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Categoría: Maduras

Mi primera quincena como mujer y sierva sexual de Matías.- 2

Recordarán que tras entregarme delante de mi marido a Matías y hacer que de esta forma fuera cornudo consentido (sabiéndolo, pues antes ya lo era sin saberlo), un fin de semana en mi casa. Mi marido consintió y acepto el acuerdo (firmado por contrato) que a partir de ese momento seria la mujer (con todas las consecuencias)  de los dos. Durante los meses del año, estaría 15 días de cada mes con uno y los otros 15 días restantes con otro,  así como los días que mi marido se tuviera que ausentar por más de dos o tres días de viaje también estos días pertenecería a Matías.

Al día siguiente por la tarde, tras comer, se echó a suerte a ver quién comenzaba a ser el primero que fuera mi marido durante los quince días siguientes, ganando Matías. Se acordó que con el que fuera a pasar los quince días siguientes me recogería en la casa del otro y viceversa, de esta forma mi marido podría disfrutar más veces de verme en brazos de otro hombre.

Tras esto preparé mi equipaje, con toda la ropa y otros accesorios y juguetes sexuales que hacía cuatro o cinco meses compramos Matías y yo y además ropa normal mía. Me vestí con ropa normal de señora decente y a eso de las 7,00 de la tarde de ese domingo nos fuimos hacía Ciudad Real a la finca de los padres de Javier (bueno ya solo de su madre) donde Matías trabajaba y tenía su vivienda a comenzar a vivir mis primeros quince días como mujer plena de mi dueño y señor Matías.

Cuando bajamos al garaje todo el equipaje y montaba en mi coche (pues Matías había venido en el AVE y no había traído su destartalado y viejo coche), nos cruzamos con mi joven vecino Rubén, que con una sonrisa en sus labios mirándome nos dijo, con un desdén especial como si supiera algo (que en realidad si lo sabía):

“Buenas tarde, se van ustedes de viaje, señor Pedro?”

Mi marido entonces le contesta:

“No Rubén, yo me quedo la que se va es Esperanza que se irá al pueblo con su primo Matías a pasar quince días, de esa forma descansa un poco y se despeja “

Él entonces dirigiéndose a Matías, y haciendo como si fuera la primera vez que le veía (recordad que ya se lo había presentado como mi primo cuando nos vio hacía unos meses bajar de mi casa a Matías y a mí para coger el coche, estando yo aún embarazada y coincidió que mi marido estaba de viaje), con el fin de no ponerme en un apuro le dijo:

“Me presento, soy Rubén vecino de Pedro y Esperanza. Entonces usted es primo de Esperanza”

Matías dándose cuenta que el chico estaba disimulando y haciendo como que no se conocían le contesta:

“Si, perdona que no me haya presentado: soy Matías primo de Esperanza que he venido a verlos y les he invitado a que se vengan a pasar al pueblo unos días y como Pedro no puede ha convencido a mi prima para que me acompañe, y de esa forma cambia de aires”

Rubén entonces mirando hacía mi y Matías y guiñando un ojo nos dice:

“Eso está muy bien, y espero que disfruten y se lo pasen muy bien juntos en estas vacaciones, es una pena que el “primo” Pedro no pueda acompañarles”

Diciendo esto, se marchó hacía el ascensor. Yo le di un beso y un abrazo a mi marido y Matías le dio un apretón de mano, diciéndole:

“Hasta dentro de 15 días, te esperamos en mi casa”

Montamos los dos en el coche, le puse en marcha y arrancamos. Cuando habíamos dejado el pueblo, Matías me hizo parar en la entrada de un camino y me dijo:

“Quiero que te quites las bragas y me las dé, yo las guardaré. Una vez que te las quite, súbete la falda hasta la cintura y deja al aire tu potorro, quiero que esté libre de ropa para cuando me apetezca tocártele y mirártele. Es precioso, me gusta mucho con pelos (como lo tenias antes del parto) pero así sin pelo solamente con la pelusilla de los que ya te están saliendo también  es bonito”

A mí me daba un poco de corte el ir así con todo mi sexo y piernas descubiertas por la carretera, por si nos parábamos en cualquier semáforo, o algún camionero u otra persona con un coche más alto si se ponía a nuestro lado podía vernos. O por si nos paraba la policía (aunque si estos nos paraban, me daría tiempo de bajarme la falda antes que ellos se asomaran a la ventanilla). Pero no quería llevar la contraria a mi amor, a mi hombre a mi dueño. A ese hombre al que me había entregado por completo. Él que podía disponer de mí como quisiera, y hacer con mi cuerpo todo lo que le apeteciera. Solo quería ser suya, complacerle en todo, ser su esclava sexual,  era mi dueño y señor; en esos momentos era mi vida. Estaba feliz de pertenecerle y estar con él de ser su mujer, para todo y con todas las consecuencias durante estos quince días que teníamos por delante.

A lo largo del camino me fue tocando mi sexo y metiéndome mano, masturbándome, acariciándome mis pechos, que también desabrochando mi blusa me los saco y los dejo al aire durante más de tres cuartos de hora una vez que pasamos Madrid. Así me llevo hasta que como un cuarto de hora antes de llegar a un área de descanso donde paramos (aproximadamente un poquito más de medio camino), cogió y de nuevo los metió dentro de mi sujetador y me abrocho algunos de los botones de mi blusa por la parte baja, lo que no me dio fueron las bragas (yo no sé las pedí ni le dije nada, sabía que aunque lo hiciera no me las daría pues deseaba seguir teniendo esa parte de mi cuerpo a su disposición sin trabas ninguna). Cuando paramos, yo cogí y me abroche el resto de los botones, dejando solo sin abotonar los tres últimos de arriba. Luego nos bajamos y entrando en el bar-restaurante pedimos algo para picar y comer, dado que como era natural a la hora que llegáramos sería tarde. Aparte de que Matías  (según me dijo) no tenía nada preparado para cenar  (solo tenía embutidos) y después del viaje no quería que yo cocinara, pues estaría cansada del viaje y prefería que descansara un poco hasta la hora de irnos a la cama.

Cuando salimos del restaurante para coger el coche, había bastante gente en el aparcamiento del área de servicio, pues acababa de llegar un autobús de una excursión. Al montarnos en el coche, Matías me volvió a mandar subirme la falda como la había traído todo el viaje y además me dijo que me desabotonara la blusa y sacara mis pechos de mi sujetador (sin quitarme este). Yo quedándome mirando le digo:

“Matías, no puedo hacer eso está todo el aparcamiento lleno de gente, y me van a ver desnuda,  espérate y un poco más adelante paro y lo hago”

Él mirándome con cara seria y de enfadado me dice:

“Eres mi mujer y harás lo que yo te diga. Quiero que hagas lo que te he dicho y no quiero que vuelvas a negarte hacer lo que te mande. Tú has sido la que has querido ser mi mujer, mi esclava sexual y someterte a todo lo que yo te diga, por tanto haz ahora mismo lo que te he dicho. Luego en casa ya te enseñare a obedecerme, mi amor, hazlo te quiero”

Yo cogí y para estar el menor tiempo posible exhibiéndome a los ojos de todas esas personas extrañas, puse el coche en marcha antes de dar marcha atrás para salir. Después, me subí la falda mostrándole mis piernas y mi coño, luego me desabroche los botones de mi blusa, cogí y llevando mis manos a uno de mis pechos me lo saque del sujetador y después hice lo mismo con el otro. La gente que estaba cerca del coche o alrededor, no daba crédito a lo que veía, que una señora ya madura se mostrara prácticamente desnuda (aunque estuviera dentro del coche) en un aparcamiento público no era normal. Todas las miradas se volvieron hacía mi, al hacer las maniobras con el coche mis grandes pechos comenzaron a bailar para un lado y para otro, era todo un espectáculo. Yo toda colorada por el bochorno que estaba pasando y  llena de vergüenza, solté el embrague y salí con el coche hacía atrás, metí con todas las prisas que pude la primera y arranque para dejar cuanto antes el aparcamiento y ser objeto de las miradas de todas aquellas personas.

El camino hasta llegar a su casa me hizo ir todo el tiempo así, al final me acostumbre. Al pasar por los diferentes pueblos toda la gente me miraba y comentaba, pasé mucha vergüenza, pero Matías quería exhibirme y yo lo soporté con gusto y con ganas de contentar al que en ese momento era mi marido, mi dueño , el hombre con el que compartiría y viviría los quince días siguientes.

