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Mi primera quincena como mujer y sierva sexual de Matías.- 2

Como recordarán, nos quedamos en el relato anterior, en que Mamen y yo habíamos venido de comprar del pueblo, al llegar a la finca ella  se fue a su casa y yo me puse hacer la comida, pues Matías volvía para comer a las 2,00 de la tarde y quería que estuviera todo preparado y a su gusto, sobre todo al ser el primer día de nuestra vida en común en esta casa como marido y mujer.

A las 13,10 de la tarde , cuando yo tenía la comida en el fuego y el flan ya metido en el baño María para que se cuajara, llego Mamen para comer con nosotros. Me preguntó cómo había guisado la comida, para coger ella la receta y cómo y con que hacía le flan. Se lo explique, pero la leche que eché al flan no le dije que era la propia mía que me había sacado la noche anterior Matías y la poca que yo me saque esta mañana. Estando en esto me acordé de su divorció y la pregunté:

“Dime Mamen, aunque me taches de cotilla, ¿qué hiciste para divorciarte de tú marido y encima salir tú ganando en el tema de la repartición de los bienes?”

Ella me contesta:

“Mira, aunque no debía de decírtelo te lo contaré, desde luego que cotilla que eres. La idea fue de Javier….”

Yo entonces la interrumpo y la digo:

“No podía ser de otra forma, me lo imaginaba que Javier tenía su parte en ello”

Sigue contando:

“Pues sí Javier fue el que ideó el plan, y este fue el siguiente. Tú ya sabes (porque te lo conté en Madrid) que mi marido tenía dos jóvenes amantes y que cuando le daba la gana me la plantaba con ellas colocándome unos buenos cuernos. Aprovechamos una de las veces que vino Javier, cuando él estaba por la finca, el instalar en nuestra habitación, cuarto de baño, salón y cocina un circuito de cámaras ocultas. Después al fin de semana siguiente yo con un pretexto tonto, le dije que me iba a Alcobendas a pasarlo con Javier (sabiendo que él me diría que no podía acompañarme porque tenía mucho trabajo). Como nos imaginamos, el fin de semana ese, mientras yo estaba fuera se trajo a nuestra casa a una de sus jóvenes amantes, con la que pasó todo el fin de semana, sin saber que se estaba grabando todo. Cuando llegue la noche del domingo, me las ingenie para hacer el amor con él, como si estuviera deseando estar entre sus brazos y como si no supiera o hubiera pasado nada. Y él para que yo no sospechara me le hizo. Luego cuando por la mañana, aprovechando que él tenía que solucionar unos asuntos en la finca que heredó de sus padres, aproveché para ir a la casa de Matías, que es donde Javier, había instalado el sistema para recibir las imágenes de la casa y grabarlas. Yo aprovecho para acostarme y follar estupendamente con tú marido Matías y después cuando acabamos, aún desnudos y abrazados,  nos ponemos a ver la  grabación y en efecto, mi marido salía haciendo el amor con su amante en diferentes lugares de la casa. Pero como no era cuestión de acusarle por esto, no fuera a ser que él supiera ya lo de Matías (cosa que nunca se enteró. Actualmente piensa que me he liado con él después de separarme de él como para consolarme). Llame a Javier diciéndole que “el ratón” ha caído en la trampa, luego le conté lo que habíamos visto en la grabación y entonces me dijo que hiciera lo siguiente: que  me acostara con uno de los criados moros (que se había traído a trabajar con él  Adham ) que era bastante guarro y había cogido-  por acostarse con alguna mujer que tenía alguna enfermedad de transmisión sexual- unas purgaciones como un caballo y como no quiso ir al médico aún la tenía.  Así lo hice  y el moro asqueroso, como esperábamos me contagió y me pegó sus purgaciones. Una vez que estoy segura que el moro me ha pegado las purgaciones,  a la semana de acostarme con él, de nuevo esa noche vuelvo a insinuarme y ponerme cariñosa para que mi marido me haga el amor, cosa que consigo, y de esta forma le contagio y transmito las purgaciones (esa misma noche tras hacerlo con él comienzo a tomar antibióticos para curarme lo que el moro me ha pegado). Al cabo de unos días (como una semana) me comenta mi marido que le escuece y pica por sus partes, yo entonces le digo que vayamos al médico, lo convenzo y le acompaño. Tras verle el médico le diagnostica lo que ya sabía yo: tiene unas purgaciones como un caballo. Yo con cara de extrañeza y como dudando de su palabra le digo al doctor, que eso es imposible, que mi marido con la única mujer que ha estado es con migo y yo estoy sana. Le comento a mi marido (delante del doctor) que si ha estado con alguna fulana o con alguien que no sea yo. Él por supuesto lo niega. Entonces el doctor me dice que si no me importa que me examine (yo con los antibióticos que había tomado, ya estaba curada y solo me queda algunos resquicios, los mismos que cuando comienza la infección, pero ahora acabando), me dejo examinar y él doctor me pregunta si yo siento molestias y le contesto que no, entonces él me dice: señora cuando fue la última vez que hizo usted el amor con su marido, contestándole yo que hacía menos de una semana. A lo que él me contesta, pues a usted la ha infectado, está comenzando a salirle ahora, tendrán que tomar los dos antibiótico para su marido curárselo y usted señora para evitar que vaya a más. Cuando llegamos a casa yo le formo un escándalo a mi marido y le digo que estoy cansada de que me sea infiel y que quiero separarme de él y el divorcio, porque eso lo ha cogido por estar con sus amiguitas cuando yo he estado con Javier en Alcobendas. Él lo niega y entonces yo saco una copia de la grabación en la que está con su amante en nuestra propia cama. Él queda mudo y pide perdón, yo me hago la dura y no le perdono y le exijo el divorcio, cosa que accede para evitar el escándalo y acepta ante nuestros abogados todas mis peticiones. Por eso la ventaja económica que he sacado yo sobre él en el divorcio. Bueno y esa es la historia, cotilla, ya la sabes, ¿contenta?”

Yo la contesto:

“Joder, Mamen que puta y zorra que eres, encima de poner unos buenos cuernos a tú marido , no enterarse este, le preparas una trampa donde cae como un niño y al final le haces que te dé el divorcio y le quitas todo lo que te apetece.”

Continuamos charlando y cotilleando, mientras se acaba de hacer la comida. Luego pusimos la mesa y esperamos a que llegara Matías. Cuando llega este, al entrar se queda un poco sorprendido de ver a Mamen a esas horas en casa, y con mucho respeto dice:

“Buenas tardes señora, buenas tarde Esperanza ya estoy aquí para comer”

Diciendo esto se acerca a mí y me da un beso en mi mejilla. Yo entonces le digo:

“Matías, ha venido Mamen esta mañana a saludarme y después hemos ido al pueblo las dos juntas a por algo para comer, y al volver nos hemos puesto hablar de nuestras cosas y mientras hacía la comida he pensado que se quedará a comer con nosotros y al decírselo a aceptado, de modo que en nuestro primer día juntos vamos a tener un invitado a nuestra mesa, ¿no te importa, no mi amor?”

Él con cara sonriente, pero de circunstancia me contesta:

“No, no por Dios encantado que la Señora coma en mi casa”.

