~Hola de nuevo soy Inés del relato pasado del cochino y esta vez deseo compartirles mi nueva experiencia que tuve hace una semana y como el otro lo publican de favor.

Desde que ese cochino me desvirgo no me había pasado nada igual, y como ya les conté que mi vagina quedo algo infectada de aquella vez aunque deseo tener relaciones con hombres temo que los infecte y por eso me he abstenido de acostarme con un hombre normal y como ya sabrán que toda mujer arde de deseo de tener un pene en mi vagina y llego la ocasión de que otro animal me cogiera y esta es la real historia.

Yo vivo sola en mi casa real y casi diario me visto con una minifaldita bastante corta y me pongo medias para lucirme, la semana pasada mi primo me llevo un perro a mi casa pues tenía que salir por unos días y nadie cuidaría del perrito y por supuesto que acepte siempre y cuando me diera dinero para su alimentación y así fue, en fin los primeros dos días fueron normales el perro es raza labrador de buen tamaño y color café y como todos los perros de esta raza son cariñosos y no agresivos. Así que me acostumbre a él en poco tiempo pero como es travieso le construí una jaula de alambrado para que no masticara mis flores y él lo acepto pero la noche siguiente note que el perro estaba deseándome al verme con minifalda muy sexy pero como ya les dije que sigo contaminada trate de no provocar más el perro pero me fue imposible.

La madrugada de esa misma noche alrededor de las dos y media de la mañana sentí ganas de hacer del baño y me levante pero como no cuento con sanitario voy al jardín de mi casa para hacer del baño y me pare con un vestido rosa que utilizo para dormir y me dirigí al jardín donde estaba el alambrado del perro y como ya me ganaba ni me acorde del perro y lo que iba a ocurrir, al llegar me levante mi vestido bajándome mi calzón y mientras orinaba el perro se empezó a inquietar al grado de sacudir el alambrado con todas sus fuerzas y notaba que su verga empezaba a crecer cada segundo y yo como ya habéis dicho que tengo un gran antojo de un pene en mi vaginita, se me olvido el peligro de quedar de nuevo más infectada y en cuanto termine de orinar solté al perro de su jaula y me senté en la banqueta de mi casa con el vestido subido, sin calzones y con las piernas abiertas y de inmediato me comenzó a mamar como loco mi concha, estaba como perdida por el placer que me daba mamando mi raja vaginal y no esperando más tiempo me penetro de un golpe por lo cual aunque ya no era virgen me dolió un poco pero esta vez no sangre y por fin esa madrugada me satisfacía la golocidad sin exponer a ningún hombre pues la primera vez me desvirgo un animal y de nuevo me cogió un animal.