Muchos cuando estéis leyendo esto y más hechos y actos que contaré más adelante, pensareis que como puedo ser tan sumisa y tan dócil, y soportar todas estas humillaciones, que si no tendría genio. Los que habéis leído mis anteriores relatos sabéis que yo no soy una mujer débil ni estúpida y que soy fuerte con pensamientos claros y con un concepto definido de cómo quiero que ahora sea mi vida, y que cuando tengo que enfadarme me enfado y pongo al que sea a raya. Si yo soy sumisa y dócil con Matías y le sirvo y hago todo lo que él me pide o me pida, no es por ser débil sino por mi fuerza y orgullo y sobre todo por el amor y sentimiento que tengo hacía él que hace que me arrastre a realizar todo lo que él quiera. Esta entrega y sumisión no es una entrega que yo le hago a la ligera sino que la realizo porque sé que él aprecia verdaderamente mi cariño y esfuerzo por serle sumisa y hacer todo, todo, lo que él me pida. Sabiendo que él me quiere y siente en su corazón un amor especial hacía mí y me considera en todo su mujer y que si no fuera porque yo le he dicho que no dejaría nunca a mi marido, nunca hubiera consentido en compartirme con él (cada quincena con uno) me hubiera impuesto - y así me lo ha dicho en varias ocasiones- que viviera todo el tiempo con él como marido y mujer.

Cuando llegamos, a la puerta de la finca al bajarse al abrir la puerta para que entráramos me dijo:

“Gracias Esperanza, se que te ha costado mucho el exhibirte por el camino y sobre todo en los lugares donde había gente, pero el hacerlo me ha calentado mucho y me ha hecho muy feliz, te quiero. Ahora mientras yo cierro la puerta arréglate y ponte como tiene que ir una mujer decente, toma tus bragas póntelas también. No quiero que nadie aquí dentro te vea cómo has venido enseñando tú cuerpo. Las personas que aquí puedan verte o gozar de ti, será siempre con mi consentimiento y con los que yo quiera y te indique.”

Yo le contesto:

“Si cariño, siempre haré todo lo que tú me digas y desees que haga, te quiero”

Me preparé como él me dijo y cuando se sentó de nuevo a mi lado, acerque mi boca a él y le di un beso demostrándole mi cariño. Al llegar a la zona del caserío, no se veía a nadie, estaba todo solo, únicamente en la casa principal (la de Javier), se veía luz en el salón y a través de la ventana grande del mismo pude ver la figura de Mamen sentada en uno de los sillones dentro del mismo.

Aparque el coche y bajándonos, cogimos el equipaje y entramos en la casa. Tras cerrar la puerta y dejar las maletas en el suelo, Matías me cogió por mi cintura y acercándome y apretándome a él, me dio un beso lleno de pasión en mi boca, que me dejo sin respiración. Después recorrió con sus manos todo mi cuerpo, mis pechos y bajando por mi espalda, caderas y vientre (donde se entretuvo un tiempo) acabando por llevar sus manos bajo mi falda y tocar mi sexo y mi culo encima de mis bragas, haciendo que me calentara un montón. Después cogiendo con sus dos manos el elástico de mis bragas, me las fue bajando con mucha delicadeza todo lo largo de mis piernas hasta mis pies, que haciendo que los levantara (primero uno y luego el otro) me las sacó y cogiéndolas se las llevo a su cara y nariz para olerlas y luego las dejó caer al suelo.

Después colocándose de rodilla y metiéndose bajo mi falda, me hace que abra un poco mis piernas, yo lo hago quedando mi almejita totalmente expuesta a la vista de Matías que comienza a pasarme con mucha delicadeza y muy suave una de sus manos por toda la rajita de mi sexo y la otra por los cachetes de mi culo, para acabar está metiendo uno de sus dedos en mi ano. Luego abandona la caricia que me hace en mi coñito, pero continua con su dedo metido en mi culo, luego mete otro más y así hasta tener tres metido dentro del agujerito de mi ano y comienza a moverlos como si me estuviera follando el culo con ellos. Después acerca su cara a mi “panocha” como a él le gusta llamar a mi coñito (aunque otras lo llama potorro) , siento el aire caliente de su respiración en él. Luego va deslizando sus manos por mis muslos, acariciándome el interior de los mismos a la vez que con su boca pasa rápidamente con sus labios por mi pubis y rajita que me chupaba y besa pasando de una al otro y de arriba abajo, rozando con su barba al hacerlo todo mi pubis y parte de mis muslos. Esta caricia me estaba excitando muchísimo y volviéndome loca, esto hizo que yo no pudiera reprimir mis gemidos de placer:

“Uuummmmm, que delicia, que placeeer me haces sentir con tu lengua mi amoooor….siiii sigue asiiiiii……no pareeesss…..me encanta como me lo haceeeeessssss….siiiiiiiiiii…..siiiiiiiii….nadie me le come como tuuuuuuu….mi amoooorrrrr……..”

Yo sin que él me diga nada me abro un poco más de pierna dejando (si aún es posible) más expuesta y accesible mi “panochita” para que mi querido Matías siga comiéndomela. Pero a él le parece que las tengo aún poco abiertas y llevando sus manos a mis muslos hace que las habrá aún más. Él entonces mira mi coñito y lo ve todo mojado y brillante por la excitación y el placer que me está proporcionando, entonces suavemente me aparta su boca de mi coñito  y mira los labios internos a los que acerca su lengua y me los chupa subiendo a través de ellos hacía arriba hasta que encuentra mi clítoris, en el que se entretiene excitándomelo a tope, esto me hace vibrar de placer. Yo cada vez estoy más caliente, si esto es posible, dado que con la comida de coño, que mi amor me está realizando, me está haciendo subir al séptimo cielo. Él me dice:

“Esperanza, relájate un poco, estás muy excitada y todavía falta bastante para que acabe y si sigues así vas a tener bastantes orgasmos y acabarás rendida y desecha por el placer….y la noche solo acaba de empezar….”

 

 

 

 

 

 

El ahora, tras decirme esto , ha dejado por un momento mi sexo y  ha bajado a la parte interna de mis muslo, me los está chupando haciendo dibujos con la punta de su lengua , hasta que llega a mis rodillas, luego de nuevo comienza asubir con su lengua hacía arriba por mis muslos y se va acercando a mi almejita, yo empujo mi culo hacía él, quiero que llegue pronto, quiero que me lo chupe y coma ya, no puedo resistir esas caricias que me están sabiendo a gloria, pero quiero más quiero que su lengua, su boca se coma literalmente mi coño. Noto sus labios sobre mi rajita presionándomela, chupándome los pliegues que forman mis labios, mayores y menores. Luego va subiendo hasta mi clítoris que en esta ocasión solo lo acaricia de pasada, para ir subiendo hasta mi pubis donde ya se pueden ir apreciando como van creciendo sus pelitos (aunque ahora aún son muy pequeñitos) noto como me lo raspa  con su cara al rozármelo, pasa casi sin rozármelos una y otra vez sus labios sobre mi rajita sin presionármela. Todo esto me excita muchísimo y vuelvo a mover esta parte de mi cuerpo hacía él para ver si de esta forma consigo acercarle más mi sexo porque necesito que me le coma con rabia con pasión. Entonces pone sus labios en la superficie de mi raja, me la besa suavemente y después más fuerte y con su lengua me va separando los labios de mi chocho, cuando ha logrado abrirlos hace correr su lengua arriba y abajo entre las capas de carme de mi coño, yo no aguanto más y le grito:

“Siiiii, siiiiii……mi aamoooorrrr…….asiiiii…..asiiiiiii…..que placer me estas dandooooo….nunca nadieee me ha comido mi sexo como tú lo estas haciendoooo…….aaaahhhhhhh…..cometeloooo……cometeloooo….yaaaaaaaaaa…..me estas matandooooo de placeeeeeerrrrr……me vieneeee …..me  vieneeeeee…..me corroooooo….siiiiiiii….ya esta aquiiiii……aaaaahhhhhhh….”

