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Categoría: Fantasías

Mi suegro es un mujeriego, me siento una puta cuando estoy con él, per

Mi suegro es un mujeriego, me siento una puta cuando estoy con él, pero eso me gusta tanto que soy capaz de dejar cualquier cosa para que me de duro

 

Estaba en mi casa, el día era soleado y salí un rato a la alberca, salí completamente desnuda para tomar el sol, a mis machos les gusta que cuando este bronceada sea un bronceado parejo. Estaba recostada y mi celular sonó, no lo iba a contestar pero podía ser alguno de mis amantes a los que no les niego nada, así que lo tomé, vi quien era, mi suegro caliente ya me llamaba otra vez, de seguro me quería dar una rica cogida.

P –Hola papi, ¿Cómo está mi súper macho?

E –Aburrido puta, ando con tu suegra haciendo compras, quiero verte el fin de semana de rápido.

P -¿Para qué cojamos delicioso?

E –No putita, es para tomarte unas fotos, mi esposa no va estar el fin de semana, haré que los sirvientes se vayan, necesito que vengas sin pintarte, trae ropa normal.

P –Bueno suegrito, yo soy tu puta y te obedezco, solo deja ver cómo le hago para salirme de la casa.

Me quede pensando en que fotos serían, no me pedía vestirme como puta así que imagine que sería algo normal. El viernes en la noche le dije a mi esposo que iría con algunas amigas a tomar un café el sábado por la tarde, Arturo dijo que sí, lo veía como algo normal que de vez en cuando me reuniera con mis amigas.

El sábado me levante temprano, mi esposo ya estaba en la cocina preparando el desayuno. Nos dimos un beso, desayunamos y platicamos de lo que había pasado en la semana. Hicimos algunas cosas en la casa, y a la hora de la comida salimos a comer. Le pedí que no tardáramos mucho pues tenía que ver a mis amigas. Como a las 4 y media estábamos otra vez en la casa, le mandé un mensaje a mi suegro le dije que ya estaba libre, él me dijo que fuera de una vez a su casa.

Cuando llegué a la casa de mi suegro, todo estaba muy tranquilo, es una verdadera mansión, siempre había mucho silencio pero esta vez era más notorio.

E –Pamela, las fotos que quiero serán usando diferentes uniformes.

P –Sí papi, como tú quieras.

E –Las tomará un fotógrafo muy bueno, es uno de los mejores, y además trajo una maquillista que te ayudara con los vestuarios.

P –Suegrito, esto es muy raro, ¿uniformes de qué?

Él se rió.

E –De enfermera, alumna, policía, etcétera, pero todos dignos de película triple x.

Le sonreí y lo besé, nuestras lenguas jugaban, el bajó sus manos a mis nalgas, me soltó y tomó de la mano, me llevó a un estudio que tiene en el jardín, ahí estaban el fotógrafo y la maquillista.

E –Mira Claudio esta es la puta a la que le tomarás las fotos.

Yo vi al fotógrafo y sentí como la concha se me mojaba, era muy guapo, con excelente cuerpo, después observé a la maquillista una jovencita de como 20 años, demasiado bonita, parecía modelo.

C –Señorita por favor acompañe a Audrey a cambiarse.

El estudio tenía un baño el cual, improvisaron un poco como si fuera un camerino. Ahí estaban los diferentes uniformes, para cada uno había ropa interior y zapatos. Primero me puse un uniforme de alumna, Audrey me dijo que el maquillaje sería muy tenue, que sería el mismo para cada parte de la sesión que solo cambiaría el peinado, mientras ella me hacía dos colas de caballo, yo veía lo hermosa que era la muchacha, una güera de ojos azules, un cuerpo hermoso, cuando me maquillo me dieron muchas ganas de besarla pero me contuve.

Cuando salí para la primera sesión, mi suegro estaba sentado en un sillón, bebía algo y fumaba un puro. Claudio me vio con mucha lujuria. Él comenzó a darme indicaciones, siempre me decía señorita, le pedí que me dijera Pamela y que me hablara de tú.

Me puse en varias posiciones, el disfraz era muy pequeño, como lo serían todos los que usaría para las fotos. Después use el disfraz de enfermera, después el de maestra, le siguió el de monja, secretaria, cuando tocaba el de policía mientras Audrey me peinada no aguante más, estaba muy caliente por todo, besé a Audrey, ella respondió el beso, jamás me imagine que besaría a una mujer tan hermosa. Me levantó la falda del disfraz, me hizo a un lado la tanga y me chupó muy rico la concha, después me chupó el clítoris, muy rápido me hizo venir.

