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Categoría: Confesiones

Mi primera experiencia extramarital

Me llamo Marlen (nombre cambiado) Estoy casada, tengo 2 hijos. Me considero bonita y con buen cuerpo, estoy por cumplir 26 años.



Relataré este hecho que me pidió mi compañero de trabajo, con quien tuve mi primera experiencia extramarital.



Debo confesar que no soy buena para describir lo vivido ya que creo que no tengo la misma intensidad en lo que escribo.



Todo sucedió de manera fortuita, ya que mi compañero que nombraré "Roberto". Estábamos chateando por Whatsapp sin saber en qué momento nos desviamos del tema inicial y caímos al tema sexual. Al principio me daba mucha pena ya que Roberto es una persona de 50 años, muy educado, serio y reservado… Además de atractivo, que no muestra signos de su edad, solo escasos cabellos blancos en sus sienes te dicen que nos es muy chavo… Todas mis compañeras hablan de sus fantasías con él, de cómo será en la intimidad, etc. etc.



El chateo se volvió candente y excitante, que antes de despedirnos me escribió;



>>"No te imaginas, como deseo que algún día, esto se vuelva realidad" yo sin pensarlo le respondí;



<<"A mi también me encantaría" una vez que nos despedimos, padecí de un periodo de arrepentimiento…



Pasaron un par de días, cuando estando en su oficina, me ofrecí hacerle su café… Se levantó de su escritorio y me saludo muy efusivo.



Agradeció mi gesto y no paso de una simple charla, sin que se tocara el tema del chat.



Pasadas las 6 pm fui a despedirme de Roberto. Se levantó y extendió sus brazos para abrazarnos…



>>"Se siente rico, tener tus pechos pegados a mi" me dijo con su voz varonil



<<"Deberás te gusta?" fue lo único que se me ocurrió responder



>>"Me encantan, me vuelvo loco por tocarlos" al mismo tiempo me estrecha más con sus brazos



<<"Puedes hacerlo" le digo con atrevimiento



>>"Aquí no… Mejor lo hago en las regaderas"



(Donde laboramos es requisito ducharnos antes de entrar y salir de trabajar y usamos uniformes clínicos y contamos con regaderas exclusivas para mujeres) Mis compañeras de trabajo se habían retirado una hora antes.



Roberto se fue primero a las regaderas y le di las llaves de la puerta, pasados unos 10 minutos llegué mientras él se estaba bañando…



En ningún momento sentí pena o vergüenza actuar así de fácil con él. A pesar de estar casada, Roberto me atraía como imán.



Durante esos 10 minutos, solo pensaba como disfrutaría tener sexo… Estaba realmente excitada… Muy caliente!!!



Me desnudé y me metí a la ducha con él… Un abrazo acompañado de un dulce y prolongado beso al mismo tiempo que el agua fresca caía sobre los cuerpos fundidos en uno solo… Sus manos recorrían gran parte de mi figura, cintura, trasero, piernas, espalda hasta parar en mis pechos que los masajeaba delicadamente… Luego me besaba las orejas, cuello y llegando al busto se deleitaba dando succiones y caricias con la lengua, pequeños mordiscos en pezón, me tenían totalmente excitada… Mis manos estaban estacionadas en su trasero y por la calentura me aventuré a tomar su miembro duro y acariciarlo…



Fue bajando lentamente mientras seguía besando y chupando cada parte que recorría…



Chupa la entrepierna, luego la otra, todas las partes circundantes sin tocar la vulva, aumentando mi excitación…



Pasa su lengua dos tres veces por toda la vertical de la vulva, como si fuera brocha de pintar… Instintivamente abro mis piernas al mismo tiempo que la punta de la lengua surca por los labios internos hasta tocar como campanadas la capucha del clítoris…



La fuerza de mis piernas se desvanece para seguir en pie… Chupa suavemente los labios externos luego internos y se detiene dando suaves y delicadas succiones en mi perlita… A nivel de mi vientre siento presión, aumenta mi temperatura corporal, sé que estoy a punto de explotar… Introduce un dedo a mi vagina sin dejar de chupar… Me dejo llevar… Mi vista se nubla, lanzo un grito que inunda el cuarto del baño… Un momento jamás experimentado con mi esposo… El prolongado orgasmo hace que me tiemblen las piernas y parte de mi cuerpo sin poder mantenerme en pie, me siento mientras continúan las convulsiones vulvares al mismo tiempo que Roberto me toma de la cara y me planta un excitante beso con pases de lengua y fluidos vaginales… Para mi mente era un momento sublime… 12 años de casada y jamás había vivido una experiencia parecida…



Una vez recuperada, tenía que agradecer el gesto de Roberto y le pedí que se pusiera de pie…



Justo frente de mi cara admiro el portentoso miembro, con sus venas saltadas, detalles del cuidado que le da a su zona viril… Depilación del vello púbico, así como sus testículos impecablemente rasurados… Una delicia para comérmelo todito hasta dejarlo seco…



Lo chupo, lo mamo y le muerdo levemente su cabecita… Luego lo masturbo lento y luego rápido y repito las chupadas… Mientras escuchaba como se quejaba de placer y eso me decía que iba por buen camino… Hasta que me pide que me detenga…



<<"Te estoy lastimando?" desconcertada le pregunto



>>"No… Al contrario, lo estoy disfrutando muchísimo… Solo que no me quiero "Vaciar" aún"



