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Mi psicóloga cachondita

~~Durante aquella época mi vida personal estaba muy deteriorada. Acaba de separarme de mi mujer y dentro de mí había un vacío interior que hacía que mi tristeza aumentara cada día que pasaba. Mi vida profesional seguía su curso y me dedicaba al asesoramiento integral de empresas. Con lo cual, lo profesional funcionaba bien y lo personal cada día iba a peor. Dado mi estado, consideré oportuno hablar con un compañero de estudios del instituto que había estudiado Psicología y con el cual mantenía una buena relación. Le hablé de mi estado de ánimo y me hizo ver aquello que tenía claro en mi cerebro pero que no deseaba hacer. Es decir, ir a un especialista. Mi amigo me dijo que él no podía dado que se dedicaba a la selección de personal para empresas y que no estaba preparado para hacerme una terapia. Con lo cual me recomendó a una compañera de su despacho que sí atendía este tipo de problemas. Al final me hice a la idea y al final llamé por teléfono para coger cita con la psicóloga. Llegó el día de la visita. Fui con tranquilidad aunque dentro de mí hacía desconfiar un poco de todo aquello. Era la primera vez que acudía a un especialista por problemas personales y ello me desconcertaba. Cuando la asistenta me llamó entré al despacho de la psicóloga. Hola Buenos días , yo le contesté Buenos días. Mi nombre es Paula y soy psicóloga. Nuestro amigo en común Ernesto ya me ha anticipado algo de su estado de ánimo. Le rogaría pues que empezara a contarme que le pasa. Yo le contesté que por motivos que desconocía estaba pasando un bajón de moral que no sabía explicar el por qué. Hablé durante la hora de visita de muchas cosas superficiales pero que la pusieron en antecedentes sobre mi estado de ánimo. Al final de la visita. Paula me dijo Mira Juan, tu problema lo vamos a solucionar aunque tu debes ser el primero en querer salir de este túnel que no le ves salida. Terminó la visita y me fui a mi casa. Hasta la semana siguiente no tenía que volver a ir a mi visita. La verdad es que mi primera impresión no fue ni buena ni mala pero tenía mis reservas de aquello pudiera funcionar. Paula era una mujer muy normal. Su forma de vestir era elegante y muy femenina. No era nada atractiva aunque era una chica bastante proporcionada. No me fijé demasiado en su cuerpo dado que yo no estaba mucho por el sexo en esos momentos. Yo, físicamente soy normal aunque a los 32 años ya te sale algo de barriga pero vamos lo normal. Acudí a la segunda cita. Paula me hizo pensar mucho y hablar de muchas cosas. Ese día ella estaba parlanchina y yo era el último para visitar ese día. Pasamos mucho tiempo hablando. Al cabo de dos horas le dije, Paula me vas arruinar como cobres por tiempo. A lo cual ella me contestó, No te preocupes sólo cobro la primera hora. Le sonreí y seguimos charlando. Le hablé de mi ex esposa y de mis problemas con ella. Paula me dijo que los problemas de pareja son muy comunes y que la falta de dialogo hace que se rompan muchas parejas. Yo le contesté que tenía razón. Casi a las 10 de la noche lo dejamos. Aquel día vi a Paula diferente. La vi receptiva a mis problemas y comencé a pensar que aquello podría funcionar. Estuvimos así durante seis meses. Observé que siempre me daba cita para los viernes y siempre era el último para visitar. Nunca me insinuó nada. Nunca se puso sexy, ni provocativa. Actuaba de forma muy profesional siempre. Al cabo de esos seis meses, me dijo Juan háblame de tus relaciones personales. Madre mía qué pregunta me