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Categoría: Maduras

Mi tesis de estudiante

En la universidad en la que estudie, al cierre de pensum (cursos aprobados) nos envían a realizar un estudio social a los lugares más necesitados económicamente del país. El objetivo sin duda es realizar prácticas de los conocimientos adquiridos y poder generar desarrollo en los lugares más necesitados. Para mi mala suerte me asignaron a un lugar demasiado lejos de donde vivo y mi acompañante era una mujer muy recatada. Sin embargo ambos teníamos que realizar el proyecto y entregarlo en término de un mes. Durante ese tiempo tuve que dejar a mi esposa y a mi hijo para sacar adelante la tarea. La situación de mi acompañante era muy distinta, ya que la familia de su cuñado vivía a 15 minutos del lugar y le consiguieron una habitación con algunas comodidades.

Yo tuve que buscar un alojamiento en otra parte, y me recomendaron una casa que quedaba cerca de donde mi amiga, lo cual nos beneficiaba para encontrarnos temprano por la mañana y dirigirnos hacia el lugar de trabajo. En esta casa vivía una pareja de entre 40 y 45 años. Tenían dos hijas que no estaban en la casa porque estudiaban en la ciudad y se hospedaban con una tía. El señor de la casa trabajaba en una empresa que se dedicaba a construir puentes y carreteras por lo que casi llegaba cada semana o en veces cada dos semanas a su casa.

Yo me aloje en una habitación de las hijas que colindaba con el cuarto de los papas. Los primeros días estuve con los esposos pero al tercer día la señora se quedo sola. Ella era de tez blanca y de cuerpo promedio para una estatura de 1.60 metros, su pelo era color negro azabache y su figura que todavía era de llamar la atención, tenia una mirada profunda y se miraba que no era tan conservadora como la gente del pueblo, por su forma de vestir y arreglarse.

Como el calor era intenso yo mantenía la puerta del cuarto abierta y ella coloco una cortina semitransparente para que entrara un poco de aire, adentro me mantenía en ropa cómoda y sin camiseta. Ella sin embargo siembre bestia con trajes cortos y de telas muy ligeras que si uno le miraba detenidamente observaba que no usaba ropa interior. Conversando en una ocasión me dijo que debería de vestir más ligero para que no me desesperara del intenso calor que hacia en esas fechas. Entonces decidí usar bóxer cuando estaba en mi cuarto y cuando me llamaba a comer me cambiaba rápido. Un día en la hora de la cena me dijo que no me cambiara cuando me llamara y que debería entrar en confianza, después de una semana ella ya me la había tomado. Yo le dije que como era molesto estarse cambiando cada rato le haría caso.

Lo que nunca pensé es que mi bóxer se abría al sentarse y con ello quedaba descubierta una buena parte de mi pene. Yo me di cuenta cuando en la siguiente cena ella miraba hacia abajo cuando hablaba y como yo comía no puse atención que lo que miraba era mi pene. Me dejo la duda porque lo hacia y cuando llegue al cuarto a ver televisión note que se abría y se miraba, eso me dio morbo y me puso a pensar en que la situación no le había incomodado a ella. Por lo que continué igual pero puse más atención a su comportamiento.

Al siguiente día por la mañana descansaba porque era sábado y no saldría a ningún lado, note que su traje era muy ligero y que en la parte de adelante tenia botones, y que al menor esfuerzo estos se abrían y se miraba lo oscuro de su bellos. Al ver esa situación decidí dejarle ver más y sin que se diera cuenta me saque el pene haciendo como que no me había dado cuenta y ella giro la silla hacia mí para poder desayunar justamente viéndome a mí. Sin embargo, note que estaba nerviosa de verlo y yo sin mirarla sentía que su mirada se clavaba en el cada vez que me hablaba. A medio desayuno subió las dos piernas a la silla y su vestido inmediatamente se corrió hacia arriba por lo que miraba como sus labios regordetes se escondían ante demasiados bellos de color negro azabache. Yo la miraba cuando ella bajaba la vista al plato y ella lo hacia cuando yo hacia lo mismo. Pero cuando terminamos de comer ambos, yo voltee la silla hacia ella por lo que ambos platicábamos y nos mirábamos mutuamente cuando bajábamos las miradas.

Yo completamente nervioso deje que mi pene se pusiera erecto completamente sin hacerme notar, mientras ella lo veía y con movimientos ligeros y cruces de piernas se subía más su vestido. Pero cuando observo el ancho de mi pene se quedo perpleja y note que sus labios vaginales brillaban cada vez que se movía. Como a los diez minutos de hablar en el comedor me pare con mi pene completamente erecto y le dije que llevaría los platos a la cocina y ella viéndome parado frente a ella y con el pene completamente erecto asintió sin decir nada. Cuando llegue a la cocina observe que mi glande estaba que reventaba y pedía a gritos entrar en un orificio.

Estando en la cocina escuche los pasos de ella en dirección hacia mi por lo que decidí que siguiera viendo lo que quisiera, y cuando entró bajo la vista y me dijo que ella los lavaría que si le ayudaba a secarlos y yo le respondí que estaba bueno. Me dio una toalla y me dijo que los colocara en el secador de atrás y se volteo y comenzó a lavarlos pero mi pene rozaba su falda y cada vez que me los entregaba se corría hacia atrás y se clavaba entre sus dos nalgas. Ella no decía nada pero cada vez que me entregaba lo hacia mas fuerte y como pudo note que se subió el vestido y sus cachetes quedaron frente a mi y en posición directa. En la siguiente envestida yo dirigí mi pene hacia el ojetee del culo y cuando ella se corrió hacia atrás sintió que las dos y media pulgadas del ancho de mi pene se estaba incrustando en el pequeño orificio y se retiro inmediatamente. Paro un poco y después de reflexionar continuo lavando los platos, entonces yo me acerque a ella y con mi pene entre sus nalgas le presione poco a poco con el pretexto que ya no se volteara y que los secaría al nomás terminar ella de lavarlos.

Estando en esa posición ella comenzó a moverse y su respiración se incremento considerablemente y en lo que yo esperaba el plato colocaba mi pene en el orificio de culo y ella se movilizaba hacia atrás, a los minutos de estar así ella hacia movimientos bruscos y yo le presionaba hasta que el glande entro en el culo y ella pego un grito de placer. Y siguiendo ella parada y con las piernas cerradas le deje ir las seis pulgadas de largo y ella suspiraba y lloraba del dolor y placer. Por unos diez minutos estuvimos así hasta que decidí cambiar posición, y la senté encima siempre de espaldas y con las piernas cerradas y deje que ella se clavara completamente el pene hasta adentro, y note que su culo cada vez se lubricaba mas y mas hasta que ambos explotamos juntos y ellas dejo de moverse. Permanecimos unos cinco minutos sentados en el suelo con mi pene adentro y me dijo que nunca le habían hecho el amor por el culo y con migo era la primera vez. 

Durante las siguientes tres semanas hicimos el amor todas las noches que su esposo no estaba en la casa. Lo que nunca voy a olvidar es como hacia esfuerzos para meterse el trozo en la boca y como gemía cuando boca abajo y con las piernas cerradas le metía el pene por el culo.

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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