Yo entonces les digo:

“Bueno pues sentaros los dos a la mesa, que yo voy a por la comida”

Mientras voy a la cocina, veo que Mamen que le dice al oído algo a Matías y estoy segura que es algo sobre mí, pues cuando llego a la mesa y voy a servir, Matías me dice:

“Esperanza, no sirvas todavía, déjalo de nuevo en la cocina y por favor ven conmigo al dormitorio, quiero que comas con la ropa que yo te elija y que mientras estemos solos en casa y no esperemos a nadie de vista, estés  en la casa de la forma que te vas a vestir ahora o desnuda, ya te lo diré, según el día y como me encuentre”

Hago lo que él me dice y dejamos a Mamen sola en el comedor. Cuando llegamos a nuestro cuarto me dice:

“Me ha dado la idea la Señora, y tiene razón, si no esperamos a nadie, porque no vas a estar más cómoda y encima me alegras mi vista con tú cuerpo”

Se acerca a la cómoda y saca unas medias de color negro de nailon (de las llamadas de cristal) transparentes con  sus ligas adornadas con una puntilla negra y un conjunto de ropa interior, en el que el sujetador es de cintas solamente  y las bragas también de cintas (es decir una rodeando mi cintura y otra que me va desde la parte central de mi cintura por la parte de delante a la misma de  mi espalda pasando por la raja de mi coño y raja del culo. Luego dirigiéndose al armario coge un salto de cama abierto por delante con unos cordones en el cuello para atarlos y con ello cerrarlo,  transparente de gasa negra y dándomelo todo  me dice:

“Póntelo, verás que guapa vas a estar y que  a gusto te vas a sentir sin tener que cubrir tu cuerpo con ese batín de hombre que llevas”

Yo hago lo que me dice primero me pongo las bragas (por decir algo) y noto como la cinta del medio se entra entre mis dos rajas, la de mi coño y la de mi culo, quedando completamente fuera de la vista del que me mire, pues solamente se ven los labios de mi sexo y la raja de mi culo y por la parte de arriba el trozo de cinta hasta que se mete en mis dos cavidades. Luego me pongo el sujetador de cinta, que queda todos mis pechos al aire, pero cumple su labor de sujeción manteniéndomelos erguidos. Después sentándome en la cama cojo las medias y me las pongo, tras esto cogiendo el salto de cama me le pongo y me le ato, para de esta forma cerrarlo y evitar que se me vea mi cuerpo desnudo (aunque al ser transparente deja ver tras él toda mi anatomía). Luego poniéndome de pie me miro al espejo de cuerpo entero del armario y veo mi imagen reflejada en él. Realmente parezco una fulana en espera de la llegada de sus clientes. Me doy una vuelta y le pregunto a Matías:

“¿Qué tal mi amor, te gusta? ¿Es así como quieres que este en casa cuando estemos solos? ¿Quieres que te reciba de esta guisa todos los días al llegar a casa?, si es esto lo que quieres, que parezca una verdadera furcia, lo haré, lo haré por ti mi amor, sabes que haré todo lo que me pidas, te quiero.”

El me contesta:

“Estas preciosa Esperanza, claro que me gustas, y desde luego cuando estemos solo sí que me gustaría que estuvieras así e incluso desnuda, pero cuando salgamos a la calle o esperemos a alguien en casa, quiero que vistas como una mujer decente. Y si te entrego a otros u otras personas, ya te diré yo como debes de vestirte y donde lo harás. Pero mejor desátate el cordón de la batita, de esa forma tú cuerpo se apreciará mejor y será más sexi buscarte las vueltas para que enseñes más de tú anatomía.”

Hago lo que me dice, y al soltarme la lazada de mi salta de cama, se me abre y deja al aire todo mi cuerpo por delante. Al verme de nuevo así en el espejo, se me viene a la cabeza como desde que me entregue a Matías en Alcobendas y este me obligó a entregarme a los moros en su asquerosa casa, me excita muchísimo ser su sumisa y obedecerle en todo. Pensar que cuando quiera me entregará a algún desconocido y me obligará a acostarme con él o cuando me humilla y me domina unas veces castigándome u otras haciéndolo delante de gente (unas veces exhibiéndome y otras usándome sin importarle nada delante de cualquiera), pensar esto hace que me moje e incluso me corra ¿será que estoy convirtiéndome de verdad en una sumisa, en una esclava de él, con el genio que yo he tenido siempre. ¿Qué será lo que tiene o me ha dado este hombre para haberme convertido en esto: en su sierva sexual?. Él al verme así, se acerca a mi y llevando su mano a mi entrepierna me la pasa acariciándome mi sexo y con la otra mano soba y aprieta mis pechos, pasando de uno a otro, a la vez que llevando su boca a la mía me da un beso con lengua dándome un morreo de campeonato y haciendo que me ponga muy caliente. Cuando acaba de besarme y sin dejar de tocarme en mi sexo y apretarme y sobarme mis pechos me dice:

“Estas muy caliente, tienes tu panocha toda mojada y no deja de echar líquidos, desde luego Esperanza que zorra y puta que eres, solo de verte así y con lo poquito que te he tocado te has puesto a cien. Me encantas y además estas preciosa y muy sexi así vestida. Vamos al salón, y empecemos a comer, pues hace ya un rato que nos espera la Señora y ahora no tenemos tiempo para esto, verá como ella también la gusta cómo te he vestido, te quiero  querida MIA.”

Al decir esto hizo hincapié diciéndolo más alto lo de “Mía”, con el fin de quedarme claro que era suya y que le pertenecía en todo y para todo. Deja de sobar mi cuerpo y dándome una fuerte palmada en mi culo (me dejó toda su mano señalada, como pude comprobar por el espejo), comenzó andar dirigiéndose hacia el salón, donde se encontraba Mamen. Yo le seguí y al entrar me quedé sorprendida al igual que Matías, pues la Señora (Mamen) estaba de pie esperándonos, pero estaba solamente con el sujetador y las braguitas puesta, dejando a la vista su espectacular cuerpo resaltando sus esplendidas tetas y por los laterales de sus bragas se le salían gran cantidad de pelos negros que resaltaban del blanco de sus muslos. Ella acercándose a mí y dirigiéndose a Matías dijo:

“No ves Matías como así está mejor, era una pena que estuviera ocultando esta belleza de cuerpo bajo ese batín, esta guapísima, esta esplendida”

Y acercándose y haciendo que sus pechos pegaran con mis pezones me dio un beso en mi boca (cosa que para Matías no pasó desapercibido), yo dándome cuenta que a mi marido no le gustó mucho esta muestra de cariño de su ama hacía mí, me separé de ella y la dije:

“Gracias, tú también estas muy bien ¿Cómo que te has puesto así?”

Ella me contesta:

“No quería que te sintieras cohibida de estar así medio desnuda delante de tu señora , así que opté por quedarme yo también en ropa interior y de esa forma evitar que pases un mal rato ante mí, al mostrar yo también mi cuerpo ante la servidumbre esta se encontrará más a gusto y tranquila”

La contesto con un poco de retintín:

“Gracias “SEÑORA” ha sido muy amable, pero no hubiera hecho falta, pues no me importa mostrar mi cuerpo ante usted, dado que ya le conoce de sobra al igual que yo el suyo”

Entonces interviene Matías diciendo:

“Perdone Señora, la impertinencia de mi mujer, no volverá a ocurrir y será castigada por su insolencia. Y tú Esperanza, ve a la cocina a por la comida y sentémonos todos a comer, que ya se va haciendo tarde. Y ten en cuenta que la Señora ahora es tu ama y tú su sirvienta, ya la cosa no es como antes, a partir de ahora tienes que servirla en lo que te mande. Cuando tenga invitados o ella lo solicite tendrás que ir a la casa a servirla y hacer todo lo que ella mande que para eso es la dueña y ama de la finca y nosotros somos sus empleados. Al tenerme contratado en mi sueldo entra el servicio de mi mujer a la señora (antes cuando no tenía, no la servía, pero ahora que ya tengo serás su criada y sirvienta para cuando ella quiera o te mande).”

Yo bajando la cabeza y llena de rabia en mi interior, contesto:

“Perdone señora, por mi insolencia, no volverá a ocurrir, y a mandar la señora que para eso estamos. Y tú mi querido Matías, perdona por haberme portado así con la Señora, no volverá a ocurrir, y si crees que me tienes que castigar por ello puedes hacerlo ahora o cuando quieras, voy a por la comida.”

Me dirijo hacía la cocina a por la comida y al volver, veo que Mamen se ha sentado en la mesa enfrente de Matías (en la parte más estrecha de ella) y puedo observar como con su pie está tocando el bulto de la entrepierna de mi marido. Yo hago con que no me doy cuenta y comienzo a servir la comida, una vez hecho me siento en uno de los laterales de la mesa quedando al sentarme en la parte de la cabecera de la misma) un poco más alejado de ellos dos.

