja, ni te de vergüenza, cada una es como es. Yo me he adaptado de momento, pero antes Manuel era raro el día que no me hacia el culito. Pero tiene razón Nani, que desperdicio, todos los marido lo dicen, que tu culo es… como tus tetas que son dos melones, que siempre dices que te los quieres operar para quitar y todos dicen que eso sería delito.



SUSANA -Otra vez exagerando para hacerme poner colorada.



NANI –Lucia lo mismo no miente, no ha estado con otros hombres, pero y… ¿con una mujer?



SUSANA -Eso es una cochinada y antinatural. Jamás lo haría.



LUCIA -Lo mismo lo que la hace falta es que la “castiguen” un poquito.



No contesto, pero mi tía me conto luego que se puso coloradísima y se la noto nerviosa. Ya eran cerca de las seis, así que salí otra vez preparado para bañarme, antes de salir me la toque un poco, pero solo un poco, para que se notara más. Me acerque a ellas y las dije si alguna se venía a bañar. Las tres hablaban conmigo, Nani se la notaba que miraba el paquete y la daba igual, Susana era mucho más disimulada.



Ellas se acercaron a la piscina pero no se volvieron a bañar. Estando allí aparecieron los tres hombres, para decir que al día siguiente se marcharían a Barcelona como mínimo dos o tres días. Mi tía dijo, que cuidaran a Manuel. Mi tío la miro con cara de enfado. Y Susana dijo que no la hacía mucha gracia, quedarse en el chalet sola, ya que los hijos no estaban. Pero mi tía rauda y veloz, como si lo estuviera esperando la dijo que se viniera, que así no estaría sola. Todos la animaron y al final dijo un escueto VALE.



Nani dijo que rollo, vosotros aquí y yo sola con mis hijos. Mi tía la dijo por mi vente, o escápate por el día, lo que quieras, que ya no son niños pequeños. Yo no sabía ni cuantos tenía ni la edad. Ya lo sabes aquí tenemos sitio. Y así quedo la cosa. Una vez se fueron mi tía me dijo…



-Carlos puedes venir a ayudarme a coger las maletas, que están en el sótano y como eres alto así no hace falta la escalera.



-Voy contigo.



Una vez estábamos en el sótano, mi tío en su despacho y Natalia en la cocina, mi tía me beso ardientemente, me dijo llevándome mi mano a su entrepierna…



-Mira como estoy (estaba mojadísima)



-¿Y eso?



-Solo de pensar como nos vamos a follar a esa putita…



-No tenemos muchos días que digamos.



-La tienes que entrar tú a saco y cuando tengas controlada la situación… ya entro yo también.



-Ya veremos, tú solo tienes que hacer lo que yo te diga y no preguntes, déjame a mí.



Ella se me quedo mirando y asintió. Yo sabía que mi tío se marchaba temprano. Así que me levante temprano, baje a llevarle las maletas al coche que le vino a buscar para que no cogiera peso y a despedirme. Cuando se iba me dijo… “cuida bien de las mujeres, sobre todo de tu tía”, no te preocupes así lo hare,



Una vez que se fue, volví a mi habitación y me tumbe un rato para poner en orden mis pensamientos, mis ideas. En eso se abrió la puerta entro mi tía y dejo caer el vestido que la llegaba a los tobillos, quedándose totalmente desnuda. Se acercó con cara de estar caliente, me levante la di un beso muy pequeño y la dije…



-Vístete, que ahora no es momento.



-¿Cómo? Llevo toda la noche esperando este momento.



-No, ahora no, te lo repito.



-No me puedes dejar así, por lo menos dame mi lechecita. (Dijo con voz melosa)



-Te la daré cuando lo merezcas, así pondrás más interés. Ah, se me olvidaba, tienes que intentar que Natalia no este por el medio.



Se fue contrariada y yo me quede ardiendo, si se llega a quedar un minuto más… no me hubiera aguantado.



Yo estaba entre nervioso e impaciente. Por saber que sucedería. Cuando baje me encontré a mi tía hablando con Natalia, lo único que pude oír fue como Natalia la daba las gracias con mucha alegría. Pregunte a mi tía y me dijo…



-Se va tres días después de comer.



-Muy bien.



-Ahora necesito que cuando vaya a la piscina te quites de en medio, si quieres observa, pero sin que Natalia se dé cuenta.



Sobre las 11 de la mañana mi tía se fue en bikini a la piscina. Se bañó un poco y se fue a la tumbona. Ella miro hacia la casa, me vio y me sonrió. Pasaba el tiempo y no sucedía nada, hasta que apareció Natalia por ahí y mi tía la llamo, se podía escuchar bien la conversación, que se desarrolló así.



-Natalia, por favor, puedes avisar a mi sobrino, para que me de el masaje, que he pasado mala noche y me duele todo.



-Si no me equivoco está en su habitación durmiendo, que se tomó una aspirina. ¿Quiere que lo despierte?



