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Categoría: Incestos

MI TIA LA RELIGIOSA 2

Hola amigos, aquí les traigo la segunda parte de mis aventuras con la riquísima tía Adela

 

Adela estaba viuda desde hacía 5 años y como les conté antes, era la tía más rica que tenía, ella era muy religiosa y aparentaba ser muy recta, la tía Adela para su edad estaba bien conservada, era casi un 97-65-95, sin duda era una rica señora nalgona de cadera ancha con unas nalgas aún respingonas, carnosas muy apetecibles y para completar su descomunal belleza unas piernas espectaculares que en sus medias la hacían verse como el mismo deseo en persona.

 

Como se los conté en mi primer relato, fui a su casa y terminé cogiéndomela, aumentando la gran surte sexual que tenía en esos momentos, pero eso no quedó ahí.

 

En diciembre hay muchas celebraciones en la iglesia, una de ellas son las primeras comuniones, por lo que ella se ofrecía para limpiar la parte de las oficinas y algunas bodegas y cuartos que hay ahí, ese día yo me apunte a ayudarla.

 

Adela cambio los vestidos largos y los rebosos por una falda que le cubría apenas las rodillas, un suéter blanco que remarcaba sus grandes y deliciosas tetas y sus medias color carne en unas zapatillas color blanco, la verdad desde que la vi se me paro como pájaro al alambre.

 

T: ¡te ves muy bien tía!

 

A: ¡Gracias!

 

Comencé a ayudarle a limpiar, ella limpiaba unos escritorios y yo acomodaba unas cajas me encantaba ver como se empinaba para limpiar las patas del escritorio, ya que la falda se le subía y veía su liguero y podía ver como se le marcaban sus duras nalgas.

 

Mientras nosotros estábamos en eso, nuestros familiares y amigos de familia estaban en la misa que justo se desarrollaba en ese momento, ya que una sobrina hacia su comunión y la familia estaba atenta a lo que sucedía.

Entramos a un tipo bodega muy llena de polvo, donde había algunas figuras religiosas cubiertas de polvo, parecía que llevaban años sin limpiarla, pero a pesar del aspecto tenebroso mi verga seguía dura mirando como la tía subía a una silla a limpiar un cuadro.

 

Fue entonces que ya no aguanté más, ella bajo y se disponía a limpiar una repisa con una figura cuando la tomé de la cintura y comencé a olerle su cabello.

 

A: ¿Que haces??

 

T: ¡Te ves buenísima tía!!

 

A: ¿Estás loco?? Suéltame!!

 

T: ¡No!! ¡Te dije que jamás te dejaría!!

 

La tome de la cintura y pegue sus ricas nalgas a mi verga dura que ya quería salir, le comencé a besar el cuello mientras ella entre que le gustaba y quería aventarme solo jadeaba.

 

A: Eres un demonio, ¡esta es la casa del señor!

 

T: me vale, tú necesitas esto y lo quieres.

 

Tome una de sus manos y la pase sobre mi dura verga, note como se ponía colorada, con mi mano acariciaba su pierna y subía hasta sus muslos descubiertos apretándolos con fuera y dirigiéndome a su rico coño, medio peladito, pero aún muy sabroso.

 

Le di la vuelta y al comencé a besar, ella ya resignada o por no querer hace run escandalo solo respiraba agitadamente y me correspondía.

 

T: Que rica boca, ¿imaginaste besarte aquí?

 

A: Ya basta, recuerda que soy tu tía, ¡respétame!!

 

T: Te respeto tanto, que por eso te voy a coger cada que pueda.

 

Comencé adarme gusto con sus ricas nalgas, las apretaba con fuerza por arriba y por debajo de su falda, ella cas llorando me pedía la soltara, pero yo estaba decidido a ¡cogérmela ahí mismo!

 

La arrincone en una esquina y le quite su suéter, ella traía una blusa escotada la cual también le quite, me despoje de mi playera y comencé a lamerle su cuello bajando a sus tetas sacándoselas de su brasear sin quitárselo y lamiéndolas y mordiéndolas como desesperado.

 

T: ¡Que ricas tetas tienes!!

 

A: ¡Por dios!! Agh!!

 

T: ¡Me encantan estos pezones, uhm!!

 

A: Nos van a escuchar, ¡ya párale!!

 

Me baje el pantalón y saque mi verga de mi bóxer, la tenía durísima, ella me miro fijamente y miro mi verga, sin yo decirle nada ella se arrodillo y mirándome con los ojos vidriados comenzó a acariciármela.

