Sucede que mis padres desde hace unos meses tuvieron que hacerse cargo de Liz una sobrina mía de 15 años, esta chica al paso del tiempo comenzó a demostrar que era una zorra, ya que salía con un chico y con otro, mi viejo y yo siempre le llamamos la atención por eso, pero a ella nunca le importaba, así que solo la ignore y me daba igual, solo me concentraba en mis dar hermanos, yo soy el mayor, tengo 19 años, de hecho casi no estoy en casa debido a mi trabajo, solo voy los fines de semanas, aquel día me llegue a casa como todos los domingos, esperando pasar un agradable día con mi familia, pero al llegar a la casa de mis padres, vi que no había movimiento ni nada, subí a mi habitación para dejar mis cosas y vi a Liz ahí en mi cama acostada viendo una película, ella al verme se levanto y me dijo..

Migue tus papas salieron a ver a tu abuela, también se fueron tus hermanos, disculpa que este en tu cuarto pero esq. tu tienes mejor tele. Como te fue?

Como ya les había dicho Liz no me agradaba y solo le conteste que bien con algo de mal modo, deje mis cosas y como vi que la película estaba buena me senté ahí en la cama, ella volvió a acostarse, fue ahí cuando note algo que nunca pensé que me robaría el aliento así y me excitaría tanto, Liz tenía una blusita negra escotada que dejaba ver una hermosas tetas, estaban preciosas, Liz tenía unas tetas redonditas, güeritas preciosas y firmes, que al estar recostada se le miraban mucho mejor. No podía creer que yo Miguel siempre tan recto, estuviera excitándome con el cuerpo de mi sobrina, estaba mal, pero ya estaba demasiado excitado, y antes de que me arrepintiera y me fuera para no morbosearla mas, le dije...

-Liz te molesta si me acuesto al lado tuyo?

Ella me dijo que no le molestaba y me abrió espacio, pero cuando me acosté a su lado le dije que recostaría mi cabeza sobre su abdomen,  que si no había problema, ella me dijo claro no hay problema Migue, ven anda, así lo hice, y la morbosidad por sentirle sus tetas me estaba matando, así que me moví un poco para que mi cabeza quedara recostada ahora sobre sus tetas, cuando las sentía que me iba a decir algo pero no fue así, incluso me comenzó a acariciar el cabello, estaba volviéndome loco, gire el cuerpo de tal modo que ahora la estaba viendo de frente, y fue ahí cuando note también esos preciosos labios húmedos y rosados, ella me miro y me dijo ----tienes un cabello muy bonito, yo le dije tu cabello sí que es hermoso Liz. Le decía al tiempo que lo acariciaba yo también, unas palabras salieron de mi boca sin pensar...

-LIZ sabes que tienes aun más hermoso que tu cabello?

-Que? Me dijo

Miguel -tus labios son preciosos, me gustan mucho.

Liz se quedo callada y súper roja, yo pensé que fue algo muy arrebatado decirle eso, y cuando estaba a punto de retractarme...

Liz – enserio Migue gracias, a mi me gustan mucho tus ojos, creo que tienes unos ojos muy lindos aun uses lentes.

Miguel – pero me los puedo quitar, haber que tal ahora?

Liz – muy lindos! Yo me acerque más a ella mientras le decía, más lindo tus labios...

Ese instante tan sublime, en que sin decir más palabras y sin darme cuenta cómo y cuándo ocurrió... mis labios ya estaban pegados a los suyos, y tenia un miedo terrible, que se convirtió en mas exitacion cuando ella metió su lengua dentro de mi boca, estuvimos como 5minutos besándonos sin parar, yo no pude resistir y me apodere de uno de sus pechos, con unos nervios que aun siento al escribir esto, y cuando estaba por quitarle la blusita que traia me detuvo y me dijo que estaba mal, que era su tio.

Liz – ya no Migue, está mal, es mas discúlpame por corresponderte, no debí hacerlo, perdón ya me voy...

Miguel – no Liz, me estoy volviendo loco.

Y  sintiéndome como un abusador, la tome por la cintura y me apodere de sus labios otra vez, y ahora sujetándola de las nalgas...

Liz – estás seguro Migue

Miguel- no, pero igual lo haré...

Le decía mientras la besaba sin parar, al tiempo que ella me desabotonaba la camisa, cuando sin pensarlo más, le quite la blusita que traía y pude ver sus tetitas cubiertas por ese pequeño sostén negro.

Miguel – estas tetas tan bellas q tienes me vuelven un animal, ya no resisto un segundo más sin besarlas...

Liz – pues son tuyas tío precioso, asme lo que tu quieras que yo también me muero por que las beses… vaya vista tan linda cuando se quito el bra, unas tetas hermosas, con unos pezones pequeños y rosaditos, de inmediato comenzó a besarlos y chuparlos, mientras que ella se apoderaba de mi pene que había sacado al desabrocharme el pantalón.. momentos tan deliciosos cuando la recosté en la cama boca arriba para quitarle su más intima prenda, al quitarle esa pantaleta negra que traía y ver aquel hermoso monte de Venus lleno de bello púbico, era un  crimen dejar esa vagina sin probarla, uff que delicia, recuerdo que me comía esa vagina como si fuera lo ultimo q probaría en mi vida, ella me arañaba el cuello y me jalaba el pelo, mientras ahogaba sus gemidos para que no se oyera afuera en la calle, lo cierto es que no quiso mamarme mi arma, dijo que lamentaba no darme ese placer a mi pero que solo quería sentirme dentro de ella, que lo hiciera porque ya no soportaba mas..

Recuerdo haberme puesto de rodillas, ella seguía boca arriba y le abrí las piernas un poco más, y así sin forrito tome mi pene que estallaba de erección, y puse la cabecita en la entrada de aquella hermosísima vagina, empuje un poquito, y ella se quejo y puso sus manos en mi abdomen intentando pararme.

Migue – te duele?

Liz – ahh si bastante, aslo mas despacio por favor.

Tarde como 5minutos tallándole la punta en el clítoris para que se dilatara mas, y nuevamente comenzó a empujar, ella suspiraba y agarraba la colcha de la cama, poco apoco fui penetrando a mi sobrina, hasta que ya tenía más de la mitad de mi pene dentro de ella, ahí comencé con el mete saca muy despacio, y por la misma fricción y dilatación, sin darnos cuenta ya lo tenía todo dentro de ella.

Liz –  ahh me muero!!!

Entre mas se quejaba mas iba aumentando la velocidad de mis embestidas, fueron como 10 minutos que estábamos cogiendo sin parar, cuando escuchamos el ruido del motor del coche de mis padre que acababan de llegar a casa

LIZ – hay no Migue! Mis tíos! Sácamelo ya nos van a ver!

Recuerdo que sentí un coraje tremendo y la cogí como 10 segundos más, quería gozar de Liz hasta el último instante. Recuerdo que rápidamente me retire de ella tome mi ropa y me metí al baño mientras Liz se cambiaba a toda velocidad, por suerte mis padres tardaron para subir y nos dio tiempo echar mucho de mi desodorante para cubrir el olor a sexo que había...

No pude quedarme ahí, Salí al campo a masturbarme para sacar toda mi frustración, llegue a casa y me fui diciendo que me llamaron del trabajo. No sin antes susurrarle a Liz al oído que se tomara la pastilla del día siguiente.

Han pasado varios días y no eh vuelto a casa, no sé qué haré al ver a Liz… me siento mal, pero al mismo tiempo siento que me falto mucho por disfrutarla…

Hasta pronto.