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"Cuando tenia 23 años contacte a una mujer de 45 por medio de un aviso. Fue mi primera experiencia con una mujer madura y esta es la historia."
Yo tenía 23 años y era como la mayoría, un hombre joven con ansias de conocer la vida, pero desde entonces casado. Siempre había rondado mi mente la loca idea de hacer el amor con una mujer que fuera mayor que yo, Creyendo que eso me daría más y mejor experiencia en el sexo. Fue entonces que me dispuse a colocar un anuncio clasificado en un sitio para contactos, pero la patanería que existe en este tipo de páginas me hizo difícil la labor. Me dispuse entonces a leer las publicaciones en la sección Mujer busca hombre durante varias semanas y respondiendo los mensajes que se acomodaban a mi situación y propósito.
Mujer casada busca hombre discreto para cumplir fantasía. Decía el título. La publicación decía al interior Soy una mujer entrada en los cuarenta que desea experimentar lo que es estar con otro hombre que no sea mi marido, con un hombre serio y respetuoso. A lo que respondí: Buena tarde soy Luis hombre de 23 años casado. Nunca he tenido otra experiencia en mi vida que no haya sido con mi esposa vi su anuncio y me ha interesado espero poder contactarla. Ofrezco exactamente lo que pido, discreción seriedad y respeto de mi vida personal, solo deseo saber lo que es estar con otra mujer sin que eso afecte mi vida y es lo mismo que ofrezco.
Pasados unos días y revisando el sitio encontré una respuesta de esta mujer que para efectos de respeto llamare R. Hola buenas tardes fue una gran sorpresa recibir tu respuesta y te dejo un teléfono de contacto puedes marcarme entre las 9:00 am y las 2:00 pm pregunta por la lectura de cartas y sabre que eres tú.
Me dispuse al día siguiente a llamarle, tuvimos charlas largas e interesantes durante los siguientes días y cuando ella se sintió cómoda me pregunto: ¿Aun quieres que nos veamos? A lo que respondí: por su puesto, en ese momento me pregunto cómo es que te gustan las mujeres, y yo respondí que el físico para mi es una determinante que las pláticas que tuvimos me dejaban ver que era una excelente mujer. Ella respondió inmediatamente respondió tengo 45 años cabello negro chino, soy alta con mucho busto y lonjas bastantes. A lo que respondí. Eso me gusta tendré más de ti para acariciar y amar. Y Acordamos el lugar y la fecha.
Un par de días después llegue al puente que me indico, sobre el periférico esperando ansioso y nervioso la camioneta color verde en la que ella habría de llegar. Espere y espere ella demoro un poco más del previsto, pero finalmente lego. Me acerqué a la camioneta pregunto entre ansiosa y temerosa Luis?. Si. Le respondí, a lo que respondió con una sonrisa sube. Nos dirigimos a su casa a un par de minutos del lugar donde nos encontramos, me invito a pasar a su casa, me llevo al estudio donde me ofreció y me sirvió una taza de café. Conversamos un poco para romper el hielo y desnudarnos de la pena y las ansias, antes de despojarnos del resto de nuestras fachadas de desconocidos.
Es una mujer de talla grande, una hermosa mujer de talla grande entrada en edad que al mirarla me hizo respirar profundo, hizo que estomago diera un vuelco y desato lujuria con su mirada mientras se acercaba a mí, en ese vestido negro de una pieza en color negro con un ligero pero elegante y coqueto escote. Mientras me decía me gustas, me atraes, deseo que me tomes, deseo que me hagas sentir mujer....
Se acerco mientras yo estaba sentado, levanto i cabeza y me dio un beso en los labios un delicado beso en los labios que me invito a desatar mi ansiedad de poseerla... mientras nos besábamos mis manos se deslizaron bajo su vestido, acariciando sus piernas, y al paso de la respiración agitada mis manos recorrían y jugueteaban por el contorno de sus piernas hasta llegar a sus caderas una y otra vez hasta que su mirada y su respiración me invitaron hasta su entrepierna.... mis manos recorrían locamente en una carrera frenética su cuerpo mientras mi mano derecha acariciaba su pelvis por debajo del vestido acariciando sus bragas que me dejaban sentir con las yemas de los dedos un delicado encaje m mano izquierda de escapaba entre ese delicado escote para permitirme descubrir sus delicados senos... esos deliciosos y delicados senos, como frutos maduros y perfectos que se me entregaron como un obsequio dulces discretos y dispuestos.
Deslicé mi mano dentro de un sostén negro con encaje que guardaba celoso tan majestuoso par de pechos perfectos, y delicadamente los saque para poderlos admirar, me detuve un instante para observarlos y acariciarlos con las yemas de mis dedos a lo que ella respondió, bésalos por favor. Me acerque a sus senos respirando profundamente el aroma de su piel que se mostraba blanca y dulce como reflejo pálido de luz de la mañana. Bese delicadamente la punta de sus pezones con un discreto y delicado beso en cada uno de esos pezones cual botones de flor que esperan el calor del sol en una tarde de verano. Dibuje con pequeños besos el contorno de sus pezones mientras veía como se posaban duros y erectos como flores que despiertan tras la lluvia de un día soleado. Para terminar, lamiendo sus pezones introducirlos a mi boca y succionarlos uno, a la vez mientras mi respiración se había más profunda y se sincronizaba con los pequeños gemidos que ella dejaba escapar aguantando las ganas de gritar....
Mi mano se encontraba ya dentro de sus bragas y acariciaban su deliciosa intimidad que despertaba con el roció de la mañana, humedeciendo de poco en poco mi mano que jugueteaba buscando alcanzar el preciado tesoro de su ansiado y despierto sexo que clamaba por el inevitable encuentro.
