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Categoría: Confesiones

MI PRIMA CAROLINE (II PARTE)

Al fin transcurrieron aquellos interminables siete días en que volvería a ver a mi prima Caroline, las maldades y juegos de la primera vez todavía daban vueltas en mi cabeza y de sólo recordarlo en más de una ocasión tuve que masturbarme durante la semana. Ni siquiera pude hablar por teléfono con ella, pues las veces que me respondían lo hacía mi tía y yo colgaba para no levantar sospechas. Desde el viernes en la noche comencé a preparar mis cosas y en mas de una oportunidad le pregunté a mi madre si al día siguiente iríamos a casa de la tía a visitarla, recuerdo que en la última ocasión me confirmó que ya me lo había respondido en tres oportunidades, preguntándome el porque de tanto desespero si nunca antes yo había deseado de hacerles la visita. Sus palabras concluyeron con una risa bastante picaresca, como si se hubiese dado de cuenta de todo lo que había sucedido entre Caroline y yo.
En la madrugada me desperté en más de una oportunidad y no veía que llegara la hora de levantarnos, al final, después de tanto desvelo me quedé rendido y fue mi madre la que me despertó cercana ya las nueve de la mañana. Como un lince salté de la cama y me preparé en menos de lo que os podáis imaginaros, el desayuno lo dejé casi completo para no perder tiempo y en instantes ya había abierto la cochera y gritaba a mamá para que se apurase porque íbamos a llegar tarde a casa de mi tía.
Entonces sucedió lo que nunca antes, mi madre me lanzó las llaves del coche y me pidió lo sacase de la cochera, quedé sorprendido porque en infinidad de veces le había rogado me permitiera hacerlo y siempre se había negado. Con mucho cuidado lo saqué y después de cerrar bien la cochera le grité que ya estaba listo. De inmediato ella bajó y salimos hacia casa de mi tía.
La distancia entre nuestras casas puede considerarse de larga, por lo que demoramos algo más de una hora en llegar, el tiempo me parecía que era infinito, durante el trayecto mi madre y yo platicábamos de diversas cosas sin interés alguno para ambos, hasta que decidí poner un poco de música a fin de evitar aquellas conversaciones casi ilógicas y sin argumento alguno.
A los pocos minutos mi madre bajó el volumen del grabador y comenzó a hacerme preguntas acerca de Caroline, pues ella y mi tía se habían dado de cuentas como me empalmé al verla en bikini, también se habían fijado en la forma en que nos mirábamos y que tal vez existiera algo entre nosotros, los colores me iban y venían a la cara sin poder dar una respuesta, mamá solo sabía reírse y decirme que esas cosas a veces pasaban, pero que tuviésemos cuidado de no cometer una locura de jóvenes que después podría pesarnos. A mi poco entender podía percatarme de que mi madre estaba de acuerdo con que todo aquello sucediese entre nosotros como una cuestión normal y al parecer, mi tía estaba de su parte.
En todo el resto del viaje no pude abrir más la boca, me había quedado frío al escuchar a mi madre, a esas alturas ya casi lo que deseaba era regresar a casa y olvidarme de aquella visita, pero lamentablemente ya nos encontrábamos a escasas cuadras de la casa de mi tía. Al llegar, mi tía estaba en el jardín regando sus plantas, le di un beso y de inmediato, como por instinto le pregunté por Caroline, mamá y ella se quedaron conversando en el jardín y yo entré a la casa en busca de mi prima. La busqué por toda la casa y no la encontré, salí nuevamente al jardín a preguntar a mi tía sobre su paradero y me dijo que debía andar arreglando su habitación, pues hacía poco se había levantado. Como un rayo subí las escaleras y toqué a su habitación, escuché su delicada voz pidiéndome que pasara, que la puerta estaba abierta, tal vez pensó era su mamá, pues cuando entré ella se sorprendió, solo llevaba puesto una finísima bata de dormir transparente donde podía observarse debajo todo su cuerpecito desnudo, de inmediato tomó una de las sábanas y se cubrió pidiéndome perdón por encontrarse así vestida. No perdí oportunidad para aproximarme a ella y darle un fuerte beso en su boquita y apretarla contra mi cuerpo palpando cada una de sus curvas. Me pidió bajara para ella terminar de vestirse no fueran a sospechar algo, le hice caso y me senté en la sala a esperarla, a la sazón entraban mi madre y mi tía platicando como siempre.