-No, déjalo me aguantare.



-No quiero resultar atrevida, pero si quiere se lo doy yo.



-No, no, mujer, eso no es labor tuya, no, déjalo.



-De verdad no me importa. Mire se lo empiezo a dar y si no lo hago bien lo dejo.



Fue decir eso, coger el bote del aceite y empezar a darle el masaje por la espalda, mi tía se soltó la parte superior del bikini para que le fuera más fácil. Desde donde yo estaba sé lo que veía era de lo más normal, me empezaba a aburrir, no veía a ninguna dando un paso adelante, cierto es que tampoco podía apreciar la cara de mi tía.



Después de un buen rato, se fue a los pies, gemelos y muslos. Lo que me llamo la atención fue que según subía a la parte superior de las piernas, ella se mordió el labio inferior. Natalia con voz distinta, como más nerviosa dijo…



-Señora si separa un poquito las piernas la podre dar mejor el masaje.



-¿Así está bien? (Abriendo poquito las piernas) O… ¿mejor así? (Abriéndolas bien)



-Así mejor.



Desde la posición de Natalia, tendría una visión de todo y si no se hubiera bañado se distinguiría si estaba mojada o no. Yo los movimientos de ella no los podía ver, pero si notaba que mi tía se movía un poco. En ese momento se oyó el timbre de la puerta. Debía de ser Susana. Vi como Natalia acercaba la boca al oído de mi tía decía algo que no pude oír y se fue a abrir.



Efectivamente era Susana, oí como se abría el portón grande para que metiera el coche. Baje y diciendo que había oído el portón. La salude con dos besos en las mejillas muy descarados, ella se quedó un poco descolocada, pero como llego mi tía saludándola con su alegría habitual. Traía una sola maleta, pero parecía más un baúl y eso que su casa estaba al lado, por eso me imagino que trajo el coche.



Subimos los tres y Natalia que estaba como ruborizada se fue para adentro. Una vez en la planta de arriba, mi tía fue hacia una habitación, yo deje la maleta y mi tía la dijo que se cambiara y se viniera para abajo, Susana dijo, coloco lo de maleta y bajo.



Cuando salimos agarre de la mano a mi tía y la metí en mi habitación. La dije que me contara…



-Pues el masaje en la espalda, cuello, estaba bien pero no me sacaba de dudas. Pero el de las piernas, me lo dejo claro.



-¿Qué te dejo claro?



-Que si no llega Susana me hubiera hecho de todo.



-¿Segura?



-Segura no, segurísima. Esta ya está en “situación”.



-Qué pena que nos adelantáramos en decirla nada de que se fuera unos días, porque si con Susana no logramos nada con Natalia… una pena.



A todo esto… ¿Que te dijo al oído? Y que le dijiste tú.



-Que era una pena no poder acabar. Pero que esperaba que lo hubiera hecho bien.



La conteste que llevaba muy buen camino y que sí que era una pena. Pero que otra vez seria.



-Cuando quiera la señora y a la hora que sea.



-Por eso te digo que esta, está más que dispuesta, ya te lo dije, que tonta no soy.



Me acerque a mi tía y la di un beso muy húmedo, jugamos con nuestras lengua y aproveche para tocarla con mis dedos en su coñito, que está totalmente mojado.



-Te ha puesto bien caliente.



-Caliente, cachonda, verraca…



-Quien lo iba a decir.



-Ya te dije que soy bisexual y últimamente estoy demasiado salida. Me he portado bien, ¿me das lechecita?



-Todavía no, te tienes que portar no bien, si no muy “mal”. Así que vámonos a ver a tu amiga.



Salimos de la habitación y se fue hacia la cocina. Yo me fui al gimnasio, a hacer mis tablas diarias, así las dejaba solas y desde donde estaba podría ver sin ser visto. Estaba haciendo los ejercicios cuando las veo a las dos salir, en bikini y llevan dos copas de vino bien cargadas. Están hablando un rato y veo que se dirigen hacia donde estoy yo.



Ellas entran y hablan conmigo de los ejercicios. Yo mientras los hago voy explicando. Mi tía sé que esta cachonda perdida, además se le notan desde antes en los pezones los tiene empitonados. Susana esta con un bikini, más que llamativo, sobre todo la parte de arriba, que parece dos tallas más pequeño. Veo esa mirada otra vez. Si no estuviera mi tía seria el momento ideal para entrarla. Ella se gira para buscar un sitio donde sentarse, lo que aprovecho para hacer una señal a mi tía, para que se vaya. Mi tía lo entiende y dice que antes de que se vaya Natalia tiene que hablar con ella, que la disculpemos que ahora viene.



Susana tal como está sentada se la ve aún mejor, con la pose que tiene. No quiero dejar pasar la oportunidad y me decido a tantear las posibilidades…



-Te di mi promesa de que te diría lo de tu mirada y lo cumplo. El otro día en la comida se te puso, por ejemplo, desde que has entrado aquí la tienes.