Yo con tanto palacer aprieto cerrando mis piernas cogiéndole entre ellas su cara y cabeza, él entonces las separa, con sus manos,  hasta conseguir librarse de ellas. Mete su lengua en el interior de mi vagina traspasando mis labios mayores y menores, tragándose todos los flujos de mi corrida y a la vez comienza a entrar y sacar ( la lengua) si me estuviera follando con ella, al entrarla y sacarla hace que roce mi clítoris, esto es lo más no se cuanto voy a poder resistir, no he acabado un orgasmo y me viene otro , comienzo a enlazar uno con otro,  sin correrme, necesito que me coma o toque mi clítoris y le digo:

“Matías……aaaahhhhh……cometeee todoooossss…..mis jugoooosss…..mis labioooossss…mi clitoriiiis ….cometelooooo….todoooooo……..quiero que te lo comaaaaassssss….son tuyooooossss…..siiiii….todos tuoyoooossss…..no puedo máááássss…sigooooo…coriendomeeeeeee ….me vieneeee un orgasmooooo tras otrooooo------ooooohhhhhh….que placeeeerrrr………mi amoooor……..te quieroooooo-------me estas volviendo locaaaa……..cabrón…..no puedo máááássssss….”

Él a todo esto no ha dejado de penetrarme  con tres de sus dedos por mi culo, y esto ha ayudado hacerme llegar a este estado en el que me encuentro ahora de excitada y no pudiendo más ahora gritándole le digo:

“!NO PARES!, ¡NO PARES! ,NO PARES!, ¡NO PARES NUNCA ¡!CABRON…..SIGUEEEEEEE……SIGUEEEEEEE…….ME MATAAAASSS, ME CORROOOOOO… AAAHHHHHHH….UUUUMMMMMMM QUE PLACEEEERRRR…..ME ESTOYYYYY CORRIENDOOOOOO………. SIGUEEEE…..SIGUEEEE…CHUPANDOMEEEEEE….TRAGATEEEE TODAAAAAASSSSS MISSSS CORREDURAAASSSS…. MIIISSS JUGOOSSSS….SOYYYYY TUYAAAAAA, TUYAAAA PARA SIEMPREEEEE…MI AMOOOORRRR..QUIERO SEEEERRR  TUUUUU ESCLAAVAAAAA…..TUUUU MUJEEEERRRR LO QUE TUUUU…QUIERAAAASSSS……CABRON QUIERO ESTAR SIEMPRE CONTIGOOOO….SER…..TUYAAAAA…..MATIASSS SER TUUUU…… ESCLAVAAAA….TUUUU MUJEEEERRR…LO QUE TUUUU QUIERAAAAS QUE SEAAAA……MI AMOOOORRRRR…….TE QUIEROOOOOO….”

Diciendo esto, no aguanto más mis piernas me flojean y no soy siquiera capaz de sostenerme, me fallan las piernas del placer que siento, no puedo, no puedo aguantar más de pie y al final me de dejo caer al suelo quedando de rodillas y semi- sentada apoyada contra la puerta de entrada. El entonces saca sus tres dedos de mi culo y haciéndome abrir mi boca hace que se los limpie, pues los ha sacado manchado de mis excrementos, diciéndome:

“Te has corrido como una puta perra en celo, ¿no has tenido bastante con lo que te hemos dado Pedro (mi marido) y yo durante todo el fin de semana. Toma límpiame mis dedos que me los has manchado con la mierda de tu culo, guarra asquerosa. Y ahora ponte de pie, desnúdate del todo y comienza a colocar tú equipaje y el mío en los armarios, pues a partir de ahora esta es tu casa y esa nuestra habitación. Cuando acabes, te das la crema en tus pechos pero no te los ordeñes, ya lo haré yo cuando vuelva. Luego me esperas desnuda en la habitación pero no acostada, pues aún no hemos terminado. Voy en mientras a decir a la señora que ya he llegado y que me de las instrucciones para mañana”

Me ayuda a ponerme de pie y él mismo me quita mi ropa y me deja desnuda, luego coge el equipaje, una a una todas las maletas (no me dejó cargar ninguna, fue un detalle por su parte, pues pesaban bastante) y haciéndome ir delante de él me acompaño a nuestra habitación, colocando dos maletas encima de la cama y las otra en el suelo. Me dio un beso en mi mejilla y agarrándome mi teta izquierda me la apretó dándomela un pellizco para al soltar dármela un guantazo en todo mi pezón, y marchó diciendo:

“Hasta luego, espérame como te he dicho, aunque tarde, pues la señora aparte de darme instrucciones, seguro que quiere que la “arregle alguna cosa” como todas las noches, ya me entiendes”

Le entendí perfectamente, él sabía que Mamen no solo le daría las tareas sino que por lo menos una vez haría que la follara y montara como el macho que era. Y yo sabía, porque ya me había advertido Matías, que él lo tendría que hacer, dado que era el ama, la señora, la patrona que le pagaba. A mí me dolía muchísimo saber que mientras yo le esperaba él estaría follando con la madre de Javier y que cuando viniera de vuelta, si quería que me hiciera a mi lo mismo tendría que esperar a que él se recuperara.

Hice lo que me dijo y coloqué mi ropa en el armario, puse toda la de él en un lado del armario y en el otro la mía. La ropa interior la coloque en los cajones de la cómoda. Luego saque de uno de los cajones de esta (la cómoda) donde tenía guardado los juegos de cama, unas sabanas e hice de nuevo la cama con sabanas limpias las que tenía las cogí y las lleve donde estaba la lavadora y las metí en el cesto que tenía al lado de ropa sucia, con la idea de lavarlas a la mañana siguiente. Cuando termine esto cogí el bote de crema para mis pechos y comencé a dármela primero en uno y pasado los 10 minutos en los que se tiene que estas extendiendo la crema y acariciando el pecho comencé con el otro haciendo la misma operación. Cuando acabe aún no había vuelto Matías, entonces cogí y me senté en una silla a esperarle. No acudió a casa hasta pasadas 2,30 horas, eran las 12,30 de la noche. Al oír la puerta me puse de pie, desnuda como estaba y le dije:

“Has tardado mucho cariño, Mamen te ha entretenido bastante, ¿te ha puesto mucha tarea para mañana?, se te ve algo cansado”.

Él acercándose donde yo estaba, me da un beso en la mejilla y me dice:

“Si la señora, tenía bastantes cosas que tratar conmigo, además la he tenido que hacer un arreglo por sus bajos, espero que no te enoje esto último, pues antes de firmar el contrato te quedé bien claro que yo podría estar con las mujeres que quisiera y me apeteciera y que una de ellas sería mi señora, la cual sabes que me tiene como una de mis labores el contentarla sexualmente. Y si no te quisiera a ti tanto y no hubieras accedido a vivir conmigo, puedes estar segura que estaría viviendo con ella en la casa grande, como amante y señor, pues cuando se separó y se divorció de su marido me lo propuso. Pero yo la dije que estaba comprometido contigo y que tú serias mi única mujer y esposa. Entonces me puso como condición para seguir en la finca y hacerme Encargado general, -dado que no quise renunciar a ti por ella y así se lo dije-,  que la tendría que contentar sexualmente cada vez que ella quisiera, estuvieras tú o no, caso contrario me despediría. Y que siempre que me llamara tendría que acudir y si quería que tú participaras en alguna de las sesiones de sexo que  tuviéramos, te tendría que traer y participar sin condición”.

Yo le contesté:

“Ya lo sé e igual que lo acepte cuando te pedí estar contigo toda mi vida, sigo  ahora aceptándolo. Pero aún así me duele el tener que compartirte con ella o con cualquier otra mujer. Me gustaría que solamente fueras mío y tenerte siempre a mi lado y a mi disposición ya que solo puedo disfrutar de ti durante quince días al mes y el resto estar con mi otro marido.”

Él haciéndose el duro y agarrándome de la muñeca me contesta:

“Eres mi mujer en todo y para todo y como tal me debes de obedecer y acatar todo lo que yo te diga y ordene sin protestar, como has hecho en el viaje. Caso contrario sabes que doliéndome mucho tendré que castigarte, como haré ahora mismo en primer lugar: por dudar en obedecerme, en el aparcamiento del área de servicio,  cuando te dije como quería que vinieras en el viaje,(al hacerme luego caso has conseguido que el castigo sea más suave). Y en segundo lugar por decirme lo que acabas de decir que te duele que este con otras mujeres, cuando es una de las condiciones que te puse (aunque lo aceptes) , de esta forma castigándote desde el primer día que estás viviendo en esta casa (aunque hoy sea suave) aprenderás a obedecerme y hacer siempre sin protestar lo que yo te mande y ordene, como dicen las condiciones de nuestro contrato. De esa forma también damos tiempo a que yo me recupere un poco tras mi follada con la señora para poder darte placer a ti por esa “panochita” tan linda que tú tienes mi amor, pues luego quiero amarte con todas mis fuerzas, te quiero y te necesito”

Diciendo esto me llevo agarrada de mi muñeca con él hacía la cama, donde me hizo tender boca arriba. Luego fue a un cajón y cogiendo unas cuerdas me ató las muñecas, cada una a un lado del cabecero de la cama y cuando las tuvo estas bien atadas, hizo lo mismo con los pies (por los tobillos) en la parte de abajo (los pies) de la cama. Luego me dejó así atada y me dijo:

“Espera un momento y no tengas miedo, el castigo será suave, solo lo hago como señal para que sepas que el que manda en casa soy yo y tú me tienes que obedecer en todo sin protestar, pues eso es lo que hemos acordado”.

