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Categoría: Lésbicos

Mi nueva novia

Soy Silvina, rubia, de 28, creo ser muy linda, con buen cuerpo, por lo menos, así me lo dicen.
Mi marido, Billy, de 31 es ingeniero y atiende los equipos de la empresa de Carlos, de 35 que tiene una novia y secretaria, René, de 20.
Nos hemos hecho muy amigos los 4. Hace unos meses, por cuestiones de su empresa, Carlos viajó a Europa. René, rubia, hija de alemanes, cuerpo impresionante, nos llamó e invitó a que salieramos los tres a divertirnos. Así lo hicimos, cenamos, fuimos a tomar unas copas y a bailar. Allí, mientras yo miraba sentada, Billy y René se apretaban y refregaban como locos. Al volver, René me dio un beso que me dejó tonta.
Billy nos dijo: Nos vamos y salimos en el coche, así nos llevó a un motel.
Con besos, caricias, mamadas, nos cojió y nos culeó a las dos. Quedó muy satisfecho y se durmió.
Nosotras nos juntamos y empezó la fiesta. Yo no sabía que a René le gustaba como a mí. Besos deliciosos, lenguas que se movían como locas, fui bajando por los pezones de René. No tiene las tetas muy grandes, yo si. Seguí bajando, recorrí todo su cuerpo, llegué a su conchita, abrí sus labios y me sumergí en el cielo. Mi lengua recorría toda su conchita, mi boca chupaba y mordisqueaba su clítoris. René no se quedó quieta, fue girando hasta un glorioso 69. Nuestros ayes y gemidos deben haberse oído en varias provincias, salvo Billy, que dormía muy ufano, como si hubiera hecho la hazaña más grande. René metió un dedo, después otro, en mi culo, la imité y el placer se multiplicó. Los orgasmos se sucedían, parecían uno solo, largo y profundo.
Volvimos a girar y René se acostó sobre mí. Que delicia sentir su cuerpo sobre el mío, aplastandome sobre la cama. Abrimos nuestros labios, se juntaron los clítoris y me comenzó a cojer con un vaiven exquisito. Yo no podía callar. Así! Si, mi amor! Cojeme! Cojeme! Soy tuya! soy tu puta! Cojeme soy tu puta! Ella me besaba, me chupaba las tetas y se movía en ese vaiven que parecía un macho como bombeaba.
No se cuantos orgasmos tuvimos, no se cuantos metros sumados de dedos recorrieron los culos, no se cuanta lechita sabrosa nos bebimos.
René dijo hagamoslo de tijera. Nos pusimos, clítoris contra clítoris y con pasión, casi con furia y amor nos refregamos y ya supe que era su mujer. Siguieron los orgasmos, yo nunca tuve tantos, todos juntos.
Al final, antes de despertarlo a Billy le regalé a mi amada René algo que no olvidará: abrí sus piernas, sus labios y metí una teta en su concha. Refregué su clítoris con mi pezón, como muestra de mi amor.La llevé más alto que el cielo.
Desde entonces, nos encontramos, hacemos el amor como perras calientes, sin que se enteren los cornudos de nuestros machos.
Seguimos saliendo los cuatro, muy formalitas las hembras.
Una aclaración. Este relato es real, así pasa y debemos aclarar que me siguen gustando las pijas, si son más de una, mejor.
Datos del Relato
  • Autor: Silvina
  • Código: 21676
  • Fecha: 09-10-2009
  • Categoría: Lésbicos
  • Media: 5.89
  • Votos: 27
  • Envios: 2
  • Lecturas: 3134
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Karcornudofeliz
Karcornudofeliz 20-11-2013 20:30:38

Te felicito, con Karina hacemos trios e intercambio y a veces ella sale con Valeria la mujer de su jefe, con los cuales hgacemos intercambios, pero a ellas les gusta estar solas de vez en cuando. Demás estar decir que esa fue la realidad que la lleveo a progresar en la empresa.

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