P –Sí Audrey, así, me vengo.

Al escuchar los ruidos mi suegro entró.

E –Ya estás de puta.

P –Sí.

Le sonreí a mi suegro y levanté a Audrey, la comencé a desnudar, mi suegro salió y cerró la puerta, chupé los enormes senos de Audrey, sus pezones estaban muy duros, ella gemía muy rico, cada vez me calentaba más. Después nos pusimos en posición del 69, yo arriba y ella abajo.  Comenzamos a chupar nuestros labios vaginales, después una a la otra le chupaba el clítoris.

Chupábamos y gemíamos, nos aguantamos  mucho y casi acabamos juntas en un delicioso orgasmo. Ella se acomodó la ropa, yo me puse el siguiente disfraz y seguimos con la sesión.

Cuando estábamos por acabar, mi suegro dijo que hiciéramos una orgía, Audrey le dijo que ella era lesbiana, Claudio dijo que por que no entre los dos machos me daban una buena cogida a mí. Mi suegro le dijo que tenía muchas ganas de estar con Audrey, yo le dije a Audrey que cogiera con él y que mi suegro le pagará, Audrey estuvo de acuerdo.

Ellos se sacaron su verga, nosotras nos agachamos y comenzamos a mamar, la verga de mi suegro era mucho más grande que la de Claudio, pero la de Claudio no estaba mal, y sabía rico. Yo estuve un rato chupando por todos lados, Audrey hacía lo mismo, por lo visto mi suegro le estaba agradando a ella. Sentí un poco de celos, quería que mi suegro solo fuera mío, solo mi macho, pero no, yo sabía que Eduardo cogía con varias mujeres, yo solo era otra de sus putas.

Mi suegro levantó a Audrey, le chupaba los senos, acariciaba sus nalgas. Yo me levanté, me acosté en el sillón y abrí las piernas, Claudio tomo su verga y la acercó a mi concha, yo me abrí más todavía y él me la metió.

P –Aaaahhhh que rico.

Claudio se movía rápido, me agarraba las tetas y las apretaba fuerte. Los gemidos de Audrey eran ya gritos, no podía ver que hacían pero por los gritos, sabía que estaban satisfaciendo a esa muy hermosa mujer.

Así me estuvo cogiendo un rato Claudio. Me cambió de posición, me puso de perrito y ahora si podía ver a la otra pareja, mi suegro estaba sentado en una silla, Audrey sentada sobre él, montándolo muy rápido. Claudio me daba nalgadas, yo quería poner celoso a mi suegro y comencé a gritar.

P –Así Claudio, cógeme duro.

C –Que rica estás Pamela.

P –Así mi semental, méteme esa vergota.

Mi suegro ni siquiera nos volteaba ver, decidí mejo disfrutar de la cogida y olvidar por un rato a mi suegro. Cambiamos de posición, el sentó en el sillón, yo me senté sobre su palo dándole la espalda. Comencé a subir y bajar muy rápido, él me tomaba de la cadera, me levantaba y me dejaba caer sobre él, me hizo llegar al orgasmo, mientras mis jugos mojaban su verga, su leche me llenó la concha. Me recargué sobre él, mientras nos recuperamos, escuchábamos los gemidos de Eduardo y Audrey. Claudio y yo seguimos con la sesión fotográfica, la sesión terminó, pero Eduardo y Audrey no dejaban de coger, como media hora después acabaron.

Audrey y Claudia se fueron, mi suegro me dijo que necesitaba que pasara todo la noche de un fin de semana con él, en su cabaña. Le dije que tenía que ver cómo salirme sin que mi esposo sospechara.

Me fui a mi casa, en el camino pensaba en como poder estar un fin de semana con mi suegro, llegué a casa y nada se me ocurría. En la noche casi no dormí pensando en cómo ver a mi suegro el fin.

Al siguiente día, mientras desayunaba con mi esposo, se me ocurrió decirle que quería ir a un retiro, que me sentía un poco estresada y necesitaba relajarme, él me dijo que si, y que si podía ayudarme en algo que estaría encantado en ayudarme. Me levanté y lo besé, le dije que si toda la gente fuera como él no me estresaría nunca, él me sonrió.

Arturo se fue a arreglar pues iríamos a visitar una exposición en un museo. Yo aproveché para hablarle a mi suegro.

P –Hola mi amor.

E –Hola Pam.

P –En quince días podemos estar juntos el fin de semana.