Enseguida mi tía me preguntó si había encontrado a Caroline y le dije que si, que estaba en su cuarto y que enseguida bajaría. Ambas se miraron y comenzaron a reír. Aquellas risas entre ellas ya me traían un poco cortado, pero después de lo que mi madre había platicado en el coche, decidí no hacerles mucho caso, en definitiva, si ambas estaban de acuerdo nada podrían reprocharme después.
Al rato Caroline bajó de su habitación y la vi más espléndida y radiante que nunca, traía puesta una de esas sayas cortas que ella suele usar y me permitía admirar sus hermosas piernas, esas piernas que tanto que hacer me habían dado en mis noches de soledad. Caroline venía cepillándose el cabello, al mirarme me guiñó un ojo e intencionalmente dejó caer el cepillo, al agacharse a recogerlo lo hizo inclinando su tronco hacia delante, sin flexionar sus rodillas, de espaldas hacia mi. Aquello se estaba poniendo serio y al parecer las intenciones de mi prima esta vez estaban mas claras, cuando como de costumbre me puse a observar sus piernas, pude percatarme de que no llevaba bragas y me mostraba sus nalgas en todo su esplendor, recogido el cepillo del piso volvió su cabeza hacia mi y volvió a guiñarme el ojo agregándole una risita picaresca.
En la cocina mi madre y mi tía debatían sobre el menú a confeccionar, no se ponían de acuerdo sobre que cocinar, entonces brotó de los labios de mi madre una idea casi inverosímil, decía a mi tía que ella lo que de verdad tenía deseos de comer eran langostas, obviamente mi tía no las tenía en casa, entonces le propuso ir de compras y buscarlas en alguna parte, que ese era un gusta que ella quería darse. Para dentro de mi comprendí al instante cual era su verdadera intención, el dejarnos solos en la casa. Mi tía pidió a Caroline me mostrara unas cintas de video que habían tomado durante sus últimas vacaciones y así esperaban mejor a que ellas regresaran. Caroline de inmediato puso el video y nos sentamos en el sofá a ver las cintas. A los pocos momentos salieron mi madre y mi tía y mi madre haciéndome un guiño con el ojo me dijo que me acordase de todo lo que me había dicho en el coche durante el viaje.
Nada más sentimos el ruido del coche cuando se alejaba, nos asomamos discretamente a la ventana para cerciorarnos y allí mismo comenzamos a besarnos nuevamente, esta vez con más pasión que en la primera oportunidad en su cuarto. Abrazados y besándonos fuimos dando pasos hasta llegar al sofá y allí nos tendimos para continuar con nuestras caricias. Inevitablemente mis manos de inmediato comenzaron a buscar su chochita y para sorpresa mía no puso la más mínima objeción, todo lo contrario, sus piernas se abrían para darme más facilidad en mi afán por conquistar su preciada gruta.
Cuando mis dedos tuvieron contacto con su vagina enseguida noté que estaba completamente mojada, aquello terminó por excitarme aún más y no perdí tiempo en sacar mi verga y ponerla a su disposición, ella la sujetaba con la confianza que la vez anterior y comenzaba a masajeármela. Teniendo en cuenta de que nuestras madres demorarían algo en regresar como era su costumbre, le propuse irnos a su habitación para estar más relajados, ella dudó en responderme pero al final aceptó, me tomó de la mano y ambos subimos las escaleras corriendo. Nada más hicimos llegar le pedí se quitara su ropa mientras yo me deshacía de la mía, al instante estábamos los dos completamente desnudos en su cama; nuevamente me dediqué a jugar con su clítoris y ella con mi verga. Al poco rato sentí como jadeaba y suspiraba, síntomas de que estaba por llegar su primer orgasmo, apuré mis movimientos y mis caricias se dedicaban ahora a sus pechos y su ombligo, comenzaba a moverse y a retorcerse hasta que me pidió la penetrara, pero con cuidado porque ella era virgen y le habían contado que eso dolía mucho, pero que ya no podía aguantar más esa situación, estaba desesperada por sentirse un hombre dentro.