Tras decirme esto sale de nuevo de la habitación y baja al sótano (donde tiene preparado una especie de mazmorra para infligir los castigos que nos merezcamos, antes a Inés y a partir de ahora a mí.

Al poco rato regresa con varias gomas elásticas, extractores de leche por ventosas y eléctrico, ventosas, velas, pinzas, consoladores y una fusta, lo dejó todo encima de la cama entre mis piernas. Primero me acoplo una de las ventosas del extractor de leche en mi pecho izquierdo, conecto la máquina de extracción eléctrica y comenzó a ordeñarme hasta que me sacó toda mi leche. Luego me quitó de este pecho la ventosa y la paso al derecho haciendo la misma operación, cuando acabo, se acercó a la cocina y cogiendo una jarra de cristal, vació toda la leche que me había extraído en ella. La verdad es que a medida que me extraía la leche me proporcionaba un placer especial, me gustaba sentir como la máquina me iba extrayendo y sacando la leche de mis pechos. Luego al regresar de dejar de nuevo la jarra con mi leche en la cocina, se situó primero a uno de los lados de la cama y cogiendo un montón de gomas elásticas llevo sus manos a mis pechos y comenzó a acariciarlos y sobarlos dándome sus caricias mucho placer. Cuando más estaba disfrutando de estas caricias paró de golpe. Cogió el pecho derecho y comenzó a meterle dentro de una goma elástica, luego otra y así sucesivamente hasta tenerle prácticamente cubierto la mitad de su tamaño con estas gomas alrededor de él. Mi pechó quedó dentro del circulo que formaban las gomas, al ser estas bastante más pequeñas que el diámetro de mis pechos me le apretaban muchísimo, de tal forma que el volumen de mi pecho comparado con el izquierdo (una vez que había acabado de poner todas las gomas que creyó oportunas) se había comprimido una tercera parte de su tamaño. Mi pecho se me puso rojo casi morado, la presión de las gomas hizo que mi aureola y pezón se hincharan al máximo quedando este último erecto y muy sensible. Luego lo acarició por encima de las gomas y al hacerlo sobre mi pezón, me produjo un fino y duro dolor que no pude reprimir lanzar un pequeño chillido. Luego dejó este pecho e hizo la misma operación con el izquierdo. Tras terminar comienza adarme guantazos en mis pezones, haciéndome bastante daño, a la vez que me decía:

 “Chilla, chilla ahora, ¿te duele perra? ¿di te duele? Así aprenderás quien manda en casa y no volverás a dudar en hacer lo que yo te diga, pedazo de puta, golfa, chilla de dolor, perra asquerosa”

Luego cogió dos de las pinzas que había traído y me colocó una en cada uno de mis pezones, haciéndome un daño horrible. Yo como pude me aguante el dolor y procuré no chillar. Pero él entonces cogió la pequeña fusta que había traído y comenzó a golpearme en mis pechos por las zonas que quedaban libres de las gomas y en la parte del pezón y aureola que no tenía puesta las pinzas. El dolor era insoportable y entre gritos y lágrimas le dije: 

“AAAAHYYYYYYY QUE DOLOOORRRR, Matías no seas bruto me matas de dolor, aaahyyyyyyyy, deja de pegarme y torturarme te juro que siempre te respetaré y haré lo que tú me digas sin oponerme….por favor no sigas castigando de esa forma mis pechos…..por favor me duele mucho…mmmmm…”

Él entonces dejó de darme con la fusta y me quitó también las pinzas. Luego se acercó a mí y empezó a besarme por toda mi cara hasta que llego a mi boca, me metió su lengua dentro de la mía y me dio un morreo de campeonato. Mientras hacía esto llevo una de sus manos a mi entrepierna y comenzó a acariciar todo mi potorro, para luego dedicarse más a mi clítoris y comenzar una masturbación en toda regla, entonces dejó de besarme pero siguió con su caricia en mi clítoris y me dijo:

“Te quiero Esperanza, perdona si te he hecho daño, pero tengo que hacerlo para que aprendas, y además ya sabes que me excita muchísimo todo esto del masoquismo. Ahora vamos a seguir, de verte así atada y los pechos con las gomas y amoratados se me está comenzando a poner mi verga en forma,….en cuanto esté preparado te compensaré todo esto y vas a disfrutar como nunca…mi amor”

Cogió una de las ventosas manuales que había traído y una bomba de vacío que la conectó a ella a través de un tubito de goma, dejó de masturbarme con la otra mano y colocó la ventosa (en realidad era un extractor de leche) sobre los labios mayores de mi coño. Luego comenzó hacer el vacio con la bomba hasta que comprobó que no se desprendía la ventosa de mi coño. Este a medida que pasaba el tiempo comenzó a hincharse y a hacerse los labios mayores y menores más gordo, esto me proporcionó mucho placer. Entonces él, acercándose a mi cabeza, se quitó los pantalones y calzoncillos y cogiendo su polla que ya se empezaba de nuevo a ponerse erecta, me cogió la cara y abriéndome con sus manos mi boca me introdujo en ella su verga, empujando hasta mi garganta. Al ser tan gorda me llenaba toda mi boca, apenas podía respirar, entonces cogiéndome y apretándome mis pechos haciéndome un daño grandísimo me hizo chillar de dolor, esto le excitó  y entonces me dijo:

“Chúpamela putón verbenero, que eres una puta asquerosa, zorra, ramera, chupa, chupa, no querías polla pues toma chúpala hasta que se ponga como se tiene que poner para luego poder follarte y correrme dentro de toda tu panocha, quiero llenártela hasta que se rebose y corra mi leche por todo tu potorro”

Tras los primeros segundos de estar chupándosela, por fin soltó mis pechos. Y a medida que yo continuaba mamándosela comenzó poco a poco y con mucho cuidado a quitarme las gomas que oprimían mis tetas amoratadas como consecuencia de la presión que las gomas habían ejercido sobre ellas. Él con mucha delicadeza ahora comenzó a manosear mis pechos para irlos haciendo ir poco a poco recuperando la normalidad, habían quedado las marcas de las gomas sobre ellos. Esta caricia me tranquilizó e hizo que me forzara en da placer a mi hombre, lo cual pronto comprobé que lo estaba consiguiendo. Al poco tiempo él parecía fuera de sí, cada vez me empujaba más adentro su polla, apenas podía respirar, y el dolor de mis pechos cada vez iba siendo menor, estaba realmente disfrutando de poder tener dentro de mi boca la hermosa polla de mi amado y de ver como él comenzaba a llegar a un grado grande de excitación. Pero él quería seguir pareciendo duro conmigo, aunque yo sabía que hacía todo aquello para enseñarme a obedecerle en todo y a ser suya completamente, entonces me dice:

 “Ahora Ramera te voy a follar bien follada, pues tu panocha con la ventosa esta inflamada y solo rozarte mi polla te hará vibrar, veras Esperanza que sensación tan placentera y agradable vas a notar cuando arrime mi polla a ella y vayas notando como te entra poco a poco en ese coñito tan estrecho que la comadrona te ha dejado en el parto. Tenemos que aprovechar una vez que te quite la ventosa no tardará más de 10 ó 15 minutos a estar los labios de tu almejita en su tamaño normal y para entonces yo ya quiero tener mi verga dentro de ti apagando ese fuego de mujer y hembra caliente que tienes dentro , mi amor. Te quiero, te quiero y te deseo, perdóname por insultarte y hacerte daño…sabes que después de hacértelo me arrepiento y me pesa muchísimo, mi amor….prepárate voy a quitarte la ventosa y comenzamos. Prepárate a disfrutar mi vida mi dueña, mi señora, mi vida…amor te quiero……”

Yo entonces le digo:

“Ya lo sé mi amor, ya sé que te duele hacerme esto, no te preocupes mi amor, ahora estoy deseando de tenerte dentro de mí. Te quiero mi vida, siiiii, siiiiii mi macho, ven Matías te deseoooo quiero tenerte dentro de mí, quiero que te corras dentro y me comas mis pechos. Quiero disfrutar de tu gorda polla y que tú disfrutes de este cuerpo que te ofrezco pues es todo tuyo, quiero verte disfrutar de él. Soy toda tuya, disfruta de mi, de mi cuerpo, haz con él lo que quieras y no sufras por haberme castigado. Me lo merecía por dudar al hacer lo que me pedías y enfadarme por que hayas estado follando con Mamen…has hecho lo que debías hacer castigarme, castigar a esta perra asquerosa y  sumisa. A tu mujer a esta mujer que no desea otra cosa en este mundo que estar siempre contigo, de pertenecerte en todo, de ser tu esclava, tu sierva….mi amor. Entra dentro de mí y corretee dentrooooo…siiiiii dentro de esta tu puta, de esta tu  zorra,  de tú mujer si mi amor porque ahora soy tu mujer, quiero hacerte disfrutar y sentir como te corres dentro de miiiiiii, siiiiiii, ven no esperes más…mi amooooorrrr…..”