La recosté sobre el escritorio, y acariciando sus piernas termine de levantar el vestido negro que trataba de esconder de mi vista tu tibia y lista vagina que gritaba por sentirme dentro... bese sus piernas hasta llegar a sus rodillas... acaricie sus muslos para abrir con besos en las entre piernas ese refugio de mi ansiedad y mi locura desatada, y me vi ahí parado con ella recostada íntimamente dispuesta. Aspire profundamente entre sus piernas ese delicioso aroma que me invitaba a descubrirla plena humedad y completa. Dibuje con besos pequeños el contorno de su vagina un par de veces y termine lamiendo de su piel ese delicioso néctar que nacía de su vagina.
Comencé a levantarme lentamente con mi cabeza entre sus piernas besando sus entrepiernas poco a poco hasta llegar a sus rodillas mientras ella permanecía recostada en el escritorio, hasta que me halle ahí justo frente a ella recostada entre sus piernas abiertas frente a mí y completamente dispuesta... tome pene y aprete con la palma de mi mano hasta sentir ese cosquilleo que me recorrió, presione mi glande con las yemas de mi dedo índice y pulgar y juguetee con mi pete en el contorno de su vagina húmeda y lista para recibirme dentro de ella... deslice mi pene hasta que roso la punta de du clítoris sin penetrarla e introduje solo la punta de mi pene mientras regresaba dibujando lo largo de su vagina húmeda y me retire un poco.... para regresar firme introduciendo mi pene poco a poco dentro de su vagina mientras escuchaba un profundo y ahogado gemido y un ligero abrazo de sus piernas apretándome cuerpo mientras entraba mi pene dentro de su vagina que poco a poco dejaba fluir un poco más de humedad mojándome un poco más...
Al sentir su delicada y tibia humedad presione mi cuerpo con fuerza contra el suyo tratando de ir lo más adentro de ella que me fue posible como intentándome perder en su carne, en su olor, en su sabor en su propia existencia y me mantuve dentro, quieto, inmóvil, apacible como quien desea que por un momento el tiempo se detenga. Hasta que un gemido suyo me saco de ese pequeño transe que me absorbía... respire profundamente y retire un poco mi pene para volver a introducirlo lentamente en ella, repitiendo un par de veces hasta que las ansias me dominaron por completo y comencé a moverme poco a poco más rápido entrando y saliendo de ella inhalado el aire que se había entibiado en la habitación.
Tome sus piernas y las recargue sobre mi pecho, cruzándolas sobre mí y alrededor de mi cuello, su tobillo izquierdo, sobre hombro izquierdo y su tobillo derecho sobre mi hombro derecho. Y la penetre con fuerza una vez más apretando sus piernas contra mi cuerpo. Mientras me empujaba con fuerza lo más adentro de su vagina que nuestra excitada y alterada humanidad lo permitía movía mi cadera para que mi pene jugueteara dentro de su húmeda y deliciosa vagina. Repitiendo una y otra y otra vez, mientras ella ahogaba los gemidos con su boca cerrada.
Procedí a abrir nuevamente sus piernas sin sacar mi pene de su vagina, la jale contra mi cuerpo abrazando sus piernas con mis brazos... y ella soltó un ligero y corto gemido -¡ahhhhh!.
Moví mi pene dentro de su vagina un par de veces y me retiré despacio casi al punto de que pi pene se saliera de su húmeda vagina y arremetí rápido y con fuerza con mi pene golpeando mi pelvis contra sus nalgas... una y otra vez... y otra vez hasta que esa pequeña pausa para sacar el pene de poco a poco fue desapareciendo hasta que me haya golpeado mi cuerpo contra el suyo en un movimiento repetido y frenético lleno de deseo pasión y lujuria que provoco que me perdiera en sus gemidos que poco a poco fueron más claros y fuertes. Cuerpo golpeando su cuerpo con fuerza y yo intentando arremeter cada vez con más fuerza hasta que la excitación, la pasión y la lujuria llegaron a su máxima expresión y cuando ella grito simplemente para mí fue inevitable, su reacción provoco en mí una profusa eyaculación que terminé golpeado varias veces mi cuero contra el suyo y apretando sus deliciosas piernas que se estremecían abrazando mi cuerpo contra el suyo... y recosté mi cuerpo contra el suyo, ahí, de pie, mientras ella permanecía recostada sobre el escritorio.
Pasado un rato, me dijo que ya casi era hora, me levante, me vestí, mientras ella acomodaba ese coqueto vestido negro con ese sobrio pero visible escote que me invito a acariciar sus senos y desacomodar su sostén mientras la basaba y la apretaba contra mi cuerpo....
Me ofreció una taza de café y me confeso que llego tarde porque al vestirse, se miró al espejo y solo pudo ver a una mujer entrada en años, con varios kilos de más que buscaba algo que ni siquiera ella sabía que era... y que a punto estuvo de no llegar, pero después, pensó que lo peor que podía pasar es que me fuera.
Le agradecí haber asistido, la bese la abrace, y le dije que quería volver a verla.... ella acepto y nos volvimos a ver un par de veces más, hasta que por las cosas de la vida y el trabajo perdimos el contacto.
Y escribo este relato, porque he visto un perfil en facebook y sé que es ella, le he escrito hace un par de días comentando. Me ha recordado a una persona que hacía lectura de cartas hace varios años, pues estaba interesado en una lectura de cartas.
Pero no recibo respuesta, y no sé si decirle que soy yo que hace años tuvimos la dicha de conocernos y que aun hoy como hace más de 10 años me gustaría verla, que aun mueve dentro de mi algo como hace tantos años....
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