Carlos logro llevarme a tal grado de excitacion que cuando me propuso que "hiciera de pasivo" no tuve fuerzas ni deseos de negar y acepté sumisamente su "invitación". Ya habia recibido esa propuesta de otros "mariquitas" que ponderaban mi cuerpo y sobretodo mis nalgas,pero hasta aquel dia me habia negado a que me penetraran.
Aquella calurosa siesta estabamos con Carlos desnudos en su cama, subitamente y sin decir nada subió sobre mí introduciendo su lengua en mi boca dandome besos ardientes, ubico su pija entre mis mis piernas y con las suyas junto y apretó las mias, sentí entonces su miembro duro y tibio escurrirse entre mis muslos en dirección a las nalgas, el roce del henchido glande sobre la piel de mis muslos me estremeció y si bien le iba a protestar y pedir que se bajara, la suavidad de su pija me iba excitando aceledaramente.Lo deje hacer pensando que yo pondri a un limite, pero etaba errado, su lengua en mi boca entrelazandose con la mia, sus manos acariciando y sobando mis nalgas y la exploracion de sus dedos alrededor del orificio de mi cola me llevaron a tal punto de calentura que cuando se dio cuenta de mi estado de descontroñ me pregunto si aceptaba que el me cogiera.En silencio le di mi respuesta y me puso boca abajo, colocó un almohadon bajo mi pelvis y mi cola quedo elevada.
Frente a la cama un gran espejo devolvia el reflejo de nuestros cuerpos desnudos, lo veía a Carlos con su pija totalmente erecta y dura, si bien su verga no era tan larga, era considerablemente gruesa y plagada de nervios se arrodillo ante mis cola y separando mis nalgas empujo su lengua en la hendidura anal y me hizo gritar de placer, sentir su lengua en mi cola era algo sumamente agradable y tortuoso que me descontrolo al punto de pedirle que se detuviera porque estaba por acabar,
Con la cola bien lubricada de saliva, se untó la punta de la pija con vaselina y apoyó el glande en el orificio, cuando le iba a pedir que me cogiera desàcio senti un dolor lacerante y desgarrador, mordi la almohada para evita gritar
y que mi gemido no oyera la mama de Cralos que descansaba en otra habitación.
Veia en el espejo como se movia con fuerza embistiendo con ferocidad su dura pija en mi cola,por un largo rato me cogio con vehemencia hasta que al rato sentí varios chorros de cremosso semen inundar mi cola, Me dolia todo el cuepo y cuando llegue a mi casa fui a darme una ducha, de mi cola venia un poquito de sangre y al recordar el momento me excite y me masturbe pensando en la pija de Carlos y en su habbilidosa lengua.Fue mi primera vez y a partir de alli empece a experimentar con otros otras sensaciones.-Juampi
eso que tu sentias por la primera vez, nos pasa a todos los jovenes, quienes tenemos esa curiosidad de sentirnos penetrados para saciar nuestra curiosidad, pero resulta que nos sigue gustando aquello que en realidad ya no se puede dejar de hacernos coger de la manera que sea, es algo tan rico que no nos podemos resistir. sigue disfrutando que la vida es una sola..