 

A: ¡Te odio!!

 

T: No me importa, ódiame, ¡pero comete mi verga!!

 

La tía Adela entendió que no tenía escapatoria, así que cerro sus ojos y comenzó a devorar mi dura verga, la metía completa de un solo golpe para luego mamar mis bolas y subir lentamente su lengua hasta mi glande. Con dos dedos me sobaba el ano, admito que sentí rico y más duro se me ponía, sus dientes raspaban mi tronco, ¡ella metía y sacaba con fuerza mi verga de su boca, que rica mamada me daba mi tía!

 

T: ¡Oh!! Que rico, uh, ¡no cabe duda que eres la mamadora número 1!

 

A: ¡No me digas eso! ¡Uhm!  no porque te la chupe me vas hablar de vulgaridades!!

 

T: Jajá, ya basta, ¡comete mi verga como la perra que eres!

 

La tomé de la cabeza y comencé a follarle la boca con fuerza, se la metía hasta que desaparecía en su cara, ella se retorcía, se estaba ahogando, pero no me importaba quería solo seguir castigando a esa religiosa caliente.

 

Fue entonces que entre embestida y embestida comencé avenirme en su boca, ¡mi tía no se dio cuenta que ya era mi juguete, mi puta y ahora tenía que comerse mi leche!!

 

T: ¡Agh!! ¡Toma tu premio!!

 

A: ¡Idiota!! ¡Casi me matas!!

 

T: Jajá, apenas comienzo, ¡termina de tragar y después levántate y levanta tu pierna!!

 

Adela solo me miro, se limpió mi semen e hizo lo que le pedí.

 

Hice a un lado sus pantaletas, su rica vagina húmeda, y rojiza se estremecía al sentir mi lengua, yo lamia esos labios vaginales que tanto me gustaban, le mordía su ingle, apretaba su clítoris y con mi lengua lo estimulaba mientras mi tía contenía sus gritos, se contenía las ganas de gemir y pedir que devorara todo su tesoro.

 

A: Basta, esto es un sacrilegio, ¡uhm!!

 

T: ¡Sacrilegio es no comerme esta concha!!

 

Mi lengua lamia su concha y baja rumbo a su ano, el cual le lamia sin ningún apuro, mis tres dedos entraban a su concha en forma de gancho haciéndola temblar y retorcerse como un pez fuera del agua.

A: ¡Basta!!! ¡Hijo ya para, uhm!!

 

T: ¿Por qué?

 

A: ¡Porque me vas hacer venir!!

 

Fue entonces que brotaron sus fluidos y sus quejidos me dictaban que tenía un rico orgasmo, lo que me puso la verga durísima, así que me puse de pie y ella que seguía con una pierna levantada solo respiro profundo cuando sintió como mi verga entraba en su concha húmeda.

 

Comencé a moverme suave, le besaba sus tetas, le mordía los pezones, apretaba sus nalgas empujándola hacía mi para que mi verga entrara hasta el fondo de su coño, ella cerraba los ojos y solo se contenía las ganas de gritar.

 

T: ¿te gusta cómo te cojo?

 

A: ¿Que? ¡Uhm!!

 

T: ¡Que si te gusta mi verga!!!

 

Mientras le preguntaba eso yo la apoye sobre la barda levante sus dos piernas y la penetraba como loco, empujándome directo, con fuerza, mordiéndole el cuello, sus tetas, ella gemía, poco a poco subía el volumen de sus quejidos y fue cuando finalmente dijo lo que tanto se contenía.

 

A: ¡Si!! Así hijo, métela, uhm, que rica verga, me encanta, ¡uhm!!

 

T: ¿Te gusta cómo te cojo perra?

 

A: ¡Si!! Cógeme, dame tu verga, uhm, cógete a esta perra pecadora, uhm!!

 

Nos besamos sin control mientras afuera escuchábamos como todos decían el padre nuestro, no sé, pero eso me puso más caliente.

Me senté en esa pequeña banca y ella dándome la espalda comenzó a darse de sentones, mi tía ya estaba extasiada, sentía como seguía escurriendo, había logrado mi cometido.

 

A: Te gusta mi amor, ¡te gusta cómo me muevo!!

 

T: ¡Uf!! Tienes unas nalgas riquísimas, me encanta sentirlas en mi pelvis, uhm!!

