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Categoría: Incestos

mi prima

Hacía mas de un mes que no me dejaba ver por casa de mis tíos, ya que no tenia tiempo por los estudios, las obligaciones, y demás. El caso es que estábamos allí pasando una semana para el verano, en casa de mi abuela. Mi prima tiene la casa cerca, por lo que muy de vez en cuando venia a visitarnos, sobretodo porque le sobraba el tiempo, y más en julio.

Mi prima Mónica era una chica alta y delgada, la cara con pecas, muy buen cuerpo, pelo castaño, ojos negros, y tenia la nada despreciable edad de 17 años recién cumplidos.

El caso es que aquella mañana no había nadie en casa de mi abuela, mi madre se había ido de compras, y mi padre y mi hermano habían ido con mi tío de caza. Mi prima se presento en casa, aburrida, para ver que le contaba. Después de hablar un rato de nuestras cosas, la deje jugando a la PlayStation cuando le dije que me iba a dar una ducha. Hasta aquí todo normal, si no fuese porque mi prima iba con un top amarillo muy ceñido que le dejaba ver el sujetador perfectamente. Dios, como estaba creciendo la niña! Tenia un culito estrechito que solía penetrar en las fantasías que me daban placer en mis pajas.

Fue meterme en la ducha y verme desnudo cuando me empecé a empalmar al pensar en estar en la ducha con Mónica. Era mi prima, pero había decidido no atormentarme por lo que pensara en mis fantasías, pues las fantasías. son eso, fantasías. Cuando acabe de ducharme me di cuenta que no había cogido el bañador para ponerme, así que me puse una toalla, me medio-sequé, y fui a la habitación a vestirme. De repente me imaginé mientras cruzaba el pasillo la escena de cambiarme de ropa delante de mi prima, y nunca me había calentado tanto. La sola idea de que mi prima me viera en bolas me puso a 10. De repente recordé que mi prima estaba en mi habitación, jugando con la consola.

Entre en la habitación, y le dije: -¿Que? ¿Dándole al Gran Turismo no? Y ella me dijo: - Ya ves. A ver si me compro una, pero es que no tengo plata. Todo lo que tengo me lo gasto antes de darme cuenta. Ni corto ni perezoso saque el bañador del cajón, y recordando el morbazo de que mi prima me viera desnudo, me dispuse a cambiarme detrás de la puerta del armario de mi habitación. Me quité la toalla y cogí el bañador con las dos manos, cuando le dije a mi prima: -¡Que tal tu hermano? así que para responderme se volvió hacia mí, y estratégicamente estaba en una posición en la que se me veía todo. así que mi prima me vio el guevo.

Como si no hubiera pasado nada me dijo: -Míralo! Cambiándose aquí delante de las damas. Y se rió. -Perdona, no me di cuenta (le dije yo). -No pasa nada (me dijo), que somos primos y me has visto muchas veces desnuda de pequeña. Y era verdad, aunque de aquello ya hace mucho tiempo.

Como si no hubiera oído nada, yo estaba en un estado de zombi total. Tenia unas ganas de follármela que me hubiera dado igual que fuera mi madre. Quería cojerla a ella. Sin haberme puesto el bañador aun me senté a su lado con el guevo colgando. O medio colgando, porque empezaba a aumentar de tamaño alarmantemente. Me puse una camiseta por hacer algo, y luego hice un giro intencionado para que mi guevo rozara su hombro al levantarme. Como llevaba los hombros desnudos, le roce con la punta del capullo en su suave piel adolescente. Se dio la vuelta y me dijo: -¿que haces? Y yo me disculpé de nuevo: -Perdona, es que no que me ha pasado. Intenté aparentar vergüenza en vano, cuando ella me dijo: -¿Se te levanta? En que estarás pensando cabron! (mientras se reía) No te preocupes que ya sé que te ha pasado sin querer hombre. pero vístete ya!

Fue entonces cuando me quede detrás de ella mirándola ahí sentada en la cama. mientras yo estaba con el guevo completamente tieso. Sin pensarlo hice la primera locura de mi vida: puse el guevo pegado a la cara de mi prima y ella al notarlo se aparto y dijo: -¿Pero que coño haces? ¿estas loco?! Me eché sobre ella mientras se apartaba, y tenia mi guevo a la altura de su ombligo, desnudo por el top. Me miraba con cara enfadada pero esperando a ver que iba a hacer. Yo tenia el guevo a punto de estallar, y me atreví a decirle: prima, déjame tus manos por lo menos para hacerme una paja. No dio tiempo, me di un par de sacudidas al guevo y un disparo de leche salió de mi hasta el vientre de mi prima, llenandole el pantalón. -Yo. lo siento, le dije. -No. no pasa nada. Pero no lo vuelvas a hacer. Se levanto y se fue a limpiar el semen que le callo.

Yo me quedé tumbado en la cama mientras ella regresaba. Entro en la habitación, Sonrió y me dijo: -No esta bien que hagas eso conmigo, somos familia. Si querías una paja habérselo pedido a una de tus mujeres, que varias has tenido y después de unas cuantas palabras que ya ni recuerdo, me dijo: -Total, ya te lo he visto, y por sobartelo un poco no vamos a hacer nada peor de lo que ya has echo. déjame que te lo masajee un poco. Ella era virgen, pero sabia perfectamente como darme placer. -Gracias, le dije, mirándole a los ojos mientras ella me miraba. Me subía y me bajaba el guevo con firmeza, mientras la otra mano se echo sobre mis huevos, y me dijo: -Por esta vez pase, disfruta de la paja. Y bajó su mirada hasta el guevo.

Empezó a meneármela mas rápido, y no me dio tiempo a nada, lo reconozco, mi semen brotó enseguida dejándole la mano manchada de semen. Retiró la mano para limpiársela cuando la interrumpí: -No por favor, no pares ahora. -Pero si acabas de acabar! (me dijo ella) ¿Aún te quedan ganas de mas?. Estaba muy cachondo, y solo quería algo mas. le pedí por favor que me dejara metérsela. No quiso, y no la culpo. Era algo muy fuerte. Tampoco me la iba a chupar porque nunca lo había echo. Le toque los pechos y le dije: -déjame tus tetas y no te pediré nada mas. Debía estar muy caliente porque ni se inmutó. Se sacó el top, se quitó el sosten, y metió mi guevo entre las dos tetas. Empezó a menearme de arriba a abajo, muy fuerte y sin parar. De repente hizo lo que no me esperaba: toco con la punta de su lengua mi guevo, para acabar metiendose el capullo dentro, mientras mi guevo seguía entre sus tetas. Un par de movimientos y. plaf! La poca leche que quedaba dentro de mi salió disparado hacia su garganta. La chupo hasta el final, se levantó, se vistió, y se fue a duchar. No volvimos a dirigirnos la palabra hasta el día siguiente. Pero eso es otra historia, que algún día os contare.
Datos del Relato
  • Autor: intocable
  • Código: 22236
  • Fecha: 30-01-2010
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.05
  • Votos: 20
  • Envios: 2
  • Lecturas: 3787
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
matador
invitado-matador 30-01-2010 00:00:00

Buen relato, el morbo de lo prohibido y el hecho de consumar el acto le da un aire de elegancia que no suele darse por aqui. Soy matador pero tambien escribo como Toro, si le bajas tres o cuatro añitos a tu prima el relato se vuelve mas morboso y prohibido. Cualquier cosa me mandas un emilio. Saludos, repito me gusto tu relato.

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