Con delicadeza coloque la punta de mi verga a su entrada y aprovechando la humedad que tenía se la fui metiendo poco a poco, llegó un instante en que me costaba trabajo continuar el camino, por lo que presentí que algo me lo impedía, hasta esa distancia comencé a meterla y sacarla para proporcionarle un mayor placer, apenas mi cabeza había entrado completa, Caroline cada vez se movía más y sus jadeos y exclamaciones eran de desesperación, confieso que yo tampoco pude aguantar más aquella situación y tapando su boca con la mía le lancé la estocada final, sus ojos querían salir de las órbitas al sentirse penetrada, trató de apartarme por el dolor, pero fue en vano, yo la tenía bien agarrada y ya con mi verga en las profundidades de su coño era imposible de que se me escapara, cuando dejó de forcejear conmigo comencé nuevamente mis movimientos rítmicos, el dolor al parecer fue cediendo lugar al placer y ella también se movía en todas direcciones pidiéndome que la gozara y que la hiciera mi mujer.
Recordé entonces las palabras de mamá y no debía ir más allá de lo normal, pues de correrme dentro de ella de seguro quedaría embarazada y eso si sería un riesgo y quizás el final de nuestros encuentros. La estuve bombeando y gozando hasta que sentí que iba a correrme, ella al menos había tenido ya tres orgasmos y disfrutaba aquella situación a plenitud. Cuando estaba ya a punto saqué mi verga y los chorros de leche salieron directamente hacia su pecho y su estómago. Nos incorporamos para ir al cuarto de baño a asearnos y pudimos observar la mancha de sangre que había en la cama, ella de inmediato recogió las sábanas, las cambió y fuimos a lavarnos.
Nuevamente regresamos a la cama, Caroline me pedía que quería continuar follando, pues disponíamos de muy poco tiempo, per apenas hacían 30 minutos que nuestras madres habían salido y generalmente nunca tardaban menos de una hora, por lo que disponíamos de otra media hora para echar otro buen polvo.
En esta oportunidad le pedí hacer un 69, pero como no sabía que era eso tuve que enseñarla, de inmediato aprendió, casi quince minutos estuvimos haciéndolo, ya estábamos a punto otra vez, su vagina completamente mojadita y mi verga deseosa de follársela nuevamente; cambiamos de posición y esta vez la coloqué encima de mi mientras mi verga se iba hasta el tope de los huevos, sujetándola por la cintura le iba indicando como moverse, hay que decir que en esta materia todo lo aprende muy rápido, lo bien que lo hacía la muy condenada, en dos oportunidades estuvo a punto de sacarme la leche, pero la sujetaba impidiendo sus movimientos y así podíamos continuar sin yo correrme. Llegó un momento en que ninguno de los dos pudimos aguantarnos más, ella se tendió encima de mi apretándome con fuerzas, entonces di la vuelta y me coloque encima de ella, sus piernas se cruzaron a mis espaldas y mis bombeos comenzaron con mas furia mientras ella gritaba y se retorcía de placer --¡dame duro primo, dame duro!....¡sácame toda esta leche vieja que tengo adentro que me quema!....¡gózame asi…asi….asiiiiiiiiii….dame duro, duro para sentirte mío de verdad!—, su lujuria y desenfreno cada vez iban más en aumento. --¡dame tu leche primito, dámela, no me importa lo que suceda, quiero sentirla dentro de mi, esa lechita rica que tienes…dámela que ya voy a correrme….dámela, dámela coño, así, así, así, yaaaaaaaaaaaa!—, diciendo éstas últimas palabras no me dio tiempo de extraer mi verga y deposité toda mi leche dentro de ella, eran enormes chorros que no cesaban de salir, mientras seguía moviéndome continuaba descargando dentro de ella, ella tampoco dejaba de moverse como una loca. Poco a poco ambos nos fuimos calmando y relajando, cuando me incorporé para separarme de ella algo terrible sucedió, desde la puerta de su habitación, que se encontraba abierta, escuchamos unos aplausos y frases de felicitaciones, eran nuestras madres que se encontraban desde hacia vaya a saber que tiempo, observaban como follábamos.
La cara se me caía de vergüenza, Caroline sólo atinó cubrirse el rostro con una almohada, mi verga a pesar de lo dura que estaba en milésimas de segundos pasó a ser una cosa flácida y casi imperceptible. Las caras de ambas madres, lejos de parecer disgustadas se veían muy felices y contentas, cerraron la puerta de la habitación y se retiraron. Descubrí el rostro de Caroline y estaba con lágrimas en sus mejillas, su cara parecía una manzana de roja, me limité tan solo a darle un beso y hacerle comprender que la culpa era de ambos, lo hecho, hecho estaba, ahora sólo era esperar a ver que sucedía.