E –Muy bien Pamela, no te vas a arrepentir.

P –Jamás me arrepiento de estar contigo, sabes que eres el macho que más me gusta.

E –El sábado nos vemos en la calle de siempre.

P –Sí papi, te mando un beso en la boca y un beso para tu enorme y riquísima vergota.

Me fui con mi marido al museo, después fuimos a comer, estaba muy caliente, pero debía de ser discreta porque mi esposo estaba enfrente, bajo otras circunstancias ya estaría pidiéndole verga a alguien.

Ese domingo no tuve sexo, el lunes, martes y miércoles fue lo mismo, el jueves en la mañana ya no aguantaba, no me importaba con quien pero necesitaba hacer el amor con alguien, necesitaba sentirme la puta de algún macho.

Tomé mi celular, hice correr la pantalla de contactos, puse el dedo sin ver, la persona que estuviera bajo mi dedo sería quien me quitaría lo caliente ese día. Cuando lo paré , quite mi dedo y leí, Miguel, él era un jovencito de 18 años que conocí en una fiesta de la escuela de uno de mis sobrinos, una fiesta para recaudar fondos, me tiro la onda y de ahí nos hicimos amantes. Le llamé.

P –Hola Miguel, me urge un macho.

M –Hola Pam, yo seré ese macho-

P –Pero me urge que sea hoy.

M -¿Dónde te veo? Ya quiero cogerte.

P –Te veo en el Monarca, ¿a qué hora sales de la escuela?

M –Hasta al rato pero voy de una vez al hotel.

Nos despedimos, tome las llaves de mi carro, dinero y me fui hacia el hotel, al llegar, Miguel ya me esperaba, pedimos el cuarto. En el cuarto nos dimos un largo beso, yo necesitaba que ese macho me hiciera suya otra vez, nos desnudamos y yo me agaché para mamarle la verga, lo hice con muchas ganas, mi lengua pasaba por todo su tronco, el gemía muy excitado.

P –Que rica verga tienes.

M –Mámamela puta, esa boca está hecha para mamar.

Seguí mamando, mi lengua seguía pasando por todos lados, el no aguanto mucho, me llenó la boca de leche, yo me la tragué toda. Me acosté y el comenzó a chuparme las tetas, iba de una a otra, me gustaba como usaba su lengua en mis pezones, les daba unos golpecitos suaves que me hacía mojarme toda. Él siguió mamándome las tetas un rato.

Yo le agarré la vega y se la empecé a acariciar, esta comenzó a ponerse dura, a crecer, él me sonrió y me dijo.

M –Que bueno que te guste tanto el sexo.

P –No puedo vivir sin él.

Me abrí de piernas.

P –Métemela, métemela toda, dame duro con esa verga tan rica que te gastas.

Él me la metió toda, yo gemí y comenzamos a movernos. Nuestros movimientos eran rápidos, Miguel siempre me cogía con brusquedad, eso me gustaba mucho, me gustaba que ese macho me hiciera sentir que yo solo era su puta, que mi cuerpo era para que él tuviera donde venirse. Mientras me la metía me agarraba los pezones, los apretaba fuerte, me causaba un poco de dolor, me gustaba lo que sentía.

P –Así, cógeme duro, eres mi macho, dame verga fuerte.

Él me seguía cogiendo muy rápido, mi cuerpo estaba muy caliente, ese joven me estaba dando una deliciosa cogida, su pene estaba hirviendo, me quemaba la vagina, nuestros gemidos eran muy fuertes, el placer era mucho, me hizo llegar al orgasmo, mi cuerpo temblaba mientras mis líquidos salían de mi vagina. Él me saco su verga y se vino sobre mi estómago y mis tetas. Se acostó a mi lado, estuvimos un rato así, mientras nos recuperábamos.

Yo le preguntaba por sus cosas, él por las mías, aún era temprano y quería que me cogiera por el culo. Empecé a besarle el pecho, fui bajando hasta mamarle la verga, cuando se le puso dura le dije.

P –Métemela por el culo.

M –Muy bien putita, ponte en cuatro.

Obedecí, no necesitaba lubricante, estaba tan excitada que mi culo podría aguantar cualquier verga. Él se la agarró y la apuntó a mi ano, la metió lentamente, mi ano se iba abriendo, el placer era riquísimo.

P –Dámela toda, la siento tan rico.

M –Toma puta, te voy a llenar de pito.

P –Sí lléname, cógeme rico.

