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Categoría: Lésbicos

MI NUEVA VECINA (CUARENTENA)

"Lo que ocurrió entre mi nueva vecina y yo al inicio de la cuarentena"

 

Lo primero, presentarme, mi nombre es Ari, soy natural de Madrid (España) y tengo 32 años, hace cuatro años que vivo independizada, pero compartiendo piso, la historia que voy a contarles me sucedió hace unos meses al inicio de la cuarentena por motivo del Coronavirus.

Hacía tan solo unos días que el piso de enfrente se había alquilado, según escuché de parte de la portera, a dos amigas, y solo dos días después se decretó la cuarentena. Mi compañero de piso, que a diferencia de mi es estudiante, decidió volver a casa de sus padres, cosa que a mí no me pareció mal ya que me dejaba todo el apartamento para mí, bueno salvo su habitación que cerró con llave.

Lo que pensé que iba a ser unos meses de tranquilidad pronto se volvieron aburridos, no hacía más que trabajar y leer puesto que en la tele solo había noticias de lo mismo y las series habían sido canceladas… en una de esas tardes de aburrimiento, creo que fue a los 4 días de estar encerrada, que me dio por volver a bajarme la app de Badoo, ya sabéis esa app que funciona como red social y… todo eso.

Escribí a unas cuantas chicas, no tenía ninguna esperanza ya que siendo bisexual pero con un gusto más enfocado a las mujeres, es poco probable alguna me fuese a contestar y así fue hasta que, un par de días después me respondió una tal Violeta o así se presentó, después se disculpó por no haberme respondido antes, que estaba de mudanza y demás, la conversación fue fluida todo ese día, pero al día siguiente no la contesté, no porque no me agradase, sino porque al entrar en cuarentena descubrí que no me había ajustado la medicación, que de normal no tendría nada raro pero, hay un “secreto” sobre mí que no mucha gente conoce, y es que soy intersexual o como se dice en el mundo del anime, futanari… básicamente nací mujer pero con polla y ese descontrol en la medicación creó un efecto secundario, erecciones prolongadas que hacían que estuviera más… caliente y ya que había conseguido hablar con una mejor no meter la pata.

Cuando se me pasó un poco ese efecto, la escribí disculpándome por no haberla escrito antes pero no le conté el motivo. Con el paso de los días la conversación se fue volviendo mucho más fluida y ella más abierta, nos intercambiamos los números y confiamos hablando, pero esta vez por WhatsApp, también me comentó que tenía problemas con su compañera de piso, el caso es que acabé proponiéndole descargarnos una app llamada Desire, en la que nos podíamos ir proponiendo retos más o menos picantes, inventados o sugeridos por la aplicación, enseguida me dijo que se hizo la cuenta.

Al principio los retos no eran muy subidos de tono pero una mañana cuando estaba a punto de salir a tirar la basura me lanzó una pregunta que debía contestar con sinceridad: "¿Cuál fue el motivo por el que hace unos días no me hablaste?", me quedé parado en la puerta, sabía que responderle pero no como se lo tomaría… me lancé y le conté sobre ese “problema” y que me había despertado con él; pensé que se había molestado porque se quedó marcado en el WhatsApp "escribiendo" y eso miraba yo mientras volvía de tirar la basura y por eso no me di cuenta y acabé chocando contra una de las nuevas vecinas.

~Perdóname no te había visto~ me quedé muda, resulta que una de las nuevas vecinas era Violeta… y además salía con ropa de andar por casa, ropa de deporte, pero muy ajustada así que al salir de su piso seguro que notó mi erección al momento, no supe que hacer más que meterme en mi piso y suspirar.

Al segundo vibró mi móvil y era ella, que me escribía como si no hubiera pasado nada que también había sido una sorpresa para ella, según dijo una muy agradable, yo me la imaginé diciendo eso con una sonrisa pícara, pero puede que todo fuese mi imaginación.

No pasaron muchas horas hasta que volví a saber de ella, pero esta vez no fue por WhatsApp, sino por los gritos que daban ella y su amiga… parecía que la discusión era fuerte pero no quería meterme, cuando se calmaron las cosas me llegó un WhatsApp suyo diciéndome que estaba en mi puerta y que abriese rápido.

Inmediatamente lo hice y la dejé pasar.

~Perdona por entrar así, pero no aguanto más en ese piso y con esto del virus no puedo ir a ningún otro lado, sé que es mucho pedir, pero… podría quedarme aquí, sé que tú compañero se ha ido asique tienes una habitación libre… si es mucha molestia puedo pagarte algo en compensación~ madre mía había dicho todo eso sin respirar.

~Tranquila respira, yo no tengo ningún problema en que te quedes, el único problema es que la habitación de mi compañero de piso está cerrada, y aunque me ha avisado de que ya no volverá, aún no me han llegado las llaves… pero podemos arreglarlo, tú duermes en mi cama y yo en el sofá~ la dije.

~No Ari, no puedo aceptar eso, no sería justo~ me dijo.