Después de asearnos un poco y con el apuro de nuestro nerviosismo, bajamos las escaleras cada uno por su lado y nos sentamos en la sala bastante distantes el uno del otro, como esperando de un momento a otro la llegada de una buena refriega por lo que estábamos haciendo.
Mi madre y mi tía no salían de la cocina, aquella espera se hacía interminable y desesperante. Al fin mi madre se paro a mi lado y dijo que mi tía quería hablar conmigo, que subiera a su cuarto, que ella hablaría con Caroline. Me puse de pie y bajando la cabeza subí las escaleras nuevamente hacia la habitación de mi tía dispuesto a escuchar los mayores improperios recibidos en mi vida y quien sabe si hasta algún manotazo en la cara, pero bueno…lo hecho, hecho estaba y no me arrepentía de ello para nada, ahora debía afrontar las consecuencias.
Al llegar a la habitación de mi tía toqué a la puerta con un poco de temor y esta me mandó a pasar, estaba sentada en el borde de su cama y haciéndome señas con su dedo índice me indicaba me sentara junto a ella. Yo miraba en piso queriendo que la tierra me tragara. El sentarme a su lado pasó su brazo por encima de mis hombros y pensando me daría alguna cachetada traté de levantarme huyéndole, pero me tomó por un brazo y me dijo que me calmara que ella solo quería platicar un poco conmigo, que no me preocupara por lo que había sucedido, que de eso precisamente ella quería hablarme.
Mi tía comenzó a darme unas explicaciones y hacerme unas historias que yo con mi temor casi no le prestaba atención, cariñosamente me pasaba su mano por la cabeza y me fui relajando poco a poco y poniendo más interés a lo que me platicaba. Alcancé escuchar que lo sucedido entre Carolina y yo ella lo había deseado desde hacía mucho tiempo, pues ya mi prima tenía 21 años y nunca había salio con ningún chico, que esto ya le estaba preocupando. Ella y mi madre en varias ocasiones habían platicado al respecto, pero notaban que entre nosotros no había ningún tipo de atracción ni comunicación. Lo de mostrarme a Carolina en bikini y después el ir para la piscina fue una idea concebida por ambas para ver si de esa forma lograban algo entre nosotros. Yo la escuchaba y mis oídos no podían dar crédito a todo aquello que estaban oyendo. Comenzó a hablar entonces de mis facultades como hombre mientras continuaba pasando su mano por mi cabeza y sus uñas hacían las veces de peine. La semana anterior cuando me empalmé mirando a Caroline en bikini, ella se había fijado en el bulto que se me marcaba e hizo hasta un comentario a solas con mi madre. Me confesó que al verme se había excitado, pues hacía ya bastante tiempo que no estaba con ningún hombre y eso la excitó, por eso ambas se rieron tanto en la cocina.
Después de darme las gracias por lo que había hecho con mi prima, me pidió que no la abandonara, y que al menos por algún tiempo la hiciésemos de novios, eso sí, con la mayor discreción por ambas partes, ya que daría mucho de que hablar a la gente, pues en fin de cuentas éramos primos. También me dijo que en éstos momentos mi madre estaba teniendo esta misma conversación con Caroline y que ellas no se opondrían en lo más mínimo a nuestras relaciones, recordándome una vez más la discreción que deberíamos tener.
Cuando bajamos todavía mi madre estaba conversando con Caroline, me aproximé a ellas y mi prima corrió hacia mi dándome un beso y un fuerte abrazo ante las dos complacidas madres que también se abrazaron y echaron a reír…..(continuarà)..
Datos del Relato
  • Autor: Plastilina
  • Código: 4609
  • Fecha: 30-09-2003
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 6.04
  • Votos: 49
  • Envios: 1
  • Lecturas: 3406
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Papasito
invitado-Papasito 25-10-2005 00:00:00

Este relato fue tan real que durante la lectura sentia que mi semen se movia en los guevos y miembro y senti deseos de venirme, pero me estube aguantandome asta terminar el relato, ahora voy al bano porque estoy seguro que voy a dar una buena miada con mucho semen, estoy seguro me van a salir varios chorros de semen antes y despues de la miada...me voy porque ya no aguanto mas...

jesus
invitado-jesus 27-01-2004 00:00:00

este relato es delos pocos que se cuentan y la verdad esta bien que se publiquen .

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