Sentía como mi ano se abría cada vez más, su verga me quemaba, estaba muy caliente, me gustaba poner así a mi macho, que su verga estuviera así era porque le gustaba cogerse a su puta. Yo me movía hacía atrás, tratando de que su verga entrara más.

M –Que rico aprietas puta.

P –¿Te gusta como aprieta mi culito?

M –Sí puta, que ano más placentero.

Nuestros movimientos era rápidos, la cama crujía, me encantaba el olor a sexo que llenaba el cuarto. Él comenzó a nalguearme, las nalgadas eran fuertes, me gustaba como me usaba, que me hiciera sentir una puta.

P –Así cógeme duro, reviéntame el culo con esa vergota.

M –Toma puta, siente como te la meto.

P –Sí mi macho, siento como me estás abriendo el ano.

Él se vino en mi ano, ya le quedaba poca leche, pero yo disfruté como con ese poco semen mi culo se puso muy resbaloso.

En la noche mi esposo me pidió hacer el amor, lo hicimos y como casi siempre no sentí nada, fingí que lo estaba disfrutando mucho, y es que con los cuernos que le pongo a cada rato por lo menos tenía que ser capaz de fingir, después de todo él era un buen esposo.

El viernes estuve tranquila en casa, el fin de semana lo pase con mi esposo. Fue un fin de semana muy tranquilo. El lunes estuve pensando en que el fin de semana estaría con mi suegro, me puse muy caliente. El martes estuve sin sexo, desde que estuve el jueves anterior con mi esposo no había recibido verga, y ya saben que la de mi esposo no cuenta. El miércoles, ya no aguantaba, quería verga, no sabía si llamar a uno de mis amantes o llegar con muchísimas ganas con mi suegro. No aguanté y le hablé a mi sobrino Juan Carlos a la hora de la comida.

P –Hola ¿Cómo estas mi macho?

J –Hola tía, con unas ganas enormes de meterte la verga.

P –Que rico, no te quedes con las ganas y ven a cogerme.

J -Llegó como a las 4.

P –Bueno, pero no tardes más, porque no nos podría dar tiempo de hacerlo bien, ¿Qué tal que llegué tu tío?

Dieron las 4 de la tarde, yo estaba impaciente, solo traía una tanga, un brassier y tacones, quería que llegara mi sobrino y me cogiera. Dieron cuatro y cuarto y él no llegaba, le llamé pero no me contestó, me sentía desesperada, necesitaba a mi sobrino ya.

Casi a las 5 llegó Juan Carlos, cuando lo hice pasar a la casa, me aventé sobre él para besarlo, él me tomaba de la espalda, hice que bajara sus brazos para que me agarrara las nalgas.

P –¿Dónde estabas papi?

J –Mi mamá me pidió que le ayudara con algunas cosas.

P –Y yo aquí con muchísimas ganas de verga.

J –Pero ya llegué.

Me cargó y me llevó a mi cuarto, ahí me quito la tanga y el brassier, yo me iba a quitar los tacones pero no me dejo. Él se desnudó, su verga ya estaba muy parada, me puse de rodillas y se la mamé, lo hice con desesperación, la metía y la sacaba de mi boca, en algún momento la tomé con una de mis manos y me golpeé la cara con ella.

P –Soy tu puta papi.

Me levantó y me puso en cuatro, yo abrí las piernas, mi sobrino me dio varias nalgadas, yo gemía.

P –Ya méteme la verga.

J -¿Quieres que te la meta puta?

P –Sí ya no aguanto, métemela.

Él me la acercó, me rozó con ella pero no me la metió, yo me hice hacia atrás buscándola.

P –Ya por favor, quiero sentir tu vergota dentro de mí.

Él me la acerco otra vez, sentí como me metió la punta, me la sacó. Me quede esperando y él no hizo nada.

P –Ya no soporto más, dame verga, la quiero adentro por favor.

Él se acercó otra vez, esta vez la metió toda.

P –Aaaahhhh que rico me llenas.

J –Toma puta, quería verga, pues aquí está, gózala puta.

P –Sí, que vergota tienes sobrino, dame duro como la puta que soy.

Él se movía muy rápido, me llenaba muy bien con todo eso que tenía entre las piernas, mi vagina se abría muy rico, que placer sentía, los dos gemíamos. Me tomó por la cintura y me cogió más fuerte, se escuchaban los golpeteos de nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos sudaban, los gemidos se hicieron gritos, yo tuve un largo orgasmo, él seguía cogiéndome muy rápido, eso aumento mi placer.

Él se escupió en la mano, y me metió un dedo en el ano, me lubricó para meterme su pito, yo me abrí las nalgas y le dije.

