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Mi primer mamada

Con mi primer novio duramos como 3 años, todo transcurrió dentro de lo normal, nos veíamos al menos una vez por semana y hacíamos el amor una o 2 veces al mes, todo fue bonito pero nada de innovaciones, yo sentía curiosidad por el sexo oral y también por el anal pero mi novio nunca me manifestó lo mismo y me daba verguenza proponerlo algo así, pensando en que podía pensar que era una puta ya que en una ocasión habló mal de una vecina suya, que cuando el marido viajaba, esta se encerraba con un amante, el que, según mi novio, le pedirá quién sabe que cosas haga; eso me hacía sentir un poco recatada.

Al obtener mi diploma de docente, para mi primer trabajo, fui destacada a una provincia a varias horas en bus desde Trujillo, en el lugar donde se encontraba la escuela donde trabajaría que era un caserío, en ese lugar había otra profesora a la que remplazaría y un profesor con su familia que trabajaba en la misma escuela; pero para llegar al lugar, desde donde nos dejaba el bus, había que caminar al menos una hora, yo había ido con una maleta con la ropa esencial que no pesaba mucho pero caminar una hora además del sol y la subida me dificultaba bastante; no pasó mucho tiempo y oí el ruido de una motocicleta que se acercaba, el muchacho que la manejaba, al verme fue parando y me saludo cortezmente, era un joven que subía hasta más arriba a donde yo iba, se quitó el casco y vi sus rasgos un poco indígenas, su porte atlético, mediana estatura, ojos claros, risueño, amable, en fin muy simpático; subí en su moto y me pidió que me cogiera de él para no caerme en la subida, así lo hice, al coger sus costados palpé sus músculos bien formados que me transmitieron fortaleza pero más que eso sentí afecto, confianza, me atraía; me dejó junto a la escuela y se fue a su casa, le agradecí y dije que pasará a visitarme cuando tuviera tiempo.

Al siguiente día por la tarde como a las 5:30 horas llegó, lo hice pasar y nos pusimos a conversar, era un muchacho de 23 años que estudiaba en la Universidad Nacional, que por motivo de huelga en esa casa de estudios él estaba en su casa, conversamos de muchas cosas y ya cuando anochecía le invité café, se quedó un rato más y me preguntó si tenía novio, titubié por unos instantes y le dije que no, él se dio cuenta y sonrío, pero para afirmar lo que le había dicho le expliqué que el que tenía no lo había visto desde mucho tiempo y que yo daba por terminada esa relación; quedó conforme con mi explicación, en esas circunstancias y cuando el se disponía a irse, empezó una lluvia fuerte que impidió su partida, cerré la puerta y seguimos conversando, la lluvia no paraba y ya eran como las 10 de la noche y como no trajo su moto tenía que caminar por lo menos unos 20 minutos en la oscuridad; seguimos conversando y riendo, como no escampaba se me ocurrió decirle que se quedara a lo que aceptó, me puse la pijama me acomodé en un lado de la cama y le dije que se acostara, se sacó la casaca, los pantalones quedando en calzoncillos y camiseta,se acostó a mi lado.

Puse mi mano a un costado y me encontré con la de él que me cogió suavemente, giró su cuerpo hacia el mío y me abrazó tiernamente, giré el mío hacia él y también lo abracé y empezamos a besarnos, sentí su aroma varonil con olor a campo, me beso el cuello e iba bajando, desabotonó mi pijama y la corrió a los costados y se quitó la camiseta, su lengua recorría mi pecho hasta que llegó a mis tetas, cogió mis pezones y empezó a chupárselos, sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo, mi novio anterior nunca me lo había hecho, siguió bajando, me bajó los pantalones de la pijama y lamiendo con su lengua caliente hasta llegar a mi concha, ahí se detuvo a succionar mis derrames, ya había tenido varios orgasmos hasta ese momento, pasaba su lengua de abajo hacia arriba haciendo estremecerme, quería gritar de placer pero me contenía cerrando mi boca, esa lengua la sentía más eficaz que un pene dentro de mí vagina, era más suave y cuando pasaba por mi clítoris me hacía ver el cielo con todas sus maravillas; había encontrado al hombre que muchas veces soñé me haría estas cosas; después de disfrutar muchos orgasmos míos, subió hasta alcanzar mi boca, me beso con sus labios y lengua, pude apreciar el sabor de una concha, mi concha.

Me acercó hacia su cuello para que empezara a hacer lo que él hizo conmigo, besé su cuello un momento y me fui deslizando por sus tetillas, las chupe un poquito, pero yo quería chupar su pene, tenía curiosidad, nunca lo había hecho, muchas veces me imaginé y pensaba que tenía sabor a helado de vainilla, otras veces pensaba si se le salía un poco de orina no me gustaría; cuando estuvieron mis tetas sobre su pene lo sentí grande y me emocionó más todavía, cuando llegué al pene lo cogí con mi mano, lo sentí grande más que el de mi novio anterior, metí a mi boca la cabeza, no me gustó mucho, pero tampoco era muy repulsivo, traté de chuparlo un poco más como para compensar lo que el me había hecho; cuando el se dio cuenta que no estaba muy a gusto, me jaló hacia arriba y me preguntó si no me gustaba, le contesté que nunca lo había hecho, me abrazó, me montó, puso su pene en mi vagina y lo introdujo lentamente, otra vez estaba en el cielo, goce con cada una de sus metidas hasta que se quedó quieto sobre mi dando sacudidas, estremeciéndose.
Datos del Relato
  • Autor: Alcina
  • Código: 27419
  • Fecha: 20-05-2013
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 6.59
  • Votos: 17
  • Envios: 0
  • Lecturas: 6230
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