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Categoría: Orgías

Mi primer trio con dos cuarentones

Comiéndome a dos hombres maduros


El chat de Wasap de Eduardo llegó yo aún no terminaba de trabajar pero ya había dispuesto que hoy era el día; fui apagando el computador y me dispuse a salir, tome un taxi; iba acompañada de otra carrera, la dejaron primero y después a mi pero el nerviosismo me invadía al llegar a donde me dirigía, el taxista me anunció que en quince minutos estaríamos en el lugar. Esa señal me puso muy nerviosa, el corazón
me latía a mil, estaba por tener una experiencia muy fuerte,
sobretodo con mis 36 años, y mi poca experiencia sobre estar con dos hombres a la vez.


Al llegar al edificio me estaban esperando Eduardo, de 44 años
y Mauricio de 45. Nos habíamos conocido en una disco donde intercambie número de celular con Eduardo y
me había propuesto hacer un trío después de muchas otras experiencias que habíamos tenido el y yo.
Yo estaba excitada
de estar con dos hombres maduros, pero también asustada.
Era la hora de cenar, por lo tanto fuimos a comer a uno de esos
elegantes restaurantes que hay cerca de donde el vive. Durante la cena,
Eduardo contaba anécdotas y trataba de hacer ameno el encuentro,
pero Mauricio estaba serio, eso me ponía tensa.
Luego de cenar, nos dirigimos al departamento de Mauricio, cuando
entramos, les pedí que me dijeran donde estaba el baño,
Eduardo me lo indicó y me dijo que me esperaban en el cuarto.


Esas palabras me hicieron estremecer, entre en el baño nerviosa,
me temblaban las manos, y respiraba agitada, casi jadeando. Me saque
el jean y el sweater que llevaba puesto, me saque la bombacha y el
sostén, y me puse mi blusa blanca de encajes y pollera escocesa que venía con aquel atuendo sexy, tenía solo eso, ah, también me puse unas
medias blancas que llegaban hasta la mitad de la pierna.

Salí del baño y entré a la habitación,
cuando Eduardo me vio, dijo: Dios mío, no puedo creerlo, Nancy,
mi amor, estas como yo te había soñado.
Me sentó sobre la cama, me abrió las piernas y metió
la cabeza sobre mi rajita rosada y palpitante, lance un suspiro. En eso Mauricio
se coloco a un costado mío y me dio un beso en la boca, me
metió la lengua hasta el fondo, era tan lindo ser atendida
por la boca de dos hombres expertos.
Eduardo me apoyaba sus labios sobre la vulva mientras con la lengua
presionaba mi clítoris.


Era un éxtasis total. Estaba por acabar, sentía como todo el interior de mi vagina se retorcía por venirse y estallar en un orgasmo se los dije, entonces
Eduardo, se concentró mas en chuparme el clítoris, paso
sus manos debajo de mi cola, y comenzó a apretarme las nalgas,
en tanto Mauricio, se paró sobre la cama, saco su pija,
me tomo de los cabellos y la metió en mi boca.
Vamos putita, vamos trágate mi pija, dale trágala toda.
Vamos acaba, acaba que quiero ver como gozas.
Estas eran casi las primeras palabras que escuchaba de Mauricio,
que junto con la chupada de Eduardo, me hicieron explotar.
Ohhhhhhh, ohhhhhh, siiiiiiiii, siiiiiiiiii, En lo que probablemente
fue el orgasmo mas grande que haya tenido.


Me acosté de espaldas y trate de recuperar el ritmo de mi respiración.
Los dos se sacaron rápidamente la ropa, tenían sus penes
bien parados y venían por mi.
Eduardo me dio un beso en la boca muy dulce, que hizo que mi conchita
volviera a humedecerse, luego se acostó sobre la cama, y me
dijo: Ven putita, chuparla como te he enseñado a chupar la pija a papito, ven mi amor.
Yo me puse en 4 patas para chuparlo, en tanto que Mauricio comenzó
a acariciarme la espalda y el culo. Estaba muy rica esa pija, y lo que Mauricio me estaba haciendo por detrás era fenomenal.