 Matías se pone entre mis piernas y comienza a pasarme su gorda polla por todo lo largo de mis inflamados labios vaginales, subiendo al acabar ellos y  llegando hasta mi clítoris donde se entretiene y de nuevo vuelve a recorrerlos en sentido contrario, me está poniendo cada vez más caliente no aguanto más y le digo:

“No seas malo, cabrón métemela de una vez ya, la necesito dentro estoy muy salida y caliente, métemela, por favor, hazlo yaaaaa….”

Entonces él agarrando con mimo y delicadeza mis tetas, coloca su polla a la entrada de mi almeja y de un empujón logra meter la mitad dentro de mi chocho, yo deseo agarrar su culo y empujarle más hacía mí para que entre más dentro de mí, pero no puedo al estar atada. Voy notando como, al ser ahora tan estrecho mi coño, va rozándome las paredes de mi vagina produciéndome un gran placer hasta que por fin la noto toda dentro su extraordinaria polla de 28 centímetros de larga y 10 centímetro de diámetro de gorda. Cuando la tiene toda dentro,  Matías  se deja caer despacio encima de mi cuerpo. Él se queda un ratito quieto hasta que nota como mi almejita se va acoplando y adaptando a esa polla tan gorda, entonces él me dice:

 “Querida, tranquila, déjate llevar , sin prisa, vas a disfrutar como nunca lo has hecho mi amor…quiero hacerte disfrutar de tal forma que olvides a tu otro marido por completo en estos días, quiero que quieras estar siempre junto a mí, que te cueste dejarme para irte con tu cornudo….quiero que necesites tenerme dentro de ti a todas horas ….quiero poseerte y que sientas que te soy necesario …que sin mí no puedes pasar…ni vivir…mi amor….”

El lleva sus labios a uno de mis pechos comenzando a chuparlo y a succionar su pezón y sujetándose en sus brazos se alza un poco de encima de mi cuerpo y comienza un movimiento, primero lento y luego acompasado cada vez más deprisa consiguiendo que a cada embestida de él sienta más placer y ganas de tenerle dentro y sentí su leche llenándome toda mi vagina. El ritmo de Matías es cada vez más rápido y yo comienzo a sentir tal gusto y sensaciones deliciosas que  noto como empiezan a emanarme mis flujos por el placer que me está proporcionando mi hombre, mi “marido”, entonces me entran unas ganas locas de abrazarle y le digo:

“Matías, cariño, desátame las manos quiero abrazarte y acariciar tú cuerpo, quiero sentirte, me estas poniendo con tu follada muy caliente, te deseo, te deseo, sigue, sigueeee….”

Pero él parece no oírme y sin dejar de bombear en mi coñito me dice:

“De desatarte nada, puta, porque eres una puta, ¿Cuántos hombres han entrado en ese coño ¿ he puta, ¿Cuántos? Siiiiii…..i y el cornudo de Pedro, tú marido, sin saberlo, pobre de él. Conmigo no será así puta porque con cada uno que estés y me seas infiel te daré tu castigo, serás solo mía y del que yo quiera, toma, toma mi polla, siiii, como me gusta follarte Esperanza, siiiii, que placeeerrr, te quieroooooo,siiiii te quieroooooo, quédate conmigo , quédate conmigo, quiero tenerte , no quiero que vuelvaaaaasss con tú maridoooo… golfa, y guarra, siiiiiiii ahhhhh, siiiiii”

A mí con sus embestida me ha llegado el orgasmo y no paro de tener un orgasmo tras otro, me está haciendo disfrutar muchísimo, estoy a punto de correrme siento muchísimo placer, estoy ya más salida y caliente que una zorra, y a punto de llegar a correrme le digo:

 “Siiiiiii, siiigueeeee, asiiiiiii que bien me lo estas haciendooooo, como noto en mi coño tu gorda pollaaaaaa, no pareeeess que me vieeeennneeeee , que me vieneeeee el orgasmooooooo, aaaaahhhh,siiiiiii ooohhhh, puschssss, puchssssaaa, aahhhhhhhh me corroooooooooo, sigueeeee, sigueeeeee me corroooooooo, correteeeee , correteeee túúúúuuuuuu dentro de míiiiiiiiiii, quiero sentir tu corrida en mi vaginaaaaaa, siiiiiiiiii correteeeeeee………”

El animado por mis gritos, continúa su mete y saca cada vez más deprisa, cuando yo estoy en mí no se qué orgasmo (ya he perdido la cuenta) siento como él se tensa y me empieza a inundar mi coño con su corrida a la vez que grita:

““ Esperanzaaaa, me vieeneeeee que gustoooooo, como follas mi amoooorrr me corrooooooooo, lo que he deseado este momentooooooo, ahhhhhhhh, ohhhhhhhh, me corrroooooooo, tomaaaaaaaa , tomaaaaaa mi lecheeeeeeee, pedazo de hembraaaaaa, putaaaaaaa, rameraaaaaaa, zorraaaaaaa tomaaaaa, tomaaaaa, mi lecheeeee me corrroooooooo, es tuyaaaa , te quierooo Espeeeerannnnzaaaaaaa, siiiiiiiiiii, ahhhhhhhhhh oooohhhhhhhh que placeeerrrrrrr, me corroooooooooo………”

Según acaba de decir esto, sin sacar su miembro de mi vagina se deja caer sobre mi pecho sudoroso, mojándome todo mi cuerpo y acercando su  boca a mi cara me da una serie de besos para acabar con uno largo en mi boca y me dice:

“Gracias Esperanza, te quiero y te deseo, eres la mujer con la que más he gozado y mejor he estado en mi vida, te quiero junto a mi toda mi vida mi amor, te quiero”

Yo le contesto:

“No mi amor, no me des las gracias, soy yo la que te las tengo que dar, pues me has hecho desfrutar muchísimo. Ha valido la pena el castigo para tener un final tan bueno. Una pregunta Matías ¿estás contento con que este contigo y me haya convertido en tu esposa y mujer al firmar ese contrato? Aunque bien sabes que con contrato o sin él yo hubiera estado contigo como te dije, pues el contrato fue cosa tuya a mí no me hacía falta”

Me dice:

“Si mi vida, ahora mismo soy el hombre más feliz sobre la tierra, pues estoy contigo y tú eres mi mujer, mi esposa, mi vida, lo que siempre desee desde el primer día que te vi llegar con el señorito Javier, aunque nunca pensé que se pudiera hacer realidad. Ya me hiciste feliz cuando estabas con Javier aquí este verano pasado y propuso él que intercambiáramos a nuestras mujeres, él se quedó con la que entonces era mi mujer, Inés, y yo me quedé contigo durante tres días. Esos  días que estuviste conmigo, nunca podré olvidarlos y me hubiera gustado que no se hubieran terminado nunca. Luego cuando me compraste los derechos sobre Inés y la protegiste y me obligaste a darla el divorcio, creí que me odiabas y que se habían perdido todas las posibilidades de poder volver estar contigo, pero no pude olvidarte nunca. Cuando estaba con otras mujeres siempre pensaba y me imaginaba que era contigo con quien estaba. Por eso cuando hace unos meses, ya en tú última etapa de embarazo, pude de nuevo estar contigo y conseguí que te encelaras y enamoraras de mi y que necesites estar conmigo, esto hizo que me sintiera lleno de alegría y felicidad. Pero el consumar estar viviendo contigo a partir de hoy como marido y mujer eso es lo más grande que me ha pasado y no sé ni tengo palabras para poder expresar la alegría y el estado en que ahora me encuentro. Estoy seguro que de entre todos los hombres con los que has estado, habrá algunos o quizás muchos que te han amado y querido, pero puedes tener la seguridad que como yo te quiero es imposible que haya habido alguno”