hizo. Le dije, ¿qué quieres saber exactamente Paula? Ella me contestó Todo lo que desees contarme y yo te haré preguntas. Le hable de lo que buscaba en una mujer, de lo que deseaba. Etc. Ella me dijo ¿por qué nunca hablas de sexo?. Me quedé fuera de juego. Le dije tú nunca me has preguntado Paula. Ella me contestó. Ahora lo hago. Dime ¿qué deseas de una mujer? Háblame de tus deseos, de tus apetencias. Me quedé fuera de juego. Paula me tranquilizó. Me dijo, Mira Juan esto es necesario y forma parte de la terapia , así que no tengas vergüenza por el hecho de que sea una mujer. Como comprenderás no soy ninguna niña y somos adultos, es más aquí la profesional soy yo. Bueno con un poco de corte me lancé. Le hablé de mí, de mis parejas. Paula me cortó y me preguntó Juan déjate de monsergas y vayamos al grano. Ahora te voy a preguntar yo. ¿Te masturbas? Le contesté, claro que sí. ¿Cuánto? Una vez al día y si algún día estoy muy caliente dos. Hay días que nada. No sé eso esta en función de la época. ¿No crees? ¿Has perdido el deseo de hacer el amor o de masturbarte durante este último año? Le conteste sí. Aunque últimamente he vuelto a lo misma asiduidad que antes. ¿Tienes fantasías extrañas? Le dije que no, aunque eso depende de que se entiende por extraña? Me dijo basta por hoy. Ves no a sido tan difícil. Hay que hablarlo con normalidad y naturalidad. Me fui a casa. Llegué a mi casa y no pude parar de pensar. Llegué excitado. No sabía cómo pero Paula me hacía estallar un deseo dentro de mi que no podía parar. Me fui al baño y me duché. Durante el baño imaginé fantasías con ella, comencé a tocarme la Polla y vi cómo se me ponía dura y más dura. Me masturbaba y no podía parar de pensar en Paula. Mis fantasías de sexo estaban con ella. Imaginaba a Paula dentro de la ducha y los dos haciendo el amor y entregándonos a la pasión. Al cabo de unos minutos mi polla estalló y salió un chorro de semen que salió a más de 40 cm de mi polla. No lo podía creer. Me había masturbando pensando en Paula. Durante toda la semana estuve desconcertado. Llegué a la siguiente visita. Hola Paula. Hola Juan. ¿Qué tal estás? muy bien le dije yo. Ella me contestó ya se ve, creo que con un par de visitas más podrás dejar de venir. Aquello me desconcertó. Yo no quería que terminase. Quería decirle que me encontraba peor, pero aquello no colaba. Seguimos Juan. Le contesté Sí. Vamos a ver. El ultimo día hablamos de tu sexualidad no es así. Le contesté Sí. Vamos a seguir ¿te parece?. Le dije ¿qué quieres saber ahora? Me dijo creo que reprimes tus sentimientos y tus deseos hacía las mujeres, así que me gustaría oírte alguna fantasía tuya. ¿Te atreves? Me hice el gallito y le dije ¿ Seguro que deseas oírlo? Ella me dijo vamos Juan soy tu psicóloga ¿o no? Le dijo vamos pues. A mí de las mujeres me gusta que sean femeninas, algo morbosas, que se salgan de lo común, que sean atrevidas, alegres. Etc. Me Dijo pides mucho ¿no? Le dije Sí, Así es. Sigue Juan, cuéntame una fantasía. Bueno no sé cómo empezar Paula. Esto es difícil ¿no crees? Sí, me dijo ella. Pero debes hacerlo te ayudará. Pero Paula no sé cómo decirte esto. Pero estoy muy nervioso. ¿Qué te pasa Juan? Nada, nada. Es que el otro día salí de aquí muy excitado y creo que hoy estoy volviéndome a excitar. Además el otro día al llegar a mi casa no pude contenerme y me masturbé. Me dijo, vaya Juan eso si es ser directo. Pero eso no es malo. Es bueno. Ya lo sé. Le contesté yo, pero el problemas es que mientras me tocaba la polla la chica de la fantasía eras tú. Vaya Por dios, Juan. Lo