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Mi novio me es infiel y me desquito con dos negros

- Sí, adelántate con tus amigas, yo termino el trabajo que tengo pendiente y te alcanzo allá.

Fue lo único que me dijo mi novio antes de colgar. El plan original era salir a tomar con mis amigas, yo ya había salido con sus amigos y ahora le tocaba a él conocer a mis amigas, así que ya estábamos arregladas, solamente esperándolo pero después de esa llamada nos fuimos solo las tres.

Yo me llamo Lía recién cumplí edad para entrar a los antros por lo que no desaprovecho oportunidad cada fin de semana, desde que saqué mi credencial de mayoría de edad porque por mí físico me la piden en todos lados. Mi madre es de ascendencia oriental por lo que tengo ojos rasgados y el típico cuerpo de dibujo animado, pocas tetas y un culito apretadito y respingón que hace que en la prepa varios anden tras de mí. Pero mi corazón y esas nalguitas son de Max. Un chico de quinto de la prepa y yo al ser de primero no pude resistirme cuando alguien más grande y de los más guapos de la escuela como Max me pidió que saliéramos. Ya no soy Virgen, me entregué a Max aunque no tiene mucho por lo que no tengo gran experiencia en el Sexo. Hoy voy vestida con un pantalón de mezclilla pegadito para que acentúe mis nalgas, una blusa de tirantes escotada para que se me vean más bubbies y chamarra de mezclilla.

Llegamos al antro donde habíamos quedado con Max, en la puerta solo a mí me pidieron identificación. Tras de mí entró Montse, es más grande que yo pero vamos en el mismo salón porque ella reprobó dos años. Pelo chino y muy alborotado, como melena de León, gusta de pintarlo y ahorita lo trae rojo, ¿Han visto la película de Disney, Valiente? Pues Montse podría haber inspirado su creación. Al ser la más grande es la más experimentada, siempre dice que entre más vergas pueda parar, mejor. Cuerpo de ensueño, practica natación y gimnasio por lo que todo lo tiene en su lugar. Hoy trae una falda pegadita, cuando camina si te fijas bien se ve el triangulito de su tanga y una blusa con prácticamente medias bubbies de fuera. Mientras caminamos a nuestra mesa ella se roba todas las miradas. Por último entró Pau, de tez morena yo sabía que tenía sus cosas con 2 o 3 de la Universidad pero era más discreta que Montse, aún así le gustaba mucho la fiesta y el alcohol la transformaba y le quitaba la seriedad. Ella vestía también una falda con vuelo y una ombliguera blanca, sin duda alguna atraía sus par de bubbies y su complexión delgada.

Pedimos unas cervezas y estuvimos bailando un rato cuando me llegó un WhatsApp de mi novio. “Mi amor, no podré ir, diviértete tú, yo tengo mucho trabajo”. Max no vendría, eso me enfadó un poco así que salí al área de fumar para hablarle. Le marqué y sonó y sonó y no me contestó. Eso me molestó más. Por vanidad me metí a ver mis redes sociales, y viendo las historias de mis contactos en un video de otro chico de la Uni salía mi novio bailando, repetí el video varías veces y distinguí a la chica. Era una niña de su salón, Laura, todos decían que mi novio y ella me veían la cara pero nunca lo había querido aceptar. Comencé a meterme en varios perfiles de amigos de Max y en efecto, no estaba trabajando, andaba en una fiesta y en todas las fotos que vi salía con Laura cerca, abrazados y tomados de la mano. Muy enojada volví a marcar y ahora sí me contestó. Se escuchaba algo de música de fondo pero Max dijo que era de su computadora y que estaba en su trabajo, lo negó todo y me dijo que ya no tenía pila y había olvidado su cargador y que me hablaría mañana porque ya era tarde.

Entré furiosa al antro, con la intención de agarrar mi bolsa e irme pero cuando llegué a nuestra mesa Montse y Pau ya estaban acompañadas. 3 hombres negros y muy altos reían con ellas en nuestra mesa. Gil, Hector y Jonhy, eran del equipo de basquetbol de República Dominicana y habían venido a un torneo a mi ciudad, hoy tenían día libre y estaban buscando divertirse.

Entré y le dije a Montse que me iba, le medio conté lo que había pasado y ella me convenció de tomarme una cerveza para calmarme y después nos iríamos las tres antes de las 12.