P –Enculame, dame duro, párteme el ano.

Él me la metió toda, sentí mucho placer, me gusta que un buen macho me encule, y mi sobrino era un macho que sabía dominarme, me hacía sentir muy puta. Del buró tomó una foto de mi esposo, me la puso enfrente y me dijo que le dijera que era un cornudo, que mi sobrino era mejor que él.

P –Cornudo, mira como me coge un macho de verdad, soy la puta de mi sobrino, nadie me coge tan rico como él, ve como me la mete por el culo y la puta de tu esposa lo disfruta.

Todo eso lo excitó mucho y se vino en mi ano, sentí como mi culo era inundado por leche caliente, el gemía fuerte, yo sentía como mi ano estaba muy abierto y su semen salía y resbalaba por mis piernas, miraba la foto de Arturo, me daban ganas de que algún día me viera así enculada por algún macho que él conociera, con quien más me gustaría sería con mi suegro, me gustaría que mientras mi suegro me diera por el culo y yo gritara de placer Arturo viera todo eso, que se diera cuenta de que está casado con una puta, y ya no tener que esconderme, pero sabía que eso era muy difícil. Juan Carlos me la sacó sentí como salió mucho más leche de mi ano, él entró al baño para arreglarse.

Cuando Juan Carlos salió del baño, me dio las gracias, yo le sonreí y me puse una bata, lo acompañe a la puerta, antes de llegar él me dio una fuerte nalgada, me dijo que era una gran puta, yo le di las gracias.

Por fin llegó el sábado, temprano me despedí de mi esposo y salí, en el camino le hablé a mi suegro para avisarle que iba hacía la calle en la que habíamos quedado. Cuando llegó mi suegro me dijo que mi carro debía de quedarse, que solo iríamos en el de él, lo dejamos en una calle segura, cuando me subí a su carro, nos besamos con mucha pasión, mi suegro besa muy rico.

Yo bajé mi mano y sobre su pantalón acaricie su verga.

E –Ya tienes ganas puta.

P –Siempre tengo ganas de ti.

E –Ya falta poco para que goces de esta verga que tanto te gusta.

Arrancó el carro y nos fuimos hacía una cabaña que tiene él. Al llegar y entrar en la cabaña quise bajarle el cierre, ya necesitaba mamársela y que me cogiera, él no me lo permitió, me dijo que tenía que esperar un rato, que hasta la noche me iba a tocar ración de verga.

Yo me moría de ganas de ser suya otra vez, pero como buena puta obedecí, mi suegro me pidió que le hiciera de comer, mientras yo cocinaba él se puso atrás de mí y comenzó a agarrarme las nalgas, yo ya no aguantaba.

P –Por favor cógeme.

E –No aún no.

P –Pero ya me tienes bien caliente.

Él salió de la cocina, yo ya no aguantaba lo caliente que estaba, seguí cocinando, cuando todo estaba listo, lo llamé, no sentamos a comer en la cocina, cuando acabamos eran como las 5 de la tarde, me dijo me recostara un rato, así lo hice.

Como a las 8 me despertó mi suegro, escuche ruidos en la sala.

P -¿Quién está?

E –Es una sorpresa, date un baño y ponte esto.

Me entregó una pequeña maleta, me metí a bañar, cuando salí abrí la maleta, en ella encontré una tanga negra, un brassier del mismo color, medias para ligueros, los ligueros, y unos tacones de aguja, una botella de perfume, me vestí me puse un poco de perfume. Mi suegro entró al cuarto, me tomó de la mano y me llevó a la sala.

Al llegar varios hombres comenzaron a silbar y a aplaudir, algunos gritos también se escucharon, los fui observando, uno era Gregorio un muy buen amigo de mi suegro, otro era Teodoro cuñado de mi suegro, otro era Gabriel un primo de mi esposo, otro era Ulises un socio de mi suegro, también estaba Manuel un primo de mi suegro, Darío un amigo de Arturo, Ernesto un hombre con el que mi querido suegro había hecho varios negocios, Jorge un maestro de la universidad de mi esposo también estaba ahí, Diego un mesero que nos atendía en un restaurante al que iba muy seguido con mi suegro. Con estos 9 hombres ya había cogido, además estaban don hombre más, uno de unos 30 años que después supe que se llamaba Bernardo y otro de unos 70 años, de nombre Emiliano, a estos dos jamás los había visto en mi vida.

Yo no sabía de qué se trataba este asunto, lo primero que me paso por la mente es que mi suegro quería darme una gran orgía, pero pronto vi que no.