Pronto, comenzó a chuparme el agujero del culo, me ponía la
lengua bien adentro, y yo gemía de placer. En eso, Mauricio
se detiene, veo que busca algo en la mesita de noche, yo me doy vuelta
lo veo sacando la tapa de un tubo de gel lubricante. Yo le digo:
No, que me vas a hacer!!!!!!!! No sabes que voy a hacer, te voy a
romper ese culito hermoso que tienes, responde Mauricio No, yo
les dije que por el culo, no, dije, Vamos Nancy vamos déjate que
te va a gustar, dale, por favor, déjate. Mire a Eduardo como buscando apoyo y su respuesta fue no se, no se, les insistía que
no estoy preparada, por favor, no, dije En eso Eduardo me toma de
los brazos y me dirige hacia el.


Ven Nancy acércate,
siéntate en mi pija, ven mi amor, dice Eduardo Me siento en su pene,
y despacio va entrando todo, fue una verdadera delicia, lancé
un suspiro de placer. Eduardo, me hace acercar a el, y me acuesta sobre
su pecho, y me aplasta un poco mi tetas.
En eso viene Mauricio por detrás y comienza a untarme
el gel en mi culo.

No, por favor,
dije; intenté incorporarme, pero Eduardo me tenía
inmóvil.

Vamos ramerita, dijo Mauricio, y me metió un dedo en
el culo, hasta el fondo. Ya me habían metido el dedo antes; Dolió un poco, pero se podía soportar, además ya había tenido alguna experiencia por la cola pero no era algo que me fascinara.

En ese momento Eduardo comenzó a moverse para abajo
y para arriba, mientras Mauricio intentaba poner el segundo dedo
en mi culito.
Sabía que era inútil resistirme, por lo tanto le pedí
a Mauricio que lo hiciera despacio y con cuidado. Y realmente lo hizo, metió
el segundo dedo, y comenzó a moverlo en círculos. Dolía
un poco, pero sentía como mi culo se iba dilatando a medida
que me iba relajando.


Ya estas lista, dijo Mauricio; ya no había mas que hacer, sabía que sucedería
lo que tanto había temido de este encuentro. Entonces, lo miré
fijo a Eduardo, y le dije: Prefiero que seas vos, quien lo haga.
Eduardo hizo un gesto de placer y picardía. Yo lo prefería,
ya que con él tenía mas confianza. Los dos se miraron,
pero no emitieron palabra.
Cambiamos la posición, ahora Mauricio estaba acostado
de espalas, yo me senté sobre el, rápidamente sentí su verga diferente entrando en mi vagina, suspire al sentir como terminó de entrar me recosté y apoye mi cuerpo sobre su pecho, en tanto Eduardo desde atrás decía que me iba a lubricar un poco mas.


Eduardo puso mas gel sobre mi agujero, me empujó un poco más
sus dedos, pero esta vez entraron con facilidad, y puso un tercero, para dilatar
mejor.

Ya listo Nancy ahora si,
ya estas lista, dijo Eduardo; Nuevamente traté de apartarme,
pero Mauricio me abrazó con fuerza y no pude moverme.
Eduardo apoyó la punta de su pija en mi agujerito y comenzó a avanzar,
pronto logró meter la cabeza su glande era grande pero entró y sentí como que se abría algo dentro de mí, mis quejido no se demoraron en salir no pude contenerme más aaahhh aaahhh nooo nooo
Ahhhhhh, dale despacio por favor aaahhh suave, despacio,
ahhhhhh, gemí Eduardo se detuvo un momento, pero el dolor seguía.


Sentí que mi colita me dolía y me latía, le pedí que me la sacara, sácala sácala; Eduardo que me duele mi colita
Sácala Eduardo,
que me duele, por favor, grité.

Eduardo, aparto mi cabello de mi cuello y me dio un beso en el cuello.
Nancy, mi amor, me dijo Relájate mientras a la vez Mauricio me bombeaba con su pene mi conchita Y volvió a empujar su pene nuevamente dentro De mi cola, hasta
que la mitad de su pene penetró mis entrañas. Ahhhhhhh,
Ahhhhhhh, nooooooo, por favor, nooooooo, rogué Sentí
que me partía en dos, un dolor más fuerte aún
me llego hasta mi interior.