Cuando me levante para recoger el primero y llevarlo a la cocina, ella seguía con su pie tocando el bulto de Matías. Cuando volví con el segundo, la situación había cambiado un poco, Matías se había abierto la bragueta y desabrochado el botón y cinturón de los pantalones y ahora el pie desnudo de ella estaba entrado por uno de los laterales del calzoncillo de Matías y le tocaba y sobaba directamente con el su polla. Yo actué como la vez anterior, serví el segundo y tras comerle, hice lo mismo, fui a la cocina con los platos sucios y volví con el postre que era el flan de huevo y de la leche de mis pechos. Cuando volví pude ver que la situación había cambiado, ahora era Matías con su pie desnudo el que tenía su dedo gordo metido en el coño de la puta de Mamen, yo estaba que explotaba y muy enfadada, pero no podía decir nada y a ellos dos se les veía cada vez más calientes y salidos, ya actuaban con toda libertad sin necesidad de esconderse, entonces le dice Matías a Mamen:

“Señora, pruebe el flan, a ver si la gusta, está hecho con huevo y …..esto es lo especial con la leche que he extraído yo mismo de las tetas de mi mujer , de Esperanza”

Ella, entonces dice:

“Debe estar delicioso, va a ser la primera vez que voy a probar la leche de otra mujer, espero que me guste”

Le sirvo un trozo del flan, y según se lo sirvo a Mamen, esta coge una de mis tetas y me la soba y agarra apretándola a la vez que dice:

“Uunnnnnmmmm, que tetas y otra vez las tienes llenas de leche, a ver cuando me dejas beber de ellas, pues esa leche en parte es mía, dado que iba destinada para mi nieto ,ja,ja,ja,ja,ja,ja…..”

Matías al decir ella esto se ríe también y sigue moviendo su dedo pulgar del pie en el coño de ella, pero ahora mientras se ríe empuja un poco y logra entrar el dedo hasta dentro y a la vez dos dedos más, continúa apretando  y ya tiene metido casi toda la parte delantera de su pie,  cuando ella retorciéndose de placer le dice:

“Aaaaaahhhhhhh…….siiiiiiii….siiiiiiii….este flaannnn esta buenisimoooooo…..sigueeeee….sigueeeeee….Matías no pareeees quiero que me entreees todo el pieeeeeee en este coño de putaaaa que tengoooooo…..siiiiiiiiii……aaaahhhhhhhh….queridaaaa…..que maridoooooo…..tieneeeeessss…..es muyyyy  traviesoooooo….va a conseguiiirrr que no pueda comeeerr el flan que tú has hechooooo……”

Yo debo de tener una cara seria, que denota mi enfado, pero Matías se come deprisa el flan que le he echado en su plato y levantándose, saca el pie del coño de Mamen y cogiéndola por la cintura la levanta de su silla y la coloca encima de la mesa, con tan buen tino, que la coloca su culo encima de lo que aún queda de flan. Luego cogiendo la braga de ella por su elástico tira, como un bruto de ella, hasta que la raja y rompe y de otro tirón la quita los restos de ella que quedan en su cuerpo. Luego se baja sus pantalones y calzoncillos hasta sus rodillas, la empuja de sus pechos hasta que la hace que se tumbe sobre la mesa y cogiéndola de sus tobillos, la coloca sus pies encima de sus hombros, coge con su mano derecha su polla y se la apunta a la entrada de su coño y de un empujón la ensarta más de media polla en su rajita, vuelve a dar otro, hasta que consigue metérsela entera. La agarra bien de sus muslos y comienza un mete y saca rápido con violencia y es entonces que Mamen al sentirse llena comienza a emitir suspiros de placer y a dar gritos diciéndole:

“Siii, asiiii,. Asiiii Matías, asiii…follame con ganas…siiiiiii…como tu sabeeeesss….delante de la zorra de tu mujeeeeer…que vea como me folla su maridooooo…siiiiiiiiii…cornudaaaa….miraaaa…mira como entra y sale la polla de tu macho de mi coñoooo…aaaaahhhh...siiiii…que placeeerrrr….sigueeee….sigueeeeee….¿por qué has preferido a estaaaaa….zorraaaa….antes que a miiiiiiiii….podíaaaaassss….haber tenido todo,…todoooooo….  estoooooooo hubiera sido tuyoooooo …siiiiii…sigue,  sigueeee…sigueeeee…yo seee que  te gusta follarme cabróóóónnnnn….me vuelves loca de gustooooo……aaaahhhhhhh……ummmm…que placeeer.”

Yo de ver cómo me humillan y como Matías folla a Mamen, con esa fuerza y con esas ganas, me estoy poniendo muy caliente y no puedo por menos que llevar mi mano a mi sexo y comenzar a masturbarme. Pero Matías se da cuenta y me dice:

“Esperanza, súbete a la mesa y da tus tetas a la Señora, que pruebe tu leche, deja que te ordeñe….apriétate tú tus tetas mientras ella te chupa los pezones y ordéñate , da la leche a la Señora…..aaaaaahhhhhhh ….que gustooooooo….me está dando señoraaaa…..siiiiiiiii….siiiiiiiiii…me gusta follarlaaaa…..siiiiii….me encantan  las putaaaa….como usteeeeddd…..siiiiiiii…..tomeeee….tomeee……zorrraaa…..es usted una golfaaa…zorrra putaaaaa….que me está volviendo locoooo…..”

Yo haciendo lo que me ha ordenado Matías me subo a la mesa y colocándome tendida al lado de Mamen la acerco uno de mis pechos a su boca, y ella como ansiosa de mi teta coge con su boca mi pezón empezando a darme chupetones fuertes, a succionarle con todas sus ansias y yo a la vez comienzo a apretarme el pecho con el fin de que comience a salir mi leche y ella se la beba. Así estamos un rato hasta que ella dejando por un momento mi pezón por el que se ve mi reguero de leche, me dice:

“Unnnn, Esperanza, esta riquisimaaaa…..quiero más, dame más ahora dame tu otro pecho…quiero sacarte y beberme toda tu lecheeee….siiiiiiii “

Estando en esto Matías me coge mis piernas y me las abre a tope y saliéndose de golpe del coño de la Señora, encara su polla a mi coño y con la cinta de la braga y todo me le perfora sin miramiento alguno, yo siento un gran placer y un gran agradecimiento a mi amor por haberme dado su polla, cuando ya no pensaba tenerla, sigue follándome hasta que noto que se tensa y cuando esta apunto de eyacular y yo más caliente estoy de nuevo me lo saca y se la vuelve a meter a su patrona, dándola dos o tres mete y saca hasta que tensándose y quedándose prácticamente rígido se corre dentro de ella abundantemente cayendo luego sobre el cuerpo de su Señora a la vez que con su boca besa mi muslo pegado a su cara.

Me ha extrañado que no haya soltado ni una palabra de placer o grito al tener el orgasmo, ni insultarnos a ninguna de nosotras.

Es sin embargo Mamen al notar la corredura caliente de Matías en su vagina, la que no puede reprimir su placer y dejando mis pechos, comienza a decir:

“Aaaaaahhhhhh….siiiiiiii…..siiiiiiii….cariñooooo…..gracias por correrte dentro de miiiii…en vez de hacerlo dentro de la putaaaa…..de tu mujeeeeerrr….siiiiiiii….siiiiiii……..y tú zorra mira como se corre tu marido dentro de miiiiiii…..mira como da su leche a la mujer con la que le gustaría estar….y no a tííí……..zorraaaa……siiiiiiiiiii……”

Al salirse Matías de ella, comienza a salir de su coño, gran cantidad de semen y flujos y entonces, la Señora le dice a Matías:

“Matías quiero que tú mujer se coma y trague todos mis flujos y el semen que me sale del coño, quiero que me le deje bien limpio, dila que lo haga…”

Matías dirigiéndose a mí, me dice:

“No tienes porque hacerlo, solo hazlo si quieres, ya te ha humillado bastante, perdóname, pero me ha puesto la Señora tan caliente en la comida que no he podido sujetar las ganas de follar a esta puta, porque eso es lo que es, aunque sea nuestra ama y patrona. La verdad es que me gusta muchísimo y me encanta follarla, y cuando estoy haciéndoselo me olvido de todo, pues esta mujer folla de tal forma que hace que me abstraiga totalmente de mí y me olvide de todo lo que me rodea, pero a la que quiero realmente es a ti por eso mi vida, perdona si te he hecho daño con esto pero como acabo de decirte, no he podido evitarlo.”

Se acerca a mí y me da un beso y acaricia mi cuerpo con mucha delicadeza acabando su mano en mi cara y sujetándola de nuevo vuelve a darme otro beso.