E –Bueno señores, como les dije esta es la puta de la subasta.

U –Pero como vamos a pagar por ella cuando muchos de nosotros ya algunos no la hemos cogido gratis.

E –Es que aparte de estar con ella, recibirán este álbum.

Al ver el álbum vi que era de las fotos que me habían tomado 15 días antes, el cabrón de mi suegro me estaba subastando, yo quería ver que tanto pagaban por mí.

D –Bueno esas fotos son algo muy bueno.

E –El que obtenga todo esto no podrá compartir las fotos con nadie.

Todos bebían whisky, estaban sentados en la sala, al centro había una mesa, en la cual me hizo mi suegro pararme y modelar.

E –Bien empezaremos con tres mil pesos.

Diego levantó la mano, después mi suegro pidió cuatro mil, la mano la levantó Emiliano, así fue aumentando el precio, hasta que se llegó a los 10000 era Ernesto el que iba ganando, mi suegro dijo que quien daba 12000 todos dudaron, nadie levantaba la mano, mi suegro comenzó a contar cuando iba a decir tres, Teodoro dijo que daba los 12000. Mi suegro pidió 15000, a mí me pareció exagerado, nadie levantaba la mano, contó hasta 3 y dijo que el ganador era Teodoro. Teodoro es un señor de 75 años hermano de mi suegra, este señor me había cogido varias veces, más de una vez me había propuesto que dejará a mi marido y me fuera con él.

Les sirvió a todos whisky, a mí me ayudó a bajar de la mesa, me hizo sentarme en la piernas de Teodoro y le dijo que tomará que él había ganado, a los demás les dijo que acabando su copa debían de salir de la casa, que él se quedaría cuidando todo y que Teodoro me tendría en el cuarto.

Cuando todos terminaron, mi suegro los acompañó a afuera, yo aún seguía sentada en las piernas de Teodoro, lo besé con muchas ganas, el me acariciaba las piernas y las nalgas, yo me puse caliente muy rápido. Me gustaba estar con Teodoro, él sabía hablarme sucio bien rico.

Me levanté lo tomé de la mano y lo llevé al cuarto.

P –Que rico papi por fin vamos a estar juntos otra vez.

T –Eres la mejor puta que hay, mi sobrino no pudo meter mejor mujer a la familia.

P –Sí, les llevó una puta para todos y él ni enterado.

T –Mejor, que tal si el cornudo no te quiere compartir.

Teodoro se desnudó, yo hice lo mismo, me puse de rodillas frente a él, tomé su verga se la escupí y se la comencé a mamar.

T –Así putita, que rico la mamas.

Yo seguía mamando con mucho gusto esa verga, se escuchaba el sonido de mi saliva y su líquido pre seminal. Mi lengua iba por todos lados, cuando escuché que gemía ya muy fuerte, relaje la mamada, me saqué su pene y le di pequeños besos.

P –Que rica verga tienes papi.

Con mi mano pegué su verga a su estómago y le pasé la lengua por los testículos, estos estaban muy calientes. Después de un rato me volví a meter su pito en la boca, mi mamada fue más tranquila.

Después de un rato él me levantó y me acostó en la cama, me chupó las tetas, daba pequeñas mordidas a mis pezones, yo lo tomé de la cabeza, acariciaba el cabello. Él bajo a mi vagina, primero me dio unas chupadas lentas en los labios, después me chupó el clítoris a gran velocidad.

P –Así Teodoro, chúpame así, que rico usas la lengua cabrón.

El placer que me estaba dando era muchísimo.

P –Me vengo, me vengo.

Le llené de jugos la boca y la cara, él trató de comerse todo. Mientras me recuperaba, él me comenzó a hablar de lo de siempre.

T –Vamos Pamela, vete conmigo, podemos tener una excelente vida juntos, deja a mi sobrino.

P –Ya sabes que no puedo Teodoro, me encanta coger contigo, me gustas mucho pero hasta ahí.

T –Un día te irás conmigo, un día serás mi mujer, viviremos juntos, no te sacaré la verga nunca, vivirás en orgasmo tras orgasmo.

Yo le sonreí, le pedí que se pusiera encima de mí tomé su verga y la puse entre mis tetas, le comencé a hacer una rusa, apretaba mis tetas sobre su pito, el me veía desde arriba, yo lo veía.

T –Eres la mejor de las putas.

P –Sí papi, ¿te gusta cómo se comporta tu puta? Soy tuya, este cuerpo es para darte placer.