-Tengo la misma mirada de siempre.



-Tú sabes también como yo que no es así, pero si me quieres tratar como tonto, pues no se hable más, tienes la razón.



-No, no te quiero tratar como tonto de verdad.



-Pues será que tienes que decir que no y por eso cuando he dicho que hoy tenías la mirada, te has puesto roja como un tomate.



Pero lo mejor es que los únicos que sabemos el motivo, somos tú y yo. Porque no creas que solo te pasa a ti, a mí también me pasa.



-¿El qué?



-¿Quieres oír la verdad o quieres que me engañe yo también?



-Es que no se… no te entiendo… dime tu verdad… a lo mejor así lo entiendo.



-Pues muy sencillo, desde que el otro día que te vi, me di cuenta de que me excitas muchísimo y hoy así, más aun.



-Estarás confundido, eres muy joven, yo muy mayor para ti… serán chiquilladas. (Me dijo con voz temblorosa, nerviosa, pero yo sabía que excitada)



-No estoy confundido y aquí la edad no tiene nada que ver. Seguro que a ti, aunque te de corte te ha pasado lo mismo.



-JA, imaginaciones tuyas.



-Ni JA ni JO, tu misma te has delatado.



-¿Yooo? ¿En qué? (Más nerviosa todavía)



-Pues muy sencillo, cuando has notado que te estabas excitando, has cruzado los brazos para que no se noten tus pezones.



-Cómo puedes ser tan atrevido, descarado y sinvergüenza. A tu tía no le gustaría nada esto si se enterara. Mejor me iré a mi casa. Le pondré una disculpa a tu tía y ya está.



-Recuerdo que me aseguraste que quedaría entre tú y yo pero tú sabrás. Pero en lo que si estamos de acuerdo, es que soy… atrevido, descarado, sinvergüenza y más cosas te lo aseguro, pero no miento. Es fácil descruza los brazos y si me equivoco, me comeré todo lo que he dicho. (Cuando acabe de decir esto estaba ya de pie con la toalla secándome el sudor)



-Sera mejor que te vayas.



-Yo estoy con mis ejercicios, hasta que no acabe no me iré.



Ella seguía con los brazos cruzados y decidí jugármela. Me acerque los agarre y los separe… Con voz segura y firme, la dije que se pusiera de pie, lo hizo sin rechistar, no me equivocaba tenia buenos pezones, se la marcaban muchísimo, me miraba con cara extraña, no sabría decir cómo.



-Ves como no me equivocaba. Y de irte nada. ¿Me has oído?



-Si



-Si… ¿Qué?



-Que no me iré.



-Perfecto. Además mi madre siempre me dijo… “si uno no quiere, dos no se pelean”. Pues en el sexo es igual.



-Discúlpame si dude de ti, si mentí, son cosas que no se pueden evitar. Pero solo te pido que tengamos buena convivencia.



Llego mi tía y dijo que si íbamos a la piscina, diciendo los dos que sí. Como Susana salió rápida como un cohete, le dije a mi tía que en la piscina se metiera en el agua y desde el borde de la piscina preguntara que nos pasaba.



Al ratito de estar juntos mi tía se metió en el agua y como yo la había dicho, desde el borde de la piscina inicio la conversación.



LUCIA-¿Que os pasa que os veo muy serios?



YO-Es que no le caigo bien a tu amiga.



LUCIA-No me lo creo.



SUSANA-Que va, que va… (Dijo abriendo los ojos al máximo y con cara de alucinada)



LUCIA-Ya me extrañaba a mí.



YO-Haciendo ejercicio me han dado varios tirones, que no calenté bien hoy, le he dicho que me de el aceite relajante y me ha dicho un NO, que me ha dejado cortado. (Ella y yo sabíamos que era mentira, pero por donde saldría la cosa)



LUCIA-No te preocupes que salgo y te lo doy yo.



SUSANA-No, no. Lucia que se lo doy yo, es que no me entere, como me va a importar. (Dijo mirándome con cara de pocos amigos)



Se puso a darme el masaje, al principio se notaba el mal humor, pero poco a poco notaba como la gustaba. Luego la dije que ya que estaba las piernas se lo agradecerían. Se puso con ellas, me estaba poniendo cachondísimo. Muy arriba no iban sus manos, pero yo la indicaba que lo hiciera. Al principio lo hacía tímidamente luego le fue tomando gusto y mi erección era total. Si me diera la vuelta la daría algo.



-Si todos lo haces así, tienes que ser la bomba.



-Cállate no te oiga Lucia. (Me dijo con voz bajita)



-Es que es verdad.



-Lo dices para agradar, pero no te creo.



-Si me diera la vuelta me creerías.



-De verdad Carlos, no seas cochino, ya me has comprometido bastante hoy. Yo me porto bien contigo, no seas malo.