Siento, le dije yo. Paula me dijo, no te preocupes en cierta forma eso es lógico. Vamos a hacer una cosa. Vas a sentarte al sofa y vas a cerrar los ojos. Y vas a comenzar a contármelo todo. Yo volvía a estar a cien. Mi polla se salía del pantalón y estaba muy excitado. Siéntate. Me senté y me dijo Empieza a contármelo Juan. No abras lo ojos así te resultará más fácil Bueno llegue a mi casa. Estaba muy excitado. No daba crédito a lo que pasaba muy mi cabeza. Me habías excitado y no podía controlar en mi cabeza el deseo hacía ti. Intentaba pensar en otra cosa pero mi cabeza no podía. Así que me fui a la ducha para ver si con agua fría podría desviar mi fantasía. Pero fue imposible. Te imaginaba aquí en el despacho. Provocándome de forma sutil y astuta. Imaginaba como te desnudabas para mí poco a poco y me enseñabas tu ropa interior. Llevabas una lencería muy fina y sexy expresamente comprada para sentirte sexy ,provocadora y excitarme. Me susurrabas al oído palabras que hacían que mi polla estuviera muy dura y gruesa. Me hablabas de sexo y me susurrabas que te gustaba que te la chupen hasta hacerte explotar de placer. . Me ponías a cien. lo decías despacio y de forma muy sensual. Me susurrabas que deseas chuparme la polla y ver mi cara de deseo. Que deseas notar como mi polla entra en ti y te da espasmos de placer. Eso hace que por momentos me ponga al límite. Te quitas el sujetador. Me acercas tus pechos a mi boca para que pueda succionarlos, besarlos, chuparlos, lamerlos. Oigo pequeñas palabras de placer en voz baja,,, umummuum como me gusta.. Me dices que siga. . Mis manos tocan tu cuerpo. Tú estas entregada. Lo deseas todo. Mí manos masajean tu piel y te eriza. mientras mi boca y mi lengua siguen jugueteando con tus pechos y mordisqueando de forma muy, muy suave tus pezones. Tu boca busca mi boca. Nuestras lenguas se devoran mientras nuestras manos no paran de tocar nuestros cuerpos. Bajo mi mano hacía tus braguitas y noto que estas muy mojada. Me susurras sí estoy mojada por ti y quiero que me tomes, que me folles por favor Juan fóllame. Creo que me estoy pasando Paula. No abras los ojos Juan y sigue contando, al fin y al cabo esa era la fantasía de ese momento. Sigue contando por favor. Mis dedos notaban tu humedad y de golpe te siento en la silla del sofa. Estás sentada frente a mí. Sólo con tus braguitas mojadas y completamente excitada. Observo tu maravilloso cuerpo. Te bajas las braguitas y te observo. Estas maravillosa, sexy, provocativa. Me arrodillo frente a ti y te beso los muslos. Mi lengua recorre tus muslos y voy buscándote poco a poco y cm a cm hasta llegar a tu clítoris. Con mi lengua recorro tus labios y hago movimientos rítmicos que provocan en ti un placer indescriptible. COMIENZA EL JUEGO. Tal cual estás sentada te pregunto: ¿ sabes el juego del abecedario? Y tú me contestas, No. ¿Te gustaría que te enseñara? Tú, me contestas, Dios mío no pares y sigue. . . Vamos a ver ¿ cuál es la primera letra del abecedario? Tú me contestas la A , yo con mi lengua y sobre labios vaginales escribo y recorro escribiendo la letra A. Te da un gusto y un morbo especial. Sigue por favor, no paras de pedirme que siga. Tu cada vez estas más mojada y extasiada de placer. Te vuelvo a preguntar ¿ cuál es la segunda letra? tú me contestas la B yo con mi lengua recorro tus labios y escribo la B. y sigo con las demás letras. . . C. . . ..D. . . . . . E. . . . ..F. . . . . . . . ..HASTA LLEGAR A LA Z Dios mios Follame .. no paras de insistir que te la meta. NO puedes soportar tanto placer y estás a punto de