Seguí con la rusa, me gustaba mucho ese macho, a pesar de la diferencia de las edades, era un hombre que con solo verme me ponía caliente. Sus gemidos se escuchaban aún tranquilos, yo quería que el gritara, así que lo hice acostarse en la cama, tomé su verga y la apunte a mi culo, me dejé caer sobre ella.

P –Aaaahhhh que vergota Teodoro, tú sí eres un macho.

Comencé a moverme de arriba hacia abajo, lo hice rápido.

T – Riquísimo puta, eres un culo de vieja.

P –Dame duro con tu vergota.

Brincaba sobre su pito, el ya no gemía, gritaba, que era lo que yo quería. Empezó a dejarme todo su semen caliente en el ano. Yo sentí muy rico cuando su verga palpitaba dentro de mi ano. Me quite de encima de él y me puse a su lado. Él no dejaba de ver hacia arriba, su cara de felicidad me dejaba saber que había disfrutado mucho de mi culo. Después de un rato nos pusimos a platicar, eran como las 10 30, así estuvimos por como 2 horas, donde en varias ocasiones me dijo que dejara a su sobrino, que yo tenía que ser su esposa. Siempre le sacaba la vuelta. Su verga se empezó a poner como piedra, a mí se me hizo agua la boca.

Él me tomó de las piernas me jaló hacia él, yo estaba acostada, él se sentó, puso mis piernas sobre sus hombros, apuntó su verga a mi coño que estaba muy mojado, la punta de su pene la paso por mis labios, mi coño ya la pedía adentro.

P –Ya métemela, necesito que me des tu pinche pito.

En un solo movimiento me la metió toda, fue delicioso.

P –Que rico me la metes amor.

Me tomó de la cintura, me la metió suavemente durante algunos minutos, era rico lo que sentía dentro de mi coño, yo le sonreía.

P –Te gusta cogerme, te gusta que me abra para ti mi macho de enorme pitote.

Comenzó a hacérmelo más rápido, ya se oían los golpeteos de nuestros cuerpos, yo gemía muy fuerte, la sensación era grandiosa, su verga me llenaba muy rico, durante algunos minutos mantuvo la velocidad con la que me cogía, ya me era imposible evitar llegar al orgasmo.

P –Aaaahhhh que rico, me vengo, como me coges, soy tu puta, amo tu verga.

Él muy rápido me dio la vuelta, me hizo ponerme en cuatro, me metió un dedo en el ano, después dos y tres, mi culo ya deseaba recibir su enorme verga.

P –Ya enculame cabrón, no aguanto las ganas de sentir tu enorme verga llenando mi ano.

Él me la metió toda, sentí delicioso como me llenó.

P –Sííííííííííííííííí que rico, dame duro.

Él me cogía muy fuerte, su pene entraba y salía, yo apretaba para darme mayor placer, los dos gemíamos, la cama brincaba, nuestros cuerpos sudaban, el olor a sexo llenaba la habitación.

P –Que vergota tienes.

T –Puta culona, que rico tienes el ano.

Así seguimos por algunos minutos, yo tuve un gran orgasmo cuando él se vino en mi ano, me llenó delicioso el culo. Me la sacó, yo me deje caer sobre la cama, estaba muy cansada, él se paró, se fue a bañar, cuando regresó me dio las gracias y salió del cuarto, me quede dormida.

En la madrugada me desperté, eran como las 5 de la mañana, fui a buscar a mi suegro, él estaba dormido en otra recamara, sintió que entré a su cuarto y se despertó.

E –Hola Pam, ¿te gustó la subasta?

P –Sí muchísimo me sentí muy pero muy puta, todos esos machos pagando por cogerme y por mis fotos.

E –Los tienes locos a todos.

P –Y  ti no suegrito.

E –También puta, me gustas mucho.

P –Me fascina ser tu puta.

E –Cuando te conocí me gustaste mucho, tenía la esperanza de algún día acostarme contigo, lo que no me imagine es que tú te me insinuarías, que eres bien puta.

P –Yo no te me insinué, yo te dije directamente que quería coger contigo.

E –Eres una puta.

P –Pero eso te gusta.

E –Sí mucho.

Me acosté a su lado, me recargué en su pecho y nos quedamos dormidos, en la mañana me desperté, lo vi dormido, le quite las cobijas, le bajé el pantalón de la pijama, el bóxer, tomé su verga, y se la chupé, cuando se le puso dura él se despertó.

E –Ya quieres sexo putita.

P –Si suegrito, quiero que me cojas súper rico como tú sabes.

