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Mi nuevo piso

~~Hola, me llamo Elisa y este es mi primer relato. Soy una chica de 24 años morena con el pelo largo, delgada, no muy alta 1,65 y según dicen mis amigos tengo un bonito cuerpo.
 Esta historia me ocurrió el año pasado, cuando me fui a vivir sola a un piso, y a los pocos días de vivir allí vino para echarme una mano con la mudanza Dani, un amigo mío de toda la vida, prácticamente nos hemos criado juntos porque nuestras familias eran amigas y nos hemos llevado casi como hermanos. El tiene dos años menos que yo y es bastante guapo pero un poco tímido, aunque la verdad, nunca me había fijado mucho en él, ya que como ya os he dicho eramos casi como hermanos.
 Ese día estuvo durante todo el día ayudándome a mover muebles, colocar cuadros, etc yo iba con una camiseta corta y un pantalón corto y juraría que más de una vez lo había sorprendido con la vista puesta en mi trasero, no le presté demasiada atención ya que pensé que eran imaginaciones mías, aunque la verdad es que me excitaba la idea.
 La noche se nos estaba echando encima, y como hacía muy mal tiempo, llovía bastante y su casa estaba algo alejada de la mía, le ofrecí quedarse en mi casa a cenar y dormir, él aceptó. Cuando acabamos nuestro trabajo, tocaba ducharnos, primero me duché yo, y después él, mi cuarto de baño, tenía una pequeña ventanita que daba al cuarto de pila de la cocina, y no sé por qué me dio por espiarle. Me llevé una gran sorpresa cuando me asomé por la pequeña ventana, él estaba ya desnudo y estuvo rebuscando entre el cesto de la ropa sucia, hasta que cogió las braguitas que me acababa de quitar, se puso a olerlas y comenzó a masturbarse. Esa escena me excitó muchísimo y decidí que esa polla que ahora mismo iba a reventar a causa de mis braguitas iba a ser mía esa noche. Dudé un momento si debía de entrar en ese momento en el cuarto de baño, pero pensé que quizás se molestaba si se enteraba de que lo espiaba o de sorprenderlo así, entonces decidí esperar mi momento.
 Acabamos de cenar y nos sentamos en el sofá a ver la tele, le serví a él una copa y para mi otra, y entonces decidí atacar. Empecé a preguntarle si lo había hecho alguna vez con una chica, me dijo que no, parecía un poco incómodo con la conversación, pero yo seguí, y seguí diciéndole que era extraño que ninguna chica le hubiese provocado, me dijo que sus amigas eran bastante reservadas para el sexo. Le dije que si llegado el momento sabría que hacer con la chica, me contestó un sí bastante inseguro y le dije que le podría ayudar a aprender, puso una cara de sorpresa que me hizo reir, entonces la susurré al oido ¿quiéres que te ayude?.
 Entonces comencé a besarle, y cogí su mano y la llevé por debajo de la blusa de mi pijama, él empezó a acariciarme, me senté sobre él y seguí besándolo, podía notar que bajo su pantalón había ya una gran erección y me puse a restregar mi culito sobre su abultado pantalón. Me quité la blusa de mi pijama, dejando mis pechos al aire y le dije a Dani que si quería pasar a la siguiente fase del aprendizaje debía de besar, acariciar y lamer mis pechos, y no se lo pensó mucho, al momento su lengua estaba recorriendo mis pezones. Me quité de encima de él y le quité sus pantalones, me puse a masturbarlo mientras con mis labios iba recorriendo su cuerpo, empezando por su boca, bajando por su pecho, hasta llegar a su polla, que me puse a besar y lamer como una loca, hasta que estuvo toda dentro de mi boca, Dani me dijo que no aguantaría mucho más que estaba a punto de correrse, yo no le hice caso y seguí chupando, al momento su polla se hinchó y un gran chorro de semén golpeó contra mi garganta y después me salía por los labios, yo seguí lamiendo hasta que su polla quedó totalmente limpia, y con tanta limpieza estaba de nuevo en forma. Le dije que si quería follarme mi coñito y me contestó que estaba deseando, así que le hice sufrir un poquito y le dije que antes de follarme debía de comerme el coñito y me puse de pie sobre el sofá poniendo mi coñito a la altura de su cara, su lengua no tardó en explorar mi rajita, yo lo estaba gozando mucho y quería venirme pronto, así que le dije que se ayudase de un par de dedos, y así su lengua y sus dedos pronto me llegaron a un riquísimo orgasmo, que obligué a que Dani se tragase. Después de esto bajé de nuevo hasta arrodillarme sobre él, metí mi lengua en su boca, saboreé mis jugos, puse mi coñito en la punta de su polla y fui clavándomela muy despacito, hasta que estaba más o menos a la mitad y Dani de un tirón de cadera me la clavó entera, entonces yo me agarré de su cuello y comencé a subir y bajar despacio, ver la cara de excitación de Dani me excitaba aún más y más aún cuando Dani empezó a recorrer con su lengua mis pechos, mi cuello, mi boca. En un momento Dani se levantó conmigo en brazos aún clavada y me tumbó sobre el sofá y él sobre mí, follándome rápidamente y bien hondo, yo lo abrazaba con brazos y piernas, estaba a punto de irme, y él también, al poco sentí como estallaba dentro de mí y este calor dentro de mí hizo que yo también me corriese, fue increíble, nos quedamos los dos juntos allí en la misma posición un buen rato, hasta recuperarnos del cansancio. Cuando por fin nos recuperamos, una ducha y a dormir.
 Por la mañana, me despertó una sensación de humedad en mi entrepierna, abrí los ojos y vi la cabeza de Dani atrapada entre mis piernas, aún estaba medio dormida, pero su lengua me estaba dando un placer increíble que terminó provocándome una deliciosa explosión de placer. Se sentó sobre mí y puso su polla sobre mi boca, yo comencé a recorrerla con mi lengua, cuando estuvo bien erecta, me agarró la cabeza y comenzó a follarme la boca, al principio me ahogaba, era incómodo, pero quería tragármela toda. En un momento, conseguí sacarla de mi boca y le dije que me follara, me dijo que me follaría bien fuerte, se levantó y me dio la vuelta, me dijo que me pusiese a 4 patas, yo obedecí, se puso tras de mí, y agarrándome con firmeza las caderas apoyó su punta en la entrada de mi coñito, que ya estaba muy húmedo y deseoso de ser penetrado, fue penetrándome muy despacito, hasta que ya no pudo más porque estaba toda dentro, sus manos recorrieron mi espalda mientras me follaba, se agarraban a mis pechos, sin duda había aprendido muy rápido, yo no paraba de pedirle más y él se decidió a acabar la faena, me agarró de nuevo mis caderas y comenzó a acelerar el ritmo de sus vaivenes, provocándome un gran orgasmo que me hizo doblar los brazos y caer boca abajo sobre la cama, pero él seguía follándome, hasta que estuvo a punto de correrse y poniéndose de pie sobre la cama dijo que quería bañarme con su semen, yo me senté sobre la cama, pronto su leche bañó mis pechos, que yo acariciaba con mis manos, llevándome luego mis manos hacia mi boca para saborear su leche. Luego nos quedamos los dos un buen rato besándonos abrazados, hasta que decidimos los dos darnos una rica ducha.

Datos del Relato
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