explotar. . . . ..Te levanto y te pongo contra el sofá pero de pie y te pongo en posición perrito . . Tú me insistes sí sí sisisii Ahora embísteme. Embísteme.. estás muy pero que muy, muy excitada. . Pongo mi polla en tu conchita.. y empiezo a meterla hacia dentro poco a poco. mientras mis manos masajean tus pechos. tú gimes de placer.. no gritas porque no te gusta gritar.. pero das pequeños gemidos.. que denotan tu placer. Mi polla te embiste una y otra vez. cada vez más rápido.. Tú estas completamente mojada y mi polla entra y sale con una facilidad pasmosa. Te cojo de las caderas y te embisto más fuerte. Me dices.. No pares.. No pares casi me corro.. O cómo me gusta sigue así sigue así sigue así. . . .. ahahhahahah Y al momento mi polla estalla dentro de ti.. saliendo un monto de leche que recorre tu interior de forma electrizante.. y tú al momento al sentir esa leche calentita dentro ti. Consigues un orgasmo devastador. Que hace que estés totalmente extasiada y cansada. . . ¿Qué tal? Como puedes ver en la ducha no pude parar de masturbarme y con esta fantasía me corrí pensando en ti. Joder Juan. No sé qué decirte. Me has dejado alucinada. Siento Paula que tú fueras la chica de mi fantasía pero no lo he podido controlar. ¿Crees que es normal? Sí Juan, es normal. Aunque creo que como hombre y según te conozco aún deseas más ¿ verdad? Sí la verdad es que lo que más deseo es encontrar una chica que me . . me da corte decirlo. . Por favor Juan soy tu psicóloga y creo que debes contármelo. Bueno que me la chupen hasta. . Ya entiendes ¿no?. Sí entiendo Juan. Pero ¿nunca te has corrido en la boca de una chica? No, y la verdad eso es lo que más deseo. Y ese pensamiento también pasa por mi cabeza cuando pienso en sexo. Juan creo que por hoy hay bastante. Paula una cosa. ¿No te sientes molesta? No, ¿debería estarlo?, creo que tengo motivos para estar halagada que un hombre como tú me desee y tenga esos pensamientos de mí. Si te digo la verdad, me has excitado mucho si bien es verdad creo que es mejor dejarlo por hoy. Pero Paula. Nada Juan. el próximo viernes será la última cita. Creo que es mejor para los dos. Lo siento Paula. Creo que he hecho mal contándote esto. Soy tu psicóloga y debo escucharlo. Por favor Juan ahora debes irte. Me dejó con un palmo de narices y me fui a casa. Según me contó Paula, ahora ya lo puedo decir, lo hizo porque no podía aguantar más. Sólo irme, según me contó, me masturbé hasta correrme de placer. No quería follar con un paciente. Eso no era profesional. Mientras me masturba imaginaba todo eso que me contabas en tu fantasía que hacía que cada vez estuviera mas cachonda y deseaba ser tu amante más íntima. Mientras oía tu voz, te miraba y te veía con los ojos cerrados y deseaba echarme encima de ti y entregarme a nuestra pasión. Deseaba bajar mi mano entre las braguitas y mientras te escuchaba masturbarme. Llegó mi última visita. Buenas tardes Juan. Buenas tardes Paula. Bueno como bien sabes hoy será tú última visita como mi paciente. Creo que después de casi 7 meses ha llegado el momento en que dejes la terapia y comiences a volar solo con los problemas de la vida. ¿ qué te parece la idea? Le contesté Creo que sí. No voy a estar viniendo toda la vida, le dije. Estuvimos hablando durante más de 1 hora sobre todo lo que habíamos hecho durante los 7 meses haciendo hincapié en aquellas cosas que ella consideraba que debía hacer para no volver a recaer. Yo deseaba sacar el tema de la última conversación pero la verdad no sabía cómo hacerlo. Al final me dije a mí mismo que si no lo