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Mi Profesora particular de Química

Lo que les voy a contar es una hermosa experiencia con mi profesora particular de Química cuando estaba terminando el Colegio Secundario.
Ese año me llevé a rendir Química, materia a la que no le encontraba la vuelta, y entonces mis padres decidieron contratar para que vaya a preparar mi examen con una Profesora particular. Es muy común en Argentina, para los exámenes secundarios. Tenía 18 años recién cumplidos, de 1,82 m., pesaba 68 kilos, blanco, de ojos marrones y cabello castaño oscuro.

Buscando quién prepara alumnos de los últimos años de secundario me recomiendan una profe joven, de unos 25 años, que preparaba y cobraba un precio accesible.
Es así que en Noviembre voy a verla para conocerla y ponernos de acuerdo en los días y los horarios. Me atendió ella en la puerta, me hace pasar a su estudio, es una mujer joven, de 1,65 de altura, delgada, con buenas tetas, linda cintura, buenas caderas, morocha de ojos marrones, cabello negro, muy simpática en el trato, y nos pusimos de acuerdo en el precio, y cobraba mitad antes de empezar y mitad el día anterior al examen. Mi fecha para rendir era el 22 de Diciembre, así que tenía un mes para preparar la materia.

Ella era soltera en ese momento, vivía con la madre en una casa que debió tener su alcurnia en su momento, por el tamaño y los muebles antiguos que tiene la vivienda.

Para ser breve: mi horario era desde las 19,00 horas hasta los 20,30 o 21,00 h., según el tema del día y como andaba yo con las lecciones, fórmulas químicas, sales, y tablas con valencias y demás, que era lo que podía extender mi jornada. Era el último alumno del día, ya que daba clases desde las 10, las 11 a 12 h., las 17, las 18 h., y yo que era el último, unas 6 horas al día, y había de todo el secundario y el ingreso universitario.

Como les dije, Ruth, que así se le voy a llamar es muy simpática y yo estaba maravillado con mi Profesora, era el último alumno particular del día, así que a veces me quedaba conversando cualquier cosa. Cuando me despedía poco me costaba abrazarla, que a ella no le disgustaba, a los 15 días de ir, ya la tuteaba y había un trato de confianza. Una vez, en las charlas pos-clase instintivamente la acaricie en las manos, y ella no hizo ningún gesto, era casi una caricia fraternal. La verdad que al rato que llegué a mi casa me maté de una paja tras otra por mi Profe, sin exagerar me hice tres hasta que me dormí.

El tema ahora era como la abordaba para poder tener sexo con ella, porque estaba enamorado de mi profe, y ella se debía dar cuenta. Conversando con un amigo, me dice que le tenía que llevar algún regalo para que se ponga contenta, y no se ocurría que llevar. Vi una joyería, y me gustó un collar de plata fino, con una piedra rosa, me gustó y lo compré para regalo, tenía una extensión de la tarjeta de crédito, así que ni me fijé el precio. Esa tarde, cuando llegué a mi clase no me animé a decirle ni darle el regalo. El viernes me decidí, lo tenía desde el lunes conmigo, y debía ser valiente de una vez por todas, estaba jugado y ni pensaba las consecuencias. Así hice, cuando terminamos la clase del viernes a la noche, ya estaba oscureciendo cerca de las 21 hrs., vivo en el Norte Argentino. Antes de irme le digo: Ruth, tengo un regalo para vos, porque sos una profe maravillosa, y saqué la cajita, se puso muy contenta, ¡¡gracias!! Lo abrió y vio el collar, y se fue frente al espejo y se lo puso en el acto, me pregunto: ¿te gusta como me queda? Que lindo Carlitos, me gusta mucho, gracias por el regalo, -¿a que se debe? Me quedé sin palabras, -porque sos muy buena profe y te considero una amiga, me abrazó y me dio un beso en la mejilla, yo también la abracé y no nos soltábamos, le di un beso en la cabeza, y seguí besándola con cariño, ella no se me despegaba, hasta que hizo la cabeza para atrás abriendo la boca, a lo que instintivamente me llevó a besarla con toda la fuerza y la pasión. Estuvimos así un largo rato, en el que no respirábamos, nos ahogábamos a besos.

