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Categoría: Transexuales

MI PRIMER HOMBRE REAL

Era y soy travesti de closet, me gustaba recibir a los hombres en casa, tenía varios amantes, como 3 frecuentes. Sexualmente era muy rico, pero ignoraba que hay más, mucho más. Uno de ellos es Evelio, mi ayudante general, vive en el cuarto de servicio, es chaparro, prieto y robusto como buen oaxaqueño. La primera vez con él fue cuando él estaba arreglando el jardín y yo salí vestida, se turbó pero no dijo nada.
Tenía ganas, me puse un vestido corto y suelto, lo hice con toda intención para que se me vieran los calzones, y la verdad es que luzco muy bien con mi ropa de nena, me ayuda que soy lampiña y que tengo piernas torneadas. Cuando se agachó para arreglar unas flores me acerqué y como me veía le dije:
• No me estés viendo las piernas Evelio, te vas a quedar bisco
• No, no la estoy viendo
Contestó timidamente, ya no sabía si llamarme señorita o por mi nombre de varón, le dije:
• Ven, pasa, te haré un agua de limón
• Si
Al llegar se quedó de pie, le dije
• Siéntate en la sala Evelio
Notaba su turbación, llevé a la mesa del comedor lo necesario para hacer el agua, me puse de espaldas a él y me agachaba para que se me subiera el vestido y me viera las piernas, tal vez un poco del calzón. Coqueta, le llevé su agua y me quedé frente a él, ya no pudo, dejó el agua a un lado y me tocó las piernas suavemente, con pena.
• Sube la mano papi
Lo hizo y me agarró las nalgas.
• Sácatela
Se la sacó, la tenía chorreada, de tamaño medio y gruesa, se veía deliciosa.
• Quieres que me siente?
• Sí
Me voltee
• Bájame el calzón
Lo hizo, le ayudé levantando mis pies, tenía zapatillas, estaba muy caliente, me senté, la acomodé y me la metí hasta el fondo para empezar a darme unos sentones deliciosos con toda adentro, le tomé sus manos para que me agarrara de la cintura y apretara mis senos. Así seguimos unos minutos hasta que me dijo
• Ya voy a terminar
• Sí papi
• Se los echo adentro?
• Síiii
Y se empezó a venir en mi colita, deliciosamente. Aunque ya no se venía yo seguía ensartada para recibir más y más y que no se me saliera este preciado y caliente líquido. Se subió el cierre se paró y dijo
• Ya me voy
• Si Evelio, sigue con el jardín
Allí quedó la primera vez, luego lo tuve como llanta de refacción, es decir, recibía a mis picadores y a él lo llamaba cuando se me antojaba. No decía nada aunque me lo iba haciendo con más confianza y más rico cada ocasión.
Había días sensacionales en los que llegaba Franco en la mañana, desayunaba y me cogía, en la tarde veía el negro a comer y me ensartaba su vergota, casi siempre encima de mí; goloza, por la noche le llamaba a Evelio para una cogida más y al terminar se iba a su cuarto. Todo estaba en orden hasta que Evelio me dijo:
• Ya no quiero que vengan más hombres a verte
• Por qué?
• Porque no me gusta
• Y qué quieres?
• Quiero ser tu único hombre
Me gustó la petición, pero no se lo dije
• Pero podrías darme muchas veces? digo para que ya no vengan
• Sí, casi diario me hago yo solo porque quisiera estar contigo
• No sabía
Era de noche, él acababa de entrar a la casa, lo tomé de la mano y lo llevé a la cama, estaba muy emocionada sin saber por qué. Me acosté boca arriba, me bajó la tanga sin quitarme las medias ni las zapatillas, al ver como se la sacaba sentí diferente, sin darme cuenta me estaba entregando a él, el hombre que me quería para sí, nada más para él. Se montó en mí y me la metió, lo recibí moviéndome suavemente, estábamos muy calientes, pero no solo de sexo.
• Quiero que solo yo sea quien te tenga así, que seas solo mi mujer, que ya nadie te vea
• Eso quieres papi?
• Sí!
• Pero me darías muchas veces?
• Sí, a cada rato.
Lo abracé, lo rodee con mis piernas teniéndolo todo adentro de mí, por primera vez me sentí mujer, mujer de un solo hombre que me reclamaba, que me celaba, me encantó la sensación. Él tenía su cara al lado, me volteé un poco y nos besamos en la boca, nunca lo habíamos hecho, me gustó mucho sentir sus labios, su lengua, y toda su verga dentro de mí. Así se vino, suavemente, delicioso, con amor. Nos quedamos dormidos. Como a las 3 de la mañana sentí que me puso de lado y empezó a metérmela, la recibí estando medio dormida, pero le puse bien las nalgas para que me entrara toda, de nuevo se vino delicioso y volvimos a dormir. Así, en forma espontánea, se quedó a dormir su primera noche en casa. Al amanecer:
• De verdad quieres ser mi hombre?
• Sí, sí quiero
• Bueno, probaremos unas semanas a ver cómo nos sentimos, por lo pronto vé por tus cosas.
Mientras el salió me metí a bañarme, al tocar mi colita sentía cómo se salía lo que me echó, sentía delicioso y diferente, muy intenso. Cuando llegó yo tenía una toalla enredada en el pelo y otra en el cuerpo, me puso contra el tocador, subió la toalla y me la metió.
Así quería tenerte, a cada rato
• Si papacito?
• Sí, ponme bien las nalgas
• Tómalas cariño
Siguió en la posición hasta que me inundó de nuevo. No sabía que tenía un semental al lado mío, y, en efecto, que me quiere coger a cada rato. Dejé a los demás, ahora Evelio ya es mi hombre, mi primer hombre real, solo para mí.

Datos del Relato
  • Categoría: Transexuales
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