hacía era de cobardes por lo cual fui directo al grano. Perdona Paula, me gustaría hacerte una pregunta, ¿me lo permites? Claro Juan. Crees que lo que te he contado en las dos últimas sesiones es normal? ¿ Me gustaría saber qué sientes? Me gustaría saber si te he incomodado en algo ¿Me entiendes.? Bueno Juan. Normal, Normal, no es. A otro paciente le hubiera cortado en el primer momento, contigo no podía remediarlo. Pero soy tu psicóloga y creo que no debe pasar de ahí. ¿ Lo entiendes, Juan? Sí, le asenté yo. Bueno aquí ha terminado todo, dijo Paula. ¡Oye Juan!, ¿Te gustaría ir al bar de abajo a tomarnos una cerveza? Claro, le contesté yo. Así pues, fuimos a la cervecería. Eran las nueve y medía de la noche. La verdad, es que la expresión de Paula era maravillosa. Radiaba felicidad por todos los costados. Creo que aquello de ir a tomar una copa lo deseaba de verdad. Empezamos a charlar y parecía que fuéramos amigos de toda la vida. Oye Paula, ahora que ya no eres mi psicóloga, quiero hacerte una pregunta personal. Dime Juan, ¿Qué tal va tu vida personal? Hubo un silencio de varios segundos y me contestó No sé , creo que la persona ideal no ha llegado todavía. Yo, insistí, así que no hay nadie en tu corazón. Otro silencio. Bueno Juan, te diré que estoy hecha un lío pero no es fácil expresarlo. No te entiendo Paula. Mejor déjalo, Juan. No quiero, Paula. Vamos a ver, le dije yo. Creo que hay algo que no deseas decirme ¿verdad, Paula?. Otro Silencio. Llamé al camarero y pedí una botella de Cava Brut Nature. Paula me dijo, ¿qué haces Juan?. Le contesté, dado que no me lo quieres contar estando sobria lo harás estando ebria. Me sonrió de forma pícara pero vi que no decía no ni que me había sobrepasado. La verdad, es que me di cuenta en ese mismo momento que me deseaba pero no sabía ni cómo hacerlo ni cómo decirlo. Me propuse engatusarla de forma cariñosa y a la vez algo morbosa dado que creía y no me equivocaba que era una chica dulce pero a la vez ardiente, juguetona. No me equivocaba. Busqué le forma de excitarla poco a poco y con palabras de doble sentido que nos hicieran reír y mientras tanto ver si ella me seguía el juego. Así fue. Cuando llevábamos media Botella de Cava en el cuerpo, las risas por cualquier tontería hacía que estuviéramos casi a carcajada limpia. Nos terminamos la botella y la verdad es que se nos había subido a la cabeza el alcohol. No íbamos borrachos, pero no habíamos cenado y eran las 12 de la noche y por lo tanto el alcohol hacía mella tanto en Pula como conmigo. Pedí la cuenta al camarero, y Paula me miró con cara extraña, ¿Nos vamos ya Juan? Sí, le contesto yo. ¿ Tienes que hacer algo mañana? No, le conteste yo. ¿Entonces? ¿Por qué tienes tanta prisa? No tengo prisa Paula. Nos vamos de aquí, pero no nos vamos a casa. Vamos a hacer un juego Paula y quiero que lo aceptes, así que nos vamos a tu consulta y yo voy a ser psicólogo qué ¿te parece la idea? Tú, vas a contestarme a mis preguntas, jejejjeje ¿te gusta la idea? Paula sabía de antemano lo que iba a pasar y noté en ella como su cara cambiaba por momentos y que deseaba seguir el juego. Creo que eso la excitó sobremanera. Salimos de la cervecería y fuimos a su consulta. En el ascensor nos cruzamos una mirada devoradora, pero ninguno de los dos dimos el paso de besarnos aunque lo deseábamos fervorosamente. Sólo salió de mi boca unas pequeñas palabras ¿Paula estás segura? Sí, me contestó ella. ¿Y tú? Le dije lo deseo con todo mi alma. Nos cogimos de la mano hasta llegar al piso de su despacho. Entramos en el despacho y Paula