Yo viendo esa muestra de cariño y con la sinceridad que me ha pedido perdón por el daño que me haya podido causar, accedo a comerme el coño de su Señora, solo por él y le digo:

“Gracias mi amor, por tus palabras, me han llenado de alegría y si tanto te gusta esta mujer, no te preocupes por mí sabes que una de las condiciones de nuestro contrato es que podrías estar con ella siempre que quisieras al igual que con otras mujeres. Yo estando contigo soy feliz, aunque te deseo tanto y me gustaría que con la que estuvieras siempre fuera conmigo, pero si te apetece o deseas otra mujer sabes que puedes estar con ella y que yo estaré aquí esperándote para que hagas conmigo lo que quieras y te apetezca. Y como agradecimiento a tu gesto de pedirme perdón, sin tener que hacerlo, la complaceré a ella, ya que sé que es lo que tú deseas para quedar bien con tu patrona, me comeré su coño y me tragaré sus jugos mezclados con tu semen, te quiero Matías.”

Poniéndome encima de Mamen en la posición del 69, llevo mi boca a su sexo y comienzo a limpiar con mi lengua y a tragarme todos los líquidos que tiene en sus muslos y continuo limpiándole sus labios mayores e interiores para acabar succionando el agujero que forma su vagina hasta conseguir sacarla todos los líquidos que en ella tiene y con mi lengua le limpio su interior para acabar chupando su clítoris proporcionándola un inmenso place. La comida que acabo de hacer a Mamen me ha aumentado mi calentura y me ha puesto muy caliente, cosa que empieza a mostrar mi chochito que comienza a destilar y echar  gran cantidad de flujos (como si me estuviera meando) el cual va cayendo encima de la cara de Mamen, que con lo zorra y puta que se ha vuelto abre su boca y comienza a tragárselo. Luego lleva su boca a mi clítoris donde se entretiene un buen rato haciéndome vibrar de placer, pero cuando estoy a punto de correrme, deja de chuparme y apartándome a un lado me dice:

“Vale, ya veo que estas a punto y no quiero que te corras, quiero que te mantengas caliente, pues esta noche doy una fiesta para varios de mis obreros en mi casa y quiero que seas tú la sirvienta, y sirvas a todos como se merecen. Matías esta noche quiero que a las 9,30 estéis los dos en casa, pues a las 10,00 llegaran nuestros invitados y tiene que estar todo preparado.”

Matías la contesta:

“Allí estaremos señora, como usted mande”

Entonces Mamen le dice:

“Quiero que digas a Adham,  que esta noche mande a los tres criados (amigos suyos) que tiene bajo sus órdenes, que vengan esta noche a las 10,00 a cenar, que los invito yo. Esta noche solamente invitaremos  a hombres, en otra ocasión invitaremos a Adham , a su pareja y otros criados con sus mujeres  Mamen se levanta de la mesa y al hacerlo, se  trae tras ella en su culo pegado una buena cantidad del flan todo aplastado y todo su culo y muslos manchado con él, entonces mirándome e indicándome con su cabeza sin decir nada, yo ya sé lo que quiere y tengo que hacer.

Me bajo también de la mesa y poniéndome de rodilla en el suelo tras Mamen comienzo a limpiarla con mi lengua, todos los restos de flan que tiene por su culo, muslos y piernas. Luego coge su ropa, se la pone y saliendo por la puerta se despide diciéndonos:

“Gracias por la comida y sobre todo por todo lo demás, os espero en casa a las 9,30, no faltéis”

Cuando se va abrazándome Matías me dice:

“Recoge todo esto y lávate un poco, dentro de una hora y media estoy aquí a por ti para ir a Puertollano a comprar todo lo que necesitemos para nuestra casa. Perdona de nuevo, no he querido hacerte daño con mis actos, pero es que esta mujer me hace volverme loco y me lleva a tal estado que no soy yo, y además me pone de tal forma que no puedo negarme a nada, me gustaría follarte ahora mismo, pero no puedo por dos razones: la primera porque  la Señora me ha dejado seco y sin fuerzas y la segunda porque me tengo que ir a trabajar”

Yo no dejaba de mirarle, Mamen me había dejado muy caliente y deseaba a mi hombre, mientras le miraba con una de mis manos me acariciaba mis pechos, metidos en mi sujetador de cintas y con la otra me tocaba el sexo , iba a decir por encima de las bragas, pero las bragas que llevaba puestas prácticamente no existían ,(las de cintas que formaban estas al follarme Matías con ellas puestas , aún las había quedado más finas al irse retorciendo poco a poco con el mete y saca la cinta) . Él no pudo resistirse y llevo una mano a mi sexo, esto me produjo un gran placer, pero él enseguida volvió apartar la mano. Yo entonces lleve mi mano donde él la había tenido y le dije:

“Cariño, estoy muy caliente, Mamen con su comida de coño me ha dejado que me subo por las paredes, te necesito dentro de mí….”

Mientras le decía esto, cogí mis pechos con las manos y acerque mi boca a ellos. Primero lamí uno y después pase al otro. El volvió a acercar una mano a mis muslos mientras que con la otra se cogió su polla y empezó a masturbarse.

Yo me encontraba muy caliente y no podía parar de acariciarme. Incluso me metí un dedo mientras mi otra mano se dirigía a mi culo para tocarlo también. Matías me miraba y seguía meneándose su polla, masturbándose, haciéndose una paja en vez de metérmela a mí, hasta que de pronto y sin motivo, paro y me empujo diciéndome:

 

“Deja de intentar calentarme y encenderme así, zorra. Que te crees que no me he dado cuenta lo que has disfrutado cuando te comías el coño de la Señora y ella te comía y chupaba el tuyo, puta guarra asquerosa. No me provoques para que te folle, sabes que ahora no puedo,  no ves que acabo de correrme dentro del coño de la Señora. Cuando quiera follar contigo, yo te lo diré mi vida. Deja de portarte como una zorra y puta salida, ya te acabo de decir que ahora no puede ser.”

 

Yo al oír sus palabras me quedo quieta por la sorpresa, en su cambio de proceder y porque la verdad es que esperaba que me poseyera y me deseara, y entonces le digo:

 

“¿Por qué me hablas así, mi vida? Yo solo quiero y deseo hacer el amor contigo y si ahora no puedes porque te acabas de correr con el polvo que has echado a la Señora, lo entiendo y me aguantaré mis ganas, aunque la verdad estoy súper caliente, pero lo haremos cuando tú quieras.”

 

Él me contesta, aunque cambiando un poco el tono de voz, ya un poco más calmado:

 

“Esperanza, sabes que me tienes que obedecer y que no puedes hacer lo que quieras cuando tú lo desees, y que yo puedo hablarte como quiera (aunque no te guste) y reconozco que esta vez estoy enfadado (pues me ha hecho ponerme así la actitud de la señora hacía ti). Pero ya, que ha surgido y estamos hablando, aprovecho y quiero que te enteres, a partir de firmar el contrato tú me perteneces en todo y aquí se hace lo que yo diga y tú me obedecerás en todo, caso contrario ya sabes que tendré que castigarte. Y yo decido cuando quiero follar contigo.”

 

Yo le contesto:

 

“Pero cariño, si yo…mi amor….”

 

Él no me deja acabar y me corta diciéndome:

 

“Nada de peros. Así lo acordamos y así será”

 

No sé que me estaba pasando que al oírle hablarme así con tanta dureza me había puesto aún más caliente que estaba y sentía como mi sexo se me humedecía y mis pezones se endurecían por la excitación. Yo entonces con las ganas que tenía de él y lo caliente que estaba, le deje seguir hablando y diciéndome:

 

“Sabes que no me gusta castigarte, pero sabes de sobra las condiciones, y sabes que para que entres en vereda y no estemos así toda la vida tendré que castigarte para que de esta forma aprendas a obedecerme. Y te vuelvo a repetir: yo podré estar con las mujeres que quiera, te duela o no, tú lo admitiste y así lo pusimos en el contrato y además te vuelvo a decir que te follaré cuando yo quiera y no cuando tú lo desees y además follarás con quién a mi me de la gana y podré entregarte a todo aquel que quiera y me de la gana.  Y tú misma me has dicho que acatabas todo esto y no te importaba ser mi esclava y sierva sexual, en definitiva mi puta particular a parte de mi mujer.

