Yo andaba con tres compañeros de trabajo de la universidad llegamos y entramos a un prostíbulo para mi iniciación y pagándome cada uno una prostituta colombiana, sentados se nos acerca una salonera que también era prostituta con su medias de mallas negras con un pantaloncito muy corto que les digo extremadamente cortito con una camisa blanca de mangas largas con un gatito negro en que la elijo y efectivamente entro con ella a un cuarto, desnudándome veo paso a paso como se va desnudando observando detenidamente que carga un hilo dental de tigre por el color y el estilo, padre mío viéndola más visualmente a esta prostituta colombiana que es también salonera coño tiene un culo rico, sabroso y enorme a mi parecer me vino una eufórica erección descomunal al parárseme la pinga con tal emoción igualmente cañonero también fabulosa hasta deliciosamente en que me lo mira al ponerme cariñosamente el condón al darme esta clase de chupada como mamada con todas las ganas aguerridamente la misma salonera en que tiene un físico corporal buenísima y muy voluminoso en que le entro a mamarle las tetas qué están parados como duros colosales en que los encuentro muy apetitoso; me la follo con todos los triunfos al encantarme y sabiendo que es ser inaugurado al desaparecer tu virginidad con unas poderosas y potenciadoras ocasiones en tu vida adulta al tener solamente unos veinte pico de años yo. Quería mucha más de la micha de esa salonera prostituta colombiana pedí a mis compañeros que pagaran otro turno pero dijeron sáquenlo de allí ya se volvió todo un animal se encanto con esta, efectivamente quede con mis ganas salí y todos mis compañeros me sonrieron con unos ojos expresando que soy todo un macho verguero que le gusta las mujeres de ahora en adelante convirtiéndose mi primera de tantas ocasiones con mis putas ricas y sabrosas colombianas para zacear mis instintos como deseos sexuales de mujeres a tutiplén por doquier.