Mirándole a sus ojos con mucho cariño, él aún esta tendido encima de mi y con su espada dentro de mi vagina, donde aún la siento dura y tiesa, le digo:

“Por favor Matías desátame, aunque solo sean las manos, quiero y necesito abrazarte, besarte y agradecerte llenándote de amor, esas palabras que acabas de decirme, me haces muy feliz, yo también te quiero y te amo y estoy muy contenta y feliz de ser tu plena esposa, tu mujer y poder vivir contigo en esta casa, te quiero mi amor”

Él entonces, se sale del interior de mi vagina, esto hace que empiece a salirse mis flujos mezclado con su inmensa y abundante corredura, mojándome toda mi zona genital y corriendo  un reguero para caer en las sabanas recién cambiadas y mojándome de esta forma mis muslos y mi culo. Luego de rodillas en la cama me desata mis muñecas y dándose la vuelta también mis tobillos, dejándome en libertad. En cuanto estoy libre me incorporo sentándome en la cama con las piernas abiertas dejándole a él entre media de rodilla y echándole mis brazos a su cuello me fundo con él en un beso y abrazo apasionado. Siento aún algo de dolor en mis pechos que aprieto contra el suyo, pero no me importa el sentirme abrazada a él, el poder tocarle y acariciarle con mis manos me hace muy feliz y me hace olvidar el castigo sufrido y el dolor que aún tengo en mis tetas. Así permanecimos un buen rato, hasta que él me separa con mucho mimo y me dice:

“Ven vamos a tumbarnos, desnudos como estamos en la cama estaremos más cómodo.”

Haciéndole me preparo para tumbarme, pero antes le pregunto:

“Matías ¿Cuál es tu sitio? ¿a qué lado de la cama duerme, mi amor?”

Y el me contesta:

“Desde que me casé con Inés estoy durmiendo al lado derecho, pero si es el tuyo querida puedo cambiar y coger el contrario”

Yo tumbándome en el lado izquierdo, le digo:

“No te preocupes, está bien, sigue durmiendo en ese lado pues estas acostumbra y si cambiamos igual te cuesta hacerte a tu nueva postura”

Yo me tumbe boca arriba con mis manos y brazos detrás de mi cabeza, dejando al aire y a la vista de él, la pelambrera de mis sobacos. Sabía que ver mis axilas llenas de pelos le excitaba muchísimo y quería excitarle de nuevo, quería que me volviera a tomar y que volviera a poseerme, estaba hambrienta de él.   

Él se tumbo también, pero de costado mirándome y comenzó a acariciar mis pechos y mis axilas, luego bajo por mis brazos de nuevo hasta mis cantaros de leche donde se entretuvo un ratito para después proseguir sus manos el camino hasta llegar a mi almejita que acaricio con mucho cuidado y delicadeza. Como no dejaba de salirme nuestras corrida, cada vez que me pasaba su palma por mi raja esparcía luego por todo mi cuerpo los restos de nuestras corridas, según me acariciaba me dijo:

“Antes cuando he estado con la señora, aparte de saludarme y preguntarme como había pasado el fin de semana me dijo las tareas para mañana. Después , al decirla yo que habías venido conmigo y que ahora eras mi mujer y contarla que a partir de ahora pasaras aquí quince días de cada mes, me dio la enhorabuena y me dijo que mañana, mientras yo estoy en mi trabajo, pasará por aquí para saludarte, hablar y hacerte compañía hasta que yo venga a comer. Después ya sabes lo que pasó. Al estar con ella, Esperanza, solo pensaba en acabar pronto, y poder volver estar de nuevo contigo. Las 2,30 horas que he tenido que estar ausente de contigo y con ella, se me han hecho larguísimas, como si hubiera estado el doble del tiempo”

Yo me doy la vuelta y me coloco también de costado, y acercándome a él le paso mi brazo por su espalda y lo atraigo hacía mi diciéndole:

“Ven mi vida, pégate a mí, quiero sentir tu cálido cuerpo contra mi piel, sentirte cerca junto a mí  piel con piel, pecho con pecho y boca con boca. A mi tu ausencia se me ha hecho eterna, quería que aparecieras por esa puerta y tú no llegabas, te necesitaba quería amarte mi amor. Hazme otra vez el amor Matías quiero sentirte de nuevo dentro de mi, en mi interior notar tu cálido miembro y sentir como me derramas tu leche caliente en mi vagina….me gustaría quedar preñada de ti y tener un hijo tuyo…quiero sellar nuestra unión con este hijo, no hace falta que sea de inmediato pero si quiero que me hagas un hijo , que me preñes bien preñada como decid la gente del campo ¿me lo harás, mi amor?¿tú quieres preñarme..?”

Él dándome un beso me dice:

“Si , si quiero preñarte, es lo que más deseo tener un hijo contigo, lo he deseado y soñado tantas veces. Pero debemos esperar un tiempo a que te recuperes totalmente de tu embarazo pasado. No quiero que puedas tener problemas por tu edad y perderte. Iremos antes de nada, esta semana a un ginecólogo que te haga un buen examen y que nos digas si puedes y que riesgos corres tú y la posible criatura. Ahora mi amor debemos de dormir y descansar, son ya las 3,00 de la mañana, yo me tengo que levantar a las 6,00 y tú aparte de estar cansada del viaje tendrás bastante trabajo mañana aquí en la casa, pues tienes que cambiarla y ponerla a tú gusto que para eso es ahora tu casa”

Yo acerco me cara a su oído y le digo mu mimosa:

“No mi amor dame un poquito más , quiero tenerte, quiero amarte…”

Pero él dándome un beso me dice:

“No seas traviesa y sé buena, es mejor que hoy descansemos, a partir de ahora tenemos toda la vida para disfrutar uno del otro y amarnos. Hazme caso, vamos a dejarlo por hoy y vamos a descansar que mañana nos espera un día duro”.

Yo le contesto:

“De acuerdo, pero quiero que durmamos unidos, abrazados y tú dentro de mí. Por favor méteme tu verga, mi amor dentro de mi “potorro”, quiero dormir con ella dentro”

Él entonces coge con su mano su polla, que aún (aunque no la tenía tiesa del todo) estaba un poco erecta y la lleva a la entrada de mi rajita y con cuidado me entra su punta. Entonces yo cogiéndole de improviso dando un movimiento de cadera y atrayéndole con mis manos por su culo me pego por completo aél, consiguiendo que me la entre toda completa dentro de mi vagina. Me siento llena, y siento un gran placer al tenerla dentro, la noto como está tocando las paredes de mi vagina y como llega prácticamente hasta mi útero. Comienzo a jugar con mis músculos vaginales haciéndole que él sienta placer, quiero que nos durmamos así, sigo jugando con mis músculos y él comienza a emitir algunos gemidos de placer, así estamos un rato como unos diez minutos, hasta que al final me dice:

“Esperanza vamos a dejar de jugar y durmámonos, mañana seguimos, tenemos que descansar. Si no te quedas quieta con tu coñito vas hacer que me tenga que salir de él y no quiero, pues también quiero dormir con ella dentro de ti. Así que mi amor, por favor ven abrázate a mí y vamos adormir”

 Le hago caso y abrazados y muy pegados uno al otro, desnudos nos dormimos. A la mañana siguiente a eso de las 6,00 sonó el despertador, le apagamos y dando la vuelta me dijo:

“Esperanza estas despierta, es la hora tengo que levantarme”

Yo le contesto:

“Sí me ha despertado la alarma del despertador, pero es muy temprano, no te vayas quédate aquí conmigo haciéndome el amor”

Contestándome:

“Ojala pudiera mi amor, es lo que más deseo en estos momentos, pero la obligación me llama, tengo que levantarme”

Se sale de la cama y se viste, yo entonces me incorporo, me levanto y voy al armario de donde saco una batita de estar en casa, me la pongo y voy a la cocina, donde ya esta Matías y le digo:

“Me levanto contigo y te preparo el desayuno”

Él me dice:

“Gracias mi amor, la leche la tienes en el frigorífico, es la tuya, la que te ordeñe anoche. Mientras tus pechos tengan lecho quiero beber todos los días esa leche.”