-Yo no soy malo soy peor. Jajaja



Ella dijo ya está y se fue a su tumbona. Yo riéndome la dije que otra vez se había “traicionado”, se puso boca abajo pero vislumbre una sonrisa.



Después de bañarnos todos varias veces, al ser la hora de comer nos fuimos a cambiarnos a nuestras habitaciones. Cuando entramos Natalia quería hablar con mi tía, Susana y yo nos subimos a la habitación, al llegar a la planta de arriba la dije…



-Si necesitas ayuda para enjabonarte la espalda u otra cosa estoy a tu entera disposición.



-JA, no hace falta, que me las apaño solita.



-Pues a mí me cuesta, yo si agradecería una ayuda.



-Jajaja y llamamos a tu tía para que nos aplauda. (Dijo sonriendo)



Una vez en mi habitación me cambie y me metí en la ducha, estando con el agua vi como mi tía desnuda se metió también y antes de que dijera nada, hablo ella…



-Solo he venido para saber cómo ha ido todo.



-Me recuerda a una “amiga”, dos azotes y estará pidiendo “guerra”.



-Pero hay un problemilla.



-¿Cuál?



-Natalia no se va, dice que las amigas no tienen días libres y que para estar sola se queda.



-Bufff, bufff… entonces lo único es que lo que suceda tiene que ser en esta planta. Que es la que Natalia no pisa nada más que por la mañana.



-Eso había pensado yo.



-Si pero para lo que yo había pensado nos hacía falta la sauna. Pero no me creo lo de Natalia, pensándolo bien. Esa se ha quedado con las ganas y por eso se ha quedado. Bueno déjame pensar.



Nos acabamos de duchar los dos juntos y ella se volvió a su habitación por la terraza. Me puse a idear otro plan, pero la verdad que se había complicado la cosa, porque en lo que yo tenía planeado en un principio participábamos los dos solos. No se podía posponer, ya estaba el anzuelo puesto y había picado, si lo dejaba pasar lo mismo la noche la hacía cambiar de idea.



Arriba había un salón grande con un buen aparato de música, sillones etc… una sala comodísima. Con la ayuda de Lucia se podría lograr. Fui a la habitación de mi tía y le conté el nuevo plan de forma improvisada, no estaba muy convencida pero dijo que por intentarlo… y si no me dijo pegando morbosamente su boca a mi oído… “nos hartamos a follar tú y yo”. Nos besamos… y antes de irme mi tía me dijo…



-Hace un mes me cuentan esto y no me lo creo.



-¿El qué?



-Yo con mi sobrino seduciendo a una amiga mía para follarla.



-¿Es que no te gusto nunca tu amiga?



-Desde que la conocí, pero siempre fue tan tajante con las relaciones sexuales y más con mujeres, que todavía no lo tengo muy claro.



Me di la vuelta riéndome y haciéndole gesto con la mano me fui.



Comimos en la terraza en la mesa cuadrada pequeña, la comida estaba entretenida, nos reíamos, hablábamos de todo en general, pero todo en tono jocoso. Yo que iba con chancletas, me quite una y lleve mi pie hacia Susana, ella cuando lo noto, me miró fijamente, yo creo que mi tía se dio cuenta y se hizo la tonta.



Susana me miraba y me hacía gestos con los ojos. Como diciéndome… para ya. Lucia pregunto si la pasaba algo, ella dijo que nada. Pase de rozarle su pie, su tobillo a subir mi pie más arriba, ella automáticamente cerró las piernas, pero yo seguí forzando hasta que logre llevarla más arriba, pero no donde yo quería.



Con la otra pierna hice una seña a mi tía tocándole su pie. Ella lo entendió y se levantó para ir al servicio. Una vez que se fue…



-¿Estás loco o qué? Si se da cuenta Lucia se arma la mundial. Como dijiste antes yo no quiero nada de nada y menos contigo. No ves que me comprometes.



-Es fácil… déjame y nadie se dará cuenta.



-Que te he dicho que ¡NO!



-Le diré a mi tía que esta mañana nos hemos morreado.



-No serás capaz.



-Tú decides si te portas bien… no digo nada.



-Di lo que quieras a Lucia, no te creerá.



-Es fácil salir de dudas, si creerá a su amiga o a su “inocente” sobrino y ahijado.



Llego mi tía y se volvió a sentar. Retomamos la conversación y en un momento dado volví a la carga. Ella esta vez coloco mejor sus piernas dificultándome mi avance.



-Tía... (Dije con voz dudosa)



-Dime



-Si te cuento una cosa muy delicada, quedara aquí y no se enterara nadie.



-Claro, dime.



Susana estaba expectante, volví a mover mi pierna y esta vez no encontró ningún obstáculo.



-Bueno, déjamelo que me lo piense bien.



-Como tú digas.