La discusión se alargó, pero al final ganó ella, que se le va a hacer… nunca intentes cambiar de parecer a una mujer con la decisión ya tomada.

Con este cambio, lo de la app quedó olvidada y pronto entramos en una rutina, ella aprovechaba para ayudarme a limpiar mientras yo trabajaba, yo hacía la comida, y la tarde la pasábamos cada una en lo suyo, quizás todo eso era por la incomodidad de cómo nos habíamos "visto" por primera vez.

Evidentemente eso no evitó que se dieran situaciones comprometidas, como que ella entrase al baño mientras yo me duchaba, o que al salir de mi cuarto la viese a medio vestir… menos mal que ya se me había pasado ese efecto… pero cuando volviese a ocurrir verías.

Así pasó el primer mes sin más, hasta que un buen día, mientras estaba de conferencia con el trabajo, ella paso por detrás de la mesa y al agacharse a coger algo me dejó unas buenas vistas de su culo y claro yo no tardé en reaccionar… vamos que se me puso durísima al instante, pero no podía hacer nada ya que estaba en medio de una conferencia salvo rezar para que se me pasará sola.

No fue así, una hora después terminada la conferencia aún seguía dura… lo que dejaba claro que empezaba de nuevo la "temporada" de erecciones prolongadas; me quedé esperando a que Violeta se fuera al baño para ir a mi habitación y buscar unos shorts más holgados y pase el resto del tiempo hasta que comimos intentado que no se diera cuenta, pero creo que no lo hice muy bien puesto que en cuanto terminamos de recoger la cocina y nos sentamos me miró.

~Ari, ¿puedo hacerte una pregunta sin que te ofendas?

~Si claro.

~Veras… has estado un poco raro esta mañana y no he podido evitar darme cuenta de que ha pasado un mes… ¿vuelves a tener tu “problemilla”?~ eso último lo dijo con una sonrisita curiosa.

Ya era imposible mentirla asique no me quedó otra que asentir.

~ ¿Y bueno te molesta si te pregunto sobre eso?

~No, claro que no.

~ ¿Desde cuándo te pasa?, ¿Porque te pasa?, ¿Cuánto dura más o menos?, ¿Qué haces para solucionarlo?, ¿Son muchas al día? y, por último, ¿Qué te lo ha provocado hoy?

~Me pasa desde el inicio de la cuarentena y es por efecto de la medicación que me hace más sensible a las provocaciones… es decir; si una mujer no me excita no me pasa, pero si esa mujer me excita me pasa con mayor rapidez. Durante una hora u hora y media, al principio intenté todo, masturbarme, duchas de agua fría… pero nada sirve, pueden ser 7 u 8 al día y… hoy ha sido por ti.

~ ¿Por mí?... ooh cuando me he puesto delante de la mesa… vaya lo siento…

~No pasa nada.

~Ok…

Se que dijo ok, pero se me quedó mirando de forma rara y a partir de ese momento y durante los siguientes días parecía que intentaba provocarme para que se me pudiera dura, llevando ropa más ajustada o pasando su culo muy cerca de mi… pero siempre sin "querer" es más retomó la app y volvimos a mandarnos retos tontos hasta que dos días después ella me mandó una pregunta a la que yo tenía que responder de forma sincera: "Cuanto te mide?.

Yo le fui sincera, nunca la había medido asique si tenía que decir algo, sería que más de 17 cm de largo y 5cm de ancho, pero no sé lo creía, así que la mande yo un reto: "Si no te lo crees tendrás que medírmela", puede que me hubiese molestado un poco que pensase que no era sincero.

Y ella respondió con otro reto: “Si en los próximos días no se te pone dura te creeré, pero sí se te pone dura, prometo no provocarte, tendrás que dejarme verla y medírtela".

Acepte el reto pensando en que no había nada de malo, si se me ponía dura solo tendría que enseñársela y dejar que usará una cinta métrica para medirla.

Tengo que decir que ella no hizo nada para provocarme pero la verdad es que mi mente a veces me juega muy malas pasadas y a las pocas horas se me puso dura, como no hacerlo si la imagen que se me venía a la cabeza era la de Violeta arrodillada a centímetros de mi polla… intenté ocultarlo pero ella se dio cuenta, asique sentado en el sofá del salón me tuve que bajar el pantalón de deportes y dejarla a la vista.

Esperé a que se levantase a por la regla, pero en vez de eso sacó una cinta métrica de su bolsillo.

~ ¿Venías preparada?

~Voy a medírtela, pero ojito con lo que haces, que esté de rodillas delante de ti no significa que puedas… vaya… pues no mentías, no es que mida más de 17 cm es que son unos deliciosos 19 cm

~¿Cómo has dicho?…

Pero ya no tenía su atención, su mirada estaba centrada en mi polla con ganas y sin darme tiempo a decirla nada, se la metió en la boca, hacía tiempo que no sentía una boca sobre mi polla y la verdad es que la suya estaba haciendo maravillas… evidentemente no tardé en correrme, pero eso sí, se mantuvo dura.

~Ahora tendrás que cumplir una fantasía mía, a que has perdido… quiero que seas mi “esclava por un día.