Yo entonces tras hacer el café y echarlo en las tazas me saco uno de mis pechos y comienzo a apretármele para sacar mi leche, cuando empieza a salir apunto hacía su taza y comienza a ordeñarme hasta que le lleno su tasa, luego hago lo mismo con la mía y le digo:

“Mejor sacarla directamente, estará más calentita. Dejaremos la que me sacaste anoche para hacer algún dulce para el desayuno, verá como con esta leche te van a gustar más que como te los hacía Inés”

Después, tras desayunar coge abriéndome la bata y acercando su boca a mi pezón derecho y sujetando mi pecho con sus dos manso , comienza a ordeñarme  tragándose toda la leche que va sacando. Cuando se cansa de ese pecho cambia al otro. Luego baja por todo mi vientre con su lengua para acabar en mi sexo en el que se entretiene dándomele una buena comida de coño, poniéndome a cien de caliente. Después se levanta y me dice:

“Vamos a dejarlo cariño, tengo que trabajar. Te dejo dinero en mi mesilla de noche, para que te acerques al pueblo y puedas comprar lo más necesario, luego cuando yo acabe esta tarde iremos a Puertollano y haremos una buena compra para estos quince días. Acuéstate y descansa, anoche era muy tarde cuando nos dormimos y debes tener sueño, la señora no vendrá por lo menos hasta las 11,00 de la mañana , ella no suele madrugar.”

Yo le contesto:

“Que pena tener que dejarlo, con lo caliente que me habías puesto, si no `puedes acabar por tu trabajo, tendré que acabar masturbándome, pues estoy ahora mismo en tal estado de excitación que me subo por las paredes y si sigo así, ni podré dormir ni hacer nada en la casa, hasta que me desahoge”

Él mirándome me dice:

“Mi amor, es que no tengo ya tiempo, pues es la hora y voy tarde, sino bien sabes que me encantaría hacer el amor ahora mismo contigo, pero las circunstancias mandan y ahora no puede ser”

Coge su chaqueta de trabajo de la percha y acercándose a mi me coge por la cintura atrayéndome hacía él y ne da un beso en mi voca que me deja sin respiración, después me deja y se despide al salir de la casa diciendo:

“Adiós querida, cuídate….te quiero”

Yo recogí la mesa del desayuno y marché de nuevo al cuarto de matrimonio. Fui a la cómoda tocador y cogiendo la crema de los pechos aproveche para dármela en mis dos ubres. Esas caricias en mis sensibles tetas hicieron que aumentara mi calentura. Cuando acabe de los masajes en los pechos, baje al sótano y cogí uno de los consoladores que tenía Matías y hacía unos meses habíamos comprado en la tienda de Madrid donde nos proporcionaron todo el material para castigo y juguetes de placer. Con el en la mano me dirigí de nuevo a nuestro cuarto y tumbándome en la cama, totalmente desnuda, comencé a acariciarme mi chochito y clítoris y cuando llevaba un ratito haciéndolo, cogí el consolador y me le metí en mi almejita, comenzando con él un mete y saca cada vez más rápido. Cerré mis ojos y con la mano libre me acariciaba mis pechos y pensaba que el falo que estaba moviéndose en mi vagina era el de mi querido Matías, así estuve hasta que me vino un tremendo orgasmo corriéndome y gritando como una loca de placer. Después me saque el consolador, lo puse encima de mi mesilla de noche y traté de dormir (ya más tranquila) cosa que conseguí al poco tiempo.

Cuando me desperté eran ya las 9,30 de la mañana, la cabezadita que había echado en esas dos horas me habían ayudado bastante, estaba descansada y dispuesta a recibir el día que se me presentaba por delante. Sabía que sería un día duro de trabajo, pues quería ir cambiando la casa a mi gusto y limpiando y arreglando todo lo que pudiera, aunque lo iría haciendo poco a poco, pero el primer día quería hacer por lo menos lo más urgente.

Antes de comenzar todo, lo primero que hice fue coger el extractor de leche eléctrico, que empleo ayer Matías, y me saque la leche que quedaba en cada uno de mis dos pechos. La que extraje, la vacié en la misma jarra que Matías había dejado con la que él me extrajo ayer. Después hice un flan, con huevos que cogí en el gallinero de la finca, para que mi esposo degustara mi leche en otra forma que no fuera solamente bebida..

Después me puse la bata de estar por casa, que me había puesto cuando por la mañana me levanté con Matías. Era una bata enguatada de caballero (un batín que llamamos), que tenía Matías en el armario (el nunca usa bata por eso prácticamente estaba como nueva) y aunque era ancha, me quedaba bien debido al volumen de mis pechos, de larga me llegaba como una cuarta por encima de mi rodilla. No quise ponerme ninguna de las mías (pues eran casi todas transparentes y bastante sexi) por si entraba o venía alguien a la casa a parte de Mamen, pues si hubiera tenido la certeza de que era ella la única que vendría , si me hubiera puesto una de las mías, pues ella ya me conoce de sobra mi cuerpo desnudo.

Tras esto cambié las sabanas, manchadas de flujos y semen de la noche anterior y puse una lavadora con ellas y con otra ropa clara, parte mía de la que traía del viaje y el resto de Matías que tenía en el cesto de ropa sucia. Cuando esta acabó puse otra con ropa de color. Tendí las dos lavadoras y barrí y fregué parte de la casa (solamente el esa mañana pude hacer el baño, el salón-comedor, el pasillo que da a la cocina, esta, nuestra alcoba y la entrada. Fui al pueblo (me acompaño Mamen) y compré lo imprescindible para hacer la comida y el pan, pues por la tarde como ya he dicho antes cuando Matías acabara su trabajo iríamos a Puertollano a comprar.

A eso de las 11,00  de la mañana llamaron a la puerta, era Mamen que como me había dicho Matías venía a saludarme. Abrí y dándola un beso en la mejilla la hice pasar, tras sentarse en el salón me dijo:

“Cuanto me alegro Esperanza que estés aquí en la finca, siento mucho lo del parto, que perdiéramos las dos al niño, porque él no dejaba de ser mi nieto. Ya me contó Javier que habías roto un poco antes del parto y al preguntarle el porque me dijo : que todo había sido culpa suya, pues se había fijado en Inés y tú te habías enterado que había estado con ella primero en casa de Marisa y que después también en alguna ocasión la había ido a buscar a su casa y te enteraste, y que por ese motivo rompisteis. Después he sabido que ahora estas con Matías, y que pasaras quince días del mes aquí, el dice que todos los meses pero ya sabes cómo es él, y que te has convertido en su esposa, su mujer para todo y con todas las consecuencias, ¿es verdad esto?”

Yo la contesto:

“Sí Mamen, me dolió mucho perder el niño me hubiera gustado tanto hacerte abuela y que siguieras siendo mi “suegra”, pero tú hijo metió la pata y me puso los cuernos con Inés (aunque a ella no la puedo culpar, pues en casa de Marisa estaba trabajando y la pago. Y luego en su casa, me aviso y la dije yo que si la apetecía estar con él que estuviera pues conmigo tras eso había acabado). Referente a lo de Matías, es cierto todo lo que te ha dicho, soy su mujer y esposa con todas las consecuencias, le pertenezco y viviré con él en esta casa. Hemos llegado a un acuerdo con mi marido Pedro, que ha consentido  (la conté como le pusimos los cuernos delante de él Matías y yo con su consentimiento en mi propia casa y cama) en compartirme con Matías, El acuerdo esta refrendado por un contrato firmado por los tres, y en esencia dice que seré la mujer de ambos, con todas las consecuencias, teniendo todos los deberes y obligaciones de cualquier esposa, debiéndoles obediencia y respeto ( y se añade en el contrato que Matías que podrá hacer conmigo todo lo que quiera en el campo sexual, dónde y cómo y con quien quiera, incluso puede ofrecerme a otros, prostituirme, castigarme, todo, todo lo que quiera y yo no podré negarme a nada. A parte de esto él podrá estar con las mujeres que quiera.- te incluye a ti expresamente entre esas mujeres- y yo no podré protestar ni enfadarme por ello). Se acuerda también que estaré viviendo 15 días de cada mes con cada uno de ellos- siendo como he dicho antes, su esposa y mujer en todo y con todas las consecuencias y obligaciones- el tiempo que Pedro (mi marido) esté ausente de casa por periodos mayores de tres días también perteneceré y viviré con Matías y si esos días son del tiempo en que tendría que estar con Pedro a este le contaran como si estuviera con él, pasando los otros siguientes quince días con Matías.”