Ahora mi pierna subía donde quería, mi dedo actuaba libre y plácidamente por la entre pierna de Susana. Poco a poco iba notando la humedad en mi dedo, ella estaba, que no sabía qué hacer, pero no se la notaba muy a disgusto. Cuando más entregada la note, a pesar de su pose fingida de disgusto, quite mi pie y pare. Esta vez la cara era de sorpresa de no entender.



Acabada la comida, mi tía se levantó a por un licor de hierbas, que tomaba siempre después de comer. Cuando nos quedamos solos Susana me dijo que gracias por parar, que la alegraba ver que me había dado cuenta de que no estaba bien. Yo no hice ningún comentario, solo mire fijamente a sus ojos y sonreí.



Cuando mi tía quiso ponerle un copita del licor, Susana rápidamente puso la mano en la copa, diciéndola que no, mi tía la dijo que era el licor que a ella la gustaba, pero volvió a rechazar amablemente, diciendo que no, que enseguida se le sube a la cabeza.



Ellas se quedaron hablando y yo me fui a mi habitación a leer un poco. Pasado un poco las dos horas, baje a la piscina, cuando llegue vi a las dos adormiladas tomando el sol. No dije nada me tire de cabeza a la piscina y con el ruido se despertaron las dos, lamentándose Susana de haberse quedado dormida, porque luego por la noche le cuesta mucho dormir.



Mi tía fue a la casa a por bebida que tenía sed. Al momento vino con sangría, vasos… la acompañaba Natalia que la ayudaba a traer todo. Susana nada más verlas, volvió a decir que no quería nada de alcohol, que si acaso un refresco. Natalia dijo que lo traía ahora mismo y se fue trayéndoselo.



Estaba claro que a mi tía no le estaba saliendo lo de poner contentilla a Susana con el alcohol, lógicamente eso en un principio dificultaría las cosas, porque la costaría desinhibirse.



Yo viéndolo desde del agua, solo pensé que todo se estaba torciendo demasiado para mi gusto. Pero como siempre, pensé que contra más obstáculos y dificultad, luego sabe mejor. Así que salí de la piscina y me fui a cambiar. A las ocho y media baje de nuevo, muy arreglado en plan veraniego, cuando me vieron las dos, se quedaron sorprendidas, preguntando al unísono…



-¿Es que te vas fuera a cenar?



YO-No. Si no me tiráis cenare aquí, jajaja.



SUSANA-¿Es que como vas tan arreglado?



YO-Si, porque quiero que esta noche cenemos en plan glamuroso y luego música arriba, que ya la he seleccionado y preparado, eso sí… la música que tiene el tío, que no hay mucho que elegir.



Se rieron las dos.



LUCIA-Me parece buena idea que si no, cenamos y nos amuermamos.



SUSANA-A mí me parece bien, pero lo mismo te aburres con estas dos viejas.



YO-¿Viejas… vosotras?



LUCIA-Oye lo de vieja dilo por ti.



YO-Pues no se hable más, si estáis de acuerdo, noche de fiesta.



SUSANA-Bueno, yo no tengo aquí ropa adecuada.



LUCIA-Yo te dejo.



SUSANA-Ya quisiera tener yo tu talla. Jajaja.



YO-Bueno, ir y venir a tu casa son 5 minutos. Si quieres hasta te acompaño.



SUSANA-No, No hace falta. Voy y vengo en un momento.



No se lo pensó más se puso el blusón y se fue a su casa. Lo que aproveche para contarle mis últimas ideas a mi tía.



-Mira, todo eso que me cuentas está muy bien. Pero ten presente que a Susana lo que le hace falta, es un macho de verdad, un macho dominante y eso es lo que tienes que hacer tu desde un principio, la doble D, dominar y domar. Te lo explico para que entiendas que…



-Que le pasa lo mismo que te pasaba a ti. Lucia se lo que me hago. ¿Lo hice mal contigo?



-No. (Se azoro un poco). Pero si ves que la cosa no sale como pensamos, pones el freno, que no quiero ningún follón.



-No te preocupes, saldremos de dudas en poquito tiempo.



Regresó Susana y se fueron a sus habitaciones. Yo ayude a Natalia a preparar todo, así ella no tendría que estar por medio. La primera que bajo fue mi tía, estaba espectacular. Llevaba un pantalón que parecía falda muy finito, con aberturas en los lado y arriba una camisa también muy fina, todo de color negro y la blusa era tan fina, que se notaba que no llevaba sujetador.



Me la quede mirando embobado, al igual que Natalia. Mi tía se dio cuenta y se notó que la encanto. Aprovecho para decirle a Natalia, que se podía ir que ya se encargaba ella de todo. Natalia dijo a mi tía, que si algo hacía falta que ella seguro que estaría despierta, se lo dijo de una manera que sonó “distinta”.



Cuando nos quedamos solos, le dije a mi tía…



-Estas para follarte ahora mismo.



-Pues si quieres que te diga la verdad, no me importaría, porque ya tengo mucha necesidad.



-¿Cómo bajara tu amiga? ¿En plan monjita?