 

Que me pasaba, Dios mío, otra vez volvió a mí la sensación que tenía en mis sueños cuando era entregada a otros hombres por el hombre que amaba. Me estaba corriendo, notaba como mis flujos me bajaban por mis piernas abajo, solamente con oír decir a Matías estas palabras: “follarás con quién a mi me de la gana y podré entregarte a todo aquel que quiera y me dé la gana”, ¿Qué me pasaba?, si ya otras veces me había entregado a otros hombres y no me había sentido así, algo estaba cambiando en mí, ¿me estaría convirtiendo en una esclava sumisa, con Matías? Porque sin embargo con mi otro marido, Pedro, esto no me pasaba. Me corrí simplemente con oírle decir esas palabras. Era igual que en mis fantasías. Mi marido me iba a dominar y me iba a entregar a otros hombres. Me oí contestarle:

 

“Tienes razón, cariño, haré todo lo que tú me pidas, seré si quieres tu esclava, tu sierva sexual, podrás entregarme a quién quieras, como me acabas de decir, pero por favor quiero estar siempre contigo, te quiero, te deseo y te amo, todo lo que tú me hagas estará bien hecho y solo me follaras cuando tú quieras y desees, seré tuya, siempre estaré dispuesta para ti”

 

Él entonces me dice:

 

“Bueno, venga, dejemos esta discusión tonta y no nos enfademos, con lo bien que estábamos. Ponte rápido hacer lo que te he dicho, cuando acabes te vistes , con ropa decente, y ya te digo dentro de hora y medía te recojo, estate preparada, pues me arreglo un poco y nos vamos, pues tenemos mucho que hacer y muy poco tiempo. No quiero llegar tarde a la cita de la Señora. “

 

En efecto a la hora y medía estaba de vuelta, yo ya le esperaba arreglada como una señora decente, él entonces se arregló rápidamente (no se lavo, solamente se cambio de ropa) y al ir a salir me dijo:

 

“Esperanza, tomate ahora una pastillas de esas que tienes de afrodisiaco y cuando nos vayamos a ir a casa de la señora te tomas otra, pues la vas a necesitar, porque esta noche lo que te tiene preparado la señora es fuerte y creo que conociéndote, si no estás muy caliente te va a costar poder hacer, lo que ella quiere, con esas personas y con alguien más”

 

Yo mirándole, fui a la cómoda, que es donde las había dejado y cogiendo una me fui a la cocina cogí un vaso de agua y me tome la pastilla del afrodisiaco. Yo sabía que esto me haría poner a cien, dado que aún no había podido calmar la calentura con que me había dejado tras comer Mamen y sobre todo Matías al no haber querido poseerme antes de marchar a trabajar.

 

Nos dirigimos a Puertollano, entramos en una gran superficie y compramos todo lo que necesitaba para comer durante los quince días en que yo iba  a estar con Matías, tras esto me dijo:

 

“Mira Esperanza, el tema de sabanas, tela, muebles, etc, es mejor que lo dejemos para otro día pues se nos hace tarde, dado que son ya las 7,45 y a las 9,30 de la noche tenemos que estar en la casa de la Señora. Pero antes vamos a pasar por casa de unos amigos que quiero presentarte”

 

Cogimos el coche y nos dirigimos hacía un barrio a las afuera, estaba medio abandonado, era un antiguo barrio de mineros, llegamos a una de las casa, llamó y nos abrió una señora como de unos 50 o 55 años, muy pintada y vestida de tal forma que enseñaba o insinuaba bastante partes de su anatomía, nos hizo entrar y pasamos a una habitación donde se encontraban otras 3 mujeres pintadas y vestidas poco más o menos de la misma forma que la anterior, entonces Matías me presentó a la señora que nos había abierto diciéndome:

 

“Mira Esperanza, esta es Esther, es la mujer de Manuel, mi amigo, que por cierto ¿dónde está?”

 

Ella le contesta:

 

“Esta ahí dentro, ahora le llamo”

 

Yo ya notaba el efecto de afrodisiaco que Matías me había hecho tomar antes de venir a las compra a Puertollano, y más al ver aquellas mujeres excesivamente pintadas y vestidas de aquellas formas, yo por mi experiencia, sabía que aquello no era una casa normal, sino una casa de citas, y ellas eran las putas de ella. Esto hizo que me encendiera aún más.

 

Esther, marcho y al poco rato salió con un hombre de unos 58 ó 60 años, mal vestido, guarro y sin afeitar y Matías me presento diciendo:

 

“Manuel, esta es Esperanza mi mujer, ya vendremos más despacio por aquí a visitaros y a hablar. Hoy no podemos entretenernos pues tenemos prisa, solamente he querido pasar para que ella os conozca a los dos. Ya veo que faltan tu hermano y los demás y de las chicas algunas, pero bueno espero que cuando volvamos estéis todos y así todos conozcan a mi mujer y ella a vosotros. Ya la he dicho que sois muy buenos amigos míos”.

 

Yo con mi calentura, procuré exhibirme un poco ante él, aunque su aspecto era asqueroso, pero yo estaba muy caliente. Mis ropas  (de mujer decente) no me daban mucho juego para mostrar parte de mi anatomía, pero con mi experiencia con los hombres si sabía hacer movimientos y posturas, que yo sabía que encienden y suben el libido en todos los hombres, por muy frios que sean, y Manuel no iba a ser menos. Al mirarle a su entrepierna me lo confirmo el bulto que se le iba poniendo bajo sus pantalones, que cada vez se le hacía más grande.  Al marchar salimos y Manuel nos acompañó a la calle,  sin poder apartar sus ojos de mi culo y sobre todo cuando me puse frente a él para despedirnos con un beso en la mejilla, no quitó ojo de mis pechos y al ir a darme el beso hizo todo lo que estuvo en sus manos para poder rozarlos con su cuerpo. Tras darme el beso de despedida y esperaba que nos marcháramos me dice Matías:

 

“Cariño, móntate en el coche, tengo que decir algo a Manuel”

 

Yo hago lo que me dice y veo como Matías mirando hacia mí habla con Manuel, el cual no me quita ojo de encima y afirma con la cabeza, al despedirse le oigo decir a Manuel a Matías:

 

“De acuerdo, seguro que vale la pena, pues ella lo vale, enhorabuena. Adiós señora”

 

Encaminamos el coche hacía la finca y cuando llegamos, nos duchamos los dos y tras vestirnos (me puso una ropa interior muy sexi y provocativa, que prácticamente enseñaba todo, de color rosita y como era costumbre en mis conjuntos, más pequeña que la que realmente debía usar y transparente, luego hizo que me pusiera unas medias negras transparentes con las ligas y que me calzara unos zapatos de tacón , también negros , encima solamente me dejó ponerme el batín suyo, que había tenido puesto por la mañana. Él se vistió con la misma ropa que había llevado a Puertollano y antes de salí de nuestra casa hizo que me tomara otra pastilla de afrodisiaco, aunque yo pensé que no me hacía falta pues estaba súper caliente, no le lleve la contraria y me la tome, sabía que estaría toda la noche muy caliente y que por muy duro, desagradable y humillante que fuera lo que me tuviera preparada Mamen, yo con mi calentura disfrutaría como una loca y tendría gran cantidad de orgasmos.

 

Tras esto salimos, Matías cerró la casa tras él y nos dirigimos a casa de Mamen, la cual ya nos esperaba. Al abrirnos la puerta, nos hizo entrar y dándome a mí un beso en la mejilla nos dijo:

 

“Muy bien habéis sido muy puntuales, son las 9,30, los invitados estarán aquí dentro de una hora poco más o menos. Esperanza quítate el batín que vea que ropa interior traes y como te sienta”

 

Yo haciendo lo que me dice, me quito el batín y lo dejo encima de una silla, luego me pongo delante de ella y dejo que me eche un vistazo de arriba abajo. Esta exhibición ante la Señora, estaba haciendo que empezara a mojarme toda, cosa que ella se dio cuenta al ver la mancha en mis braguitas, entonces me dijo, con un tono un poco irónico:

 

“Date una vuelta sobre ti, que vea el resto de tú cuerpo como te queda. ¿Estás caliente o es que te has meado Esperanza? ,pues tienes las braguitas manchadas de humedad justo a la altura de tu almejita, querida?”