Ella me dice:

“Pero Esperanza, ¿tú sabes lo que has firmado en ese contrato?, te has convertido en la esclava de Matías, según dice él podrá hacer todo lo que quiera contigo: darte u ofrecerte a otros hombres , prostituirte, castigarte, obligarte hacer cosas y actos que te degraden a lo más bajo, incluso obligarte hacerlo con animales y con personas guarras sucias e indeseables. Y tú no te podrás negar a nada de lo que él te pida”.

La respondo:

“Ya, ya lo sé Mamen, pero le necesito, no sé que me pasó cuando tú hijo de nuevo me obligó a estar con él, aquella semana en que tú fuiste a Alcobendas y nos conocimos, que él fue de chofer tuyo. Yo cuando estuve aquí el verano pasado y Javier y Matías nos intercambiaron a Inés y a mí durante tres días, al final llegue a sentir asco por él , dado que me enteré de cómo trataba a Inés. Pero cuando en Alcobendas por contentar a tú hijo estuve de nuevo con él, fue algo especial, había aprendido a tratar a las mujeres, y me hizo de tal manera el amor que desde ese momento no puedo pasar sin él, lo necesito, necesito a él y a su polla a esa hermosa polla larga y gorda como ninguna. Me gusta cómo me trata cuando estoy con él, y siento tal amor y tanto cariño hacía él que he consentido en todo lo que he puesto en ese contrato y en más que él me pidiera. No sé cómo he podido resistir, a la petición de él de que viviera todo el tiempo  con él y dejará a mi marido. Le dije que nunca dejaría a mi marido (aunque si me hubiera insistido en ello y me hubiera dado un ultimátum lo habría conseguido) y que lo más que podía hacer es lo que hemos recogido en el contrato, quince días con cada uno y aparte con él los días que mi marido se ausente de casa.”

Ella acercándose me dice:

“Ya sé que es difícil, no aficionarse a esa polla que tiene Matías y a la forma en que nos hace el amor y nos posee, pero de eso a consentir en todo lo que tú has accedido a consentir va un abismo. Te diré una cosa: a mí también me vuelve loca ese hombre “tu nuevo marido” incluso le propuse tras separarme de mi marido que se viniera a vivir conmigo a la casa grande como mi amante y señor de la finca. Pero te prefirió a ti y así me lo dijo, no obstante le chantajee pues no quería perder sus servicios sexuales, y le dije que permitía que se atara sentimentalmente a ti, pero que si quería seguir trabajando en esta finca tendría que seguir satisfaciéndome sexualmente cada vez que requiriera yo de sus servicios y además si llega a vivir contigo que si en alguna ocasión me apeteciera que nos acompañaras lo tendrías que hacer sin poder negarte ni oponer resistencia alguna, si así era y lo aceptaba, aparte de seguir trabajando en la finca le haría Encargado general de ella, cosa que como ves acepto, pues es el puesto que ahora tiene”

La digo:

“Ya lo sé Matías mismo me lo ha contado y me ha dicho lo de estar con vosotros cuando estés follando con él siempre que tú lo digas o quieras. Esto último no me importa pues sabes que me agrada mucho estar contigo y tenerte entre mis brazos y poder tocar ese cuerpo tan esplendido que tienes, lo que me ha costado más aceptar es saber que en muchas ocasiones estaré sin él mientras tú estarás entre los brazos de él o si no eres tú puede ser otra, pero con lo que siento por él y como no quiero perderlo lo he consentido eso y más humillaciones que me pidiera. A propósito de tú cuerpo, veo que haces el tratamiento de pecho, igual que yo e Inés, pues desde que no te veo te han crecido al menos 4 tallas, tenias antes una 120 , ¿Cuál usas ahora?”

Ella muy sonriente, se saca el jersey fino blanco que lleva y llevando sus manos a su espalda, se desabrocha el sujetador, quedando ante mí dos bellos y grandes pechos. Luego me acerca el sujetador, dándomelo y me dice:

“Mira tú mismo la talla, aunque ese me está pequeño, si quieres saber la real tendrás que añadir una talla más a la que marca ese sujetador”

Yo lo miró y con ojos de asombro la digo:

“Aquí pone una 140, de modo que realmente tienes una 145 ´0 150. ¿Vas a seguir dándote la crema para que sigan creciéndote?, ahora los tienes de un buen tamaño, a lo mejor si siguen aumentándote te molestan y no te encuentras a gusto con ellos”

Ella me contesta:

“No sé. La verdad es que es un buen tamaño, pero Javier insiste en que siga hasta tenerlos un poco más grande y a Matías tú sabes bien que le encantan las tetas grandes. Aún así de grandes como ves se me mantienen bastante tiesos, ven tocalos y comprueba tú misma”

Yo me acerco y cogiendo con mis dos manos, comienzo a sopesar cada uno de ellos y apretarlos un poquito para ver su dureza para terminar acariciándolo y no pudiéndome aguantar llevarme uno de sus pezones a mis labios y comenzar asuccionarlos. Cuando me le saco de la boca la digo:

“Si tienes razón, se te mantienen duros y tiesos y son preciosos. Si quieres dar gusto a tu hijo y a Matías yo que tú como mucho llegaría a los 160 que es la talla que yo tengo actualmente, aunque todos los sujetadores que tengo y los que compre con Matías son entre las tallas 140 y 150, pués dice mi querido Matías que así que sobresalgan del sujetador le gustan más pues parecen incluso más grandes”

Me contesta:

“Si por eso yo también los llevo más pequeños, porque me lo aconsejo Matías”

Diciendo esto se colocó tras de mí arrimándose todo lo que pudo, yo pude sentir los firmes pechos de Mamen en  mi espalda y su respiración en la nuca. Luego lleva sus manos a mis pechos y hace lo mismo que yo había hecho anteriormente con los sujos, me los sopesa diciéndome:

“Los tuyos para ser tan grande y haber pasado ya tres embarazos también se te mantienen firmes y duros, son muy bellos”

Al decir esto baja su mano a mi cintura y desata el cinturón del batín, logrando entrar en él sus manos que de nuevo  los sube hasta mis pechos, que al no llevar sujetador puesto puedo tocar directamente y a placer. Sus caricias y manoseos me están calentando muchísimo, entonces me doy la vuelta y acercándome de nuevo a ella, la cojo entre mis manos su cara y acercando mi cara muy cerca de sus labios la doy un beso a la vez que la comienzo a recorrer con mis manos toda la superficie de su torso, hasta llegar de nuevo a sus pechos. Luego llevo mis manos a su espalda y comienzo a acariciársela, haciendo que nuestros pechos se toquen. Ella coge su pechos y hace que sus aureolas y pezones coincidan con los míos dándonos mutuamente un masaje en ellos que a las dos nos hacen vibrar de placer.

Yo a todo esto no he dejado de acariciarla, y me atrevo al llegar a sus piernas y meter una de mis manos hacia el interior de sus muslos e ir subiendo hasta tocar con mis dedos sus bragas, la miro y la veo con la cabeza baja chupándome con su lengua mis pechos (la caricia de su lengua en mis pechos me encanta). Yo al verla así comienzo a hurgar con mis dedos por el elástico de sus bragas hasta conseguir llegar con dos de ellos a la raja de su coño, comenzando a acariciárselo para subir a su clítoris y comenzar a masturbarla abiertamente, hasta que noto que se excita y no pudiendo reprimirse la oigo decir:

“Aaaahhhhhh…..oooooohhhhh…..siiiii…..que placeeeer me estas dandoooooo….cuanto he echado de menos tus caricias Esperanzaaaa….desde que estuvimos juntas en Madrid no he vuelto a estar con ninguna otra mujer, pero han sido infinidad de veces que he pensado en los ratos pasados juntas aaaahhhhhh…..siiiiiii….sigueeeeee…..no pareeesss….”

 

 

Yo quedo unos minutos callada, como si estuviera pensando, pero sin dejar de tocarla su coñito y acercándome a su oído la digo:

“Yo también estoy disfrutando con tus caricias…uuummmmmmm…que placeeeerrr….¿.te gusta lo que te hago….?

Yo mientras la oía gemir había conseguido entrarla dos dedos en su raja y note que estaba mojada y no dejaba de echar flujos. Entonces sacándola mi mano de sus bragas se la enseño y la digo:

“¿Y esto, que es?,, oooohhhh debes de estar muy caliente ¿no?, ja, ja, ja….., no te preocupes yo también lo estoy. No te preocupes si quieres podíamos ir al cuarto estaremos más comoda y después de disfrutar podíamos ducharnos juntas como hicimos el primer día que te conocí en el piso de Javier en Alcobendas.”

Ella riéndose me dice:

“De acuerdo, tienes razón allí

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