Muy despacio me animé a acariciarle todo, el cuello, la espalda, los pechos, las caderas, le saqué la camisa y ella me sacó la chomba, con lo que nos quedamos con los torsos desnudos, saqué el corpiño y comencé a chupar esas tetas por las que me había hecho muchísimas pajas, nos recostamos en el sofá y nos desnudamos mutuamente, mi pene que no daba mas de la dureza, y empecé a chupar y lamer el clítoris y los labios vaginales hasta el culo hasta que ella acabó de una forma indescriptible, no pares! no pares! seguí, así, con mas fuerza! me sentó y ella tomó mi pija y se la metió toda en la concha, bombeaba arriba mío en forma espectacular, cabalgaba como desesperada, no paraba de gritar y jadear: ajh, ajh!ajh!, así hasta que volvió a acabar, se puso en cuatro pies y entré por detrás de nuevo a esa concha chorreante de flujo, estaba tan mojada que me impresionaba, parecía que eyaculara flujo vaginal cuando volvió a acabar, se acostó y me dijo: métela en mi culo, se puso dos dedos en su concha mojada y puso su líquido en la puerta del culo, me mojé en la vagina y lo puse en la entrada, ella se metía un dedo para dilatar su culo, y se metió mi pija a fondo, tengo un pene de 17 cm., o sea ni grande ni chica, pero como le gustaba y gozaba por el culo, se metía dos dedos en la concha y se rascaba el clítoris con el pulgar con mi pija a fondo en su culo y no se paraba un momento, parecía que le daba corriente eléctrica en el cuerpo.

Cogiendo era irreconocible a la apacible y tranquila Profesora de Química con la que estudiaba. Nos quedamos cogiendo como condenados hasta la madrugada, fueron más de cuatro polvos los que rendí esa noche, y eso que tenía una paja del mediodía. Volví tarde esa noche a casa, y todos en mi familia dormían, me despertaron al mediodía para comer, y les dije que tenía que volver de nuevo a la tarde, y que me iba a quedar en la casa de un amigo a dormir para "repasar", no se si me creyeron, pero no me dijeron nada.

Estábamos a la mitad del estudio de la materia, y ese fin de semana, como todos los viernes a la tarde su madre se había ido a la casa de su hijo, hermano de la Profe, así que terreno despejado. No iba los sábados ni Domingos a clase particular, así que tuve que decir en casa que también para llegar bien tenía clase hasta los Domingos, obvio que estudiábamos algunas horas, pero como cogíamos en el mientras tanto, en la mesa de estudio, en el living, en su dormitorio, en la cocina, en el garaje, en el auto, en el patio, en el lavadero, en el suelo, en la bañadera con agua fría, no teníamos límite cuando estábamos solos, éramos insaciables de sexo.

El 20 de diciembre la mamá de Ruth se va al campo de su familia para preparar la casa para las fiestas, y el resto de los alumnos ya habían rendido todos, así que quedábamos solos, que terminé de rendir ese 22 de Diciembre, aprobé, y nos internamos a coger sin parar, podíamos estar hasta 6 horas por día cogiendo a mansalva con Ruth, ya tenía irritado el pene de tanto darle bomba, tanto es así que empecé a usar forros para aguantar mas tiempo y que no se me lastime cuando rozaba con los pelos de la entrada de la concha y del culo de Ruth. Hasta el día 24 de Diciembre a la tarde éramos siameses con Ruth, ella se iba al campo con su familia, y yo me quedaba con la mía.

Terminé al secundaria con ese examen, y tenía que empezar a preparar el ingreso universitario, pero en Enero cuando volvió Ruth de sus vacaciones, encontramos un motel para que los sábados y domingos no parábamos de coger y reír, pero, encontramos una excusa para poder salir juntos aunque no nos importaba las sospechas, nos hicimos montañistas, ya que en nuestra Provincia de Catamarca hay varios grupos, pero nosotros nos íbamos con nuestra carpa a cualquier lado, y la verdad que la pasamos espectacular.

El tiempo de ese año y mitad del siguiente fue de muchísimo sexo, a niveles increíbles, probamos de todo, conocíamos todos los moteles, aunque no son tantos, son 6, pero el nuestro es Los Álamos, que nos queda bien de distancia y algo de discreción saliendo por detrás. Vamos por el tercer año, nuestra relación ahora está blanqueada, Ruth tiene 27 y yo 21, ya no nos hacemos problema, y nos estamos por ir a vivir juntos. Espero que todo ande bien. Espero les haya gustado este relato, ¡pero que linda es la vida con felicidad!

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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