 

Yo la contesto:

 

“Perdón Señora, pero es que esta tarde, me dejo usted tan caliente y en tal estado que continuo muy salida y  desde entonces no dejan de fluirme líquidos de mi sexo que han hecho que manche mis braguitas”

 

Ella entonces me dice:

 

“Entonces será mejor que te las quites, mis invitados no pueden verte con ellas manchadas ¿Qué pensarían? Y para no desentonar mejor que también vayas sin el sujetador. Matías trae el conjunto de sirvienta con el que tú mujer tendrá que atender a los invitados, está en la cocina doblado encima de una silla”

 

Yo hago lo que me dice y me quito primero mis bragas y después el sujetador, colocándolos en una mesita que hay en la entrada, mientras que Matías se dirige a la cocina. Ella me dice:

 

“Mejor que metas esas prendas de tú ropa interior en este cajón, y cuando os marchéis (que ya estarán secas las bragas) te las vuelves aponer, para que en el camino a vuestra casa no cojas frio en tus partes intimas, pues son muy delicadas”

 

Recojo las prendas de la silla y abriendo el cajón las coloco dentro de él. Luego veo que entra Matías y me da la ropa que trae en la mano, para que me la ponga. Era un delantal blanco con pechera o peto, muy cortito todo adornado sus bordes  con unas puntillas blancas, muy bonitas y finas y lo completaba una cofia también blanca y de puntillas. Lo cogí, me lo entré por el cuello y até  a la parte de atrás de mi espalda, a la altura de mi cintura, las dos cintas blancas (como de unos 8 ó 10 centímetros de ancha) que tenía formando un gran lazo que caía sobre mi culito desnudo. El peto del delantal apenas podía tapar mis pechos, dado el volumen de los mismos, saliéndose gran parte de ellos por el lateral. La base del mandil apenas me llegaba como a 5 dedos por debajo de la unión de mis piernas, con cualquier movimiento que hiciera, por pequeño que fuera dejaba al aire todo mi chochito. Luego me coloqué la cofia y me puse delante de Mamen la cual me dijo:

 

“Estas preciosa, te queda estupendamente el uniforme, seguro que a mis invitados les va a encantar, espera un momento esto hay que inmortalizarlo, voy a por la cámara para sacarte una foto, pues video no hace falta, dado que no he quitado las cámaras que instaló Javier, cuando la trampa que preparamos a su padre para conseguir mi divorcio”

 

Se acercó al mismo mueble donde me había indicado que metiera mi ropa interior y de otro cajón sacó una cámara de fotos y comenzó a sacarme fotos, obligándome a ponerme en todas las posiciones y posturas que se la antojaron, de tal forma que a cual postura enseñaba más de mi anatomía y de mis partes más intimas.

 

Luego nos dijo:

 

“Tú Matías ves preparando la mesa, coloca los platos de los invitados, sillas, mantel, etc., bueno como siempre cuando tenemos invitados. Y tú, Esperanza, ven a la cocina conmigo, que te diré lo que tienes que ir haciendo, para tener todo cuando lleguen los invitados”.

Cada uno hicimos lo que ella nos dijo y cuando llegamos ella y yo a la cocina, acercándose a mi llevo una mano a mi coñito , el cual le encontró totalmente mojado, y comenzó a acariciármelo y a juguetear un poco con mi clítoris. Yo estaba muy, pero que muy caliente debido a los afrodisiacos, y no pude reprimir mis suspiros de placer:

 

“Unnmmmm…..aaaaaahhhhhhh….siiiiiii….siiiiii….sigueeeee….que placeeerrrr…..me gustaaaa….no pareeess….sigueeee…….”

 

Pero ella al ver que estaba disfrutando con su caricia paró y sacando su mano y llevándomela a mi boca, para que se la chupara y limpiara me dijo:

 

“Ufff, como estas de caliente, mejor que te deje, pues quiero que estés muy salida y caliente toda la noche y que por petición tuya seas poseída por mis invitados y disfruten ellos a tope de ese cuerpo tan macizo de puta que tienes y tú también te corras mil veces del placer que ellos te proporcionen. Tienes  todo tu papo encharcado de tus líquidos vaginales, toma prueba tus jugos y límpiame la mano con tu lengua, putilla.”

 

Yo con lo salida que estaba, me fastidió que de nuevo me dejara a medias, pero me encantó su gesto de darme a limpiar su mano llena de mis jugos. Luego continuó diciéndome:

 

“Mira, como tú no te sentarás a cenar con nosotros, dado que nos estarás sirviendo, vas a cenar ahora. Come lo que te apetezca de lo que ha traído el restaurante y cuando hayas terminado, tienes que colocar todos estos entremeses en bandejas, bien adornadas y en orden. Los segundos antes de servirlos los calientas un poquito y después los colocas en los platos para que nos lo sirvas, después te diré donde está el postre y como lo tienes que servir. Procura no mancharte el uniforme, pues sería una lástima tener que quitártelo por estar manchado, pues no hay otro y…….tendrías que servirnos la cena sin él, es decir desnuda, y no creo que sea muy correcto. Cuando hayas acabado espera aquí y cuando llamen a la puerta abres, que serán los invitados, pues no espero a nadie más.”

 

Se la veía disfrutar, humillándome y tratándome como una sirvienta obedeciendo a su patrona. Pero  a mí no me importaba, con tal de hacer feliz y no da problemas a mi querido Matías, mi marido, lo daba todo por bueno.

 

Luego tuve que colocar las bandejas y limpiar todo lo que había utilizado, cuando quise acabar eran ya las 9,50 de la noche. Me senté un ratito a descansar en la cocina, hasta que pasados unos minutos sonó el timbre de la puerta. Me levante y como me había dicho la Señora, fui abrir la puerta y en efecto eran los invitados, tres hombres de diferentes edades, uno moro con la piel oscura curtida por el sol, tendría unos 40 años de aspecto dejado y sucio, con una barriga grande , era el más viejo de los tres. Otro era un joven negro, alto y fuerte, de espalda anchas y grandes manos, no tendría más de 22 o 25  años, su boca tenía unos gruesos labios, su aspecto era sucio y sin arreglar. El tercero era otro joven, un poco mayor que el anterior, también negro y fuerte como el otro, tendría unos 27 ó 28 años, y como los otros dos, su aspecto era descuidado y sucio. Los tres traían aún puesta la ropa de trabajo y daban un fuerte olor a sudor. Estaba segura que no habían pasado por sus casas para cambiarse y ducharse después de acabar su jornada de trabajo. Les pregunte:

 

“¿Qué desean?”

 

Y ellos al verme así vestida, enseñando todas mis piernas casi hasta mi coño y viendo como por el lado del delantal enseñaba gran parte de mis gordos pechos, se quedaron como mudos y extasiados mirándome. Al cabo de un momento, el más mayor me contestó:

 

“Yo soy Abdhula y ellos son Yoweri e Ibrahim , somos trabajadores de la casa y nos ha indicado Adham que viniéramos a las 10,00 a la casa , que la Señora quería vernos”

 

Yo les contesto:

 

“Bien, yo soy Esperanza, la sirvienta y esposa de Matías el encargado, síganme, la Señora les espera en el comedor”

 

Me doy la vuelta dejando ante su vista toda mi anatomía trasera desnuda a excepción de la poca zona que tapaba el lazo de mi delantal. Ellos al verme así, se dicen entre sí algo, que sin duda sería sobre mi desnudez y mi persona, y sin más me siguen. Al llegar a la puerta del comedor veo a Mamen sentada en la cabecera de la mesa y a mi marido en el lado opuesto de la misma, y en la mesa 5 servicios de platos, cubiertos y copas todo ello sobre un mantel blanco bordado con sus correspondientes servilletas. Entonces, dirigiéndome a la Señora la digo:

 

“Señora sus invitados, ya están aquí”

 

Ella me contesta:

 

“Hazlos pasar, Esperanza, gracias”

 

Me echo a un lado y les invito a pasar, entonces la Señora, poniéndose de pié les dice:

 

“Buenas noches, les he hecho venir a estas horas, porque les quiero premiar su buen trabajo con una cena en mi compañía y la de su encargado el señor Matías, por favor tomen asiento y disfruten de la noche”.