Continuamos tomando y bailando, los tres bailaban muy bien, dominicanos a fin de cuentas. Pau estaba ya súper metida con Johny, en la última canción que bailaron ella ya le arrimaba descaradamente las nalgas al paquete y se las movía, incluso se dieron varios besos durante la canción. Yo solo los veía cuando me llegó un WhatsApp de un número desconocido. Lo abrí y era una foto de mi novio sentado en un sillón y Laura sentada en sus piernas mientras se besaban. Parecía que se la habían tomado a escondidas. No contesté el mensaje pero sentí entre rabia y tristeza, una parte de mí sabía lo de esos dos pero comprobarlo me hizo sentir mal. Me tomé lo que quedaba de la cerveza de un solo trago y me abrí otra. Ya comenzaba a sentir los efectos del alcohol y cuando Gus me sacó a bailar discretamente se arrimó de más a mí y yo lo dejé hacer, estaba ya enfiestada. Cuando terminó la canción y regresamos a la mesa

Johny estaba besándose descaradamente con Pau mientras le agarraba las nalgas también descaradamente, por lo tanto Pau se enrrollaría con él, Montse sabía que no perdería la oportunidad de estar con un negro como estos así que no sabía muy bien qué hacer, quedarme o irme. Platicamos un rato y cambiamos pareja Montse y yo y ahora bailé con Hector, no fue tan discreto y sentí claramente su miembro restregándose con mis nalgas, eso me puso a mil, lo que sentí no se parecía ni poquito a lo de mi novio, me entró esa calentura pero al mismo tiempo remordimiento porque tenía novio, ilusa.

Cuando regresé a la mesa, Gus estaba sentado en una silla, Pau lo besaba parada junto a la silla y cuando seguí la mano de Pau ya estaba adentro del pantalón de él. No pasaron ni 5 minutos cuando esos dos nos anunciaron que se iban y desaparecieron.

Montse ya se besuqueaba con Hector así que mejor fui al baño a ordenar mis ideas. Mientras me lavaba las manos recibí otro WhatsApp del número desconocido y lo abrí. Era otra foto, se veía un hombre de espaldas con los pantalones abajo, sin duda esas eran las nalgas de Max, pero hincada frente a él se veía una silueta aunque no se le veía la cara. No era necesario ser un genio para saber que era Laura y se la estaba chupando a mi novio.

Tal vez esa foto fue el valor que me faltaba. Cuando salí del baño, ya habían pedido la cuenta y pagado. Le pregunté a Montse qué pasaba.

- Nos vamos, nos invitaron al hotel donde se hospedan a seguir tomando.
- Pero nooooo, como nos vamos a ir a su hotel, yo tengo novio.
- Tranquila solo vamos a tomar, bailar, a divertirnos un rato.
Le hablé a mi mamá y le dije que me quedaría a dormir en casa de Montse y nos fuimos. Pidieron un taxi y Johny se sentó adelante, atrás yo, en medio Montse y del otro lado Hector, fue un trayecto corto en el que Montse no dejó de besarse con él.

Llegamos, a escondidas subimos a su cuarto porque no podían meter mujeres y pidieron dos botellas al cuarto. Seguimos platicando y entre broma y broma con la idea de que ya estaban en su cuarto Hector se quito la camisa y para nada se parecía a mi novio. De repente apareció ante mí un abdomen Perfecto, marcado y que parecía una tableta de chocolate, la verdad me encantó lo que vi, y comenzaba a hacerme la idea de que nos comeríamos Montse y yo todo eso, yo estaba un poco nerviosa, no había estado más que con Max y otro chico y todo lo que se decía de los negros me tenían algo nerviosa.

Llegó la botella y seguimos tomando y bailando, en eso me llegó otro mensaje de WhatsApp, era otra foto. Claramente era mi novio sentado en un sillón y una mujer completamente desnuda lo cabalgaba, sin duda eran fotos tomadas a escondidas y aunque no se veía la cara era claro que era Laura. Esa foto más que ponerme triste me enojó bastante. Montse notó mi enojo, me arrebató el celular y vio la foto. Medio le conté lo que pasaba y me animo a que solo me divirtiera, teníamos a dos papis frente a nosotras.