-Si hace como siempre, precisamente en plan monja no ira, porque la gusta ser el centro de atención, calentar, que la miren… así que si es ella, vendrá con algo puesto que le haga resaltar sus dos joyas, que son su culo y su pecho.



-Ojala no te equivoques.



Diciendo esto apareció. Y que razón tenía mi tía. Traía una faldita corta, no minifalda, de color negro al igual que las medias, una blusa ajustada y con botones que si respiraba más de la cuenta, me podrían saltar un ojo, lo que hacía que su escote fuera bestial. La blusa del mismo color y también se transparentaba todo, pero al contrario de mi tía, llevaba sujetador, que por lo que se podía ver con las transparencias le costaba sostener esas tetazas.



-Nunca vi a nadie que le sentara el luto, también como a vosotras. Daros una vuelta que os vea.



Las dos sonrieron. Dieron una vuelta y menudos culos… Las hice sentarse a las dos en la mesa, de la cubeta del vino, cogí la botella para servirlas, puse a mi tía y cuando fui a poner a Susana me dijo que un poquito nada más, en ese momento y como tenía la falda subida, me di cuenta que llevaba medias y no pantys, eso me ponía ya un montón.



La cena fue tranquila, risas, comentarios con doble intención, mas risas, pero sin presionar a Susana. Ella no bebía ni el poco vino que la puse. Al rato de terminar de cenar, mi tía dijo de ir arriba, yo dije que me dieran cinco minutos y que subieran.



Subí primero, para poner la luz como yo quería y encender las velas que había preparado. Cuando llegaron ellas, solo fueron elogios por parte de las dos, por lo bien que estaba todo. Como sabía lo que le gustaba a cada una beber, las recibí con dos copas preparadas, ellas las aceptaron y dijeron que era un detallazo.



Nos sentamos y rápidamente mi tía pregunto…



LUCIA-Susana hace cuanto no bailas.



SUSANA-Jajaja, ya perdí la cuenta del tiempo que hace.



LUCIA-Carlos pues como buen anfitrión tienes que bailar con nosotras.



SUSANA-No lo pongas en ese compromiso.



YO-Ningún compromiso, yo encantado de bailar con dos bellezas.



LUCIA-Pues la música está sonando. ¿A qué esperas?



Me levante y le di la mano a mi tía, como estaba preparado, ella me dijo que primero la invitada. Así que me dirigí a Susana y con algo de duda se levantó. Con los tacones que llevaba se la veía más grande. Una vez que nos abrazamos para bailar, ella guardaba las distancias, tenía los brazos estratégicamente colocados para no poder apretarla. Todo sería cuestión de esperar. Cambie varias veces de pareja, mientras bailaba con mi tía, observaba que la copa de ella estaba casi intacta. Hice la señal a mi tía de que “empezaba” la noche.



Volví a bailar con Susana, se la notaba más confiada, la logre apretar contra mí, aguanto el tipo. Con mis movimientos, empecé a tener una erección, ella se dio cuenta porque se notó como si se quisiera ir o hacer algo. Ya tenía una buena erección, ella estaba agarrada, pero no hacía nada, no sabía si por mi tía. Hice una seña a mi tía y se levantó que iba al servicio.



Cuando se oyó cerrar la puerta, ella hizo ademan de querer quitarse, pero me dio la impresión que con poca convicción. Diciéndome, que eso no estaba bien, mi tía, su marido, bla, bla, bla… Acerque mi boca a su oído y con voz firme la dije…



-CALLATE YA.



Pase una mano mía de su cintura, a ese soberbio culo, ella al notarlo se quiso quitar, no me lo pensé, la di un buen azote, se me quedo mirando y cuando vi que iba a decir algo, la di otro con la misma intensidad. Me miraba de una manera “rara”.



-Escúchame bien. Yo no soy la “madrecita” que tienes por marido. ¿Sabes quién soy?



-No, quien. (Con voz muy suave)



-Soy el que te va a follar, el que te va a dar lo que nadie te ha dado y te hace mucha falta, pero sobre todo el que va a estrenar este culo, que me tiene loco. (Dándola otra palmotada en el culo)



¿Te parece bien?



Ella ya se movía a mi ritmo bien pegada a mi polla. Pero no decía nada, así que la di otra vez y la dije que me contestara.



-Si, dijo muy, muy bajito.



-¿Cómo? Otro azote la di.



Me miro y dijo SI. Besándola en la boca y ella correspondiendo, un poco cortada. Para decirme rápidamente… ¿Y Lucia?



Lucia esta que se la cierran los ojos y con lo que ha bebido ya mismo se ira a dormir.



