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Categoría: Infidelidad

Mi primera infidelidad con Joaquín

En ese entonces yo tenía 26 años, era muy ingenua y sumisa, tenía apenas dos años de casada con Luis y todo iba relativamente bien, hasta que empezó a ir relativamente mal y es que Luis siempre fue bien ojo alegre, conquistador y show man, yo creo que por eso me gusto y me case con él.



Una noche que se suponía iría al gimnasio y de ahí con mis tías a tomar un té, pero lo del se te cancelo a la mera hora y tuve que regresar a casa y al llegar vi en ese entonces lo más feo que pudiera ver, mi marido se estaba cogiendo a Cindy en mi cama.



Solo salí corriendo y empecé con el tema del divorcio, yo tenía la convicción de separarme ya que no aceptaría tal cosa.



En esa época conocí a Joaquín, un compañero de la universidad, estudiábamos nutrición ambos, el me agradaba por su forma de ser, muy aventado, además me gustaban sus brazos y su estatura, él siempre me tiro la onda, me invitaba a comer y me mandaba mensajes lindos, nunca rebaso el límite que yo le puse, pero en esos momentos le permití que me cortejara un poco.



Celebre mi cumpleaños número 27, así que invite a muchos amigos, Luis estaba, pero en ese momento no teníamos buena química, él estaba, pero tomando comiendo o metido en su celular, yo en cambio con mi minivestido azul entallado, bailaba y bailaba con hombres y mujeres, enseñando de más y tomando sin medida.



La noche se hizo larga, poco a poco todos se empezaron a ir, solo quedo Joaquín con quien yo estaba baile y baile, mi marido seguía tomando y apunto de dormirse de lo briago que estaba, Joaquín me acariciaba y miraba a Luis, pero él no estaba en sí, entonces empezamos a bailar muy pegaditos, yo le repujaba mi cuerpo el me repujaba su macana, uf, ¡que rico baile solo de recordar me excito nuevamente!



J: ¡Luces hermosa Lety!



L: ¡Gracias guapo, tu igual!



J: ¡Lástima que tu marido no aproveche tenerte!



L: ¡Es un imbécil, olvídate de él!



J: Nena, ¡si yo te tuviera para mí!



L: Cállate, ¡todos son unos infieles!



En eso el me beso, yo al principio lo rechace, pero el me tomo de la cintura y me beso nuevamente, esta vez acepte el beso, ¡me acariciaba la espalda mientras yo le acariciaba cara!



J: ¡Te deseo mucho, vámonos a otro lado!



L: ¿Para qué



J: ¡Te quiero hacer el amor!



L: ¡Me quieres coger, no hacerme el amor!



J: ¡Bueno si tú lo dices así, entonces sí!



L: ¡Mejor ven, sígueme!



Dejamos a Luis dormido en el sofá de la sala y me lo lleve para mi cuarto, ahí le pedí a Joaquín que se sentara en la cama, como loca me dirigí a bajarle el pantalón, por alguna razón la imagen de Luis cogiéndose a Cindy en mi cama, me invadía mucho, solo quería hacerle lo mismo, ¡así que le baje el pantalón a mi amigo y vi que tenía una buena verga!



Comencé a lamerle el tronco y luego lo metí en mi boca, baja y subía, le daba lengüetazos a su cabecita, ¡me comencé a acariciar mi conchita que poco a poco empezó a humedecerse!



J: ¡Uf, nena, puede venir tu marido!



L: ¡Que venga, no me importa!



J: ¡Que rico lo chupas, uf!



L: Disfrútalo, ahora que puedes, ¡la verdad la tienes muy bien!



Me puse de pie y me quité el vestido y el brasear, dejando solo mi tanga me acosté encima de él y lo comencé a besar, sus manos apretaban con desesperación mis nalgas mientras me decía ¡no sabes como deseaba esto! Me apretaba y besaba los pechos, yo acariciaba su verga con mi mano, el faje estaba riquísimo y Luis en la sala dormido.



Me subí a cabalgarlo, su verga estaba dura y se sentía riquísimo, yo gemía de lo rico que me entraba y salía, me mordía las tetas y los pezones, con sus manos acompañaba los movimientos de mi cadera y cada movimiento lo estremecía mas y más.



J: Nena, que rico, ¡que rico coges!



L: ¿Te gusta?



J: ¡Mucho bebe, uf, no pares, no pares!



Sabíamos que no teníamos mucho tiempo, mi marido podía despertar en cualquier momento y aunque quería que me encontrara con él, la verdad prefería no tener un momento incomoda y más porque Joaquín me estaba cogiendo bien rico.



Me acostó levantando mis piernas en sus hombros, sus metidas eran fuertes y muy ricas, me mordía los pezones mientras me la metía duro, yo gemía fuerte y me olvide de todo, solo quería recibir esa verga dura de Joaquín.



L: Ah, así que rico, ¡ah!



J: ¡Uhm, nena, dios que rico aprietas!



L: ¡Se siente bien, tener una verga rica dentro!



J: ¡La tendrás cuando gustes nena!



Me puse en cuatro, el al verme se emocionó mucho ¡puta madre, que nalgas, que culo! ¡Lety eres un forro de vieja! ¡Me decía eso en lo que me acariciaba y besaba mis nalgas, las apretaba fuerte y les daba mordidas muy ricas, me abrió las nalgas y puso su verga en medio de ambas, yo las movía y eso lo volvió loco!



J: ¡Dios mío, que rico, que rico!



L: ¡Te gusta papi?



J: Si, que rica estas Lety, que idiota tu marido, ¡teniendo tremendo culazo en casa y prefiere otros!



L: ¡Pues aprovéchalo tú, tómalo!



Me empezó a penetrar muy rico, su verga estaba muy dura y firme, me encantaba sentir como me empujaba por dentro, yo gemía y me movía también, sus manos apretaban mis tetas y jugaban mi clítoris, uf, que rico era tenerlo en esa pose.



J: ¡Lety, dios me voy a venir!



L: ¡Termina papi, yo también terminare!



J: ¿Donde los quieres?



L: ¡Termina dentro, los quiero dentro!



J: ¡Como digas, dios mío!



Ambos nos corrimos juntos, el orgasmo fue riquísimo, la mezcla de nuestras venidas generaba un olor excitante, terminamos y en cuanto el lívido se me bajo lo corrí de mi casa, Luis increíblemente aún estaba dormido, me sentí mal



Al principio ya que nunca pensé en serle infiel, de hecho, después de esa noche empecé a ser muy tajante con Joaquín, pero ahí comenzó el inicio de lo que ahora soy, una liberal del sexo.



Otra cosa es que, eso fortaleció mi matrimonio, unas semanas después Luis me confeso que miro todo el acto y que eso en lugar de dolerle lo excito tanto, verme con otros lo ponía a mil y me propuso tener sexo con otros y dejarlo mirar, eso me prendió a mí también y desde ahí comenzamos a ser swinger.



¡Saludos su amiga Lety!


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