Por fin a llegado el día, mi querido primo lejano esta soltero y hemos quedado para cenar en su casa. David tiene 31 años y es un morenazo muy simpático,. Yo tengo 23, soy morena, mido 1,63, algunos dirán que me sobra algún kilito pero yo me veo muy bien.
Llegue y estuvimos cenando, y charlando mientras recordábamos viejos tiempos.
Sin darnos cuenta se hizo bastante tarde, y como eran las 4 de la mañana me dijo que me quedara a dormir. Me dejo un pijama y me fui a la ducha mientras el abría y preparaba el sofá cama.
Me duche y me seque, me puse la toalla alrededor y salí del baño. El estaba poniendo las sabanas, me miro y se sonrojo un poco, me dijo que enseguida acababa y se iba. Me acerque y puse delante de el, me miro y me lance, le bese. El siguió el beso y me cogió de la cintura. Le mire y le dije que siempre e estado enamorada de el.
Me volvió a besar, entonces le empuje hacia atrás para que quedara recostado en la cama. Le mire, agarre mi toalla y me la quite, quedándome desnuda ante el. Me puse sobre el y le ayude a desnudarse. Me comió mis tetas con muchas ganas, lamia mis pezones hasta ponerlos muy duritos, me dijo que le encantaban las tetas con areolas grandes y que las mías eran perfectas.
Le quite los calzoncillos y me metí ese pene que tanto había deseado en la boca, con la mano baje el prepucio y le humedecí con saliva el capullo. Estaba muy dura y el gemía gracias a mis movimientos arriba y abajo.
Me pidió que parara y me tumbe boca arriba, el se puso encima mio y me beso, luego fue bajando hasta llegar a mis pechos y los chupo un poquito, siguió bajando por mi tripita hasta llegar a mi bello púbico, abrió mis piernas y empezó a jugar con su lengua en mi clítoris. Estaba muy húmeda. Siguió comiéndome hasta que me corrí en su boca. Entonces acerco su pene en mi sexo y comienzo a penetrarme suavemente. Era un placer muy intenso, jadeos y gemidos inundaban la habitación.
Rodee su cintura con mis piernas facilitándole una mayor penetración y me relaje disfrutando de otro orgasmo. Entonces el paro en seco y vació toda su leche en mi, yo le abracé y gocé con el calor que recorría mis entrañas. Dormimos abrazados toda la noche, de esto ya hace 6 años, ahora tenemos una hija preciosa y el es el hombre de mis sueños.