 

A: ¡Soy tuya amor, uhm, soy tuya!!

 

T: ¡Entonces has algo por mí!

 

A: ¡Que papi, que quieres!!

 

A: ¡Quiero tu rico culo!!

 

Me puse de pie y la pegué a la pared, ella no supo que hacer, me abrí su rico par de nalgas y comencé a escupir en medio de ellas, ayudado de mi pene comencé a mojarle su ano, ella entre que se estremecía y quería huir se quedaba en shock.

 

T: ¡No sabes cuantas noches me masturbe pensando esto!!

 

A: ¿Que me vas hacer?

 

T: Nada, ¡solo tomar lo que dices que es mío!

 

Tomé vuelo y de golpe introduje mi cabeza, ella grito, lo cual me puso más cachondo, esta vez no se había tapado la boca y por ende crecía el peligro de que nos descubrieran.

 

Empecé a introducir mi gruesa verga en el rico culo de mi tía, esa tía que durante muchos años fue mi sueño sexual, ahora era me daba su rico ano.

 

T: ¡Tía!! ¡Tu culo es fenomenal!!

 

A: Me duele, agh, ¡hace años no hacia esto!!

 

T: Eso significa que mi tío te daba por aquí, ¡pues en su memoria yo lo hare!!

 

A: ¡Basta de blasfemia, uhm!!

 

T: Cállate perra, ahora eres mal y tú no me dirás que hacer, toma, ¡toma mi verga!!

 

La tomé jalándole los cabellos y la hice agacharse que sus manos tocaran el piso, su culo apretaba ms rico y sus nalgas se veían descomunales, fue entonces que más rápido y fuerte le daba, ¡admito que me dolía la fuerza que usaba, pero ella a pesar del dolor seguía disfrutando de mi verga en su rico ano!

 

A: ¡Por dios, que rico!!!

 

T: ¡Si!! ¡Toma mi verga, devórala perra, que rico culo tienes, seguro que siempre fuiste una perra!!

 

A: ¡Mas, dame más!!

 

T: ¡Mírate, que puta!! Pidiéndole la verga al hijo de tu hermano, pues tómala pendeja, ¡toma la verga de tu sobrino!!!

 

La misa estaba por terminar y mi tía seguía como perra recibiendo mi verga en su culo, fue entonces que la puse de pie y ella se recargo sobre una repisa que tenía una estatuilla rara y polvorienta, yo miraba gustoso como mi verga entraba y salía de su ano, lo que me ponía más loco, pero lo que más caliente me puso fue ver a esa estatuilla que parecía como si me viera, ¡como si nos viera coger!!

 

A: ¡Agh!! Que rico, uhm, métela, ¡uhm!!

 

T: Eres una puta de primera, mírate, ¡hasta esa estatua es testigo de tu puteria!!

 

A: No me importa, uhm, cógeme, cógeme, dame tu leche, ¡lléname de ti!!

Ella se inclinó un poco y yo comencé a embestirla con toda mi fuerza, apretando sus muslos, sus nalgas y sus ricas tetas, dándole de nalgadas, jalándole el cabello, ¡mi tía era mi puta!!

 

Le apretaba las tetas y la penetraba hasta el fondo, ella sudaba de placer y dolor, le besaba los hombros y su rica espalda, estaba a punto de venirme, de hecho, ¡ambos nos correríamos juntos!

 

T: Me vengo puta, uhm, ¿quieres tu semen?

 

A: ¡Si!!! Dame más, lléname de ti, quiero tu leche, ¡uhm!!

 

T: ¡Que boca más guarra, pues toma, uhm, nena, uhm, agh!!

 

A: Dios, uhm, ¡me vengo!!!!

 

El orgasmo fue fenomenal, uno de los mejores de mi vida, ambos gritamos y nos rendimos ante tal placer, saque mi verga de su ano solo para ver lo rico que se le escurría y como mojábamos aquel piso santo.

 

Una vez pasado el acto, me limpié con su ropa y me salí del lugar, la misa había terminado y por suerte nadie oyó o eso creo, mi tía se quedó limpiando, yo creo que para limpiar su culpa.

 

Me la cogí muchas veces más, de todas las formas posibles y lugares, pero esa vez en aquella iglesia, ¡jamás la olvidare!

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 9.4
  • Votos: 5
  • Envios: 0
  • Lecturas: 6124
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 05-09-2021 03:16:17

Muy excitante pero el sexo sin vilencia es mejor.

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