Gil sacó a bailar a Montse, la fiesta ya estaba muy animada, la tensión sexual era demasiada. Montse le arrimaba descaradamente las nalgas al paquete de Gil, entre aplausos Gil le fue subiendo la blusa a Montse y ella se dejó hacer hasta que se la quitó por la cabeza. Montse tenía un bra negro sin tirantes, ahí estaba mi amiga con prácticamente las tetas al aire. Los dos hombres estaban como hipnotizados con las tetas de Montse mientras seguía bailando sola. Se fue acercando a dónde estaba sentada y me jaló para que me parar a bailar con ella, al principio me dio algo de pena, pero entre el alcohol, la calentura y el enojo me fui soltando. Montse me quitó la chamarra y quedé solo con mi blusa, yo no traía bra por lo que mis pezones se notaban, cuando quedamos de frente, Montse y yo nos vimos a los ojos y una sonrisa bastó como aprobación para besarnos. Ahí estábamos besándonos frente a dos negros. Ya nos habíamos besado jugando algunas veces en su casa, pero este fue diferente. La lujuria de las dos me calentó mucho, me apretaba las nalgas, Y yo a ella, esas nalgas tan deseadas las tenía en mis manos y podía hacer lo que quisiera con ellas. Sin dejar de besarnos caminamos hacia una de las camas y Montse me aventó a la cama, caí de espaldas y ella se subió en mí. La vista que tenían era inmejorable. Yo acostada en la cama y Montse en 4, parando el culo sin dejar de besarme. Hector ya también se había quitado la camisa. Gil se acercó por detrás de Montse y le subió la falda dejando al descubierto esas nalgas perfectas con una minitanga roja. Montse me besaba el cuello y seguía bajando hasta donde mi escote lo permitió, me subió la blusa y mientras devoraba mis tetas Hector se acercó a besarme. Ahí estaba besando a un negro de cuerpo Perfecto mientras mi amiga me comía las tetas. Montse aceleró la intensidad de sus caricias, Gil le había quitado la tanga y le comía la vulva por lo que Montse era un hervidero. Yo estaba a mil, Hector se separó de mí y se desnudó por completo, lo que vi me impresionó mucho y hasta me asustó un poco. Su miembro no se parecía en nada al de Max, sentí que medía el doble y era más grueso. Montse había dejado de chuparme y estaba hinchada en el suelo atendiendo a Gil. Hector se acercó y puso su pene sobre mi cara, sus huevos en mi frente y literal su miembro abarcaba toda mi cara, era brillante, las venas se marcaban, la verdad me gustó mucho.

De por sí no tenía mucha experiencia comiendo falos, jamás me había comido uno de ese tamaño y en esa posición tan rara no podría por lo que me paré de la cama y Hector me llevó para que me hincara junto a mi amiga, jamás en la vida me habría imaginado que mamaría una verga con Montse a un lado viéndome mientras mamaba otra. Comencé lamiendo como si fuera una paleta, volteaba de reojo para ver qué hacía Montse e imitarla, a ella le cabía un poco más de la mitad del miembro de Gil en la boca, a mí a penas unos centímetros después de la cabeza. Abría lo más que podía la boca pero me era imposible, sentía que me ahogaba. Montse se paró y yo seguí en lo mío, Gil se acercó a mí y ahora tenía un pene en la boca y otro en la mano derecha, nunca había atendido a dos al mismo tiempo por lo que era muy torpe, me costaba trabajo atender a los dos al mismo tiempo. Cambié y por primera vez en la noche me metí el pene de Gil en la boca mientras pajeaba a Hector. En el siguiente cambio que hice voltee a buscar a Montse y la vi grabándome con mi celular, no sé cuánto llevaba grabando pero me pareció divertido.

Me acostaron en la cama y Hector se fue directo a mi conchita, de por sí ya estaba muy húmeda y con su lengua estaba terminando de inundarla. Gil se hincó en mi pecho y su miembro llegaba hasta mi boca, no tarde mucho en comenzar a darle placer, la imagen del video debía ser de película porno.

Montse dejó de grabar y se llevó a Gil. Mientras Hector se había puesto un condón y comenzó a metérmela. “Despacio” “me duele” “está muy grande”. El dolor cada vez fue disminuyendo y se convirtió en algo que nunca había sentido con Max. Todo mi interior se abría, estaba completamente llena por dentro y su salvaje meter y sacar me estaba llevando a las estrellas. No sé en qué momento comencé a gritar como actriz porno, mientras a lo lejos escuchaba a Montse también gritando. Cambiamos de posición, mi hombre se acostó en la cama y yo me subí en él, mi inexperiencia comenzó a notarse al moverme pero Hector me agarró de las nalgas y él marcaba el ritmo, lento al principio pero poco a poco cada vez más rápido, me dio pena gritar así que me agaché a besar a mi negro. Lo besaba como desesperada, le ofrecía mi cuello, mis orejas. “Eres la puta más rica que me he cogido” esas palabras me calentaban mucho. Voltee a ver a Montse y estaba en 4 en la otra cama. Gil la taladraba como si no hubiera mañana.

