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"El joven amante de mi mujer estará con nosotros todo el fin de semana. Y acá les relato el primer encuentro real que tuvo con mi mujer. Yo diría que supero todas las expectativas de mi amada esposa."
Soy David, tengo 34 años, y me encanta compartir a mi mujer. Ella les contó en un relato anterior, cómo conoció a Sebastian, un adolescente puertorriqueño que vive en el pais hace algunos años. Bueno después de esa experiencia en que encontré a mi mujer, masturbandose desenfrenadamente, mientras hablaba con este muchacho, continuamos esa relación virtual por varias semanas. Mi mujer coqueteaba con Sebastian, acostada a mi lado, yo mismo tomé varías fotos de mi mujer para enviarlas al muchacho, y fuimos generando una confianza bien particular. Esa confianza nos hizo pasar del texto al audio, luego video, y pues bien el paso lógico era conocer al muchacho, o mejor dicho, que mi mujer lo “conociera”. Isabel, ese día le escribió temprano, “Hola Sebastian, cómo estás? Oye qué haces este fin de semana? Mi marido no estará y me pidió, si tú me podías venir a cuidar. Que dices?” No pasaron ni 3 minutos y entra una llamada por Whatsapp, Sebastian muy emocionado llamando a mi esposa, no pude escuchar lo que le preguntaba, pero Isabel respondía “si, de verdad, no ahí problema que vengas y te quedes conmigo. Lo pasaremos excelente.” Luego estuvo escuchando un rato en silencio y se reía cómplice, hasta que le dijo, “ya, te concedo eso que quieres. Pero solo si me prometes, que todos estos días que restan para el fin de semana, no te masturbas, quiero que llegues acumulado de leche para mi”, escuche eso y me sentí un poco incómodo, pero a la vez caliente imaginando a mi mujer con este adolecente.
Esos 5 días pasaron bien lentos, no hablamos del tema, si no hasta el viernes en la noche, yo tenía muchas ganas de cojer, llevaba horas con una tremenda ereccion, la sorpresa fue que Isabel, me tocó, me masturbo bien rico, me cogio el pene y comenso un movimiento lento hasta la base, luego unos jalones rapidos, yo comense a acariciar su barriga y luego pase a su puvis, pero me detuvo en ese momento, "no mi amor, estoy guardando todo esto para mi encuentro con sebastian... Me dio un rico beso, con su boquita bien abierta y con su dedo pulgar distribuia mi liquido preseminal por la cabeza de mi pene", no pude decir mucho, solo conformarme con su mano. Y entre susurros pregunta ¿Que vas hacer mañana?.
Con mi pene en su mano, y moviéndolo suavemente, se me acercó a la cara y me susurro “sabes, quiero imaginar que es mi primera vez, que quizás eres tu y yo, nuestro primer encuentro, quiero imaginar eso.” ¿Y te calienta esa idea? Pregunté. Más bien me pone anciosa, nose como será este chico, y tú estarás mirando, y bueno todas esas cosas, todas las veces que me he masturbado pensando que este niño me coje, no lo sé, tengo un poco de anciedad.” La bese, y nos acurrucamos, disfrútalo le dije, siente lo que quieras sentir, no te limites.
Llego el dia sábado, y las 17:00 hrs, la hora de la sita, Isabel, recién se había bañado, depilado un poco su vagina, pero aun se dejaba un rico triangulo que ocultaba una vagina deliciosa, se puso un rico perfume, y ahi estaba frente a mi poniendo sus pantaletas color palo rosa, se veía muy rica, un culito redondo, exquisito, sus pechos pequeños de pesones parados, su cuerpo bien proporcionado, me encanta mi mujer .
Yo estaba atento, pegado a la ventana, para cuando llegara Sebastian, de pronto lo vi caminando como a 30 metros de nuestra casa. Amor, ya llego, aceleradamente me acerque a ella, la cogi de las caderas y nos dimos un rico beso, termina de vestirte amor, no quiero que ese pendejo te encuentre desnuda. “Disfruta al chico, vuelvelo loco”. Eso haré amor me dice Isabel, con una hermosa sonrisa.
