Bajó su pantalón, sacó su verga la sacudió, volteo a verme sonrió y dijo...

Ven, tú quieres ayudarme.

¡No sabía que hacer! ¡Esa verga era Maravillosa!  gruesa, larga y con una cabeza hermosa...

Me acerqué la tomé con mi mano y la dirigí al mingitorio, me coloqué a sus espaldas y pude sentir como se vaciaba, la fuerza del líquido al salir me hacía imaginar la delicia de ser bañado con la miel de ese macho que vio en mi algo solo yo había descubierto hacía tiempo...

El sonido cesó y las últimas gotas caían, giró y al  me dijo quiero sacudirla en tu boca, yo solté ese trozo de placer y como si hubiera estado hipnotizado solo atiné a ponerme de rodillas frente, él tomó su herramienta, abre la boca me dijo me tomó con una mano por la nuca y sacudió su pito estrellándolo en las paredes un ternas de mis mejillas, el sabor salado de sus restos de orines eran un dulce despertar a mi sexualidad, una vez que terminó de sacudirla me dijo: Chupa la cabeza y succiona bien, así lo hice y pude sentir una gota de semen mezclada con orines...

Me dijo: Ahora guardame la verga, yo obediente así lo hice la acomodé, subí su bóxer, su pantalón, me incorporé y viéndome a los ojos me dijo...

Ahora eres libre, tus ojos me hablan de una pasión contenida que es tiempo de liberar...

Disfruta tu sexualidad.

Beso mis labios, al tiempo que palpaba mi paquete sonrió y se fue...

Todo parecía un sueño el tiempo se había detenido y yo finalmente lo había hecho, finalmente le abrí la puerta a mi nueva sexualidad...