Entro mi tía, la volví a hacer una señal, ella haciéndose un poco borrachilla, dijo que se iba a dormir que se caía, que se había pasado con la bebida hoy. Marchándose a su habitación. Fui irse y allí sentados empecé a meter mano a Susana, estaba húmeda, pero no mojada como a mí me gusta, estaba claro que ese no era el mejor sitio. Apague las velas, la cogí de la mano y la hice acompañarme, su cara era entre expectación, calentura, morbo, vergüenza…



Cuando llegamos a la puerta de mi habitación, dijo susurrando que allí no, mejor en la suya, la di otro azote y se calló. Una vez dentro, casi rogándomelo me pidió que pusiera el pestillo a la puerta. Así lo hice y puso mejor cara, pero volvió a cambiarla cuando vio el ventanal abierto. Pero la dije que no lo cerraría que me gustaba el aire fresco.



Sin dale más tiempo a nada, volví a besarla, esta vez participo plenamente, baje la cremallera que tenía detrás de su falda, notando como caía y luego rompí los botones de la blusa, esperaba que se pudiera cabrear, pero todo lo contrario me beso con más ganas.



Me separe de ella para con la poca luz que había, verla bien. Era “TOTAL”, su lencería era demasiado para mí. Me senté en el borde de la cama, la hice venir hacia mí, cuando llego la hice dar la vuelta y me dedique a besar esas nalgas que deseaba tanto, se las mordisqueaba, oía como suspiraba, iba perdiendo el miedo.



Fui quitándola las braguitas poco a poco, sin dejar de lamer sus nalgas, una vez fuera, dese atrás la fui tocando con mis manos, empezaba a estar ya más mojadita. Tocaba por todos los sitios y cuando mis dedos se acercaban a su clítoris se ponía rabiando de deseo. Pero no era el momento. La desabroche el sujetador y la hice dar la vuelta. Para estar todo el día comiéndolas y lamiéndolas. No tenía apenas aureola, pero era todo pezón, exagerado.



Me puse a mamarlas como un niño pequeño. Ella aumentaba su respiración y acariciaba mi cabeza. Quiso meterme mano y no la deje. La tumbe boca abajo bruscamente, acercándome a su oído la dije…



-Que me había tenido muy cachondo y había sido muy mala, cuando alguien se porta mal, debe recibir un castigo. ¿Verdad? (susurrándola se lo dije)



-Siiii, dijo sumisamente.



La azote más suave y ella ponía el culo más en pompa. Cuando iba a parar me dio la sensación que si seguía se correría. Me agache y con mi lengua empecé a jugar en su culito, fue notar la punta de mi lengua en su ano y empezar a hablar sin para.



-Jooooder, que rico. Qué bueno. Sigue, sigue.



Yo seguía sin decir nada, estaba demasiado ocupado. Se retorcía a más no poder. La hice dar la vuelta y después de pasar mi lengua por todos los sitios, hasta estar fuera de sí. Fui a donde los dos queríamos e inicie lo que podría ser la primera vez que la comían su coñito.



El clítoris lo tenía súper sensible, así que para que no se corriera tan rápido, la daba un lengüetazo y me quitaba. Hasta que en uno de ellos me agarro la cabeza apretándomela contra ella y abriendo las piernas más, notando como se corría, como gritaba y gemía.



-Te lo juro, nunca tuve un orgasmo así. Gracias, gracias… (Besándome sin parar)



-Me alegro pero todavía no termino la noche. Me vas a obedecer en todo. Disfrutaras como nunca.



-Siiiiii, siiiiiii… (Decía tocándome por encima del pantalón)



Me desnude del todo y me dijo que no sabía si eso le entraría. Seguro que te entrara por todos los lados. Acerque mi polla a su boca, ella torpemente la mamaba, era cierto que era nueva en esas lides, la fui diciendo como hacerlo.



Ella con cara tierna me dijo si se la metía. Me hizo gracia su cara y como lo decía, la hice dar la vuelta, poniendo su cabeza en el lado de los pies de la cama, así no podría ver el ventanal. Ella quería ponerse como yo dijera, pero la deje como estaba, boca arriba, acerque mi polla a los labios vaginales, jugando con la punta por ellos sin metérsela. Ella solo miraba y decía por favor…



La pregunte si tomaba algo para no quedarse embarazada, diciéndome que tenía un DIU. Mientras notaba como ahora si estaba súper mojada, seguía sin metérsela del todo, hasta que vi aparecer a mi tía. Estaba de pie completamente desnuda, pero esperaba mi señal para acercarse.



Se la fui metiendo poco a poco, suavemente. Ella solo decía…



-Madre mía, madre mía. Que gusto, como la noto. Que caliente esta.



-Ves como si te entraba, ya la tienes toda dentro.



-¿Siiii?



Y la di dos empujones para que lo notara, me agache y la besaba, para que no se moviera y no descubriera a mi tía. Como seguía follandola suave…



-Si quieres puedes empujarme más, como antes. (Decía con voz caliente)



-¿Qué pasa que la putita quiere más fuerte?



-SIIIIII. Puedes REVENTARRRRRME.



-¿Me dejaras reventarte el culazo que tienes?