 

Ellos algo sorprendidos, se miran y sin decir nada se van sentando cada uno delante de un servicio (plato y cubierto) de los que hay en la mesa, una vez sentados, dirigiéndose a mí me dice Mamen:

 

“Esperanza, ya puedes servir la cena y por favor Matías, si eres tan amable puedes traer unas botellas de vino, pero hoy en honor a nuestros invitados y con el fin de que no tengas que bajar a la bodega tráelas de esas especiales que tengo en la cocina, guardadas para las ocasiones”

 

Yo la contesto:

 

“Si señora, como usted mande”

 

Y dándome la vuelta, me dirijo hacía la cocina seguida de Matías, vuelvo mi cabeza para atrás y tras de mí veo a mi marido y en el comedor puedo observar como los tres hombres miran hacía el pasillo por donde yo voy sin poder despegar sus ojos de mi trasero, que al andar se me mueven graciosamente los cachetes de mi culo. Yo me siento alagada y sigo muy, pero que muy caliente, con las miradas que los tres trabajadores echan a mi cuerpo. Al llegar al a cocina, Matías va a la alacena y saca dos botellas de vino tinto que descorcha y se acerca a un cajón de uno de los muebles que hay en la estancia y saca de él una caja, sin estrenar, de las pastillas de afrodisiacos. Luego coge cinco pastillas y ayudado por una maza de un almirez, las deshace y las echa en una de las botellas. Luego saca otras cinco y hace lo mismo, depositándolas una vez trituradas en la otra botella. Pone de nuevo el tapón en ambas botellas, y las menea un poquito, primero una y luego la otra hasta que consigue disolver las pastillas en el vino de ambas botellas. Yo entonces le digo:

 

“¿Te gusta Matías, como me ha vestido tú Señora, no te parece demasiado descarado para mostrarme así delante de tus compañeros invitados a cenar? ¿Y porque les echa al vino esos afrodisiacos?, se van a poner muy caliente, tanto vosotros como la señora y ….”

 

No me deja acabar, y me dice:

 

“Estas muy guapa, aunque enseñándolo todo, pero si la Señora cree que debes de vestir así para servirnos la cena, está bien y yo no diré nada ella manda y nosotros estamos aquí para hacer y servir a la que manda y nos paga. Por eso mismo he echado los afrodisiacos al vino, porque ella así me lo ha ordenado. Yo ya sé y me imagino que puede pasar luego, por eso te hice tomar a ti también afrodisiacos, porque seguro que acabas formando parte del premio que la señora quiere dar a sus empleados. Pero apura, cariño, están esperando y pase  esta noche lo que pase, quiero que sepas que te quiero, recuérdalo, no lo olvides pase lo que pase y veas lo que veas.”

 

Diciendo esto el sale con las dos botellas una en cada mano y marcha hacía el comedor. Yo me dirijo hacía donde había colocado las bandejas y cojo dos de entremeses una en cada mano y me dirijo hacía el comedor, las deposito encima de la mesa una por el lado de Matías y otra por el lado de Mamen, la cual al dejarla con disimulo lleva una de sus manos a mi culo y me le acaricia con suavidad. Luego voy a la cocina a por otras dos y cuando voy a depositarlas en la mesa por el lado de Matías, me dice la Señora:

 

“No, por favor, Esperanza, pon una entre  Abdhula y Yoweri y la otra al lado de. Ibrahim, pero colócalas por el lado de ellos, no desde donde esta Matías, no vaya a ser que al cogerte un poco retirado se vayan a caer las bandejas y les manches.”

 

Yo hago lo que me indica y con lo excitada que estoy procuro cuando voy a dejar la bandeja entre los dos hombres ponerme de lado, para que quede mi culo desnudo a la altura de la cara del moro y mi pecho pueda quedar cerca de la cara del negrito procurando rozársela con él, ellos al ver y sentirme tan cerca, se ponen nervioso y comienzan a excitarse. Luego doy la vuelta a la mesa con la otra bandeja y también procuro rozar mi cuerpo por la cara y brazo del otro joven negro, que como los otros dos al sentir mi cuerpo se pone nervioso y excitado.

 

Matías había colocado las botellas de vino en el centro y ellos no habían esperado a que yo les sirviera, pues cuando llegue con la segunda roda de bandejas ya estaban las copas llenas de vino. Cuando acabe de serví las bandejas de entremeses, me fui a la cocina y puse a calentar los segundos platos. Cuando estaba en ello, llego Matías y volvió a coger otras dos botellas de vino y también las añadió una vez abiertas las pastillas de afrodisiacos trituradas. Luego se acercó a mí y cogiéndome por la cintura me atrajo hacía él, notando yo a la altura de mi sexo toda la dureza de su polla, la cual debía tenerla tiesa y dura como el hierro y acercando su boca a la mía me dio un morreo de campeonato, aprovechando a meter una de sus manos por el lateral de mi delantal y tocar mis pechos y la otra la llevo a mi culo, que acarició y sobo a placer y al dejarme me dijo:

 

“Que puta y golfa que eres, ya te he visto como te arrimabas a esos asquerosos y como les provocabas, eso me ha puesto a cien mira como se me ha puesto la polla. Estas caliente, eh cariño, se te ve por eso no tendré en cuenta ese desliz y coqueteo con ellos. Aunque los dos sabemos que la intención de la Señora es que seas follada por ellos, pero no quiero que tú los provoques sin que nadie te lo haya dicho. Porque al no ser que la Señora te  ofrezca a ellos y lo tengas que hacer y yo soportarlo porque ella lo ordene, no vas a follar con ellos, sino conmigo porque te deseo ahora con todas mis fuerzas. Me encantaría ser yo el que te posea esta noche, ojala la Señora desee estar con ellos tres y deje que yo te ame y posea a ti, si cariño, eso es lo que más deseo en esta noche, te quiero mi vida”

 

Luego dejándome, con mi calentura aún más grande, cogió las dos botellas y marchó de nuevo hacía el comedor. Cuando pasaron unos 10 minutos retiré del fuego la comida y me acerque al comedor y pregunté a Mamen:

 

“Señora puedo retirar los primeros y traer los segundos”

 

Ella me contesta:

 

“Sí querida, puedes hacerlo”

 

Cuando quité y retiré los platos y las bandejas vacías de los entremeses, retiré también las dos primeras botellas de vino vacías, que ya se las habían bebido. Tras dejar todo en la cocina, coloqué los segundos en sus platos y los fui sacando a la mesa, colocando a cada comensal el suyo. En esta ocasión no coquetee con ninguno de los invitados, como me había dicho Matías que hiciera, no quería poner celoso ni enfadar a mi hombre. Tras ponerlos en la mesa, cogí una de las botellas de vino que había en la mesa y fui llenando las copas de cada comensal, como con esta no hubo bastante (pues había algunas de ellas que estaban vacías y la botella ya estaba a media), cogí la otra y las acabe de llenar, depositando luego la botella con lo que quedaba en la mesa. Luego me puse tras la Señora, esperando alguna orden de ella o para ir llenando las copas a medida que se iban vaciando. A lo largo del segundo plato me di cuenta que los tres invitados, siempre que podían dirigían su mirada hacía mí, y a medida que pasaba el tiempo se les veía más animados y también más excitados (dado que el afrodisiaco depositado en el vino y este estaban haciendo sus efectos), y como poco a poco iban perdiendo su vergüenza y pudor.

 

Cuando acabaron todos de comer este segundo plato, me dijo Mamen:

 

“Puedes retirar la mesa y ahora iré yo a la cocina a preparar contigo el postre, espérame allí, enseguida voy”

 

Cuando una de las veces que volví a la mesa para retirar lo que me quedaba pude oír a Mamen decirles a todos:

 

“Espero que os haya gustado la cena, ahora os voy a preparar y traer un postre que os volverá loco y seguro que es el postre más espectacular  y especial que hayáis podido disfrutar en vuestras vidas.”