Me pone de pie, y con su mano acomoda su miembro en mi vulva… Me levanto de puntillas para estar casi a su nivel… Y me penetra lenta y suavemente… En ese momento me sentía más que satisfecha, pero quería que también el disfrutara cuando se "viniera"



Varias estocadas con un vaivén lento… Como entraba y salía despacito, mientras nuestras bocas se comían…



Luego aumentaba la velocidad… Me toma de las piernas y aún ensartada me carga… Mis brazos rodean su cuello para aligerar el peso…



Las estocadas eran fuertes y constantes, que en un instante resbaló y casi caemos al piso…



Me voltea para darle la espalda, levanto mi cadera, sus manos abren los cachetes de mi trasero al tiempo que su miembro se hunde en mis entrañas… Bombea con fuerza, mientras su mano se planta en mi vulva, metiendo un dedo… Mi excitación va en aumento… Que luego de un instante soy yo la que mueve el trasero (como reggetonera) eso lo estaba enloqueciendo, porque su mano la movía con rapidez, la otra masajeaba mis pechos…



Para las embestidas, cierra el grifo de la regadera y salimos… Toma unas toallas y las tiende en el piso, se recuesta boca arriba y me hinco para chupársela, muy suave y lentamente, luego me monto, tomo su miembro e introduzco solo la cabecita… En mi cabeza solo gira el pensamiento de hacerlo disfrutar y pongo en práctica los ejercicios de "Kagel" que consiste en contraer y soltar los músculos vaginales, algo así como apretar y aflojar la vagina mientras estoy penetrada, al mismo tiempo estrujo sus testículos. (Esto enloquece a mi marido)



Después de esto, me pongo a cabalgar, al mismo tiempo que chupa con suavidad mis pechos que como péndulo se movían, él levantaba su cintura para hacer más profundas las estocadas… Pasaron varios minutos en esta posición para luego cambiar…



Me pone de perrito y con las manos sobre mi trasero, la mete muy lentamente haciendo movimientos adelante - atrás, para luego darme la oportunidad de que mueva mis caderas al ritmo reggetonero, mientras me apretaba mis nalgas o me daba una nalgada, que lejos de sentir dolor me ponía como desquiciada…



Saca su rica verga y la pasea por la entrepierna, entre los labios y le da un pase por mi colita, que en la posición que estaba, era evidente que estaba a su merced… Por mi cabeza pasaban los pensamientos de rechazo (con mi esposo solamente una vez lo intentamos y se me hizo muy doloroso que abortamos la idea de repetirlo)… Pero con Roberto era diferente, era todo un galán en toda la extensión de la palabra y a él le permitiría que hiciera lo que quisiera conmigo…



Mientras su miembro entra por la vagina, sus dedos hacían presión en los bordes de mi colita, sin meterlos, repetía esto en varias áreas del círculo anal, hasta que poco a poco introduce uno de sus dedos, haciendo presión hacia los lados… Mi vista en momentos se nublaba por tan rica sensación…



La vuelve a sacar y coge otro juego de toallas que estaban en la banca y las acomoda bajo mi vientre, al mismo tiempo que me pide me acueste boca-abajo…



Se recuesta sobre mí, para penetrarme nuevamente. Con mi cintura levantada por el paquete de toallas, las penetraciones eran profundas dando sensaciones indescriptibles, al mismo tiempo me chupa el cuello, la nuca y las orejas donde de plano me mataba por decirlo de alguna manera…



Él: "Quiero terminar en tu colita… Me dejas hacerlo" me dijo con su voz ronca y su boca pegada a mi oído



Yo: "Pero, si me duele?" le respondí con voz llena de miedo



Él: "Si te duele, le paramos… Trata de no confundir el dolor con el placer" Me dice mientras continua chupando mi oreja derecha



Mientras me lo pedía, Roberto no dejaba de estar moviendo su cadera lentamente con su miembro dentro de mi…



La saca y viene un momento de pánico para mi… Me pide que haga respiraciones profundas para relajarme, siento que la punta de su verga hace contacto con la entrada anal… Pacientemente da pequeñas presiones con su cabecita, mientras me dice al oído que tengo un hermoso trasero y me llena de halagos y detalles cachondos, tantos que me siento como una Pornostar sumamente excitada…. Cuando me dice que no me mueva, es porque ya la tengo toda adentro de mi colita!!!!... No sentí dolor alguno… Si sentía todo el intruso dentro, pero sin dolor... De hecho quería que se moviera, pero me comento que esperara a que el esfínter se dilatara, para sentir solo placer…



Cuando inició sus movimientos, estos fueron muy suavecitos y lentos, pero cuando moví mi cintura hacia arriba, le di la señal de que lo hiciera a placer… Aumentó la velocidad de las estocadas, mis manos abrían más mis nalgas para que fueran más profundas… Luego con mi mano me empecé a masturbar frenéticamente… Sentía que flotaba, sentía como su verga entraba y salía sin piedad… Estaba hecha una perra en celo…



Siento la proximidad del orgasmo y con voz lastimosa se lo digo…



Para ese momento ambos teníamos los movimientos compasados y totalmente acoplados…



Sonidos de gozo total salían de la garganta de Roberto cuando siento los chorros candentes de semen, al mismo tiempo me llega a mi el segundo orgasmo… Al unísono detuvimos los movimientos para disfrutar la serie de convulsiones y las dilataciones de su pene…



Me encantó la primera experiencia extramarital que he tenido, sin crear compromisos y sobretodo que me siento muy segura con Roberto porque es una persona muy discreta… Me gustó la idea que me dijo que escribiera lo vivido para hacer una publicación.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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