Hola de nuevo.
Lo que les voy a contar ocurrió el sábado pasado. Algo inolvidable, de veras.
Espero que recuerden a mi prima negra. Si no es así, les refrescaré la memoria: es una vieja alta (yo parezco enano a su lado), de espectaculares tetas, culo, piernas. En pocas palabras, se cae de buena. Tiene una carita hermosa, pero es una puta realmente.
En esta ocasión, a la historia se anexa mi primo, un tipo más enano que yo (no mucho) medio musculoso y, según muchas, bien dotado.
Estaba yo en la tarde a punto de dormirme cuando me llamó mi primo, que vive muy cerca y a veces podemos hablar desde la venta. Me dijo que fuera a su casa.
Fui allá, toqué la puerta pero nadie abría. Decidó colarme y vi a mi primo sentado en su cama con mi prima arrodillada delante de él. Le estaba chupando la verga con tal euforia que parecía una paleta. Mi primo tenía los ojos cerrados y la espalda arqueada, se le oía gemir del placer. Sus manos estaban entre su largo y sedoso cabello de mi prima, haciéndole nudos.
Yo me quedé anonadado.
De repente, él notó mi presencia, pero ella no. Cuando me vio, me la señaló riéndose.
Mi prima estaba vestida con unos jeans oscuros muy ajustados, una blusa con escote blanca que le quedaba corta y dejaba ver sus enormes tetas. Su boca estaba muy ocupada en la verga de mi primo.
De repente, notó mi presencia, dejó a mi primo un momento y se arrastró hacia mí, llegó junto a mí y me quitó el cinturón y luego los pantalones. Casi al instante, me la empezó a mamar también, de una manera espectacular. No sé cuánto me la mamó, peor yo también cerré los ojos y gemí por el placer que me daba que me la chuparan así. Igual que mi primo, le metí las manos entre su cabello y le hice nudos en él.
Un rato más tarde, se acercó mi primo. Arrodillada entre ambos, nos la mamó intercalando la verga. Se reía mucho cada vez que dejaba una y se concentraba en la otra.
Ya excitados, mi primo y yo la dejamos en cueros. Ella se puso en posición y mi primo se la metió de a perro. Mientras eso pasaba, ella me la seguía mamando así. Yo sentía morirme de tanto placer que me hacía sentir esa puta que tenemos por prima.
Luego, me tocó metérsela, con una vaquera. Mi primo se acercó y en lugar de que ella se la mamara, le hizo una rusa.
Durante esa posición, mi primo se arrodilló y me metió su verga en su boca. Yo jamás había hecho eso, pero no tuve otro remedio que mamársela a mi primo.
Más tarde, él se puso de pie y se la volvió a meter, de a cucarachita. Esta vez, yo se la metí a mi primo en la boca para que me la mamara. No estaba mal, pero definitivamente me habían hecho mejores mamadas.
En un momento, mi prima dejó que ambos se la metiéramos. Ella gemía del placer, se aferraba a nosotros como si de ello dependiera su vida, nos la mamaba con mucha euforia, se dejaba manosear y besar en todos lados.
Cuando estábamos a punto de corrernos mi primo y yo, ella se arrodilló entre nosotros y esperó. Nuestras corridas eran bastante líquido blanco, además de espeso y caliente. La mía le cubrió los labios y la barbilla. Mi primo falló un poco, pero le cayó en la frente y los ojos.
Mi primo y yo seguíamos gimiendo del placer de corrernos mientras ella saboreaba nuestro semen con sus dedos, metiéndoselos en la boca y el vagina.
- Que rico - dijo ella.
- Que ricas nalgas, primita - le dije yo, dándole una nalgada.
- Y que boca tan hábil - dijo mi primo.
Pero no se conformó con eso. Se metió a bañar a la casa de mi primo, salió y nos la empezó a mamar otra vez. Estábamos tan cansados que sólo aceptamos sus mamadas, pero nos negamos a volver a coger.
- Ustedes se lo pierden - dijo ella. Se alejó, pero se dio una nalgada para provocarnos.
- Luego te damos - dije yo.
- Ya me voy - dijo ella -. Estuvieron fantásticos - agregó, y se fue moviendo su culo con gracia.
Definitivamente mi primo y yo queremos volvérnosla a coger, porque mama excelente, y coge todavía mejor.