 

Yo recogí, y marché de nuevo a la cocina. Al poco rato llegó Mamen y me dijo:

 

“Ven vamos a preparar el postre, vuélvete mirando para aquel mueble”

 

Yo hice lo que me dijo, entonces ella sacó una barra de labios y comenzó a escribir algo sobre mi espalda, luego me dijo:

 

“Ya está, ven vamos”

 

Yo la dije:

 

“Pero Mamen, no hemos cogido el postre”

Ella me contesta:

 

“Sí querida, el postre eres tú”

 

La seguí y al llegar al comedor, hizo levantar a Matías de su silla y dándola la vuelta, me dijo:

 

“Súbete a la mesa”

 

Yo hice lo que me dijo y después se subió ella también, entonces dijo:

 

“Mirad todos, este es vuestro postre y para ti Matías este”

 

Diciendo esto se desabrocho su vestido y quitándoselo, lo tiró al suelo, luego bajando de la mesa, fue hacía donde estaba mi hombre y cogiéndole de la mano dijo:

 

“Esperanza, date la vuelta que tus comensales te vean y puedan leer lo que les dices”

 

Yo hago lo que me dice y entonces le oigo decir a uno de ellos:

 

“Soy vuestro postre, vuestra puta, haced conmigo todo lo que queráis, no os cortéis podéis hacerme de todo, mi marido os da permiso”

 

Yo le miro a Matías y oigo decir a Mamen:

 

“Matías, apruebas lo que he escrito en la espalda de tú mujer y das tú permiso a estos hombres para que la usen, sin límite y que hagan con ella todo lo que quieran y apetezca y tú quieres tenerme a mí de postre”.

 

Él con sus ojos llorosos y con cara de dolor me mira, y bajando la cabeza dice:

 

“Si Señora, si es esto lo que usted desea, doy mi permiso y la quiero a usted de postre, quiero disfrutar de mi postre, pero no deseo ver como estos señores se comen el suyo, al menos por ahora.”

 

Ella le coge a Matías de la mano y besándose ambos se dirigen hacía su habitación subiendo las escaleras y desapareciendo poco a poco de la vista de los que quedamos en el comedor.

 

Yo cuando ellos ha desaparecido de nuestra vista, me bajo de la mesa y nada más que tocar con mi pie el suelo, se acerca Ibrahim a mí y sin ningún tipo de pudor comienza a acariciarme suavemente primero la espalda y a continuación el culo, me está gustando lo que me hace y con lo caliente que llevo toda la tarde y noche no hago nada por evitar sus caricias. Luego el cabrón llevo una de sus manos bajo mi delantal, consiguiendo alcanzar mi sexo que comenzó a acariciar. Acerco su boca a la mía y acercando sus gordos labios comenzó a comerme mi boca dándome un profundo morreo. Yo me abrazo a él estoy súper caliente y me encuentro como loca de deseo, me entrego toda a él abriendo mi boca y recibiendo su lengua dentro de la mía, estaba muy caliente y nada me importaba si olía mal, si olía a sudor, el color de su pie, nada, nada me importaba solo quería gozar y correrme como una perra.

De pronto separa su cara de la mía y mirándome dulcemente, el joven negrito coge la tira del delantal que cuelga de mi cuello y me la saca, con mucha delicadeza  por mi cabeza, consiguiendo, su objetivo que no es otro que desnudar mis gordos pechos. Entonces, él inclina su cabeza y comienza a degustar mis pechos con mucho cuidado. Yo cierro mis ojos mientras acaricio la cabeza de mi amante y sin poder contenerme al sentir sus labios en mis pezones comienzo a emitir los primeros gemidos de placer causados por sus caricias:

 

“Siiiiiiiii, cómetelos todossssssssss, los pezonesssssssssss, comeme los pezonesssssssss… siiiiiiiiiii…..asiiiiiiii…..sigueeeee….”

 

El obedecía lo que yo le decía y me saboreaba con todas sus fuerzas e intensidad cada uno de mis pechos, cada aureola, cada pezón.  Yo quiero tocar su cuerpo y hago que se incorporé un poco dejando de mamar mis pechos y cogiendo su camisa por debajo y sin desabrochar se la saco por su cabeza, la tiro al suelo y comienzo a acariciar su pecho musculoso. Luego descendiendo con mis manos llego a sus pantalones que desabrocho, los cuales al momento van cayendo al suelo. Ya le tengo prácticamente desnudo, solo unos pequeños calzoncillos evitan su desnudez total. Yo llevando mi mano derecha comienzo a acariciar suavemente el tremendo bulto que se le ha formado y que esconde detrás de su prenda intima, empieza a respirar más acalorado y le oigo suspirar y decir:

 

“Uuhmmmmmm, uhmmmmmm, siiiiiii, joderrrrrrr que gustooooo, siiiiiii, diossssssss, que gustooo zorra, diossssssssss que manos tienes como la meneas pedazo de putaaaa……”

 

Yo en mientras separó la tela del calzoncillo e introduzco en su interior mi mano, y cogiendo el elástico de la prenda se lo voy bajando hasta medio culo, consiguiendo dejar a mí vista un grande y majestuoso  miembro, y al ver su polla le digo:

 

“Joder que polla que tienes, es enorme, por lo menos te mide 28 ó 29 centímetros y es anchísima si es tan gorda como el culo de una botella de cerveza”

 

Él me contesta:

 

“Si mide 27 cmts de larga por 6 de ancha y es toda para ti, toda….toda enterita para ti preciosa….”

Yo con una sonrisa le digo:

“No sé si podré con ella, es inmensa, no quiero que me hagas daño…le tengo tan cerradito…..”

Entonces él me dice:

“No te preocupes, tu tranquila, ya verás como la vas a disfrutar…”

Yo le agarro su polla y comienzo a movérsela, para masturbarlo, pero la calentura que tengo es muy grande y solo deseo tenerla dentro de mí, entonces miro a mí alrededor y veo a los otros dos empleados mirándonos como bobos con sus pollas fuera y masturbándose. Sigo mirando y veo un sofá y dos sillones y comienzo a empujar a mi joven amante hacía el sofá hasta que consigo que se siente en él. Yo entonces me situó sentada encima de él, y poco a poco voy descendiendo hasta que siento  la punta de su enorme y gorda polla tocar mi rajita , no me entra (debido a lo estrecho que me lo dejaron tras el parto), y le digo:

“Aahhhhhh diosssssss, es enormeeeeeeee, no me entra… empuja, no hagas caso si grito la quiero dentrooooo…..siiiiii”

Yo entonces me levanto un poco y cuando voy a volver a bajar le oigo que me dice:

“Tu tranquila, poco a poco, si no te pones nerviosa ya verás como la vas a disfrutar putilla, en cuanto te entre la punta…. tranquila, relájate y ya verás como todo va bien.”

Yo me dejo caer y noto como comienza a entrar con mucho esfuerzo y le digo:

“Joderrrrrrr, no entraaaaaaaa, es gordísimaaaaaaaaaaa….como me cuesta…ya, yaaa, ya noto como me entraaa…..ssssiiii”

Entonces él me dice:

“vessssssss, la notaaaaaaassssss ya ha empezado a entrar, tienes que tranquilizarte”

Yo entre suspiros le digo:

“Siiiiiiiii siiiiiiiii joderrrrrrrr si la notoooooooo, la notoooooooo y la disfrutooooooo, joderrrr que pollonnnnnnn, como me pones cabronnnnnnnnnn , que gustooooooo me dassssssssss……”

Y él me dice:

“La notas ya dentro pues ahora estate quieta un momento pedazo de zorra, hasta que tu chochito se dilate y se amoldé a mi polla, así muy bien, ahora vamos a bajar un poco más, hasta que te entre toda, que ya verás como la vas a gozar y disfrutar pedazo golfa, putona que eres toda una putona, vaya golfa que se ha echado el Sr. Matías de mujer”

Yo , no le hago caso y sigo descendiendo hasta que noto que toda sus pollaza negra ha logrado entrar en mi vagina, y esto ocurre al sentir como sus huevos tocan los labios vaginales exteriores de mi rajita, entonces fuera de mi le digo:

“Diosssssss diossssssss ahora si que la notooooooo, que gustooooooo, me destrozassssss cabrón, siiiiiiiiii, ahhhhhhhhhh, esto es la ostia, noto como si me reventasessssss, siiiiiiii, siiiiiiiii, ooooohhhhh la noto rozar mis paredes y como me dilata, muévete, muévete, cabrón quiero que me folles de una vez, empieza ya negro asqueroso……lo necesitoooooo…..”

Entonces el chaval me dice:

“Ahora que la tienes toda dentro muévete puta, fóllame, fóllame zorra, muévete cabalga encima de mi puta de mierda, quiero que seas tú la que te muevas y me folles a mí, no yo a ti, empieza ya, no quiero esperar más.”

Yo con lo caliente y salida que estoy le obedezco y comienzo a mover mis caderas, mi pelvis

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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