~Yo tengo una oferta mejor, y si lo soy desde este momento, es evidente que tampoco mentías sobre la duración de tu erección~ me dijo mientras se acercaba moviendo sus caderas sensualmente.

~¿Estas segura de lo que dices?

Pero en vez de responderme lo que hizo fue arrodillarse de nuevo y poner mi polla entre sus pechos usando su lengua para lamer la punta. Yo no estaba dispuesta a ser la única que disfrutara, así que la subí al sofá y nos acomodamos en un 69, esta vez fue ella la que se corrió fruto del trabajo de mis dedos y mi lengua.

La dejé recuperarse un poco y la senté sobre mi polla, con lo húmeda que estaba entraba y salía que daba gusto, rápidamente cogió el ritmo y se movió frenéticamente sobre ella buscando el que nos corriésemos juntos, pero yo jugaba con ventaja, pues la erección prolongada retrasa ese momento asique volvió a ser ella la que se corrió, pero siguió intentándolo hasta que tras su cuarto orgasmo se dejó caer sobre la cama.

~Dios Ari no puedo más y tú aún la tienes dura.

~Se una forma de Puedo terminar pronto, pero tendrás que ser obediente…

~Si ama~ vaya que si aprendía rápido.

~Así me gusta.

Con las pocas fuerzas que tenía no se resistió cuando la acerqué a la ventana, la até las manos con una cuerda que pasé esa cuerda por la ventana, cerrándola bien después, quedando ella con todo su culo a mi merced y sin poder hacer nada.

Sin dejarla hablar la enculé metiéndosela hasta el fondo aprovechando lo mojada que estaba, su gemido fue tal que me dejó claro que le había encantado, comencé a darla fuerte mientras le daba azotes en sus nalgas lo que la ponía aún más cachonda.

~Vaya Violeta a pesar de que estamos en un noveno piso y que nadie nos ve no pensaba que fueras de esas zorritas a las que les gusta la idea de que las den delante de una ventana.

Creo que mi forma de hablar la excitó aún más, porque enseguida elevó las manos aún atadas y apoyó sus tetas en el frío cristal.

~Solo si me lo hace mi ama

Joder como me ponía esa forma de hablar, hacía que las ganas de follarme su culo más fuerte aumentasen y eso hice.

Violeta ya casi no podía articular palabras, lo único que era capaz de decir entre gritos de placer eran frase como "más duro", "rómpeme el culo", " soy toda suya", "hágame lo que quiera" o incluso creo que entendí "soy su puta personal" pero quizás fueron imaginaciones mías.

Cuando noté que finalmente me iba a correr, creo que ella ya llevaba otras 3 o 4 y sus piernas ya temblaban, se la saqué. No se atrevió a reclamarme, pero sí que me miró con súplica.

~Sé lo que quieres zorra, pero no te lo daré hasta que me lo pidas bien.

~Por favor ama, siga follándose mi culo y termine dentro de su zorra, se lo suplico.

El tono de súplica fue tal que evidentemente se la metí de nuevo hasta el fondo y a las pocas embestidas, la llene el culo de mi "leche" eso sí el grito que soltó al sentir cómo la llenaba fue tal que creo que fue porque se volvió a correr. Antes de que se cayese al suelo rendida me suplicó algo más.

~Cumpliré todas sus peticiones, pero no me vuelva a dejar sin sentir esto de nuevo... y habrá que tomar precauciones si no vamos a usar protección.

~Vale, pero con una condición, dentro de este piso no tienes permitido usar ropa interior. En cuanto a la protección… no la necesitamos, por un tema de hormonas, soy 100% estéril.

Desde entonces hemos vendido uno de los taburetes que usábamos para desayunar en la encimera de la cocina, puesto que ahora su sitio para sentarse a desayunar es sobre mi polla.

No tenía sentido que durmiera en otra habitación, así que a los pocos días nos planteamos ponerla en alquiler, evidentemente las duchas nos las dábamos juntos, y fuera del sexo lo de "ama", "zorra" o "puta" no se usaban puesto que era algo que nos excitaba durante el sexo.

Ella cada vez se iba soltando más y prueba de ello fue la vez que se metió debajo de mi mesa de trabajo, en plena conferencia para comérmela porque estaba muy cachonda, cuando ella tuvo conferencia con sus padres yo se la metí mientras hablaba…. creo que puso la excusa de que la conexión era mala y por eso se entrecortaban sus palabras… sería que tenía una "antena" metida hasta el fondo?

Aún recuerdo la vez en que su amiga llamó para saber cómo estaba y ella abrió un poco la puerta pues por la mirilla no veía nada y como aproveche yo para que mientras ella hablaba con su amiga, metersela lentamente… creo que su amiga pensó que le pasaba algo porque quiso pasar, pero Violeta le cerró la puerta y con su otra mano me empujaba más hacia ella, como si el hecho de que su amiga estuviera ahí no importase. Y fue a su amiga Marta a quien acabamos alquilando esa habitación.

Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
  • Media: 8
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