Vamos dale métesela sácala un poquitín nada más y métesela
de una vez a esta puta, para que vea lo que es bueno, dijo Mauricio.
Por favor por favor suplique con lágrimas en mis ojos por favor Eduardo,
duele mucho, es grande, y esta muy dura, por favor, no aguanto mas,
me duele, supliqué.


Eduardo, no contestó, se quedó inmóvil esperando
que yo me calme. Se sentía la fuerte respiración de
los dos, y mi jadeo, por encima del de ellos.
En eso noto que comienzo a relajarme, que el dolor sede, y comienzo
a moverme un poco, Mauricio me suelta el cuerpo, me toma de las
caderas y comienza a moverse más rápido y más fuerte también.
en eso Eduardo la sacó un poco y de sopetón la metió aaaahhh Eduardo, es toda papi pregunté mientras gemía si ya papi, dame, dámela,
Eduardo de una sola embestida me la metía y sacaba dejando me sólo su cabeza dentro entre envión y envión; penetraba en su totalidad, pero esta
vez el dolor que sentí se mezclo con el profundo placer de
la penetración tanto que me daba Mauricio y Estuardo.


Vamos, vamos, denme los dos, denme duro.
Eduardo me jala del cabello y me dice: Vamos putita, vamos que lo
vas a disfrutar Vamos puta, te gusta que te cojan dos machos, no?,
dice Mauricio...

Y de esta forma, nos empezamos a mover los tres, cada vez mas fuerte,
ya no me dolía mas, solo un poco, pero el placer de esta
doble penetración disimulaba cualquier molestia.
Me daban mas y mas, y cada vez mas, y me decían que era una
puta, una perra callejera, una calienta pijas, mientras Mauricio
me tiraba del cabello y Eduardo me daba cada tanto algunos golpes en mis pálidas nalgas dejándolas enrojecidas de las cachetas a manera de azotes que me daba en el glúteo.


Estaba a punto de estallar en otro nuevo y feroz orgasmo sentía como se encargaba toda mi vagina y se lubricaba mi ano voy a acabar
otra vez grite como una puta arrecha por más pinga; dije
Son unos hijos de puta, me van a dejar seca, grité Y enseguida
luego de un par de embestidas mas, tuve un orgasmo imposible de explicar.
En tanto que Eduardo me anunció que estaba por acabar también,
y de inmediato Mauricio hizo lo propio.

Dame la lechita en mi colita, dámela, papi, dámela Eduardo
seguía moviéndose cada vez con mas fuerza, en tanto
que Mauricio me la sacó se sentó de forma que su
pija apuntara a mi cara y comenzó a pajearse con fuerza.
Vamos, papi también, dame la lechita, dámela en
la boca, le pedí que me la echará en la boca ya que Eduardo me había enseñado a tragar su lechita.



Estas últimas palabras los puso a mil, ya no hablaban mas,
no me decían nada, solo se oían sus gemidos primitivos
en busca de su desahogo.
Ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhh, putaaaaaaaaaa, grito Eduardo.
Ohhhhh, ohhhh, ohhhh, siiiiiiii, gritó Mauricio quirn me estaba tirando sus chorros de leche espesa en mi cara y mi boca gritándome abre la boca ábrela, 2 entraron
en mi boca, otro sobre una de mis mejillas y el último sobre
mis retas enrojecidas de sus manoseos, detrás de mi, con mi columna arqueada y Eduardo sosteniéndome por mi abdomen; Eduardo sacaba su pene mojado, y sentí
como su leche chorreaba desde mi culo, hacia mis piernas. Estaba chorreando
leche por todas partes, era una situación imaginada.
Nos dejamos caer sobre la cama los tres, ambos me abrazaron, uno por
delante y otro por detrás, y así nos quedamos un largo
rato en silencio.

Datos del Relato
  • Autor: nancy
  • Código: 46999
  • Fecha: 28-11-2017
  • Categoría: Orgías
  • Media: 6
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3456
  • Valoración:
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