lo cerró con llave. Ahí me di cuenta que aquello estaba hecho y que los dos deseábamos lo mismo. Deseábamos una noche de pasión con amor y con sexo. Al fin yo había encontrado una mujer que me atrajera y por fin Paula había encontrado lo que buscaba. Los dos estábamos tensos, nerviosos, parecíamos principiantes. Al final, y gracias a la ayuda del Cava le dije, ¡Paula siéntate en el sillón de las pacientes!. Aquello le hizo gracia pero se sentó muy rápido. Era verano y hacía bastante calor. Ella llevaba un vestido ajustado al cuerpo por encima de la rodilla. Era un vestido femenino y tal vez el más sexy que Paula se atrevía a llevar. La verdad es que Paula físicamente era una chica normal, pero a mí en esos momentos me parecía la chica mas sexy, morbosa y provocadora del mundo. Estaba enamorado de ella. Una vez en el sillón, comencé la serie de preguntas de forma cachonda para ver si ella me seguía la corriente: 1. ¿ Paula eres virgen? Jajajjajaj Empezó una carcajada que le duró varios segundos. Me dijo No, no lo soy, ¿es importante para ti? Le dijo Señorita las preguntas las hago yo. 2. ¿Hábleme espere de un hombre? Ummmmuu Me contestó ella. Que sea cariñoso, dulce, amante pasional, que me desborde en todo mi interior. 3. Esa contestación es muy abstracta. ¿ qué deseas de un hombre en el campo sexual? Juan no aguanto más estoy empapada. Tranquila Paula, vamos a disfrutar los dos. Pero dime qué te gusta Me gusta todo. Me gusta que me la chupen, que me chupen los pezones, que me masturben, que me penetren.. todo JUAN. Y LO QUIERO AHORA y quiero que me lo hagas tú. Me saqué un pañuelo y le vendé los ojos. Ella estaba aturdida pero mientras se los vendaba su lengua buscaba mis dedos. Le di un dedo y se lo introdujo en la boca de forma sutil pero que hizo que mi polla se endureciera más aún. Le empece a desabrochar los botones del vestido. Uno a uno. .. Le dije ¿tienes calor? Sí me contestó. Busque hielo de su nevera pequeña de despacho. Saqué hielo y pasé un cubito por su cuello, labios de la boca, su cara. . . la desnudé por completo excepto las braguitas. Paula estaba maravillosa. Empecé a pasar el hielo por todo su cuerpo, pechos, pezones, estomago por encima de sus braguitas. ella abría la pierna .. Juan no aguantaré mucho más por favor. Le despojé de las braguitas, la incorporé, me senté en el sofá y ella subió encima de mí. Acoplé mi polla con su conchita y poco a poco se la metí. Los dos dábamos gemidos, ella estaba mucho más acelerada, se movía y se revolvía cada vez más rápido. Mi boca chupaba su pecho y mi lengua daba múltiples lametazos a su pezón. No aguanto más me dijo, me corro. Paula estaba tan excitada.. que se movía como una loca y consiguió un orgasmo que le hizo sonreír. Dios mío qué polvo ha sido maravilloso. Se levantó del sofá y me dijo.. ¿te acuerdas de tu fantasía?, Juan Yo no me había corrido todavía porque había ido muy rápido Paula. Así que se arrodilló frente a mí y empezó a darme una mamada fenomenal. Me daba lametazos en la punta del glande que hacía que me removiera de la silla. Se la introducía toda en su boca. Subía y bajaba. . Paula, no aguanto más si sigues así me correré, le dije. Me contestó ¿no deseas eso? Se volvió a meter la polla en la boca. a la vez que me masturbaba con la mano.. ahahha me corro Paula. Córrete Juan.. córrete. Y mi semen comenzó a fluir y choca contra la cara de Paula, Tragó un poco, era su primera vez. Te ha gustado Juan, ha sido maravilloso Paula. Te quiero me dijo ella.

Datos del Relato
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