~~Para los que no me conozcan me llamo Sandra, trabajo como directiva en una empresa, tengo 28 años y cada día me gusta más el sexo. En mis relatos podrán conocerme mejor.
Después de todas estas experiencias que estoy teniendo y voy describiendo en mis relatos, no es de extrañar que tuviese un sueño como el que os voy a relatar.
Estaba en la oficina, en mi despacho, chateando con el MSN con un chico, me estaba poniendo a cien con sus comentarios, me decía que me iba a recorrer todo el cuerpo con su lengua a buscar mi placer hasta exprimir mis jugos al máximo.
Lamentaba no tener una Webcam para poder mostrarle como me estaba poniendo, bajo el escritorio me retiraba el tanguita para poder tocarme mejor pero no me saciaba.
Así estaba cuando de pronto apareció Imma, mi secretaria, traía unos papeles para que los supervisara.
Quizás hubiese llamado, no lo se, pero el caso es que cuando me quise dar cuenta ella ya estaba en mi despacho mirándo como me tocaba. El escritorio apenas podía tapar mis piernas pero la expresión de mi cara debía decirlo todo.
Imma se quedo mirándo un rato y enseguida reaccionó al ver que yo no lo hacía.
Vaya Sandra, pensaba que había más confianza.
Cerro la puerta tras de si y se fue acercando a mi.
Después de lo que hemos pasado confiaba en que si algún día tendrías un calentón me llamarías para calmarte.
Poco a poco se fue acercando insinuosamente, lentamente se puso a mi lado, y comenzó a leer la pantalla de mi monitor.
Yo estaba totalmente parada, mi cuerpo no reaccionaba ante lo que estaba pasando.
Vaya Sandra, ¿estas haciendo amigos nuevos?
Al acercarse a mirar en la pantalla pude oler el perfume de Imma y me traje recuerdos de aquella noche, después de lo que ocurrió no habíamos vuelto a hablar del tema.
Mmmh, Sandrita, este chico es muy caliente, y veo que tu también estás algo acalorada. ¿Qué puedo hacer como tu secretaria y amiga para solventar este problema?
Yo simplemente la miraba como acercaba sus labios a mi cuello, y lo recorría lentamente subiendo hacia mis orejas. Su boca se apoderó de mi lóbulo y lo mordisqueaba suavemente llenando mi cuerpo de placer.
Mis manos estaban aun entre mis muslos y notaba como estos me pedían más, fueron recorriendo el interior de mis piernas hacia mi coño.
Sus manos recorrían mis brazos, abrían poco a poco mi camisa, liberándola de sus botones. Una de sus manos se deslizó hacia mis pechos, era una delicia ser tocada por unas manos tan hábiles.
Si antes estaba caliente ahora estaba como loca. Llevaba tiempo deseando tener un cuerpo a mi lado que supliese los placeres que no podía obtener de Internet y ahora me daba igual de que sexo fuese.
Mmmhh, que bien me tocas Imma, eres una delicia.
Imma movió el sillón giratorio para situarme frente a ella.
No, Sara, no tienes que tocarte estando yo aquí, voy a ayudarte a ponerte cómoda.
Arrodillándose frente a mí introdujo sus manos entre mi falda y sujetó mi tanguita que en esos momentos estaba húmedo.
Me levanté un poco para facilitarle la tarea y fue deslizándolo por mis piernas hasta sacarlo por completo.
Lo dejó a un lado y subió un poco mi falda para tener a la vista mis muslos.
Ábrete un poquito Sandra.
Me abrí para ella, puso las piernas sobre los reposabrazos ofreciéndole todo mi esplendor a sus ojos.
Pero que veo, antes no estabas tan depiladita, eres una maravilla.
Sus ojos brillaron cuando su boca se fue acercando a mis muslos. Su lengua recorría mis piernas dándome besitos y pequeños mordiscos en la piel.
Ohhh, que delicia Imma, sigue.
Yo sujetaba mis pechos acariciando mis pezones, estaba en pleo éxtasis, Imma sabía como buscar el placer en una mujer.
Poco a poco se fue acercando a mi coñito, cuando me dio un beso en mi clítoris supe que aquella iba a ser una gran tarde.
Al abrir un poco los ojos vi que el chico con el que estaba chateando seguía escribiendo preguntándome que pasaba.
Mientras Imma acariciaba con su lengua mis labios yo le contaba lo que pasaba a Julio, este no podía creerlo al principio.
La lengua de Imma se deslizaba arriba y abajo recorriendo el exterior de mis labios, humedeciendo todo su entorno. Sentía como su saliva caía por mi rajita humedeciendo también la entrada de mi culo.
Julio estaba como loco, me pedía que le contase más cosas, como me sentía y que es lo que hacía Imma.