-Todo es tuyo, nada más que tuyo. Pero… DAME JODER.



Fue cuando me incorpore, la puse sus piernas sobre mi pecho. Y la empecé a follar más fuerte pero no al máximo. Ella decía que así en esa posición la notaba más. AAAAHHHHHHHH, dame más, necesito más.



Mi tía se acercó acariciándola la cabeza. Susana miro, no sabía qué hacer, miraba a uno y a otra.



-Perdona Lucia, perdona. (La costaba hablar)



-No hay nada que perdonar, disfruta, que ya es hora, que te lo mereces.



-¿Lo habéis preparado los dos?



-Si



-Que hijos de puta que sois, pero que maravillosos hijos de puta. (Lo decía más gimiendo que con voz normal)



-¿A qué folla bien?



-AHHHH, YA TE DIIIIGO.



-¿Dame un beso?



-No eso no.



Me pare prácticamente, solo un movimiento muy suave.



-No, no, no… no te pares, sigue.



-Siempre te he tenido ganas, muchas ganas. (Le decía al oído y tocándola un pezón)



Susana la agarro de la cabeza y empezó a morrearla. Al verla así comencé a follarla con más fuerza. Mi tía se fue con su boca a mamarle un pezón, cuando ella lo noto empezó a gritarnos que no nos paráramos, que gusto, corriéndose otra vez de forma desesperada.



Me tumbe en la cama y le dije a Lucia que la enseñara a comer una polla, empezó mi tía y la decía como, luego seguía Susana así una y otra, verlas era excitante. Mi tía la dijo ahora tu sola. Se puso detrás de ella y la comía todo, Susana al final se rindió y la daba todas las facilidades.



Estaba a punto de correrme, se lo dije que no parase, mi tía se acercó a ella, diciéndole que no dejara escapar nada, ella se quitó y dijo que no sabía si le gustaría, Lucia la dio en su culo más fuerte que yo. La daba una y otra vez, diciéndola trágatelo. No paraba, yo me corrió como un desesperado, notaba como Susana chupaba, succionaba, se lo tragaba. Cuando acabe, Lucia se morreo con ella, se abrazaron. Mi tía se colocó encima de ella haciendo un 69. Ella al principio se cortó un poco, pero Lucia se lo coloco en su boca y pude ver como lamia como una buena perrita.



Me aparte un poco para verlas, era digno de ver, mientras me acariciaba yo solo. De observarlas ya tenía nuevamente una erección estupenda. Oí gemir más profundamente a Susana, se notaba quien Lucia lo estaba haciendo muy bien, porque se volvió a correr otra vez, como las veces anteriores con unos espasmos y movimientos alucinantes.



-Acércate Carlos, que la he dejado el culito preparado para ti.



-Primero te follare a ti para que te corras.



-NO, primero ella, que mientras se lo rompes, me terminara de comer el coño.



-Me vais a matar. Nunca me he corrido tantas veces.



-Tienes uno de tus “juguetitos”



-Siiiiii



-Móntate encima. (Estando yo tumbado ya en la cama)



-Ahhhh, ohhhh, que gusto (decía mientras se sentaba en mi polla)



-Empieza Lucia.



-¿A qué te gusta? (metiéndole un consolador anal)



-Siiiiii.



-Úntala bien el culito



-Ya está a tu disposición.



Cambiamos de posición, mi tía me unto bien la polla. Y se puso con las piernas bien abiertas en la cama, Susana a cuatro patas en medio de sus piernas. Y yo detrás de ella metiéndola la polla poco a poco. Lucia se acercó la acariciaba la cara, la animaba, la besaba. Se agacho metiéndose debajo de ella, la acariciaba y la lamia el clítoris. Eso hizo que se relajara y la polla entrara mejor. Una vez que estaba toda dentro, me pare, diciéndola que ella marcara el ritmo.



Según Lucia se lo comía ella, se iba moviendo más y más. Empecé yo a moverme, ella no protesto, acompañaba el ritmo, hasta que dijo…



-Me duele un poco, me quema, pero… que GUSTAAAAAZO, más rápido, más rápido.



Tenía tan estrecho el culo, que me aprisionaba la polla de tal manera que parecía que me la arrancaría. Se corrió casi aullando y cuando lo hizo, me dijo que por favor se la sacara, que por esta vez estaba bien. Lo hice despacito y ella solo dijo… UUUFFFFF QUE DEMASIADO.



Yo me fui al baño a lavarme para volver otra vez. Cuando regrese vi a Susana tumbada boca arriba y a Lucia sentada en su boca, con cara de vicio total. Me acerque me puse de pie en la cama y Lucia se amorro a mi polla. Me pidió que me corriera con ella y que la llenara bien la boca. Me estuve pajeando hasta que ella me aviso, metiéndola la polla y corriéndonos como bestias los dos juntos.



Nos quedamos los tres tumbados, abrazados entre nosotros y nos dormimos.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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