Rápidamente baje las escaleras y esperé a que tocara la puerta. Toco el timbre y espere unos minutos, volvió a tocar y abri, “Hola Sebastian, cómo estás?”. Jajajaj la cara de este pobre muchacho, quedó pálido, no sabía que responderme, realmente pasmado, el pensó que estaría Isabel sola. “Pasa, pasa, y tranquilo” le dije mientras lo empujaba dentro de la casa. “Deja tu bolso acá en el living Sebastian”. Ya, fue lo único que pudo responder. “Tranquilo hombre, ya llevamos rato conversando y coquetiando con mi mujer, está todo bien”. Sebastian mide como 1.85 un poquito más alto que yo, contextura delgada pero bien tonificando, de camisa apretada, jeans y zapatillas. Tes mulata, un moreno claro. Se veía bien saludable y simpático. “Vamos a saludar a isabel”, le dije mientras lo encaminaba al segundo piso.
Llegamos arriba, Isabel estaba terminando de arreglar su pelo, se veía maravillosa, una exquisita mujer de 38 años, de 1.70 de alta, contextura media (60 kl), buenas caderas, un trasero paradito, ricos pechos, pequeños pero ricos, labios levemente pintados de un color rosa, carnosos. Bluejeans, sapatos de tacon y una blusa blanca con ciertos calados que dejan ver piel y sostenes, una mujer elegante y sensual.
D: Amor te presento a Sebastian.
S: Hola Isabel, cómo estás?, respondió Sebastian, se nota que tenía confianza en mi mujer, ya le salió un poco más la voz.
I: Hola, que rico conocerte, Seba. Respondió Isabel mientras se acercaba y daba un beso en la cara.
I: “Oye eres más alto de lo que pensaba. Te vez súper guapo así.”
Coqueteaba Isabel, mientras le cogia una mano y acariciaba sus dedos. Mi mujer definitivamente estaba decidida a tener un romanse sexual con este chico.
S: gracias Isa, tú igual te vez increíble. Muy linda.
I: Gracias. - respondió con una sonrisa Isabel-. Oye me gustaría mostrarte nuestra casa, para que te sientas más en confianza y sepas dónde vas a vivir los próximos 3 días. - dijo Isabel mientras cogia del brazo a Sebastian. Debo reconocer que me dieron celos, y ganas de mandar todo al carajo, pero respiré profundo y pensé en los deseos de mi mujer. Además que igual me exita mucho la idea. -
D: Vayan. Mientras yo me cambio ropa - dije animándolos a entrar en confianza-. Entre al baño, mientras Isabel mostraba la casa contando detalles, y riendo. Yo muy atento a que conversaban. Hablaban cosas para romper el hielo, ella le preguntaba si ya había cenado, entre otras trivialidades. De pronto Sebastian, le pregunta,¿y tú marido ya no va a salir? Isabel respondió, “no, decidimos que se quede acá, pero tú tranquilo, que tú duermes conmigo, el dormirá en otra habitación”. “¿En serio?” Pregunta asustado y asombrado Sebastian. “Si, tranquilo. Lo pasaremos genial”. Dice Isabel bajando la importancia de la conversación. Continuaron su recorrido por el segundo piso. Yo me metí rápido a la ducha, no quería ser molesto en sus juegos, pero no me quería perder nada, esto era una película porno en vivo en mi casa y con mi mujer de protagonista. Imaginen, estaba ancioso, muy ansioso.
Termine mi ducha, me vestí rápido, camisa, jeans, zapatos, perfume, tenía que estar a la altura de la situación. Salí del baño y no escuchaba nada. Me asomé por la ventana y los vi e el patio conversando, entre la luz tenue del patio, se escucha mucho más en confianza Sebastian. Riendo y coqueteando a Isabel, de pronto se cojian de la mano, y entre penumbras pude ver uno o dos roses de su cara, no pude distinguir si se besaron o no, parecían pololos en su primer día. No quise interrumpir, y los observé discretos, recorrieron el patios conversando, riendo, y una que otra caricia. Me gustaba ver a mi mujer, así de sexy y feliz.