El placer que me estaba dando Imma no me dejaba concentrarme en escribir en el ordenador y así se lo dije.
Imma, mientras tanto, abrió un poco más mis labios con la ayuda de sus manos e introdujo su lengua aun más adentro. Al hacerlo con sus labios empujaba mi clítoris, estaba en la gloria.
Acariciaba la cabeza de Imma, no hacía falta guiarla para buscar el placer porque ella sabía bien donde tocar y en que ritmo hacerlo.
Uno de sus dedos rozaba mi clítoris, cada toque era una delicia. Subió un momento ese dedo hacia mi boca para que lo chupase. El sabor era maravilloso, chupe con deleite ese dedo introduciéndolo por completo en mi boca deseando que fuese una polla.
Imma sacó el dedo de mi boca para acercarlo de nuevo a mi clítoris. Poco a poco fue descendiendo para introducirlo en mi coño, lentamente.
A pesar de lo abierta que estaba por la posición y por los juegos sexuales con los que disfrutaba note como iba entrando el dedo, abriendo más y más mi sexo.
Una vez bien dentro lo curvó hacia arriba buscando aun más placer. Y lo encontró. Mis piernas se tensaron al notar el duro roce de su dedo en uno de mis puntos más sensibles mientras Imma besaba mis muslos.
Con la mano abierta golpee el ordenador, no se que combinación de teclas pulse pero el ordenador se volvió loco. Apenas me importó debido al placer que estaba obteniendo de Imma.
Como un zumbido a mi lado apareció un Joven con los pantalones bajados y la polla en su mano. Al parecer era Julio, mi compañero de chat.
No pareció sorprenderse de nada y con un movimiento se quitó los pantalones y la camiseta quedándose totalmente desnudo.
Yo lo conocía de intercambios de fotos, pero verlo al natural me parecía mucho más excitante. Medía 1,85, era de complexión fuerte y moreno.
Hola Sandra, es un placer conocerte en estas circunstancias.
Se acercó a mi y me dio un húmedo beso en la boca. Imma seguía con sus caricias. Yo alargue la mano y sujete la polla de Julio mientras me besaba.
Era muy dura y mi mano la notó caliente al tacto. Su cabeza estaba colorada por los tocamientos que había sufrido por parte de Julio en nuestras conversaciones.
Mmhh Sandra, que bien me tocas.
Subía y bajaba mi mano por su polla deslizando su piel con ella. Tiré hacia mi para acercarla a mi boca. Había ansiado mucho tener esa polla en mi boca y quería disfrutarla junto a Imma.
Al acercarla a mi boca noté el olor de su sexo, al rozar mi lengua por su cabeza la sentí tibia y salada. Poco a poco la fui introduciendo en mi boca, quería abarcarla por completo, pero era muy grande.
La saque de nuevo para humedecerla, la puse frente a mi boca y le escupí, deslicé mi saliva con la mano y volví a introducirla en mi boca.
Esta vez cuando tocó el fondo de mi garganta hice un esfuerzo y empuje un poco más, la polla se abrió paso hasta que mis labios tocaron el comienzo de sus huevos.
Julio comenzó un movimiento con sus caderas introduciendo y sacando su polla de mi boca. Mientras Imma jugueteaba con su lengua en mi clítoris mientras seguía introduciéndome ahora dos dedos en mi coño.
Había imaginado esta postura miles de veces, totalmente abierta en mi despacho disfrutando del sexo con varias personas pero esto cumplía con mucho todas mis expectativas.
El orgasmo no podía tardar en llegar. Lo notaba con cada movimiento de Imma en mi coño, Saqué la polla de Julio de mi boca y la fui sacudiendo con fuerza ante mi cara.
Voy a correrme y quiero que tu lo hagas en mi cara.
Por lo dura que estaba su polla sabía que no iba a tardar en llegar. Imma al oírme aceleró sus movimientos. Mis muslos se tensaron levantándome aun más del asiento.
Oía los ruidos de mi coño al chapotear y de la polla de Julio con cada movimiento de mi mano.
Cuando noté que me llegaba el orgasmo no pude evitar emitir un gemido que se debió oír en toda la oficina.
Mi orgasmo llegó un instante después de que el primer chorro de esperma golpease mi cara. El segundo lo recibí con la boca abierta, golpeo mi campanilla, mi labios, mis ojos. Yo quería sentirme llena por ese liquido igual que me sentía llena por los dedos de Imma. Mi cuerpo estaba totalmente en tensión, recibiendo cada impulso procedente de mi sexo. Así hasta que llegué al climax total.
Julio berreaba mientras se corría, mi boca chupaba su polla limpiándole de todo su esperma. Imma fue reduciendo el ritmo lentamente llevándome a un estado de satisfacción completo.
Pero no podía dejar a Imma así. Se merecía una recompensa por su trabajo.