Le seguí mamando la verga, el me miraba, deje de mamar para sentarme sobre ella.

P –Síííííííííííííííí que vergota tienes, llena a tu puta.

Comencé a bajar y subir de forma lenta sobre su pene, sentía muy rico como me abría, como me llenaba de calor el coño.

E –Así puta que bien te mueves.

Él me agarró las tetas, jugó con mis pezones, yo me comencé a moverme más rápido, subía y bajaba, al subir casi me la sacaba toda para después dejarme caer sobre ese pene, quería que me atravesara con esa vergota.

P –Aaaahhhh que rico, dame duro, soy tu puta suegro, tu nuera es una puta que solo quiere verga.

Los golpes de nuestros cuerpos se escuchaban muy duro, era una cogida deliciosa.

P –Me vengo mi semental, me vengo.

Tuve un orgasmo delicioso, me deje car sobre él, mi suegro no se movió, su verga aún estaba muy parada, él no se había venido, me le quite de encima, me puse en cuatro, me abrí las nalgas.

P –Dámela por el culo, quiero que me llenes con tu verga caliente.

Mi ano aún estaba abierto por la cogida que me había dado Teodoro, mi suegro me la metió toda, se empezó a mover muy rápido.

P –Así cabrón dame duro por el ano, soy tu puta, dame verga, hazme tuya como siempre.

Su verga cada vez se hinchaba más, de repente su pito me aventó todo el semen que tenía, sentí como mi culo se llenó de ese líquido caliente.

P –Que rico me echaste tu lechita en mi culo de puta.

Nos bañamos, fuimos a caminar y después a desayunar, ya eran como las 12 cuando regresamos a la cabaña. Mi suegro me dijo que regresaríamos temprano a la ciudad, que comeríamos en el camino. Yo le dije que si podríamos coger otra vez antes de salir, él dijo que sí que en una hora me cogería como la zorra que soy, mi coño se mojó de inmediato.

Una hora después mi suegro que estaba en su cuarto me llamó, yo llegué corriendo.

P –Ya me toca verga.

E –Sí puta.

Mi suegro estaba vestido pero yo llegué desnuda, me agaché frente a él, le saqué la verga del pantalón, se la empecé a mamar, mi lengua iba por todos lados, después me dediqué a chupar solo su cabecita, le di pequeñas succiones, mi suegro gemía.

P –Que pitote tienes suegrito, me encanta estártelo mamando, podría estar así todo el día.

Mi suegro me levantó, me puso en la cama boca arriba, tomó mis piernas y las puso sobre sus hombros, me metió toda su verga.

P –Aaaahhhh que rico Eduardo, que rico coges.

Él me la metía muy profundo, me encantaba sentir como entraba tan adentro, los dos gemíamos muy fuerte. Después me la sacó y me puso en cuatro, me la metió en la concha, lo hacía muy rápido, la sacaba toda para después metérmela rápidamente.

P –Así sigue así, me estas cogiendo delicioso, que buen macho eres.

E -¿Quién es tu mejor macho puta?

P –Tú papi, tu eres el macho que quiero que me coja siempre.

A él le gustaba mucho esa posición pues así me veía bien el culo, mi culo que tanto le gusta. Me la sacó y me la metió por el ano.

P –Sííííííííííííí que rico dame por el culo.

E –Toma puta.

Me agarraba de las nalgas y me la metía muy duro, mi ano parecía hecho a la medida de su verga, el sexo anal me gusta mucho, pero con mi suegro es delicioso. Así estuvimos varios minutos, su verga entraba y salía, yo gritaba pidiendo más. De repente sentí como el placer recorría mi cuerpo, sentía que se me iba el aire, mi cuerpo era todo placer, llegué a un orgasmo delicioso.

P –Aaaahhhh me vengó, que rico, como coges, mi culo es tuyo.

Mi suegro ya no aguantó más y me llenó el ano de semen entre gritos, después de un rato nos separamos, nos metimos a bañar cada quien en un baño. En la carretera nos paramos a comer, mientras esperamos la comida, estuvimos besándonos, diciéndonos lo importantes que éramos el uno para el otro.

Cuando llegué a mi casa Arturo me preguntó que como me había ido, le dije que había sido uno de los mejores fines de semana de mi vida, él sonrió y me abrazo, mientras estábamos así yo no deje de pensar en mi suegro, mi esposo no se imaginaba para nada que yo era la puta de su papá y de mucho más.

Datos del Relato
  • Categoría: Fantasías
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