Cuando Hector sintió que se vendría, me paró y me cargó a la otra cama, Gil también paró con Montse y cambiaríamos a nuestros hombres. “Espera, cogétela en cuatro” le dijo Montse a Hector, yo obediente me puse como perrito y Hector volvió a partirme en dos. Montse había ido por mi celular y le hacía señas a Gil que se acercó y mientras uno me perforaba el otro me llenaba la boca con su verga. Después de un rato que me pareció lo mejor que hice esa noche Hector se fue con la pelirroja y me quedé con Gil que me acostó de lado. Me daba de cucharita, hasta que entre las estocadas quedó encima de mí boca abajo los dos. “Estás más cerradita que tu amiga” “Me gusta más así” “La próxima vez te la quiero meter por esas nalguitas”.

Esas frases le dieron energías, ¿cogía mejor que Montse? Por instinto paraba un poco las nalgas y me cabía entero. A lo lejos Montse no dejaba de gritar. “Me voy a venir en esa carita hermosa” Gil se paró y se quitó el condón. Comencé a mamársela no sé cuánto tiempo pero cuando noté Montse ya se la mamaba a Hector hincada junto a mí. Hector se vino primero y llenó de leche a mi amiga, A mí Max me había insistido muchas veces para venirse sobre mí pero nunca lo había dejado, me daba asco, pero estos dos se lo habían ganado, con ellos supe lo que era un orgasmo y que mi novio era un idiota para coger. Gil me inundó de leche, chorros y chorros que salían y me llenaban la cara, el pelo y las tetas. Una última foto con las dos vergas en mi boca y con toda la cara llena de leche y Montse y yo nos fuimos a bañar, no comentamos mucho. Nos vestimos, intercambio de redes sociales y nos fuimos.

Me quedé a dormir en casa de Montse como le dije a mi mamá, al otro día que desperté Pau también estaba ahí, llegó cuando ya estaba yo dormida después de su aventura.

Al otro día me habló Max, ya ni me acordaba de mi novio, me contó que había tenido mucho trabajo, que había salido muy tarde que la otra semana quería conocer a mis amigas.

El lunes le mostré las fotos que me llegaron y cortamos, ni siquiera me dolió, ya entendía que no perdía nada con Max, era muy malo cogiendo y ahora preferiría a hombres un poco más grandes, en todos los sentidos. Como “venganza” Max comenzó a circular el rumor de que él me había quitado la virginidad y cosas así.

Un día, como dos semanas después de terminar con él, me lo encontré en un pasillo y le dije que quería hablar con él, nos pusimos de acuerdo y cuando llegué a la jardinera donde nos veríamos estaba con sus dos inseparables amigos.

- Lo que quieras decirme en frente de ellos, son mis amigos y no les escondo nada.

Me puse algo nerviosa pero por alguna razón sentía cierto poder, desde que no andaba con Max me había dado cuenta que podía ser deseada por muchos más hombres. No le hablé a él si no a sus amigos y les pregunté qué les había contado de mí.

Me contaron con mucho detalle nuestros encuentros, les había contado todo. Con tono burlón decían que había jugado conmigo y que me hacía como quería.

- ¿Y ustedes le creyeron? Les voy a contar la verdad. Max siempre quiso hacerlo conmigo y nunca le dejé, es más nunca ni siquiera por encima de la ropa tocó nada de más. No lo dejé porque es un niño, porque yo sí lo toqué y me di cuenta que no valía la pena, lo tiene muy chiquito y eso a mí no me llena.
Saqué mi celular y puse una foto donde estaba mamando la verga de Hector, se veía gigante, negra, con las venas resaltadas.

- Algo así me gusta a mí les dije mostrándoles el celular

Su cara era un poema, seguramente no podían creer lo que veían. “Entenderán que el pitito de Max no me haría ni cosquillas, por eso nunca lo dejé hacerme nada, lo que les haya contado, les mintió, aunque si alguno de ustedes lo tiene así escríbame y seremos muy buenos amigos”. Esto último lo dije en un tono muy sugerente, les mostré la foto donde Hector me daba de perrito mientras se la mamaba a Gil y la foto donde estoy llena de leche con las dos vergas en mi cara.

Ahora ni sus amigos creían la versión de Max, se le hizo una fama de inventar cosas y hasta se dudaba de sus otras conquistas que también las hubiera inventado. Solo sus tres amigos y yo sabíamos la verdad. Cuando los veía les sonreía, o les guiñaba un ojo. Me veían diferente, por alguna razón los de tercero y quinto comenzaron a respetarme y a hablarme algunos para los que era invisible. No sé qué habrían contado los amigos de Max. Pero dos negros me cambiaron la vida.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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