Un verano con 16 años me invitaron de vacaciones a una casa de la playa. Éramos tres chicos: Luis, Carlos y yo. Por supuesto, todos los días nos hacíamos pajotes viendo revistas. Nuria -su hermana- tenía 14 años y el pelo rizado moreno. Yurena era su amiga y tenía 13 -castaña. Elenita y Magdalena eran gemelas y rubias (15 años)… Nos divertíamos mucho. Las mañanas las pasábamos en la playa y después comíamos juntos (pizza o espaguetis) para después piscina.

Yo no dejaba de ojear los bikinis, las tetas y culitos. Lo cierto es que siempre andaba empalmado, jugando con ellas al “pilla pilla”, etc. Sobre todo con Nuria, que me la juntaba y le hacía notar mi bultito. Ella disimulando se apretaba…

Un día, nos duchamos, nos vestimos y a los 5 minutos llegaron ellas. Eran cuatro preciosas, bien maquilladas y bronceadas. Nuria iba con un traje negro, escotado. Yurena con pantalones negros y una camisa. Elena y Magdalena con falditas y blusas de tiros.

Nosotros las mirábamos y aumentaban nuestras ganas de pajearnos… Después, los papás de Luis y Nuria nos sorprendieron, diciendo: “Bueno chicos, por qué no vais a la terraza… a escuchar música”.
Todos dijimos: vale…

Fuimos a la terraza y tenía TV, bar… Sus padres nos dejaron la llave y se fueron –sin más-.
Era una noche calurosa y no podía dejar de pensar: “¡qué culos, qué culos!”. Ya me iba empalmando, Nuria me guiñó el ojo y bailé pegadito.

“Baila morena, baila morena…”

-Así nena, bailas mu bien.

Apreté mi paquete en su culo entre sus nalgas.
-Bueno, pero… (Ella apretó hacia atrás)… No te pases, eh.

-Tranquila, fierecilla…

Dejé de bailar y busqué la mesa. Rápidamente sacaron de beber, “ron-cola”, “vodka-seven-up”. Estábamos solos y comenzamos a “mamar”. De la borrachera, los tres nos empalmemos de lo guapas que estaban las chicas.

Entonces pasó algo que cambió todo:
-Vamos a ver la tele.

Luis puso la TV y… sólo había culos y tetas (Era el canal X). Jja… Ellas se descojonaron y al rato –jugando- nos colocaron sus culos y se movían sensualmente. Nos refrotaban sus traseros y le indiqué a Luis que me acercara a Magdalena y Elenita…

Las gemelas se pusieron de espaldas a mí y empezaron a rozarse. Todos observaron, mientras yo disfrutaba sin intervenir… Nuria -para darme celos- besó a Carlos, y Luis amasó a Yurena, mientras sus pechos aún crecían…
Bueno, y cruzábamos miradas, etc. Hasta que agarré a Magdalena y Elenita, para darles un pico y sobarles las tetitas.

-Bueno, vamos a ver… ¿Qué hay por aquí…?
Deslicé sus blusitas y estaban muy excitadas. Tenían los pezones duros y empinados. Parecían cerezas… Las rubitas no pararon de ojearme el paquete.

Entonces se arrodillaron para verlo. Jja, Luis las miró y se sorprendió de lo putas que eran sus primas. Nuria al ver esto, bajó el short de Carlos y así empezó…

En un momento todos empezamos a besarnos,–bebiendo un trago- y metíamos mano y ellas a nosotros…

Le eché un par de bolas y les susurré a las gemelas:
-¡Esa ropita! ¿No tenéis calor?.

Ellas subieron sus falditas y blusas y se quedaron en bragas.

Por supuesto no llevaban sujetador porque no les hacía falta. ¡Qué tetas madre! Las analizaba disfrutando con delirio. Sus contornos. ¡Y sus traseros!, perfección 100%.

Al mismo tiempo, Nuria y Yurena pusieron sus tetas al aire ¡Ay qué peras releches! Y culitos. los tres estábamos ya empalmados. Tres nabos erguidos…

Después las gemelas se bajaron las bragas y mostraron sus nalgas. Pasé mi mano a la primera, y después a la otra. Al instante Luis se puso nervioso y ordenó a Nuria:
-¡Mama!

Ella le dio un cachetón.

Pero luego abrió su boca para mí y chupó los 17 centímetros. Era mi 4ª mamada y ella me observaba con los ojos grandes…
-Ah…. M….

Yurena le hacía una paja a Carlos que la miraba con asombro…

Yo disfruté también de una paja de las gemelas… A cuatro manos. Entonces me las senté y les dije que las iba a desvirgar.
-Jja…

Magdalena y Elenita se descojonaron.

Primero se la metí a Magdalena y después a Elena, pero no gritaron pese al grosor de mi polla: una le tapaba la boca a la otra…

Al fondo Nuria y Yurena eran putas. Con sus braguitas por las rodillas y chupando un pene cada una.

Las bocas de Elenita y Magdalena, se me turnaron hasta que –impotente- descargué mi leche a espasmos.
-Ugh… ugh…

Después me acerqué a Nuria, que las tiene más grandes y le dije:
-Ven conmigo, morena…

Ella se limpiaba el semen de los labios.
Nos cogimos de la mano. El aroma de su perfume se mezclaba con el olor de su coño. De camino al baño, le cogí sus nalgas… Luis y Carlos quedaron con Magdalena y Elenita.
-¡Qué culo…!

Nuria sintió el placer de mis manos en su cuerpo. Así me excitó y fui empalmándome entre sus nalgas.

Nuria se la restregó y mi pene crecía entre sus carnes. Le tuve que preguntar:
-¿Te gusta?

Estaba todo excitado. Mis músculos y pectorales se movían solos y ella suspiraba….
Nuria era preciosa así y se le ponían los ojitos de china. Sus pechos empinados y su culo levantado…
-¡Qué culo tienes! (amasé sus muslos y glúteos… Ensimismado)

Ella con un dedo en la boca sonreía un poco confundida. Empecé a follármela sin metérsela. (Sus nalgas estaban de vicio).
-¡Qué dura!

Nuria apretaba sus nalguitas para sentirla. Mientras yo afilaba mi lápiz… Apretaba sus tetitas y subía y bajaba.
Después la deposité boca abajo en el suelo. Me acerqué y le rogué:
-Tus nalgas, ¡ábretelas!

La chiquilla me pajeó con sus dedos. Cogió sus nalgas y se las separó.

Ya estábamos en posición. Tenía mi pene a reventar y lo situé cerca de su ano…
-Uf…

Sus amigas la oyeron… Se la metí con firmeza. Poco a poco, accediéndole al culo.

Tomé aire y se la clavé y llegué a la mitad. Me apoyaba en su espalda y empecé “para atrás-para adelante” “para atrás para adelante”… Pude notar las nalgas abriéndose. Las tenía bien cerradas y se aguantó el dolor.

Pero se la saqué rápido y la metí y la chiquilla se corrió de la impresión…
-Ah… ¡Augh!

Disfruté con los ojos cerrados, concentrado: “para atrás-para adelante” “para atrás para adelante”…

Nuria ejercía la tarea de follar mi polla apretando el esfínter. Y subía su culo penetrándose sola.
-AH…!

Yo sudaba y se la saqué pero Luis –su hermano- se levantó y se puso en mi lugar, separando sus carnes.

Continuará…