Entraron a la casa, Sebastian, ya hablaba en un tono normal, se escuchaban sus preguntas ¿oye y hace cuanto estás con David? Isabel, respondía hace un buen tiempo, casi 10 años, nos llevamos excelente. A qué bien, responde Sebastian.
I: Y tú, ¿cumpliste tu promesa? pregunto Isabel.
S: Cuál?. Dijo Sebastian como haciéndose el desentendido.
Yo baje lentamente las escaleras, estaban en el living ambos de pie, Isabel frente a él. En el mismo lugar donde hace 3 semanas atrás la encontré masturbandose desenfrenada. Abrí la puerta muy suave, para no Interrumpir y poder escuchar.
I: Recuerdas que el trato era que no te masturbaras? Pregunta Isabel, mientras toma las manos de Sebastian y las lleva a tocar su miembro. Sebastian le responde con un beso, un besote, el primero que se daban en persona, Isabel un poco empinada sobre sus pies, con una mano en el miembro de Sebastian, y este cogiendola de la nuca, besándose muy caliente. Se notaba que lo disfrutaban, la respiración de Isabel estaba agitada, casi jadeante. Y Sebastian, disfrutando la cogida de verga que le estaba dando mi mujer.
I: Seba, que rico estás pendejo, quiero que me roses la vagina, con tus manos, con tus dedos. - Ordena Isabel dando la espalda al muchacho -
S: ¿me imaginabas así? Pregunta sebastian.
I: Si, eres como te imaginaba, solo que un poco más vergon -Responde Isabel, entre quejidos que se le escapan ya sin ningun pudor, producto de los roses y golpecitos que da Sebastian sobre su puvis -. A mi mujer le encanta que la masturben, le gusta que su macho pase sus dedos sobre su clitoris, primero sobre el jeans, luego sobre el calzon hasta acabar directo sobre la piel. Y Sebastian le esta dando justo lo que más le gusta, asi que imaginen como estaba de caliente.
I: ¿y yo soy como imaginaste? ¿Te Caliento?- pregunto mi mujer mientras movía sus glúteos, con las piernas entre abiertas y rosando a Sebastian-
S: Eres maravillosa, una verdadera MILF, dice Sebastian. ¿Sientes como tengo mi verga?
I: si, durita. - responde Isabel -
S: entonces que crees, ¿me gustas?
I: Lindo, creo que si.
S: estás muy rica. Eres una Milf exquisita. Que privilegiado tu marido, que te puede culear cuando quiere.
I: Seba bésame. Y sigue tocandome.
Sebastian rosaba los muslos de mi mujer y pasaba ambas manos sobre su pubis, lentamente desabrocho su jeans y bajo el cierre. Yo frente a ellos, detras de la puerta, pude ver las ricas pantaletas semi transparentes de mi mujer, y los dedos de sebastian siguiendo instrucciones y dando placer. Isabel estaba muy caliente, de espalda a Sebastian, buscando sus bocas y cuando se encontraban sus lenguas se enredaban como dos amantes en pleno climax. Se podia ver que Sebastian, ya no aguantaba más y le estaba empujando la verga sobre los gluteos.
I: sigue tocandome así. Esta muy rico. Tócame los pechos, le pide mi esposa, mientras toma de los muslos a Sebastian, para que no se le escape y le siga rosando el culo.
S: ¿esta noche duermo contigo? Pregunta Sebastian.
I: ¿eso quieres? Responde Isabel,
S: Si, quiero estar contigo, ojalá dentro tuyo. Si es que tu marido nos deja, claro.
I: Loquito. Tendrás todo lo que quieres. Y mi marido, no te preocupes, que le encanta la idea. Pero sabes, ahora solo quiero que me sigas tocando, tengo un orgasmo bien rico y quiero que tu me lo saques.
Sebastian entendió la orden, y volteo a Isabel, la tomo de la cara y la beso apacionadamente. isabel, rapidamente desabrocho los jeans de Sebastian y los bajo con boxer y todo. Salio a la luz una gran verga de al menos 20 cm dura, gruesa y circuncidada, con una inmensa cabeza roja y humedecida de tanto rose. Mi mujer lo cogio de los huevos y comenzo a masturbarlo nuevamente. Sebastian desabrocho su camisa y termino de desvestirse.
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