bueno, este es un relato acerca de mi primera vez: ahora tengo 33 años y soy de México. mi primera vez ocurrió a los 23 años. yo acababa de terminar mis estudios en el conalep.  Mejor dicho, la carrera técnica. En esa epoca, estaba por entrar al bachillerato abierto pero todavía seguía de vacaciones por así decirlo: incluso ya había probado suerte en ciertos empleos temporales. En pocas palabras, estaba en una época de vagancia que yo gozaba yendo a los antros y otros lugares aptos  para chicas solitarias. Viendo incluso capítulos de Lo que callamos las mujeres, que en esa época eran más sutiles. Me gustaban más los episodios donde abordaban la problemática emocional y social de habitantes indígenas,  aún más me impactó un capítulo llamado La Deuda. Donde una mujer ajada, vieja y enajenada solicitaba favores sexuales a un peón indígena tzotzil de su hacienda, por deberles a ella y su hermano, un patrón  aguafiestas, cierto jornal de trabajo. así como de  conflictos escolares entre jóvenes, que yo en esa época creía con vehemencia.  Es decir, lo sentía como algo digno de vivirlo personalmente y se me hacía muy " de onda". Aunque por ese tiempo fui siempre como un pez fuera de órbita, una  chica solitaria  inmersa en mi onda. Obviamente que entré nuevamente al bachillerato hasta los 26 más o menos. aun chica algo ingenua, curiosa y temerosa; pese a que en el curso de la carrera tecnica nos había tocado una maestra de edad madura que cierto dia, aprovechando que nos quedabamos tarde a los cursos nos hablo acerca del VIH.  e incluso nos conto de ciertos casos que había visto ella. incluso nos confeso ( creo que le oi confesarlo, no recuerdo bien)  que ella era  portadora desde los 32. en ese tiempo contaba unos 45, creo. de vez en cuando traía a sus dos hijas: una chiquilla de unos 10 años y otra, algo mas mayor; la cual era minusvalida.  en fin, creo que la recuerdo porque a  veces la mujer me trataba de forma diferente, no siempre como alumna. como si mis limitaciones e inseguridades juveniles no le importaran mucho.  parecía siempre algo neurotica, o maliciosa. bien, seguiré contando. me entere por un anuncio de la prensa acerca de aquel lugar. yo suponía que se trataba de un bar  y que solicitaban meseros  y/o mozas de cocina pues el anuncio en cuestion decía: " Solicito Chicas: de 18 a 29". como yo ( aun ahora) me hallaba en busca de empleo, acudí al sitio. era todo lo contrario. Además de que a una estación adelante del mismo metro se encontraba ubicada una Discoteca de la Comunidad GLBT. En resumen, por esa época aún había libre tránsito y expresión de la sexualidad en todas partes.igual me había enterado de ese establecimiento por medio de una revista sex shop. un anfitrión, mejor dicho un chico algo joven me recibió. varias chicas de unos 25 a 33 años se hallaban laborando, vestidas con un babydoll. el padrote se llamaba Horacio. era un joven criollo, moreno. el cual al principio intento simpatizar conmigo y me persuadio de probar su "oficio" yo acepte. algo nerviosa, ademas de sentirme impotente: quizas por estar entre personas que en ese tiempo eran adultos mas maduros que yo, en edad de la plenitud.  ademas, porque no había probado ni una gota del sexo aun. así, las chicas me prepararon: me dieron un babydoll que aun conservo, me maquillaron un poco;  luego, me echaron un afrodisíaco que decían contribuye a que el sexo sea placentero y era también como un anticonceptivo. después me fui a arreglar el babydoll y la ropa íntima. desde el baño pude escuchar los murmullos de ambos hombres: tarde en percatarme que gemian puesto que se hallaban haciendo el amor.  lo confieso porque escuche la voz de horacio que le decía al otro, un tal alex: " metelo, wey, metelo". acompañado de gemidos y susurros de placer. luego me toco a mi. el tipo que quiso yacer conmigo era larguirucho, alto, calvo y caucasico; aunque parecia un hombre higienico, tendria unos 34 años. intente excitarle al principio con sexo oral. luego en el orgasmo me monte encima del hombre, introduciendo mi vagina en su pene: aunque me dolió un poco,  luego sentí el éxtasis.  unos minutos después, estuve chupando su pene.  así, duro dicho orgasmo unas 2 horas y media pues el servicio era por dos horas. aun así, recibí 75$ pesos por mi hazaña sexual. mi primer salario hasta ahora, si cabe decirlo. dos semanas después, mas animada y con ganas de consumar el acto sexual ademas de la paga como chica galante de  un lupanar, asistí de nuevo al local. pero el padrote  dijo que siempre no, pues no me vio como chica vivaracha. en fin, me resigne. así, ha pasado el tiempo.  casi 11 años de mi primera vez; por cierto, recuerdo que a los 18 años tuve un primer encuentro sexual con un tipo de 27 años. Que obvio en ese tiempo accedí casi a disgusto pues no sentía interés alguno en el sexo a esas alturas. también lo intente rechazar porque deseaba tener mi primera vez con un chico apuesto, de mi edad y albedrío juvenil.  O en el mayor de los casos, con un compañero de escuela, lo cual me suena aún mas aberrante en la actualidad. Eso porque ví una vez cierta película italiana de un profesor en la treintena que seducir a una joven diletante de 19 años y como no se sintió satisfecho con ella, la maltrataba constantemente, ademas de perderse el respeto entre profesor- alumna. Por ende, si un tipo poco agraciado y grosero me lo pedía inmediatamente lo mandaba a paseo.  Más esa vez no me decidí  del todo y sin embargo accedí a probar el sexo. Recuerdo que lo encontré cierto día que mi mamá me había encargado comprar unos zapatos de bebé para su puesto de ropa en el mercado local. Así, el tipo moreno, menudo y de mostacho me sorprendió justo cuando salía del local con este artículo. Esa vez por mi inhibición semi adolescente y recato solamente accedí a que me lamiera  o mordisqueara de los senos,  más no deje que me penetrara bien la vagina. Obviamente ya se notaba que el tipo era aficionado al sexo y juergas, pero yo apenas lo entendía por mi juventud nubil.  Lo supe del tipo  por una llamada telefónica a unos amigos que hizo ese día en aquél hotel céntrico mientras yo estaba recostada y desnuda en el lecho, con un poco de inhibición. Después de esa vez, seguí limpia y no tuve intenciones de sexo.  Jamás se lo conté a mis padres. Sin embargo, tres días después fui a una excursión en Guanajuato que duró unas 6 semanas y no paso nada más.